Godzilla
2014 

5.1
23,622
Ciencia ficción. Acción. Drama
Un monstruo marino prehistórico, que ha permanecido décadas aletargado después de que la humanidad tratara de destruirlo, se enfrenta a malvadas criaturas que, animadas por la arrogancia científica del hombre, amenazan la vida de la raza humana. (FILMAFFINITY)
18 de agosto de 2014
18 de agosto de 2014
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La industria holliwoodense no se cansa de dar atole con el dedo, se repite periodicamente para que a través de lo mismo la masa sienta lo innovador a través de las adaptaciones. Godzilla no es la excepción, no hay disimulo y los recurrentes tópicos hacen acto de presencia como si de receta se tratara: héroes, víctimas, mártires, destrucción de emblemas, entre otros tantos aspectos ya conocidos por el espectador. Su terco mensaje implícito acerca de la unión familiar, solidaridad y el respaldo que el gobierno ofrece a sus ciudadanos, principios que como pueblo les resulta gratificante pero que como ajeno a su cultura resulta todo una faramalla de su poderío e incluso como una amenaza velada al resto del planeta.
Godzilla una más del montón que a falta de originalidad no podría superar las versiones del Japón, aun cuando éstas no cuenten con toda la gama de fx existentes y encargadas de engalanar la parte visual.
Godzilla una más del montón que a falta de originalidad no podría superar las versiones del Japón, aun cuando éstas no cuenten con toda la gama de fx existentes y encargadas de engalanar la parte visual.
15 de mayo de 2014
15 de mayo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siendo yo un casi completo inculto en el mito de Godzilla (conozco parte de su historia y vi la película de Roland Emmerich de 1998 como mayores acercamientos al bicho), el teaser y el primer tráiler me dejaron muy buen sabor de boca pensando que vería un apocalipsis –o casi- con el célebre monstruo como protagonista y finalmente decidí verla.
La sensación al final de la proyección es que esos dos avances que yo vi no le hacen del todo justicia al resultado global de la obra. Y es que esta nueva mirada al mito japonés tiene luces y sombras a casi partes iguales.
Su buen opening en Japón deja paso a casi un anodino ritmo después donde, incluso yendo ya al meollo de la historia, no muestra nada del otro jueves salvo el bicho que protagonizó los pulsos electromagnéticos en el opening. No hay casi nada destacable durante buena parte del metraje, nada que haga maravillar la vista, ninguna escena dramática que me hiciera sentir mucho más de lo que prometía esta peli en cuanto a dramatismo. Menos mal que sale al rescate el monstruo protagonista.
Y es que cuando realmente aparece protagoniza algunas de las mejores escenas de toda la película, incluso en una no siendo él el protagonista pero sí utilizándole para la técnica de la primera persona que aquí deja un buen recuerdo. Incluso su aspecto que ha sido puesto en duda, a mi me ha gustado mucho, siendo muy japonés pero con toques USA sin exceder en nada. Cuando Godzilla toma el definitivo protagonismo la película sí mejora bastante, ayudado también por la atmósfera de tono apocalíptico que la rodea a sus apariciones.
Pero la nueva mirada al gigante también tiene algunas graves deficiencias. Como ya he dicho, buena parte de la película me dejó casi indiferente, tiene alguna cosa aquí y allá, pero nada más. Solo a partir de la escena del salto desde el avión militar la película es muy disfrutable.
El reparto es otra, y bastante seria. Intérpretes de gran talento y de carreras envidiables o prometedoras que aquí parece que fueron a por el cheque. El caso de Elizabeth Olsen es realmente grave, pocas veces he visto un papel tan cantosamente inútil. Y estoy hablando de una de las actrices más prometedoras de su generación.
La conclusión a la que llego es que, como en el colegio, necesita mejorar; pero al contrario que en primaria, aquí no supone un suspenso, sí que debe mejorar para ofrecer una obra notable. Si no hay nada más entonces estaremos hablando de un material algo desaprovechado.
