Asesinato en el Expreso de Oriente
2017 

5.8
26,667
13 de marzo de 2018
13 de marzo de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
58/02(03/03/18) Decepcionante adaptación de Kenneth Branagh de la popular obra homónima de 1934 de Agatha Christie (se inspiró libremente en el secuestro del bebé de Charles y Anne Lindbergh de 1932). Guión escrito por Michael Green (“Logan” o “Blade Runner 2049”) no aporta novedad alguna, enfoque distinto, no toma elementos de los márgenes para enriquecer la historia se atiene en casi corta y pega de lo ya híper-conocido. Solo hace algunos retoques crematísticos sobre la más conocida de las versiones, la de 1974 de Sidney Lumet (que tampoco es que fuera una obra maestra ni de lejos, donde las casualidades son legión) con Albert Finney de protagonista, y es que se atiene a cambiar algunas razas o nacionalidades de personajes (el rol de sueca encarnado por Ingrid Bergman en la pretérita pasa aquí a ser una española, Penélope Cruz; o un personaje negro en el Dr. Arbthnot encarnado en la anterior por Sean Connery y aquí por el actor de color Leslie Odom Jr.), poniéndole un interés amoroso enigmático (mira de vez en cuando con melancolía una fotografía con una mujer), o añadiendo un prólogo de Poirot en Jerusalén que nada aporta, al contrario del de la cinta de Lumet, que si este dotaba de información al relato. Branagh se atiene hacer una realización académica, teatral, poco valiente, donde solo destacan unos artificiosos planos del tren surcándolas nevadas montañas (cantan CGI), o los metido con calzador tomas cenitales, o esos travellings forzados, cuando en lo único que gana este Poirot al de Finney es el tamaño del bigote es que mucho falla (a Agatha Christie no le gustó por recatado el mostacho de Finney, igual con el de Branagh hubiera estado más satisfecha, pues este es grandioso, llegando los labios superiores hasta las orejas, añadiendo el toque el salpicado en su barbilla. Braqnagh no es nuevo en esto de los bigotes esperpénticos, se lució con otro glorioso en su rol de villano en “Wild, Wild, West”). La estructura de las novelas de Agatha Christie -crimen, interrogatorio de sospechosos y un final donde el detective belga los reúne, luce sus células grises y descubre al asesino- se ha replicado en el cine de manera calcada y el género se sostiene sobre esa mecánica, Branagh se atiene a este esquema, si acaso enfatizándolo aun más en una reunión final de reminiscencias Bíblicas a La Última Cena, pero anulando en su transcurso cualquier contorno de personalidad a los secundarios, meras figuras sobre las que apoyar Poirot su ingenio detectivesco, secundarios más planos que una mesa, y esto es un crimen peor que el deltren, tener a tus órdenes a una pléyade de enormes intérpretes (Derek Jacobi, Judi Dench, Michelle Pfeiffer, Johnny Depp, Willem Dafoe, o Penélope Cruz), y no aprovecharlos es trágico, parecen estar allí cual otro día en la oficina. Se suma un argumento que a medida que avanza te enfría, te aleja y te produce tedio, enredándose y confundiendo, y esto teniendo en cinta que incluso para los que desconocen su final, se huele pronto dejando claramente las cartas al descubierto, ello para derivar en un clímax final cogido por los pelos, sumando por el camino la falta de tensión, intensidad, frescura, de diálogos sólidos a recordar, todo huele a rutinario, a monocorde, y es que para la gran mayoría (entre los que me cuento) que se saben el final, Branagh debería habernos obsequiado con algo a lo que agarrarnos, pero esto es inexistente. Solo reseñable por la buena actuación de Kenneth Branagh dando vida con gran mordacidad y carisma al icónico rol.
