Amor sin barreras
6.7
11,277
Musical. Romance. Drama
Los adolescentes Tony y María, a pesar de tener afiliaciones con pandillas callejeras rivales, los Jets y los Sharks, se enamoran en la ciudad de Nueva York en la década de los 50. Nueva versión del legendario musical 'West Side Story', a su vez adaptación de una famosa obra de teatro de Broadway, que modernizaba la historia de 'Romeo y Julieta', de Shakespeare. (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2022
3 de enero de 2022
17 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
De veras alguien cree que merecía la pena?. A mi este tipo de ejercicios me producen lástima y pena. Está muy por debajo de la Original y me pregunto si Spielberg se pone todavía detrás de la cámara. Sus movimientos son pacatos y esteticistas para nada evocan la emocionalidad de las grúas de Wise y Robbins. No es que West Side Story sea mi musical favorito, creo que fue un digno entierro del cine musical.
No merece la pena el diseccionar el film de Spielberg frente al original de Wise y Robbins. Solamente hagan el ejercicio de ver el brillante ejercicio de comedia musical de "Officer Krupke" de uno y otro film.
Nada más. Si tienen tiempo y ganas háganlo con "cool, stay cool" o con "América".
Patético.
Niego la mayor, para este viaje... Y de la actualización a los tiempos modernos.. la corrección y "adaptación" del Sr. Spielberg a los tiempos actuales... ya vamos servidos.
No merece la pena el diseccionar el film de Spielberg frente al original de Wise y Robbins. Solamente hagan el ejercicio de ver el brillante ejercicio de comedia musical de "Officer Krupke" de uno y otro film.
Nada más. Si tienen tiempo y ganas háganlo con "cool, stay cool" o con "América".
Patético.
Niego la mayor, para este viaje... Y de la actualización a los tiempos modernos.. la corrección y "adaptación" del Sr. Spielberg a los tiempos actuales... ya vamos servidos.
31 de enero de 2022
31 de enero de 2022
15 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película de impecable factura técnica y espectaculares decorados y coreografías, pero que no aporta nada a la película original. Es más, al traer a 2022 esta historia la cosa chirría por todos lados. Yo no soy mucho de talibanismo feminista ni de revisar todo con ojos de hoy en día, cada persona y cada historia es hija de su tiempo y bien está. Pero cuando te encuentras esta historia de amor cursi y tóxica en una película de 2022 la cosa cambia: al final, si quitas los bailes y el rollito de integración racial, lo que queda es la historia de una niñata con un comportamiento lamentable. En dos días lo deja todo por un tío que no conoce (que ha sido por cierto condenado a cárcel por agresión a un menor), se anula completamente como persona individual y lo antepone a todo y a todos, incluso a su propio hermano, "porque está enamorada". Este tipo de concepción del amor romántico es ni más ni menos la que favorece gran cantidad de relaciones tóxicas y, en definitiva, la violencia de género.
28 de diciembre de 2021
28 de diciembre de 2021
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de comenzar la crítica, debo confesar que no he visto el clásico original de 1961, ganador de diez Oscars y que es historia del cine (al menos eso se decía antaño…). Por lo tanto, ésta será una reseña sin comparaciones de ningún tipo, limitándome a dar mi opinión (repito, mi opinión) del nuevo film de Steven Spielberg. La crítica la ha aplaudido de forma entusiasta, hasta el punto de calificarla como una obra maestra o lo mejor del año, mientras que el público la ha ignorado por completo, siendo un sonoro fracaso de taquilla. Yo he pagado mi entrada, siendo uno de los pocos que pueden decir que han visto este nuevo musical en un cine, por lo que supongo que eso me da derecho a criticarlo sin miramientos. Y es que me ha decepcionado mucho esta propuesta dramática, siendo complicado hacer una reseña generosa. Me habría encantado, de verdad, pero no he conectado con la historia que se nos propone.
Nada malo se puede decir de la dirección del mítico Steven Spielberg, con un aspecto visual apabullante e impecable, siendo increíble cómo la estética del film parece la de una película clásica. Entiendo que es lo que se pretende, y se consigue a la perfección, con una recreación de la época sobresaliente. Este año no se llevará Spielberg la estatuilla a casa, pero se la merece con creces, porque ha vuelto a dejar bien claro (aunque ya no haga falta) que es uno de los mejores directores de la historia, dotando de magia a una producción que carece de ella. Llega a caer en manos de un cineasta menos experto, y hablaríamos de un producto muchísimo peor. Spielberg salvando otro film… y van.