La sensación al final de la proyección es que esos dos avances que yo vi no le hacen del todo justicia al resultado global de la obra. Y es que esta nueva mirada al mito japonés tiene luces y sombras a casi partes iguales.
Su buen opening en Japón deja paso a casi un anodino ritmo después donde, incluso yendo ya al meollo de la historia, no muestra nada del otro jueves salvo el bicho que protagonizó los pulsos electromagnéticos en el opening. No hay casi nada destacable durante buena parte del metraje, nada que haga maravillar la vista, ninguna escena dramática que me hiciera sentir mucho más de lo que prometía esta peli en cuanto a dramatismo. Menos mal que sale al rescate el monstruo protagonista.
Y es que cuando realmente aparece protagoniza algunas de las mejores escenas de toda la película, incluso en una no siendo él el protagonista pero sí utilizándole para la técnica de la primera persona que aquí deja un buen recuerdo. Incluso su aspecto que ha sido puesto en duda, a mi me ha gustado mucho, siendo muy japonés pero con toques USA sin exceder en nada. Cuando Godzilla toma el definitivo protagonismo la película sí mejora bastante, ayudado también por la atmósfera de tono apocalíptico que la rodea a sus apariciones.
Pero la nueva mirada al gigante también tiene algunas graves deficiencias. Como ya he dicho, buena parte de la película me dejó casi indiferente, tiene alguna cosa aquí y allá, pero nada más. Solo a partir de la escena del salto desde el avión militar la película es muy disfrutable.
El reparto es otra, y bastante seria. Intérpretes de gran talento y de carreras envidiables o prometedoras que aquí parece que fueron a por el cheque. El caso de Elizabeth Olsen es realmente grave, pocas veces he visto un papel tan cantosamente inútil. Y estoy hablando de una de las actrices más prometedoras de su generación.
La conclusión a la que llego es que, como en el colegio, necesita mejorar; pero al contrario que en primaria, aquí no supone un suspenso, sí que debe mejorar para ofrecer una obra notable. Si no hay nada más entonces estaremos hablando de un material algo desaprovechado.
16 de mayo de 2014
16 de mayo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Grandes sensaciones deja "Godzilla" porque viene preparada no sólo para la diversión o para transportar a la infancia, es un producto con el que sentir cada sonido y movimiento, alejado de la estética del videojuego y, puede que falto de calor, pero tampoco sobrado del heroicismo y el americanismo acostumbrado, esta vez la estrella es el monstruo, y no sólo él, sino es que son tres pájaros de un tiro, no se pueden esconder los fallos típicos del guión y la acción, pero su montaje es tan nítido, que por fin parece que se hace sentir el poder mutante, con capacidad para absorber todas sus ondas magnéticas.
Desmarcada del falso humor habitual, es una película voluntariamente dominante, que rompe ciudades recorriendo un mundo del que poco importan la base científica o el hundimiento de la especie humana, el contenido también es arrasado por las bestias y sus habilidades, y es que por fin supera la barrera de todas las malas apocalípticas, es el gran rugido de un desenlace que estimula a poco que se quiera creer en ella, se puede mejorar, pero va en la línea de ponerla en lo alto de la cartelera, y ya dan un gran paso marcándolo como un héroe, sí, a la bestia, aunque no se sabe bien que tipo de depredador, ya no es el humano, todo lo referente a ellos y las bombas radioactivas mareantes hacen que todavía esta grata sorpresa quede muy lejos de ser una gran obra de arte en todos sus medios de expresión.
Desmarcada del falso humor habitual, es una película voluntariamente dominante, que rompe ciudades recorriendo un mundo del que poco importan la base científica o el hundimiento de la especie humana, el contenido también es arrasado por las bestias y sus habilidades, y es que por fin supera la barrera de todas las malas apocalípticas, es el gran rugido de un desenlace que estimula a poco que se quiera creer en ella, se puede mejorar, pero va en la línea de ponerla en lo alto de la cartelera, y ya dan un gran paso marcándolo como un héroe, sí, a la bestia, aunque no se sabe bien que tipo de depredador, ya no es el humano, todo lo referente a ellos y las bombas radioactivas mareantes hacen que todavía esta grata sorpresa quede muy lejos de ser una gran obra de arte en todos sus medios de expresión.
