Fuerza mayor
2014 

6.4
10,320
Drama
Una familia pasa las vacaciones de invierno en los Alpes. El sol brilla y las pistas están magníficas, pero mientras comen en un restaurante, se produce una avalancha que asusta a los clientes. La madre llama a su marido para que la ayude a salvar a sus hijos, pero él ha huido para salvar su vida. La avalancha se detiene delante del restaurante, sin ocasionar daños, pero el universo familiar ya se ha resquebrajado. Tomas buscará ... [+]
15 de marzo de 2015
15 de marzo de 2015
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ruben Ostlund crea una de las cintas más inclasificables del año en esta comedia dramática que explora el ser humano mezclando la frialdad formal con algunos momentos cómicos verdaderamente exagerados.
Unas vacaciones cualquieras de una familia burguesa en las montañas se convierte en unos días a partir de los que el ser humano sacará todos sus matices; su estupidez, cobardía y desconfianza pero también su valor y unión. Ostlund explora todo esto con una forma visual extremadamente fría, este punto va a convertirse en el que pueda provocar rechazos si no se llega a entrar en su juego o se le da demasiada importancia a la propia banalidad de la propuesta o de algunos momentos.
Si el espectador llega a aceptar su mezcla de frialdad y exageración y se deja llevar por su juego además de disfrutar de secuencias extremas como la de la avalancha (indudablemente una de las mejores del año) saldrá del cine reflexivo y habiendo disfrutado de una cinta que sabrán valorar pocos.
Unas vacaciones cualquieras de una familia burguesa en las montañas se convierte en unos días a partir de los que el ser humano sacará todos sus matices; su estupidez, cobardía y desconfianza pero también su valor y unión. Ostlund explora todo esto con una forma visual extremadamente fría, este punto va a convertirse en el que pueda provocar rechazos si no se llega a entrar en su juego o se le da demasiada importancia a la propia banalidad de la propuesta o de algunos momentos.
Si el espectador llega a aceptar su mezcla de frialdad y exageración y se deja llevar por su juego además de disfrutar de secuencias extremas como la de la avalancha (indudablemente una de las mejores del año) saldrá del cine reflexivo y habiendo disfrutado de una cinta que sabrán valorar pocos.
21 de marzo de 2015
21 de marzo de 2015
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película sueca, una de las sorpresas del pasado año. Ganadora de diversos premios, y una de las favoritas a ser postulada a mejor película extranjera, que finalmente no alcanzó la nominación. El filme es un drama muy particular, de forma muy sencilla y minimalista se plantea una situación… una familia que pasa sus vacaciones en los Alpes, un día es amenazada ante la posibilidad de una avalancha… una avalancha que aunque no pasa a mayores, deja abiertas ciertas dudas dentro del núcleo familiar, que desarrollará el resto de la trama, llena de humor negro y una reflexión interesante, curiosa e incómoda sobre cómo reaccionamos los seres humanos ante determinados eventos.
http://www.frasesdepeliculas.com.co/2015/03/frases-pelicula-force-majeure.html
http://asbvirtualinfo.blogspot.com/
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7 de abril de 2015
7 de abril de 2015
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La contundencia del argumento de esta película desdibuja los contornos de lo que es su esencia: Cine.
El análisis del trabajo del director, de las interpretaciones de los actores, de la labor de fotografía, etc., etc., juega un papel secundario, de soporte, a la hora de juzgar este film. Lo que quizás es un acierto. El resultado deja en segundo plano toda la labor de zapa que ha sido necesaria para obtenerlo. Sólo me chirría en esta película de tesis la banda sonora. Esos fragmentos que me sonaban al Vivaldi de “Las cuatro estaciones” y que parecían más propios de una historia de suspense y horror que de reflexión y filosófica.
Porque en esta historia se debate algo muy simple y que me temo que no cerraremos nunca. ¿Somos más humanos que animales o viceversa?
Una pregunta que seguramente jamás tendrá una contestación simple. Lo que no impide que mientras damos vueltas en torno a ella, nos vayamos inventando una historia de la humanidad. Y por lo tanto una educación. Una ética.
Porque esta historia contemplada desde la perspectiva de nuestra animalidad es una historia muy simple: Una familia de animales, macho, hembra y dos crías sufre un incidente en el que la vida de sus componentes corre peligro. El macho huye, poniéndose a salvo, y la hembra, a riesgo de morir, se queda para proteger a las crías.
No parece una escena muy descabellada. Recordemos que los leones matan las crías de otro león para que las leonas entren en celo. O que los hámsteres se comen unos a otros.