El Libro Guinness de Récords calificó a Christie como la novelista que más obras ha vendido de todos los tiempos. Se han vendido dos mil millones de copias, posicionándose sus trabajos como terceros más vendidos en el mundo, solo por detrás de las obras de William Shakespeare y la Biblia. Hércules Poirot es uno de los detectives más populares de la historia de la literatura escrita por Agatha Christie, personaje refinado y muy inteligente capaz de solucionar cualquier asesinato. Por este motivo el personaje fue llevado al cine en múltiples ocasiones. Cuarta adaptación cinematográfica de la novela, después de la película de 1974, una versión telefilm de 2001 (con Alfred Molina de Poirot) y un episodio de 2010 de la serie de televisión Agatha Christie's Poirot. La trama sigue a Poirot, un detective de fama mundial, mientras busca resolver un asesinato en el famoso tren trans-europeo en década de 1930. En el transcurso de su carrera de dirección de 28 años, Kenneth Branagh ha adaptado de todo, desde los clásicos literarios (el "Henry V" de Shakespeare) a pulp-cómic ("Thor" de Marvel), o cuentos clásicos (“La Cenicienta” de Charles Perrault), y ahora, con " Murder on the Orient Express", y no será la última pues el éxito (incomprensible) de esta cinta ha derivado en una secuela, la de “Muerte en el Nilo”.
Tiene un arranque original (que no brillante), situando a Poirot en Jerusalén, vemos su faceta snob-elitista cuando pone a prueba al hotel donde reside para que le hagan un huevo duro hervido en cuatro minutos, esto luego se mezcla con su lado detectivesco cuando la policía británica le pone en medio de una disputa entre las tres religiones (la cristiana, judía y musulmana), y un robo en el Santo sepulcro que implica a gurús de estas mismas, ello recreado teatralmente frente al Muro de las Lamentaciones, y resuelto todo con la sagacidad que se espera del mítico personaje del bigote ridículo, aunque todo cogido por los pelos; Tras ello ya nos metemos en el icónico tren del Orient Express, y se nos presentan en modo flash los personajes, parece que Branagh cuente con que el espectador se sepa la historia y rellene estas lagunas orgánicas con información ya consabida en una sucesión de actores conocidos con personalidades invisibles,… (sigue en spoiler)
El Libro Guinness de Récords calificó a Christie como la novelista que más obras ha vendido de todos los tiempos. Se han vendido dos mil millones de copias, posicionándose sus trabajos como terceros más vendidos en el mundo, solo por detrás de las obras de William Shakespeare y la Biblia. Hércules Poirot es uno de los detectives más populares de la historia de la literatura escrita por Agatha Christie, personaje refinado y muy inteligente capaz de solucionar cualquier asesinato. Por este motivo el personaje fue llevado al cine en múltiples ocasiones. Cuarta adaptación cinematográfica de la novela, después de la película de 1974, una versión telefilm de 2001 (con Alfred Molina de Poirot) y un episodio de 2010 de la serie de televisión Agatha Christie's Poirot. La trama sigue a Poirot, un detective de fama mundial, mientras busca resolver un asesinato en el famoso tren trans-europeo en década de 1930. En el transcurso de su carrera de dirección de 28 años, Kenneth Branagh ha adaptado de todo, desde los clásicos literarios (el "Henry V" de Shakespeare) a pulp-cómic ("Thor" de Marvel), o cuentos clásicos (“La Cenicienta” de Charles Perrault), y ahora, con " Murder on the Orient Express", y no será la última pues el éxito (incomprensible) de esta cinta ha derivado en una secuela, la de “Muerte en el Nilo”.
Tiene un arranque original (que no brillante), situando a Poirot en Jerusalén, vemos su faceta snob-elitista cuando pone a prueba al hotel donde reside para que le hagan un huevo duro hervido en cuatro minutos, esto luego se mezcla con su lado detectivesco cuando la policía británica le pone en medio de una disputa entre las tres religiones (la cristiana, judía y musulmana), y un robo en el Santo sepulcro que implica a gurús de estas mismas, ello recreado teatralmente frente al Muro de las Lamentaciones, y resuelto todo con la sagacidad que se espera del mítico personaje del bigote ridículo, aunque todo cogido por los pelos; Tras ello ya nos metemos en el icónico tren del Orient Express, y se nos presentan en modo flash los personajes, parece que Branagh cuente con que el espectador se sepa la historia y rellene estas lagunas orgánicas con información ya consabida en una sucesión de actores conocidos con personalidades invisibles,… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
… y en poco tiempo el crimen, y tras esto un tedioso encadenamiento de interrogatorios sin chicha, más planos que una mesa, con la única y disfuncional particularidad de hacerse la mayoría en el exterior, a la intemperie del frio ambiental, y fenómeno paranormal, nadie exhala vahó por su boca a pesar de la gelidez climática. Ah, a la aristocracia (la princesa y condesa) no se le hace pasar frío y son interpelados en el interior del tren. Aderezada la investigación por el hecho que demasiado pronto deja caer sus conclusiones, como si esto no fuera lo importante, con lo que el misterio queda anulado. Asimismo escenas de acción que nada aportan y si se notan metidas para dar algo nuevo, cuando en realidad se notan apósitos. Todo coronado en un clímax un tanto pretencioso (spoiler).