19 de mayo de 2014
19 de mayo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No poca curiosidad había generado visionar el resultado de lo hecho por Gareth Edwards al verse situado al frente de una empresa de dimensiones apabullantemente antitéticas a las asumidas en la solvente y curiosa MONSTERS, la cinta de “indieterror” mediante la que se dio a conocer hace varias temporadas. El salto de una producción de bajo presupuesto a la contratación para un verdadero blockbuster supone muchas veces la pérdida total de la singularidad creativa dirimida con anterioridad. Las grandes productoras suelen requerir los servicios de brillantes domesticados que no les complejicen o personalicen en demasía la inversión dispuesta para el previsto consumo de facilonas y ávidas masas.
Vista GODZILLA, cabe afirmar que los resultados son decepcionantes, pero a su pesar. La película es, en su globalidad un completo disparate de planicie narrativa, al que, sin embargo, el nada despreciable empeño tras la cámara de Edwards le libra de que ahora mismo la pudiéramos situar en el listado de atrocidades dignas de prisión. Esto es, él, cómo director, logra extraer un mínimo de atisbo de inteligencia a un producto que, a partir de su segundo tercio, se muerde los isquiotibiales de un modo impensable y lastimosamente autosuicida, y al que la brillantez escénica concebida por su orquestador sólo le libra del naufragio total en contados (y magníficos) destellos.
De sobra conocido por todos los aficionados, el legendario personaje que da nombre al film, con el paso del tiempo, se ha convertido en todo un icono del cine de ciencia ficción, que ha traspasado con creces las especialísimas circunstancias de su origen japonés. El mito GODZILLA pertenece a esa nutrida galería de referentes del género que no han cesado de imponer influencia y abundantes regeneraciones. Desde luego, esta última no pasará a los anales de la historia del género.
Y no lo hará fundamentalmente por la imposición de un texto escrito que no puede ser más que calificado de horrendo. El guión que le ha sido ordenado levantar audiovisualmente a Edwards es a todas luces insuficiente, desahogado, burdo y, lo que es peor, cercenador de las interesantes expectativas que él mismo despierta en el planteamiento inicial. Parece mentira que los gestadores de la operación se hallan conformado con tan oneroso soporte dramático, pues el visionado el del film se convierte en un auténtico calvario selectivo: nadie se molesta un ápice en intentar afrontar con cierta seriedad la tarea de dignificar el relleno que supone la trama con la que se despacha los pasajes en los que no aparecen los monstruos.
El film, literalmente, no soporta el cambio de protagonista que se produce en el segundo tercio; esto es, cuando se finiquita la tesitura desarrollada interpretada por Bryan Cranston y Juliette Binoche. El empeño del técnico nuclear en demostrar que la causa de un terrible suceso acaecido quince años atrás (y la previa narración de éste) procura un interés al arranque, que, además, viene oportunamente apoyado por la tardanza en aparecer del monstruo. Sin embargo, ni el matrimonio de jóvenes a los que se les impone la tarea de liderar el conflicto personal más grave de la peripecia, ni la pareja de científicos expertos en las monstruosas criaturas, ni el militar a cuyo cargo queda toda la contienda logran superar el viraje argumental. Todos ellos resultan pacatos, monolíticos, peleles, insustanciales, pues ninguno de ellos está urdido escapándose al imperativo del tópico categórico.
El problema principal es que la misma suerte que corren los personajes la corre el desarrollo argumental de los acontecimientos. Éste resulta raquítico, asimilable sin encanto, insípido y previsible hastala sinvergonzonería. Sólola pericia del realizador en determinados pasajes hace que la cosa no adquiera tintes de espanto y nausea.
