Argo
7.2
79,364
Thriller. Intriga. Drama
Irán, año 1979. Cuando la embajada de los Estados Unidos en Teherán es ocupada por seguidores del Ayatolá Jomeini para pedir la extradición del Sha de Persia, la CIA y el gobierno canadiense organizaron una operación para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses que se habían refugiado en la casa del embajador de Canadá. Con este fin se recurrió a un experto en rescatar rehenes y se preparó el escenario para el rodaje de una ... [+]
31 de octubre de 2012
31 de octubre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anhelaba ver un film de este tipo pero sin excesos innecesarios.
Ben Affleck vuelve a sorprenderme una vez más y, afortunadamente para bien. Este chico que prometía en sus primeras películas y que después, había derivado en un error tras otro, parece estar encauzando su camino y la verdad, quien lo iba decir, como director.
En cuanto al cómo llegué a optar por ver "Argo", siendo sincero he de decir que ni me lo había planteado. No sabía de su existencia, ni me había documentado sobre el suceso de 1.979 en Teherán, simplemente pinché en cartelera de Filmaffinity y me topé con ella y su media de 7'5. Después, su sinopsis, sus similitudes con la satisfactoria "Munich" y las buenas críticas de los usuarios, acabaron de convencerme de que valía la pena pagar la indecencia que valen hoy en día, las entradas de cine.
¿El resultado? 2 horas de buen cine y un final de tensión máxima. Ninguno destaca, ni Affleck pero todos rayan a un buen nivel, no se peca de empalago documental, algo típico en films de este típo, donde el afán por relatar con todo detalle el suceso real, acaba por dotar de una tediosidad innecesaria el resultado final, con la consecuente irritación del respetable.
La ambientación correcta, los personajes notablemente fieles a quienes fueron en su realidad y para terminar, John Goodman, el siempre y entrañable Good, con un papel modesto pero más que acertado, representando a John Chambers, un oscarizado maquillador de efectos especiales del cine Hollywoodiense, por la famosa película "El Planeta de los Simios", entre muchas otras y que jugó un papel capital en la operación "Argo".
Por todo ello, recomendable película, de las pocas que compensa rascarse el bolsillo en estos tiempos difíciles.
Ben Affleck vuelve a sorprenderme una vez más y, afortunadamente para bien. Este chico que prometía en sus primeras películas y que después, había derivado en un error tras otro, parece estar encauzando su camino y la verdad, quien lo iba decir, como director.
En cuanto al cómo llegué a optar por ver "Argo", siendo sincero he de decir que ni me lo había planteado. No sabía de su existencia, ni me había documentado sobre el suceso de 1.979 en Teherán, simplemente pinché en cartelera de Filmaffinity y me topé con ella y su media de 7'5. Después, su sinopsis, sus similitudes con la satisfactoria "Munich" y las buenas críticas de los usuarios, acabaron de convencerme de que valía la pena pagar la indecencia que valen hoy en día, las entradas de cine.
¿El resultado? 2 horas de buen cine y un final de tensión máxima. Ninguno destaca, ni Affleck pero todos rayan a un buen nivel, no se peca de empalago documental, algo típico en films de este típo, donde el afán por relatar con todo detalle el suceso real, acaba por dotar de una tediosidad innecesaria el resultado final, con la consecuente irritación del respetable.
La ambientación correcta, los personajes notablemente fieles a quienes fueron en su realidad y para terminar, John Goodman, el siempre y entrañable Good, con un papel modesto pero más que acertado, representando a John Chambers, un oscarizado maquillador de efectos especiales del cine Hollywoodiense, por la famosa película "El Planeta de los Simios", entre muchas otras y que jugó un papel capital en la operación "Argo".
Por todo ello, recomendable película, de las pocas que compensa rascarse el bolsillo en estos tiempos difíciles.
31 de marzo de 2013
31 de marzo de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vacía, carente de sentimientos. Su único punto reseñable es la creación de una ligera tensión al principio y al final del film.
Tan solo llega a esquema de lo que podría haber sido. Faltaría desarrollarla, y además elegir un punto en concreto, no pasar por encima de todo tal como hace.
Cuando en una película puedes sustituir a los actores por peleles de paja y la acción no sufre lo más mínimo, nos encontramos ante una película a todas luces fallida.
En cualquier caso, se trata de una producción jolibudiense, hay dinero metido sin duda, y la calidad visual, las localizaciones, etc. son irreprochables.
La dirección no tiene nada criticable, pero con el guión que tiene no puede hacer nada más de lo que tristemente ofrece.
Se trata de un film interesante para conocer una anécdota histórica del binomio actual oriente – occidente, y que fuera de esto quizá carezca de garra para atrapar a un espectador. Se deja ver, pero nada más.
Tan solo llega a esquema de lo que podría haber sido. Faltaría desarrollarla, y además elegir un punto en concreto, no pasar por encima de todo tal como hace.
