Cinta de gran calidad pero en la que destaca por encima de todo un Pacino camaleónico, eficaz, diabólico y espectacular. Es capaz de transmitir tristeza y preocupación con gran fuerza, se adapta al papel perfectamente. El conjunto no es tan bueno, los secundarios flojean. La estética de las calles es muy interesante pero Lumet no consigue llegar al máximo, se queda en el camino. De nuevo un Pacino que hace estremecer.

Riguroso retrato de la corrupción policial basado en el caso real de Frank Serpico, un honrado policía de origen italiano que desenmascaró la podredumbre del departamento de policía neoyorkino hasta llegar a las más altas esferas. Prodigioso guión y otra espléndida interpretación de Al Pacino en una de las mejores películas de los setenta.

Hay que mirarse en el espejo que nos enseña la soberbia actuación de Al Pacino. Todas las personas, tienen sus principios, sus ideales, sus valores , sus preferencias.... a cerca de cómo afrontar las trabas o dificultades que les puedan surgir a lo largo de la vida. Para mucha gente, serán rarezas ( como se puede apreciar con la mayoría de compañeros de Serpico) , o también pueden ser virtudes ( aparecen momentos de verdadero compañerismo entre personas comunes). Pero lo que realmente importa, es ser fiel a tus principìos, y no perder nunca el norte. No dejarse influenciar por opiniones, ni comentarios, no sentirse inferior a nadie, y saber que las personas con un pensamiento lleno de honradez y bondad, pueden llegar a ser imparables, impenetrables, hasta el punto de llegar a ser casi inmortales ( como se puede ver en la pelicula ).

"SERPICO" este es el policía más intrigante, está película no se anda con rodeos. Es una gran película de la época de El padrino y su secuela, también geniales. Al Pacino hace su mejor interpetación y ante todo hay algunas escenas qué merecen la pena volver a verlas. Muy buena. Su argumento es sumamente genial con escenas que merecen Oscar. Los personaje increíblemente buenos.
Conclusión: Fuera la corrupción.

Eso es lo más suave que le dicen a Serpico (Al Pacino) cuando se niega a ser parte de la larga tradición de policías corruptos de su departamento. Y ahí es donde juega su principal baza este sobrio thriller policiaco: nos habla de la corrupción y la hipocresía, pero no presentando un ambiente de orden y justicia donde se cuela un elemento corrupto, sino justamente lo contrario, en un ambiente corrupto y podrido se cuela alguien que quiere ser honrado. El problema es que ser simplemente un poli honrado como quiere serlo Serpico podría dejar a todo el cuerpo con el culo al aire, y eso no debe permitirse.
Si algo apasiona de las películas de Lumet es el cuestionamiento de ciertos valores morales sin caer en mensajes maniqueos ni moralinas baratas. En sus películas suele haber un personaje que se enfrenta al orden preestablecido por seguir sus principios, sus valores. En este caso, Serpico se enfrenta a todo el mundo por mantener limpia su conciencia, por mantener vivos sus principios morales y su ética profesional. A la hora de tratar estos temas tan difíciles, Lumet nunca falla.
Echo de menos un poco más de ritmo en el comienzo, donde se le dan muchas vueltas al mismo tema sin definir nada. Pero la película va cogiendo fuerza hasta que llegamos a la última media hora, soberbia. Ni que decir tiene que Al Pacino vuelve a clavar su papel, y otra vez parece nacido para hacerlo. Pero eso no le extraña a nadie.
Buena película, que en algunos aspectos ha podido envejecer, pero cuyo mensaje sigue muy vivo. El personaje de Serpico, que no es sólo un adalid de la honradez, sino que también tiene sus sombras, está muy bien construido.