Resulta incuestionable la profesionalidad con la que está manejado el presupuesto: las escenas de combates entre los monstruos son superlativas, la puesta en escena de las catástrofes resulta muy impactante y determinados apuntes como el vuelo nocturno de los paracaidistas, la caída de aviones sobre San Francisco o el pasaje enel interior del túnel de tren dan una idea de la personal aproximación audiovisual con la que Edwards sa ha acercado hasta el mito.
No obstante, como ha quedado referido, la ramplonería del material escrito es tan mediocre que hasta la noble idea de no abusar de los enfrentamientos entre las gigantescas criaturas se torna en su contra, porque llega un punto en el metraje en el que sólo su descomunal aparición (por la soberbia realización de Edwards) alimenta el interés de la función. Las figuras humanas tienen menos entidad que los escombros precisados por la escenografía. Concluye el film deseando uno que Godzilla se los hubiera concluido a todos en formato Colajet
Vista GODZILLA, cabe afirmar que los resultados son decepcionantes, pero a su pesar. La película es, en su globalidad un completo disparate de planicie narrativa, al que, sin embargo, el nada despreciable empeño tras la cámara de Edwards le libra de que ahora mismo la pudiéramos situar en el listado de atrocidades dignas de prisión. Esto es, él, cómo director, logra extraer un mínimo de atisbo de inteligencia a un producto que, a partir de su segundo tercio, se muerde los isquiotibiales de un modo impensable y lastimosamente autosuicida, y al que la brillantez escénica concebida por su orquestador sólo le libra del naufragio total en contados (y magníficos) destellos.
De sobra conocido por todos los aficionados, el legendario personaje que da nombre al film, con el paso del tiempo, se ha convertido en todo un icono del cine de ciencia ficción, que ha traspasado con creces las especialísimas circunstancias de su origen japonés. El mito GODZILLA pertenece a esa nutrida galería de referentes del género que no han cesado de imponer influencia y abundantes regeneraciones. Desde luego, esta última no pasará a los anales de la historia del género.
Y no lo hará fundamentalmente por la imposición de un texto escrito que no puede ser más que calificado de horrendo. El guión que le ha sido ordenado levantar audiovisualmente a Edwards es a todas luces insuficiente, desahogado, burdo y, lo que es peor, cercenador de las interesantes expectativas que él mismo despierta en el planteamiento inicial. Parece mentira que los gestadores de la operación se hallan conformado con tan oneroso soporte dramático, pues el visionado el del film se convierte en un auténtico calvario selectivo: nadie se molesta un ápice en intentar afrontar con cierta seriedad la tarea de dignificar el relleno que supone la trama con la que se despacha los pasajes en los que no aparecen los monstruos.
El film, literalmente, no soporta el cambio de protagonista que se produce en el segundo tercio; esto es, cuando se finiquita la tesitura desarrollada interpretada por Bryan Cranston y Juliette Binoche. El empeño del técnico nuclear en demostrar que la causa de un terrible suceso acaecido quince años atrás (y la previa narración de éste) procura un interés al arranque, que, además, viene oportunamente apoyado por la tardanza en aparecer del monstruo. Sin embargo, ni el matrimonio de jóvenes a los que se les impone la tarea de liderar el conflicto personal más grave de la peripecia, ni la pareja de científicos expertos en las monstruosas criaturas, ni el militar a cuyo cargo queda toda la contienda logran superar el viraje argumental. Todos ellos resultan pacatos, monolíticos, peleles, insustanciales, pues ninguno de ellos está urdido escapándose al imperativo del tópico categórico.
El problema principal es que la misma suerte que corren los personajes la corre el desarrollo argumental de los acontecimientos. Éste resulta raquítico, asimilable sin encanto, insípido y previsible hastala sinvergonzonería. Sólola pericia del realizador en determinados pasajes hace que la cosa no adquiera tintes de espanto y nausea.
Resulta incuestionable la profesionalidad con la que está manejado el presupuesto: las escenas de combates entre los monstruos son superlativas, la puesta en escena de las catástrofes resulta muy impactante y determinados apuntes como el vuelo nocturno de los paracaidistas, la caída de aviones sobre San Francisco o el pasaje enel interior del túnel de tren dan una idea de la personal aproximación audiovisual con la que Edwards sa ha acercado hasta el mito.