Cuando en una película puedes sustituir a los actores por peleles de paja y la acción no sufre lo más mínimo, nos encontramos ante una película a todas luces fallida.
En cualquier caso, se trata de una producción jolibudiense, hay dinero metido sin duda, y la calidad visual, las localizaciones, etc. son irreprochables.
La dirección no tiene nada criticable, pero con el guión que tiene no puede hacer nada más de lo que tristemente ofrece.
Se trata de un film interesante para conocer una anécdota histórica del binomio actual oriente – occidente, y que fuera de esto quizá carezca de garra para atrapar a un espectador. Se deja ver, pero nada más.
29 de agosto de 2013
29 de agosto de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Creíble, verosímil, acertada en la formulación de su tesis política de fondo? Una cuestión secundaria cuando lo que se nos ofrece en pantalla es una narración sometida a un tempo implacable, que se adapta, con precisión metronómica, al requerimiento narrativo de cada secuencia concreta, haciendo que la tensión derivada de la incertidumbre se imponga hasta el punto de hacer olvidar a un espectador que vive en todo momento con el pulso acelerado, los referentes reales en que la trama se basa. Affleck se consagra como un cineasta solvente, y, dada su juventud, nos puede hacer esperar grandes cosas en un futuro próximo. Ojalá...
27 de enero de 2015
27 de enero de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hechos históricos que reflejan el legítimo enfado del pueblo iraní contra americanos e ingleses por su apoyo al dictador Rezha Palevi hasta derrocar con un golpe de estado, con su inestimable ayuda, al legítimo gobierno, instaurando la dictadura del famoso Sha de Persia que al padecer un carcinoma voló a EEUU a tratarse llevándose todo el oro de la Reserva iraní.
Sumando el ridículo espantoso que realizaron los Navy Seals en sus dos intentos para liberar a los rehenes, más de cincuenta, de la embajada americana, que le costaron la Presidencia a Carter, siendo vapuleado en las urnas por el ex actor Ronald Reegan, curiosamente.
En cuanto a la película, oscarizada quizás sin merecerlo dado el actual problema con Irán de los americanos y la escalada en la confrontación, como siempre por el petroleo y la presión de los grupos de loobys y grandes compañías petrolíferas, como ocurrió con la destitución del Sha y la llegada de Jomeini tras la revolución iraní orquestada por los estudiantes, muchos de ellos en universidades americanas becados por los mismos americanos. Digo que la película de Affleck es muy buena aunque quizás no se mereciera el primer premio, manteniéndonos en tensión en la butaca hasta que abren el champan.
Sumando el ridículo espantoso que realizaron los Navy Seals en sus dos intentos para liberar a los rehenes, más de cincuenta, de la embajada americana, que le costaron la Presidencia a Carter, siendo vapuleado en las urnas por el ex actor Ronald Reegan, curiosamente.
En cuanto a la película, oscarizada quizás sin merecerlo dado el actual problema con Irán de los americanos y la escalada en la confrontación, como siempre por el petroleo y la presión de los grupos de loobys y grandes compañías petrolíferas, como ocurrió con la destitución del Sha y la llegada de Jomeini tras la revolución iraní orquestada por los estudiantes, muchos de ellos en universidades americanas becados por los mismos americanos. Digo que la película de Affleck es muy buena aunque quizás no se mereciera el primer premio, manteniéndonos en tensión en la butaca hasta que abren el champan.
10 de julio de 2021
10 de julio de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El principal ingrediente de una reconstrucción o de una película basada en hechos reales es, precisamente, la historia que quiere recrear, por lo que el secreto del éxito de esa clase de producciones es el grado de interés que logre despertar. “Argo” parece consciente de la circunstancia y propone una trama que se desarrolla en medio de unos acontecimientos históricos bastante poco conocidos, pero sumamente trascendentales para la historia de Oriente Medio y de profundo impacto en Occidente: el derrocamiento del Shah de Persia y la subida de Jomeini y el régimen de los ayatollahs al poder en Irán. A casi todos nos suena la llamada «Crisis de los rehenes», cuando fanáticos revolucionarios irrumpieron en la embajada americana en Teherán y se llevaron prisioneras a cincuenta y tantas personas, así como el desastroso intento de los marines de EEUU por rescatarlos (no siempre el ejército USA ha contado con los medios ultramodernos de que dispone hoy día). En medio de ese contexto, “Argo” cuenta una historia marginal, la de unos cuantos miembros de la embajada americana que decidieron jugársela por su cuenta escapando por las callejuelas de Teherán momentos antes del asalto, terminando por llegar a la Embajada Canadiense quien les dio asilo… por el momento.
