El precio de la codicia
6.6
21,496
Drama
Crónica de la vida de ocho trabajadores de un poderoso banco de inversión durante las 24 horas previas al inicio de la crisis financiera de 2008. Cuando Peter Sullivan (Zachary Quinto), un analista principiante, revela datos que podrían conducir la empresa a la ruina, se desencadena una catarata de decisiones tanto morales como financieras que producen un terremoto en la vida de los implicados en el inminente desastre. (FILMAFFINITY)
22 de octubre de 2011
22 de octubre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alguna tenía que ser la primera película que tratara o retratara el germen de la crisis en la que aún estamos enfangados.
Chandor se vale de un elenco de actores a prueba de fallos para asegurar que la actuación de todos ellos, el ritmo mantenido de la narración y la buena factura de la fotografía hagan que la historia se desenvuelva ágil y amena; y ello a pesar de que casi todo se mueve en interiores y con planos muy cercanos. Esta es la (pen)última historia funesta en la que se destapa por enésima vez algo que todos conocemos: que el capitalismo es un monstruo que se nutre de sí mismo y en el que no hay culpables pero sí daños colaterales cuantiosos; que en las altas finanzas todo se desenvuelve como en un juego sin moral; que todos, a fin de cuentas, necesitamos de esa amoralidad para tener nuestras miserias un poco más atractivas; que parece que no hay puñetera solución. Tampoco es que se entre en profundidad en estos temas porque la película trata de narrar, eso sí, con un magnífico pulso, los hechos que desencadenaron la situación a través de unos personajes quizá demasiado encerrados en sus papeles y que pueden resultar algo planos (yo salvaría a Spacey y Bettany, como más perfilados).
En resumen, Margin Call pasa la dura prueba de hacer tragable e incluso apasionante esta historia de tan sólo 24 horas (en qué poco tiempo se desencadenan los desastres).
Chandor se vale de un elenco de actores a prueba de fallos para asegurar que la actuación de todos ellos, el ritmo mantenido de la narración y la buena factura de la fotografía hagan que la historia se desenvuelva ágil y amena; y ello a pesar de que casi todo se mueve en interiores y con planos muy cercanos. Esta es la (pen)última historia funesta en la que se destapa por enésima vez algo que todos conocemos: que el capitalismo es un monstruo que se nutre de sí mismo y en el que no hay culpables pero sí daños colaterales cuantiosos; que en las altas finanzas todo se desenvuelve como en un juego sin moral; que todos, a fin de cuentas, necesitamos de esa amoralidad para tener nuestras miserias un poco más atractivas; que parece que no hay puñetera solución. Tampoco es que se entre en profundidad en estos temas porque la película trata de narrar, eso sí, con un magnífico pulso, los hechos que desencadenaron la situación a través de unos personajes quizá demasiado encerrados en sus papeles y que pueden resultar algo planos (yo salvaría a Spacey y Bettany, como más perfilados).
En resumen, Margin Call pasa la dura prueba de hacer tragable e incluso apasionante esta historia de tan sólo 24 horas (en qué poco tiempo se desencadenan los desastres).
26 de octubre de 2011
26 de octubre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine de actor en su mayor expresión, Margin Call recuerda a la excelente Glengarry Glen Ross escrita por David Mamet.
En un ambiente opresivo y claustrofóbico, un grupo de bancarios se enfrenta al embrión de la crisis financiera de 2007. Con ciertos tintes maniqueistas, unos son buenos, y otros, claramente malos; pero todos, como bien repiten unos magníficos Demi Moore y Stanley Tucci, están convencidos de que en realidad "nunca pudimos elegir". Y es que, para estos personajes, vivir fuera del ámbito de los bonus de 1 millón de dólares es igual que morir, y ante la muerte, es cierto que el humano siempre eligirá vivir.
Si bien detecto algún simplismo en el tratamiento de los personajes, la película es altamente recomendable
En un ambiente opresivo y claustrofóbico, un grupo de bancarios se enfrenta al embrión de la crisis financiera de 2007. Con ciertos tintes maniqueistas, unos son buenos, y otros, claramente malos; pero todos, como bien repiten unos magníficos Demi Moore y Stanley Tucci, están convencidos de que en realidad "nunca pudimos elegir". Y es que, para estos personajes, vivir fuera del ámbito de los bonus de 1 millón de dólares es igual que morir, y ante la muerte, es cierto que el humano siempre eligirá vivir.
Si bien detecto algún simplismo en el tratamiento de los personajes, la película es altamente recomendable
1 de noviembre de 2011
1 de noviembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece estupendo el duelo de actores, el manejo de la cámara y los esnearios urbanos.
La historia está muy bien llevada y hace comprensibles estos temas de altas finanzas.
No se hace nada larga.
La historia está muy bien llevada y hace comprensibles estos temas de altas finanzas.
No se hace nada larga.
4 de diciembre de 2011
4 de diciembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Margin Call es una pelicula fría y distante como un rosario a las dos de la mañana en la Catedral de Burgos. Es una película que pivota sobre el mejor actor de nuestro tiempo junto con Miguel Caine, el amigo quevinspacei, uno de los nuestros, uno de esos que te puede contar lo que sea que te lo crees.
Y aunque fría distante y con un final poco chispeante no deja de ser una película de denuncia aceptable. Lo que no es de ninguna manera es panfletaria. No apta para pijoprogres con ganas de discusión ni para capullas fachitas que necesitan panfletos regurgitados por alguna estrella del santoral o de la economía interior.