El gran problema de la película es su guion, repleto de clichés y decisiones argumentales absurdas, siendo un cóctel de géneros que no funciona. No voy a meterme con la obra original de Stephen Sondheim (recientemente fallecido), ni con el clásico de 1961, pero me parece una trama muy bobalicona y surrealista. No sé qué trabajo habrán hecho a la hora de actualizar la historia, pero me da que el musical es hijo de su tiempo, siendo bastante chirriante en los tiempos que corren, como la ridícula historia de amor. Cierto es que hemos comprado sin problemas los clásicos de Disney, con el amor a primera vista y toda la parafernalia, pero a estas alturas del cuento (nunca mejor dicho) el tema ya ruboriza, con una relación amorosa que es imposible creerse (el inicio es abrupto, y apenas se ven tres o cuatro veces) y que no emociona.
Y es que los protagonistas no interesan, siendo totalmente eclipsados por los secundarios, mucho más carismáticos y mejor desarrollados. Cuando la película se centra en los dos tortolitos, la cinta pierde muchos enteros, siendo una de las relaciones amorosas más insípidas de los últimos años. Entiendo que muchos amantes de la obra original o de los musicales salgan emocionados del cine (bueno, o cuando aterrice en Disney Plus…), pero a mí me ha dejado indiferente esta historia que bebe de ‘Romeo y Julieta’. Lo sé, es evidente, pero no sé qué aporta este pastiche de bandas y romances, más allá de ser una crítica al racismo. Quizás por ello la hayan rescatado, optando por un remake que creo que nadie había pedido, y que algo me dice que las nuevas audiencias no van a conectar con un film demasiado anticuado. Era hora de modernizarse, y las decisiones de algunos de los personajes confirman que se ha sido conformista. ¿Cuántas películas clásicas son consideradas ridículas a día de hoy? Ésta sería otro ejemplo más, aunque no tengo del todo claro si juega a eso.
En cuanto a los números musicales, las coreografías son espléndidas, y los actores son expertos bailarines, siendo otro apartado al que no se le puede encontrar ningún pero, aunque mentiría si dijese que he disfrutado con las canciones. Algunas son más que conocidas, pero no me han emocionado o introducido en la historia. Serán cosas mías, pero no ayuda que después de un momento dramático, metan al minuto una canción alegre. Y es que la combinación de géneros no funciona, con una primera mitad colorida y optimista (la mejor, ya que el arranque es maravilloso), y una segunda excesivamente dramática y oscura, supongo que con la intención de soltar la moralina de turno, pero que rompe el ritmo y lastra el conjunto hasta límites insospechados. No estoy pidiendo amor y paz en sus excesivas dos horas y media de metraje, pero tampoco cambios tan abruptos.
Y vamos con el otro apartado que funciona del film y que, junto a la dirección, lo salva de la quema. Y sí, me refiero al reparto. Todos los actores están brillantes, desde los protagonistas (a pesar de lo insustancial de sus personajes) hasta los secundarios. Como no sería justo no mencionarles, diré que destacan la debutante (y futura Blancanieves) Rachel Zegler, Ansel Elgort (mejor de lo esperado, ya que es un intérprete que no suele convencerme), un magnético David Álvarez, un enigmático Mike Faist, o una entrañable Rita Morena (algo me dice que se va a llevar el Oscar a casa), pero quien brilla más es una sorprendente Ariana DeBose, aprovechando el mejor personaje de la propuesta. Un elenco de diez y que eleva el nivel del film.
En conclusión, para un servidor se trata de un musical fallido, triunfando en la dirección (lo esperado en Spielberg) y el elenco actoral, pero fracasando en el resto, con una primera hora muy lograda, pero derrumbándose en la segunda mitad, justo cuando la cinta opta por el drama. Los críticos hablan de obra maestra, pero estoy seguro de que en un año nadie hablará de ella, no alcanzando el estatus de culto que sí obtuvo la original. Y en este punto cabe preguntarse, ¿era necesario un remake? Yo lo tengo claro, pero de momento me limitaré a decir que es una de las grandes decepciones del año y una de las peores películas de Spielberg. Lo sé, no es culpa suya. En fin… otra vez será.
Más críticas: ocioworld.net
Nada malo se puede decir de la dirección del mítico Steven Spielberg, con un aspecto visual apabullante e impecable, siendo increíble cómo la estética del film parece la de una película clásica. Entiendo que es lo que se pretende, y se consigue a la perfección, con una recreación de la época sobresaliente. Este año no se llevará Spielberg la estatuilla a casa, pero se la merece con creces, porque ha vuelto a dejar bien claro (aunque ya no haga falta) que es uno de los mejores directores de la historia, dotando de magia a una producción que carece de ella. Llega a caer en manos de un cineasta menos experto, y hablaríamos de un producto muchísimo peor. Spielberg salvando otro film… y van.