“Argo” describe el plan desarrollado por la CIA para sacar de ahí a los fugados de una manera, a mi modo de ver, perfecta. Por un lado, porque expone de manera comprensible toda la complejidad de un plan de escape de esa envergadura, que involucró primero a diversos estamentos de la Administración Carter y diferentes departamentos de inteligencia para elaborar y aprobar el plan y, después, a los variopintos elementos encargados de llevarlo a la práctica. Con el foco puesto en el personaje de un Ben Affleck contenido y convincente como sólo él sabe ser cuando quiere, asistimos a reuniones a todos los niveles donde cargos civiles y militares exponen toda clase de ideas, casi todas descabelladas, en un hilarante retrato de la administración pública de cualquier nación, llena de incompetentes puestos a dedo o que han ido trepando por antigüedad a cargos para los que no están preparados. El equilibrio entre rigor documental y mirada vitriólica sobre la labor de los funcionarios públicos es maravilloso y genera credibilidad en el espectador, a la vez que le hace pasar un buen rato.
Luego está la fase de ejecución del plan, donde el humor negro deja paso al drama, a la intriga, a la tensión y a la aventura, pero “Argo” sale también airosa del cambio de registro. Con un ritmo brutal y un gran guion que encuentra tiempo para prestar atención a la parte psicológica de los personajes sin salirse del eje principal, el plan de fuga, la película documenta las peripecias del grupo en su huida final. Muy destacable la escenogafía y el trabajo de ambientación, de conseguir hacer que la acción transcurre en el Irán de los años setenta. Además de lo que es la reconstrucción, indumentaria de época, coches de época, peinados setenteros… la gran dirección del siempre competente Affleck hace que masquemos la tensión en las calles de Teherán, la psicosis antiamericana en una población que empezaba a estar dominada por el terror religioso. Volviendo a la fugam ¿Hasta qué punto es riguroso todo lo que se cuenta y partir de qué punto empiezan las licencias y la exageración? Sinceramente, ni lo sé ni me importa. Matiz arriba, matiz abajo, lo que cuenta pudo haber pasado como lo cuenta y, en ese punto, “Argo” tiene un nivel de confianza bastante alto.
Lo dicho: una historia interesante, muy bien contada, que mezcla toda clase de géneros en un cóctel que se disfruta durante las dos horas que dura la película. Merecidos Oscars a mejor película, montaje y guion adaptado. Yo se lo hubiese dado también a un Affleck que se va mereciendo algo de reconocimiento y dejar ya de ser objetivo de haters.
“Argo” describe el plan desarrollado por la CIA para sacar de ahí a los fugados de una manera, a mi modo de ver, perfecta. Por un lado, porque expone de manera comprensible toda la complejidad de un plan de escape de esa envergadura, que involucró primero a diversos estamentos de la Administración Carter y diferentes departamentos de inteligencia para elaborar y aprobar el plan y, después, a los variopintos elementos encargados de llevarlo a la práctica. Con el foco puesto en el personaje de un Ben Affleck contenido y convincente como sólo él sabe ser cuando quiere, asistimos a reuniones a todos los niveles donde cargos civiles y militares exponen toda clase de ideas, casi todas descabelladas, en un hilarante retrato de la administración pública de cualquier nación, llena de incompetentes puestos a dedo o que han ido trepando por antigüedad a cargos para los que no están preparados. El equilibrio entre rigor documental y mirada vitriólica sobre la labor de los funcionarios públicos es maravilloso y genera credibilidad en el espectador, a la vez que le hace pasar un buen rato.
Luego está la fase de ejecución del plan, donde el humor negro deja paso al drama, a la intriga, a la tensión y a la aventura, pero “Argo” sale también airosa del cambio de registro. Con un ritmo brutal y un gran guion que encuentra tiempo para prestar atención a la parte psicológica de los personajes sin salirse del eje principal, el plan de fuga, la película documenta las peripecias del grupo en su huida final. Muy destacable la escenogafía y el trabajo de ambientación, de conseguir hacer que la acción transcurre en el Irán de los años setenta. Además de lo que es la reconstrucción, indumentaria de época, coches de época, peinados setenteros… la gran dirección del siempre competente Affleck hace que masquemos la tensión en las calles de Teherán, la psicosis antiamericana en una población que empezaba a estar dominada por el terror religioso. Volviendo a la fugam ¿Hasta qué punto es riguroso todo lo que se cuenta y partir de qué punto empiezan las licencias y la exageración? Sinceramente, ni lo sé ni me importa. Matiz arriba, matiz abajo, lo que cuenta pudo haber pasado como lo cuenta y, en ese punto, “Argo” tiene un nivel de confianza bastante alto.
Lo dicho: una historia interesante, muy bien contada, que mezcla toda clase de géneros en un cóctel que se disfruta durante las dos horas que dura la película. Merecidos Oscars a mejor película, montaje y guion adaptado. Yo se lo hubiese dado también a un Affleck que se va mereciendo algo de reconocimiento y dejar ya de ser objetivo de haters.
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