Tiene un iter tranquilo y sin sobresaltos pero eso si con destellos tanto ideológicos como simbólicos o artísticos. Para empezar esa cámara giratoria a la manera de las puertas homónimas de los antiguos hoteles que dá un realismo en ocasiones y una abstracción en otras bastante conseguidas. O esa maravillosa escena de los dos altos ejecutivos hablando en el ascensor con la señora de la limpieza en medio con cara de paisaje, monumento a la exclusión social y a la alegoría de como nos han cocinado la crisis mientras nos mirábamos la panza. Por no hablar de ese cínico y engañoso Jeremy Irons haciendo de preboste y con un lenguaje casi de cheli ilustrado dice aquello de “no te preocupes kevin es solo dinero y se fabrica”.
En su frio didactismo sería una peli para que más de una de estas neo-empresarias españolas tan dadas al liberalismo de baratillo se dieran cuenta de que las recetas facilonas de los gurús de la tdt party no nos llevan a ninguna parte y que el dinero va cambiando de mano en mano hasta que desaparece. Irons lo ejemplifica como nadie en el restaurante. Y como no hablar de la metáfora de kevin y la muerte de su perra. Yo he pasado por ese trance con mi pobre perra Luna. Esa perra muerta y llorada más que el hundimiento del capitalismo. Esa mujer enorme como siempre Mary Macdonell, fría distante aprovechada. Y Kevin al que le dejan cavar una tumba en el jardín que va a perder como sus sueños. La metáfora de una oscura crisis. Menos mal las redes sociales y la tecnología todavía permiten ese mensaje escueto y que te inunda de luz. NPDDQN.
Y aunque fría distante y con un final poco chispeante no deja de ser una película de denuncia aceptable. Lo que no es de ninguna manera es panfletaria. No apta para pijoprogres con ganas de discusión ni para capullas fachitas que necesitan panfletos regurgitados por alguna estrella del santoral o de la economía interior.
Tiene un iter tranquilo y sin sobresaltos pero eso si con destellos tanto ideológicos como simbólicos o artísticos. Para empezar esa cámara giratoria a la manera de las puertas homónimas de los antiguos hoteles que dá un realismo en ocasiones y una abstracción en otras bastante conseguidas. O esa maravillosa escena de los dos altos ejecutivos hablando en el ascensor con la señora de la limpieza en medio con cara de paisaje, monumento a la exclusión social y a la alegoría de como nos han cocinado la crisis mientras nos mirábamos la panza. Por no hablar de ese cínico y engañoso Jeremy Irons haciendo de preboste y con un lenguaje casi de cheli ilustrado dice aquello de “no te preocupes kevin es solo dinero y se fabrica”.
En su frio didactismo sería una peli para que más de una de estas neo-empresarias españolas tan dadas al liberalismo de baratillo se dieran cuenta de que las recetas facilonas de los gurús de la tdt party no nos llevan a ninguna parte y que el dinero va cambiando de mano en mano hasta que desaparece. Irons lo ejemplifica como nadie en el restaurante. Y como no hablar de la metáfora de kevin y la muerte de su perra. Yo he pasado por ese trance con mi pobre perra Luna. Esa perra muerta y llorada más que el hundimiento del capitalismo. Esa mujer enorme como siempre Mary Macdonell, fría distante aprovechada. Y Kevin al que le dejan cavar una tumba en el jardín que va a perder como sus sueños. La metáfora de una oscura crisis. Menos mal las redes sociales y la tecnología todavía permiten ese mensaje escueto y que te inunda de luz. NPDDQN.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Haran otra peli con el personaje oscuro y recurrente de Stanley Tucci?
17 de enero de 2012
17 de enero de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La competencia y la presión en tiempos difíciles en los que las reducciones de plantilla son habituales, la sociedad ya entiende que mirar hacia adelante es mirar sin trabajo, en "Margin Call" creo que también hay un esfuerzo en mostrar que los ricos también lloran, o al menos pasan malos tragos, un despido que deja un trabajo a medias, un relato de supervivencia en cada eslabón empresarial, se adentra en el mundo laboral sin aburrir, no es capaz de introducir dramas cotidianos paralelos, salvo el del perro, pero tampoco se extiende en gráficos de bolsa y otras puñetas inentendibles, se conocen los méritos de cada uno para llegar a su puesto y en qué consiste lo que hacen, de resto se basa en meter miedo con lo que va a pasar.
Al final del día unos ganan y otros pierden, se pone feo de cojones, hay que evitar el avance porque estos cabrones con suerte están en apuros, hay que sacar la basura, ellos nunca pierden, ellos no quedarán expuestos, una exhibición de dilemas sobre cómo sobrevivir, aunque haya que reventar el mercado, aunque haya que arruinar muchas vidas, se ve que van a caer, pero se duda de que vayan a caer juntos, salta la hipocresía en cada diálogo, también destapa la hipocresía de la gente normal hacia los poderosos, a la que me sumo.
Al final del día unos ganan y otros pierden, se pone feo de cojones, hay que evitar el avance porque estos cabrones con suerte están en apuros, hay que sacar la basura, ellos nunca pierden, ellos no quedarán expuestos, una exhibición de dilemas sobre cómo sobrevivir, aunque haya que reventar el mercado, aunque haya que arruinar muchas vidas, se ve que van a caer, pero se duda de que vayan a caer juntos, salta la hipocresía en cada diálogo, también destapa la hipocresía de la gente normal hacia los poderosos, a la que me sumo.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here