Y de hecho es ésta una reflexión, o postura, que el protagonista podía haber utilizado para explicarse lo sucedido.
Pero la maldita sensación de ser superiores al resto de los animales que nos da el ser inteligentes y por lo tanto tener conciencia, impide que desde nuestro trono de rey de la creación, con humildad, aceptemos que en determinados momentos no somos otra cosa que animales. Y como hemos inventado unas cuantas palabrejas para conformar nuestro humano mundo: Amor, culpa, cobardía, egoísmo, pues el pobre macho, ante una reacción puramente instintiva que no presupone gran cosa se martiriza y carga con todo el peso de haber comido del árbol de la ciencia. La jodida manzana.
¿Soy un cobarde? ¿Quiero a mis hijos? ¿A mi esposa? Les abandoné, soy un miserable. Corrí, alejándome del peligro cuando más me necesitaban.
La tremenda culpa que lo vuelve neurótico. No pasó así, fue de otro modo. Soy un ser humano, no un animal.
Y en este escenario humano en el que nos encuadramos su esposa reacciona también como ser superior y no como hembra. La necesidad que tiene de explicarse la reacción de su marido, Su afán de encajar lo sucedido en el mundo de la culpa y el amor.
Porque ella sí ama a sus hijos. Se quedó con ellos. Arriesgó su vida para protegerlos. Porque su amor infinito hacia ellos no la dejó dudar ni un instante.
Un momento. ¿No dudó ni un instante?
Pero…”no dudar ni un instante”, ¿no es algo instintivo?
A ver, empecemos de nuevo. ¿Hablamos de amor o de instinto?
No, en realidad hablamos de soberbia, de falta de humildad.
Dejemos al ser humano de lado. Sólo somos machos y hembras. No tan racionales como parecemos.
En realidad, esta película habla de lo más profundo que tenemos y que hemos revestido de palabras para poder expresarlo, hasta convertirlo en un espantajo enmascarado y disfrazado.
Está bien que hablemos del amor para entendernos pero no olvidemos lo que late debajo de esa palabra. El amor romántico, el amor filial, el amor amistoso……..todo tipo de amor, de alguna manera es una coartada para seguir sobreviviendo.
El amor romántico, el sexo.
El amor filial, el deseo de supervivencia en la descendencia.
El amor amistoso, el sentido gregario para poder protegerse.
Puro instinto, más fuerte, más intenso que cualquier creencia.
A tener en cuenta por si acaso en algún momento de nuestra vida nos vemos en situación semejante.
La escena final: Una manda de seres humanos, machos, hembras y crías, aceptando su destino. Si hay que cruzar el rio Mara, aunque esté plagado de cocodrilos, se cruza. Es nuestro destino.
Fuerza mayor. Cine de ensayo más que de arte. Aprendizaje y reflexión.
Por cierto su título original "Turist" me parece más adecudao. El hombre, turista de si mismo.
El análisis del trabajo del director, de las interpretaciones de los actores, de la labor de fotografía, etc., etc., juega un papel secundario, de soporte, a la hora de juzgar este film. Lo que quizás es un acierto. El resultado deja en segundo plano toda la labor de zapa que ha sido necesaria para obtenerlo. Sólo me chirría en esta película de tesis la banda sonora. Esos fragmentos que me sonaban al Vivaldi de “Las cuatro estaciones” y que parecían más propios de una historia de suspense y horror que de reflexión y filosófica.
Porque en esta historia se debate algo muy simple y que me temo que no cerraremos nunca. ¿Somos más humanos que animales o viceversa?
Una pregunta que seguramente jamás tendrá una contestación simple. Lo que no impide que mientras damos vueltas en torno a ella, nos vayamos inventando una historia de la humanidad. Y por lo tanto una educación. Una ética.
Porque esta historia contemplada desde la perspectiva de nuestra animalidad es una historia muy simple: Una familia de animales, macho, hembra y dos crías sufre un incidente en el que la vida de sus componentes corre peligro. El macho huye, poniéndose a salvo, y la hembra, a riesgo de morir, se queda para proteger a las crías.
No parece una escena muy descabellada. Recordemos que los leones matan las crías de otro león para que las leonas entren en celo. O que los hámsteres se comen unos a otros.
Y de hecho es ésta una reflexión, o postura, que el protagonista podía haber utilizado para explicarse lo sucedido.