El gran problema de la película es su guion, repleto de clichés y decisiones argumentales absurdas, siendo un cóctel de géneros que no funciona. No voy a meterme con la obra original de Stephen Sondheim (recientemente fallecido), ni con el clásico de 1961, pero me parece una trama muy bobalicona y surrealista. No sé qué trabajo habrán hecho a la hora de actualizar la historia, pero me da que el musical es hijo de su tiempo, siendo bastante chirriante en los tiempos que corren, como la ridícula historia de amor. Cierto es que hemos comprado sin problemas los clásicos de Disney, con el amor a primera vista y toda la parafernalia, pero a estas alturas del cuento (nunca mejor dicho) el tema ya ruboriza, con una relación amorosa que es imposible creerse (el inicio es abrupto, y apenas se ven tres o cuatro veces) y que no emociona.
Y es que los protagonistas no interesan, siendo totalmente eclipsados por los secundarios, mucho más carismáticos y mejor desarrollados. Cuando la película se centra en los dos tortolitos, la cinta pierde muchos enteros, siendo una de las relaciones amorosas más insípidas de los últimos años. Entiendo que muchos amantes de la obra original o de los musicales salgan emocionados del cine (bueno, o cuando aterrice en Disney Plus…), pero a mí me ha dejado indiferente esta historia que bebe de ‘Romeo y Julieta’. Lo sé, es evidente, pero no sé qué aporta este pastiche de bandas y romances, más allá de ser una crítica al racismo. Quizás por ello la hayan rescatado, optando por un remake que creo que nadie había pedido, y que algo me dice que las nuevas audiencias no van a conectar con un film demasiado anticuado. Era hora de modernizarse, y las decisiones de algunos de los personajes confirman que se ha sido conformista. ¿Cuántas películas clásicas son consideradas ridículas a día de hoy? Ésta sería otro ejemplo más, aunque no tengo del todo claro si juega a eso.
En cuanto a los números musicales, las coreografías son espléndidas, y los actores son expertos bailarines, siendo otro apartado al que no se le puede encontrar ningún pero, aunque mentiría si dijese que he disfrutado con las canciones. Algunas son más que conocidas, pero no me han emocionado o introducido en la historia. Serán cosas mías, pero no ayuda que después de un momento dramático, metan al minuto una canción alegre. Y es que la combinación de géneros no funciona, con una primera mitad colorida y optimista (la mejor, ya que el arranque es maravilloso), y una segunda excesivamente dramática y oscura, supongo que con la intención de soltar la moralina de turno, pero que rompe el ritmo y lastra el conjunto hasta límites insospechados. No estoy pidiendo amor y paz en sus excesivas dos horas y media de metraje, pero tampoco cambios tan abruptos.
Y vamos con el otro apartado que funciona del film y que, junto a la dirección, lo salva de la quema. Y sí, me refiero al reparto. Todos los actores están brillantes, desde los protagonistas (a pesar de lo insustancial de sus personajes) hasta los secundarios. Como no sería justo no mencionarles, diré que destacan la debutante (y futura Blancanieves) Rachel Zegler, Ansel Elgort (mejor de lo esperado, ya que es un intérprete que no suele convencerme), un magnético David Álvarez, un enigmático Mike Faist, o una entrañable Rita Morena (algo me dice que se va a llevar el Oscar a casa), pero quien brilla más es una sorprendente Ariana DeBose, aprovechando el mejor personaje de la propuesta. Un elenco de diez y que eleva el nivel del film.
En conclusión, para un servidor se trata de un musical fallido, triunfando en la dirección (lo esperado en Spielberg) y el elenco actoral, pero fracasando en el resto, con una primera hora muy lograda, pero derrumbándose en la segunda mitad, justo cuando la cinta opta por el drama. Los críticos hablan de obra maestra, pero estoy seguro de que en un año nadie hablará de ella, no alcanzando el estatus de culto que sí obtuvo la original. Y en este punto cabe preguntarse, ¿era necesario un remake? Yo lo tengo claro, pero de momento me limitaré a decir que es una de las grandes decepciones del año y una de las peores películas de Spielberg. Lo sé, no es culpa suya. En fin… otra vez será.