Puesta en escena elegante, y en su devenir de cámara algo pretenciosa: Notable diseño de producción de Jim Clay (“Hijos de los hombres”), rodando en Valletta-Malta (para recrear Jerusalén), para recrear las escarpadas montañas nevadas que cruza el tren se filma en el Valle d'Aosta-Italia y Sursee-Suiza, en Estambul-Turquia (para por supuesto la salida del tren), y para los interiores de los vagones en Longcross Studios-UK, recreando con lujo decadente el tren; se suma en esta inmersión el espléndido diseño de vestuario de Alexandra Byrne (“Guardianes de la Galaxia”), Todo esto filtrado por la fenomenal fotografía del chipriota Haris Zambarloukos (“Batman begins”), que parece ávida de suplantar las carencias narrativas del realizador con juegos de cámara espectaculares (aunque vacíos orgánicamente), con excelentes travellings, con seguimientos, con expresivos primeros planos, con ese cenital llamativo (pero sin sentido) cuando se descubre la escena del crimen (mostrada fuera de campo), anulando el impacto sangriento, como destacable es que se filma con película de 65 mm, creando tomas (en claro CGI) espectaculares del entorno mientras el Orient Express surca la blanca cordillera, con esos vistosos planos del tren varado sobre un enorme puente, asimismo el objetivo se deleita con el lujo decadente del tren, moviéndose la cámara con fluidez por los pasillos, vagones, vías del tren; La música de Patrick Doyle (“Hamlet”), resulta funcional, sobresale por singular el tema durante los créditos finales cantado por la actriz Michelle Pfeiffer “Never forget”.
Entre el lujoso elenco Kenneth Branagh es el único con dimensión, igual lo que quería en su faceta de director narcisista. Con un delicado acento galo, con elegancia, sofisticación, maneras de dandy se mueve con carisma y mucho cinismo por el tren, derrochando carácter, con un (tímido) arco de desarrollo cuando al principio de la cinta decía que el mundo se dividía entre (más o menos) entre víctimas y culpables, no había grises en su concepción, pero en el transcurso de su investigación se da cuenta de su error, y con esto su actuación en el tramo final cae en lo shakesperiano, en un mundo interior convulso y dubitativo. Lástima que esto se sienta metido con calzador, sin moverte a reflexión alguna; Resto de actuaciones secundarias van de lo inane a lo ridículo, pasando por lo insustancial o lo simplemente figurante, me abstengo de dar nombres para no hacer daño, pues todos tenemos que pagar la hipoteca.
Spoiler:
Con lo del clímax pretencioso, me refiero al modo de alinear a los sospechosos, tan teatral como inverosímil, con una gran mesa frente a la entrada del túnel, en lo que es una imagen que copia al cuadro de Da Vinci “La última cena”, y en la que Kenneth Branagh se arroja el papel de demiurgo, de cuasi-Jesús, el que destapa toda la trama asesina, y donde se pone (de modo forzado) con dudas sonbvre lo que hacer, y sin querer juzgar los hechos.
En conjunto queda una plana adaptación christiniana (palabro inventado), film monótono que no despierta emoción alguna, te deja frío. Fuerza y honor!!!
PD: Y se prepara una secuela, esta sobre el libro con Poirot “Muerte en el Nilo”, puaj!