Pero la maldita sensación de ser superiores al resto de los animales que nos da el ser inteligentes y por lo tanto tener conciencia, impide que desde nuestro trono de rey de la creación, con humildad, aceptemos que en determinados momentos no somos otra cosa que animales. Y como hemos inventado unas cuantas palabrejas para conformar nuestro humano mundo: Amor, culpa, cobardía, egoísmo, pues el pobre macho, ante una reacción puramente instintiva que no presupone gran cosa se martiriza y carga con todo el peso de haber comido del árbol de la ciencia. La jodida manzana.
¿Soy un cobarde? ¿Quiero a mis hijos? ¿A mi esposa? Les abandoné, soy un miserable. Corrí, alejándome del peligro cuando más me necesitaban.
La tremenda culpa que lo vuelve neurótico. No pasó así, fue de otro modo. Soy un ser humano, no un animal.
Y en este escenario humano en el que nos encuadramos su esposa reacciona también como ser superior y no como hembra. La necesidad que tiene de explicarse la reacción de su marido, Su afán de encajar lo sucedido en el mundo de la culpa y el amor.
Porque ella sí ama a sus hijos. Se quedó con ellos. Arriesgó su vida para protegerlos. Porque su amor infinito hacia ellos no la dejó dudar ni un instante.
Un momento. ¿No dudó ni un instante?
Pero…”no dudar ni un instante”, ¿no es algo instintivo?
A ver, empecemos de nuevo. ¿Hablamos de amor o de instinto?
No, en realidad hablamos de soberbia, de falta de humildad.
Dejemos al ser humano de lado. Sólo somos machos y hembras. No tan racionales como parecemos.
En realidad, esta película habla de lo más profundo que tenemos y que hemos revestido de palabras para poder expresarlo, hasta convertirlo en un espantajo enmascarado y disfrazado.
Está bien que hablemos del amor para entendernos pero no olvidemos lo que late debajo de esa palabra. El amor romántico, el amor filial, el amor amistoso……..todo tipo de amor, de alguna manera es una coartada para seguir sobreviviendo.
El amor romántico, el sexo.
El amor filial, el deseo de supervivencia en la descendencia.
El amor amistoso, el sentido gregario para poder protegerse.
Puro instinto, más fuerte, más intenso que cualquier creencia.
A tener en cuenta por si acaso en algún momento de nuestra vida nos vemos en situación semejante.
La escena final: Una manda de seres humanos, machos, hembras y crías, aceptando su destino. Si hay que cruzar el rio Mara, aunque esté plagado de cocodrilos, se cruza. Es nuestro destino.
Fuerza mayor. Cine de ensayo más que de arte. Aprendizaje y reflexión.
Por cierto su título original "Turist" me parece más adecudao. El hombre, turista de si mismo.
27 de febrero de 2016
27 de febrero de 2016
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces uno espera tanto de una película que, a lo mejor, uno termina pensando que ha visto algo distinto de lo que tantos otros espectadores vieron previamente como "genial". La película que en este caso comento tiene eso, un aire agradable y que parece a punto de despegar, como un vuelo maravilloso, sea de estética, sea de trama, sea de personajes. Pero lo que hay en Turist es apenas una idea que queda bien comunicada: las relaciones humanas, la familia, son completamente frágiles. Los mínimos detalles cuentan más de lo que esperamos.
Hace unos días, una amiga me decía que se sentía infeliz con su esposo. Me decía que se sentía sola. Y yo le preguntaba que cuál era la razón si incluso cuando estábamos conversando él la llamaba y parecía preguntarle por las cosas que hacía y por el tiempo del que dispondría luego. Ella me decía que, simplemente era eso, una sensación, porque su esposo seguía siendo muy detallista y pendiente de ella. Entonces, ¿de qué hablaba? Esta película puede ser la respuesta. En algún momento, en un pequeño detalle, en un infortunio, todo se fue a pique.
Hace unos días, una amiga me decía que se sentía infeliz con su esposo. Me decía que se sentía sola. Y yo le preguntaba que cuál era la razón si incluso cuando estábamos conversando él la llamaba y parecía preguntarle por las cosas que hacía y por el tiempo del que dispondría luego. Ella me decía que, simplemente era eso, una sensación, porque su esposo seguía siendo muy detallista y pendiente de ella. Entonces, ¿de qué hablaba? Esta película puede ser la respuesta. En algún momento, en un pequeño detalle, en un infortunio, todo se fue a pique.
15 de marzo de 2015
15 de marzo de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una familia típica, un orden imaginario interno, ¿Qué sucede si cae una avalancha sobre la fe que une las relaciones? Un film de muy buena factura, la cámara parece seguir el color de las emociones de los personajes, el crecimiento de sus conflictos, la intimidad de sus vibraciones. Solo apta para cinéfilos.
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