Más críticas: ocioworld.net
1 de enero de 2022
1 de enero de 2022
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine musical ha sido tradicionalmente un género carente de prestigio y de seguidores – por lo menos en el momento actual –, cuando no relegado a mero pasatiempo para nostálgicos. Buena prueba de ello es que apenas haya una trentena de reseñas sobre este musical, siendo un estreno navideño del aclamado Spielberg. Se trata, sin duda, de una reducción simplista que ignora, por comodidad y rutina, cuando no lobotomizados por la apabullante pirotecnia visual con dos lineas de argumento para todo el film. Mientras se desprecia el esfuerzo creativo, la búsqueda de nuevas soluciones espacio-temporales y, por qué no, la vivacidad, la imaginación y la fantasía inherentes al género. Una verdadera fiesta para los sentidos, la magia de sus imágenes y su poder de fascinación.
La nueva versión del musical West Side Story de Spielberg es una relectura económica y social con la perspectiva de los años transcurridos. Más allá de la romántica historia de amor emanada del clásico de Shakespeare, se detiene en mostrarnos un realismo despiadado. La situación del Upper West Side (subiendo por la Avenida Broadway hasta central Park a la izquierda), un área que estaba a finales de los 50, en liquidación por derribo para reformular la zona expulsando a sus moradores, pobres y desarraigados en constantes conflictos sociales para dar paso a un nuevo proyecto urbanístico de la zona. No es baladí que aparezca en un primer plano el diseño del complejo cultural Lincoln Center (Teatro de ópera, sala de conciertos y danza, escuela de música, etc.) y le acompañaran casas y apartamentos para ricos, mientras la pobreza será trasladada fuera de Manhattan. Los Jets y los Sharks se enfrentan por un territorio que ya han perdido como muy bien lo apunta el sargento responsable del distrito, son mera escoria que pronto será erradicada.
La música incidental, la letra y las canciones, sobradamente conocidas por los amantes del género, se mantienen intactas, imposible mejorarlas, pues describen las situaciones de forma apabullante. Pero sí que hay cambios sustanciales en el comportamiento de los jóvenes que aquí no son meros gamberros pendencieros y mal educados, ahora los vemos como seres agresivos que llevan el odio en sus ADN personales, es la visión pesimista que plantea Spielberg. Ha cambiado la película de Estudio por una historia físicamente urbana decorada por escombros y ruinas de una zona en descomposición que va a ser demolida en su integridad. Los actores cantan, bailan y actúan de forma impecable, se nota la preparación de los jóvenes de hoy en una sociedad tan exigente en el tema del espectáculo musical, lo competencia es muy dura, sólo hay que ver los castings para cualquier musical en teatro. No creo que esta película sea mejor o peor que la anterior de Wise, pienso que es distinta en su planteamiento artístico y de aspecto dramático. Una puesta en escena muy realista y desoladora, alejada del glamour y los estereotipos que se pretendían transgredir a principios de los sesenta. Los cambios son mínimos y siempre en beneficio de la trama, la coreografía asombrosa y descriptiva en todo momento. La fotografía me parece deslumbrante por la dificultad de rodar en la calle de día o de noche, el ritmo es trepidante porque no te suelta en ningún momento, los 150 minutos pasan volando. He de reconocer que iba con algunos prejuicios y me ha sorprendido favorablemente el trabajo de Spielberg que llevaba años tras un proyecto musical y creo que lo ha hecho muy bien. Película muy recomendable dentro de la mediocridad en la oferta cinematográfica navideña.
La nueva versión del musical West Side Story de Spielberg es una relectura económica y social con la perspectiva de los años transcurridos. Más allá de la romántica historia de amor emanada del clásico de Shakespeare, se detiene en mostrarnos un realismo despiadado. La situación del Upper West Side (subiendo por la Avenida Broadway hasta central Park a la izquierda), un área que estaba a finales de los 50, en liquidación por derribo para reformular la zona expulsando a sus moradores, pobres y desarraigados en constantes conflictos sociales para dar paso a un nuevo proyecto urbanístico de la zona. No es baladí que aparezca en un primer plano el diseño del complejo cultural Lincoln Center (Teatro de ópera, sala de conciertos y danza, escuela de música, etc.) y le acompañaran casas y apartamentos para ricos, mientras la pobreza será trasladada fuera de Manhattan. Los Jets y los Sharks se enfrentan por un territorio que ya han perdido como muy bien lo apunta el sargento responsable del distrito, son mera escoria que pronto será erradicada.