Puesta en escena elegante, y en su devenir de cámara algo pretenciosa: Notable diseño de producción de Jim Clay (“Hijos de los hombres”), rodando en Valletta-Malta (para recrear Jerusalén), para recrear las escarpadas montañas nevadas que cruza el tren se filma en el Valle d'Aosta-Italia y Sursee-Suiza, en Estambul-Turquia (para por supuesto la salida del tren), y para los interiores de los vagones en Longcross Studios-UK, recreando con lujo decadente el tren; se suma en esta inmersión el espléndido diseño de vestuario de Alexandra Byrne (“Guardianes de la Galaxia”), Todo esto filtrado por la fenomenal fotografía del chipriota Haris Zambarloukos (“Batman begins”), que parece ávida de suplantar las carencias narrativas del realizador con juegos de cámara espectaculares (aunque vacíos orgánicamente), con excelentes travellings, con seguimientos, con expresivos primeros planos, con ese cenital llamativo (pero sin sentido) cuando se descubre la escena del crimen (mostrada fuera de campo), anulando el impacto sangriento, como destacable es que se filma con película de 65 mm, creando tomas (en claro CGI) espectaculares del entorno mientras el Orient Express surca la blanca cordillera, con esos vistosos planos del tren varado sobre un enorme puente, asimismo el objetivo se deleita con el lujo decadente del tren, moviéndose la cámara con fluidez por los pasillos, vagones, vías del tren; La música de Patrick Doyle (“Hamlet”), resulta funcional, sobresale por singular el tema durante los créditos finales cantado por la actriz Michelle Pfeiffer “Never forget”.
Entre el lujoso elenco Kenneth Branagh es el único con dimensión, igual lo que quería en su faceta de director narcisista. Con un delicado acento galo, con elegancia, sofisticación, maneras de dandy se mueve con carisma y mucho cinismo por el tren, derrochando carácter, con un (tímido) arco de desarrollo cuando al principio de la cinta decía que el mundo se dividía entre (más o menos) entre víctimas y culpables, no había grises en su concepción, pero en el transcurso de su investigación se da cuenta de su error, y con esto su actuación en el tramo final cae en lo shakesperiano, en un mundo interior convulso y dubitativo. Lástima que esto se sienta metido con calzador, sin moverte a reflexión alguna; Resto de actuaciones secundarias van de lo inane a lo ridículo, pasando por lo insustancial o lo simplemente figurante, me abstengo de dar nombres para no hacer daño, pues todos tenemos que pagar la hipoteca.
Spoiler:
Con lo del clímax pretencioso, me refiero al modo de alinear a los sospechosos, tan teatral como inverosímil, con una gran mesa frente a la entrada del túnel, en lo que es una imagen que copia al cuadro de Da Vinci “La última cena”, y en la que Kenneth Branagh se arroja el papel de demiurgo, de cuasi-Jesús, el que destapa toda la trama asesina, y donde se pone (de modo forzado) con dudas sonbvre lo que hacer, y sin querer juzgar los hechos.
En conjunto queda una plana adaptación christiniana (palabro inventado), film monótono que no despierta emoción alguna, te deja frío. Fuerza y honor!!!
PD: Y se prepara una secuela, esta sobre el libro con Poirot “Muerte en el Nilo”, puaj!
19 de agosto de 2018
19 de agosto de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una historia de la maestra del suspense Agatha Christie, con un elenco de protagonistas y secundarios tan estelar y con la dirección de Kenneth Branagh, cabría esperar mucho más de lo que al final nos encontramos. Se hace muy pesada, no te hace conectar ni resulta lo atractiva que cabría esperar ni mucho menos. Da la sensación de haberse desperdiciado un buen potencial con la materia prima que se tenía y que el desarrollo es muy aburrido.
2 de octubre de 2018
2 de octubre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Remake de la película dirigida por Sidney Lumet en 1974 basada nuevamente en la celebre novela de Agatha Christie. Kenneth Branagh dirige y protagoniza esta nueva versión que al igual que la antigua cuenta con un reparto repleto de estrellas entre las que destacan Penélope Cruz, Johnny Deep, Judi Dench, Michelle Pfeiffer o Willem Dafoe. La adaptación de la novela plantea un reto que ni Sidney Lumet en su día y ni mucho menos Kenneth Branagh en la actualidad han sabido resolver, es difícil dotar de ritmo una película que tiene lugar entre las cuatro paredes de un vagón donde la mayor parte de la acción recae en los diálogos, principalmente en los interrogatorios a cargo del excéntrico detective Hercules Poirot, quizás el gran problema es que ni Albert Finney en 1974 ni Kenneth Branagh ahora son los idóneos para interpretar al detective belga, los dos quedan muy lejos por ejemplo del Poirot de Peter Ustinov en "Muerte en el Nilo". Otros problemas de la película son por ejemplo un excesivo movimiento de cámara, el abuso de las escenas digitalizadas o un final muy diferente al de la novela, Christie remarcaba el profundo humanismo del detective a diferencia de Branagh que expone un furioso discurso sobre la venganza y los límites de la justicia. En resumen, adaptación fallida a pesar del enorme presupuesto y el increíble reparto.