No obstante, como ha quedado referido, la ramplonería del material escrito es tan mediocre que hasta la noble idea de no abusar de los enfrentamientos entre las gigantescas criaturas se torna en su contra, porque llega un punto en el metraje en el que sólo su descomunal aparición (por la soberbia realización de Edwards) alimenta el interés de la función. Las figuras humanas tienen menos entidad que los escombros precisados por la escenografía. Concluye el film deseando uno que Godzilla se los hubiera concluido a todos en formato Colajet
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Más en: http://musiczine.es
29 de mayo de 2014
29 de mayo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gareth Edwards va a extremos. Debuta con una magistral película como lo es "Monsters" y fracasa estrepitosamente con "Godzilla". Si el bicho en cuestión existiera de verdad se habría ocultado en el fondo del mar avergonzado...
Lo mejor de este film son sus (escasos) momentazos de fotografía, bellísimas escenas que impactan y se quedan grabadas para siempre. Se nota el mimo puesto en cada uno de los nombrados fotogramas, el cuidado de cada mínimo detalle y el hecho de no poder evitar quedarse con la boca abierta y soltar un sonoro "¡wow!".
Y no me refiero a las escenas de acción, qué va. De esas hay pocas y olvidables.
El drama humano tampoco ayuda. Se ha contratado a un elenco de actores conocidos que se dedican a interpretar lo mejor que pueden un papel que no se creen ni ellos. El resultado de su interpretación es una historia que acaba sin tener importancia, y que provoca esperar con impaciencia las escenas de acción. Pero cuando llegan tampoco sacian del todo. No impresionan.
Como puntos positivos (dejando a un lado los ya mencionados momentos fotográficos) puede decirse que el nuevo look de Gojira es impresionante, y que se nota que el director tiene algunos interesantes métodos recurrentes: nunca enseñar del todo, centrarse en los sentimientos de los protagonistas y humanizar a los monstruos.
No obstante, eso le funcionó bien en su primera película indie de bajo presupuesto. Ahora estamos delante de un gigante blockbuster que al utilizar esas fórmulas le quita espectacularidad y le añade defectos.
Se aprecia el querer hacer algo distinto, pero con un monstruo de tales dimensiones no funciona.
VAYAN A VERLA: Si son verdaderos fans del animalito.
ABSTENERSE: Si esperan presenciar monstruos liándose a tortazos a lo "Pacific Rim".
Lo mejor de este film son sus (escasos) momentazos de fotografía, bellísimas escenas que impactan y se quedan grabadas para siempre. Se nota el mimo puesto en cada uno de los nombrados fotogramas, el cuidado de cada mínimo detalle y el hecho de no poder evitar quedarse con la boca abierta y soltar un sonoro "¡wow!".
Y no me refiero a las escenas de acción, qué va. De esas hay pocas y olvidables.
El drama humano tampoco ayuda. Se ha contratado a un elenco de actores conocidos que se dedican a interpretar lo mejor que pueden un papel que no se creen ni ellos. El resultado de su interpretación es una historia que acaba sin tener importancia, y que provoca esperar con impaciencia las escenas de acción. Pero cuando llegan tampoco sacian del todo. No impresionan.
Como puntos positivos (dejando a un lado los ya mencionados momentos fotográficos) puede decirse que el nuevo look de Gojira es impresionante, y que se nota que el director tiene algunos interesantes métodos recurrentes: nunca enseñar del todo, centrarse en los sentimientos de los protagonistas y humanizar a los monstruos.
No obstante, eso le funcionó bien en su primera película indie de bajo presupuesto. Ahora estamos delante de un gigante blockbuster que al utilizar esas fórmulas le quita espectacularidad y le añade defectos.
Se aprecia el querer hacer algo distinto, pero con un monstruo de tales dimensiones no funciona.
VAYAN A VERLA: Si son verdaderos fans del animalito.
ABSTENERSE: Si esperan presenciar monstruos liándose a tortazos a lo "Pacific Rim".
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