31 de octubre de 2018
31 de octubre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo de culpabilidad en este remake clásico de Agatha Christie, con Kenneth Branagh en dirección y protagónico y un elenco que suma galardones o al menos reconocimiento visual. Todo pulcro, sobrio, incluso hasta algo estirado, pero la culpabilidad por "Asesinato en el expreso de Oriente" (2017) viene de la languidez de su relato.
Aunque se trata de gustos personales, puede ser que por su raíz literaria, el cambio de los tiempos o el poco riesgo en la representación de una novela policial emblemática, que esta reversión no ofrece algo del atractivo que pregona en sus enunciados y anticipos. Quizás bastaba con una actualización más libre. El apego estricto a estos cánones más el empeño por no dar los guiños necesarios en una adaptación cinematográfica termina cansando. Generando tedio.
El expreso de oriente y su camino cuesta arriba no es un relato atractivo en este remake. Se queda en las presentaciones, los formalismos, descansa en ellos y esa galardonada pasarela se estira a más no poder, incluso dando pie a un desenlace impensado para estas épocas.
En definitiva, una lástima. Demasiada rigidez.
Recomendación:
Débil. El relato de la historia se hace cansino.
=Cité de Buyinski= www.buyinski.wordpress.com
Aunque se trata de gustos personales, puede ser que por su raíz literaria, el cambio de los tiempos o el poco riesgo en la representación de una novela policial emblemática, que esta reversión no ofrece algo del atractivo que pregona en sus enunciados y anticipos. Quizás bastaba con una actualización más libre. El apego estricto a estos cánones más el empeño por no dar los guiños necesarios en una adaptación cinematográfica termina cansando. Generando tedio.
El expreso de oriente y su camino cuesta arriba no es un relato atractivo en este remake. Se queda en las presentaciones, los formalismos, descansa en ellos y esa galardonada pasarela se estira a más no poder, incluso dando pie a un desenlace impensado para estas épocas.
En definitiva, una lástima. Demasiada rigidez.
Recomendación:
Débil. El relato de la historia se hace cansino.
=Cité de Buyinski= www.buyinski.wordpress.com
5 de octubre de 2019
5 de octubre de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he leído la novela, pero sí que vi la versión más famosa de 1974, que me pareció fantástica. Esta me lo parece también, porque actualizan mucho la imagen. La fotografía es quizás lo más llamativo de la película.
Dicen que todo es muy teatral, bueno… es una novela de los año 30. También hay alguna crítica “profesional” que dice que hay mucho personaje. ¿En serio? ¿Ese que ha escrito la crítica sabe como es la novela o ha visto la versión de 1974? En fin… Lo principal de la película es que hay mucho personaje precisamente, y es saber entre tantos, quien es el culpable. También hay otras críticas que dicen que falta acción. ¿En serio? ¿Una buena película tiene que ver acción sí o sí? Estamos en una era que o hay mucho movimiento de cámara y acción cada 2x3 o no es una buena película. Creo que el cine está pasando factura a esas películas de usar y tirar…
He leído que es bastante fiel a la novela, me alegra, porque me gusta muchísimo que sea fiel.
Quizás lo menos creíble de todo, es cuando salen a la nieve y es como si pasearan por la playa. Por decir algo.
Vista el 17-03-2018
Dicen que todo es muy teatral, bueno… es una novela de los año 30. También hay alguna crítica “profesional” que dice que hay mucho personaje. ¿En serio? ¿Ese que ha escrito la crítica sabe como es la novela o ha visto la versión de 1974? En fin… Lo principal de la película es que hay mucho personaje precisamente, y es saber entre tantos, quien es el culpable. También hay otras críticas que dicen que falta acción. ¿En serio? ¿Una buena película tiene que ver acción sí o sí? Estamos en una era que o hay mucho movimiento de cámara y acción cada 2x3 o no es una buena película. Creo que el cine está pasando factura a esas películas de usar y tirar…
He leído que es bastante fiel a la novela, me alegra, porque me gusta muchísimo que sea fiel.
Quizás lo menos creíble de todo, es cuando salen a la nieve y es como si pasearan por la playa. Por decir algo.
Vista el 17-03-2018
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