La música incidental, la letra y las canciones, sobradamente conocidas por los amantes del género, se mantienen intactas, imposible mejorarlas, pues describen las situaciones de forma apabullante. Pero sí que hay cambios sustanciales en el comportamiento de los jóvenes que aquí no son meros gamberros pendencieros y mal educados, ahora los vemos como seres agresivos que llevan el odio en sus ADN personales, es la visión pesimista que plantea Spielberg. Ha cambiado la película de Estudio por una historia físicamente urbana decorada por escombros y ruinas de una zona en descomposición que va a ser demolida en su integridad. Los actores cantan, bailan y actúan de forma impecable, se nota la preparación de los jóvenes de hoy en una sociedad tan exigente en el tema del espectáculo musical, lo competencia es muy dura, sólo hay que ver los castings para cualquier musical en teatro. No creo que esta película sea mejor o peor que la anterior de Wise, pienso que es distinta en su planteamiento artístico y de aspecto dramático. Una puesta en escena muy realista y desoladora, alejada del glamour y los estereotipos que se pretendían transgredir a principios de los sesenta. Los cambios son mínimos y siempre en beneficio de la trama, la coreografía asombrosa y descriptiva en todo momento. La fotografía me parece deslumbrante por la dificultad de rodar en la calle de día o de noche, el ritmo es trepidante porque no te suelta en ningún momento, los 150 minutos pasan volando. He de reconocer que iba con algunos prejuicios y me ha sorprendido favorablemente el trabajo de Spielberg que llevaba años tras un proyecto musical y creo que lo ha hecho muy bien. Película muy recomendable dentro de la mediocridad en la oferta cinematográfica navideña.
3 de enero de 2022
3 de enero de 2022
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuesta mucho no comparar esta nueva versión con la película original y, si toda comparación es odiosa, en este caso lo es aún más. Sin embargo, primero quiero hacer una crítica como película independiente:
West Side Story (2021) es un musical que, a pesar de su duración, no llega a aburrir. Destacan tres personajes en especial: Anita (tanto a nivel interpretativo como musical), María (únicamente a nivel musical) y Bernardo (a nivel interpretativo). Cuesta saber si la menor credibilidad de personajes importantes como María, Tony o Riff se debe a su peor calidad como actores o si es debido al guion. Y es que encontramos que los personajes tienen unas personalidades y reacciones que cuesta comprender. Lo que sí resulta más evidente es la pésima voz de Riff y el muy limitado registro de Tony, algo que parece impensable en un musical. Aun así, se deja ver (y se presta a ser olvidada).
Pero si comparamos la nueva versión con la original, la película de 2021 sale peor parada. Se alargan diálogos con el fin de explicar en mayor detalle lo que ocurre y eso simplemente ralentiza la trama, dando un ritmo irregular a la película. Curiosamente, las escenas que son una copia casi exacta de la original tampoco acabab de resultar satisfactorias, ya que no están al nivel de espectacularidad de la anterior. El tono dramático también queda atenuado, como es propio en el cine de Spielberg, ya sea por el ya mencionado alargamiento de escenas o por restar crudeza a otras (es claro el ejemplo en la escena final de Anita). Pero, sobre todo, es destacable (negativamente) la pérdida a nivel musical: no solo por la capacidad de ciertos actores, sino también por malas decisiones, como dar a Tony una canción de Riff -cosa que rompe el tipo de melodía del personaje de Tony-, acortar canciones y, sobre todo, hacer que la trama gire demasiado en torno a un nuevo personaje que contente a los nostálgicos, interpretado por Rita Moreno, que es correcta pero no debería haber cantado una canción de María y Tony con tanto peso dramático y romántico en la original.
West Side Story (2021) es un musical que, a pesar de su duración, no llega a aburrir. Destacan tres personajes en especial: Anita (tanto a nivel interpretativo como musical), María (únicamente a nivel musical) y Bernardo (a nivel interpretativo). Cuesta saber si la menor credibilidad de personajes importantes como María, Tony o Riff se debe a su peor calidad como actores o si es debido al guion. Y es que encontramos que los personajes tienen unas personalidades y reacciones que cuesta comprender. Lo que sí resulta más evidente es la pésima voz de Riff y el muy limitado registro de Tony, algo que parece impensable en un musical. Aun así, se deja ver (y se presta a ser olvidada).
Pero si comparamos la nueva versión con la original, la película de 2021 sale peor parada. Se alargan diálogos con el fin de explicar en mayor detalle lo que ocurre y eso simplemente ralentiza la trama, dando un ritmo irregular a la película. Curiosamente, las escenas que son una copia casi exacta de la original tampoco acabab de resultar satisfactorias, ya que no están al nivel de espectacularidad de la anterior. El tono dramático también queda atenuado, como es propio en el cine de Spielberg, ya sea por el ya mencionado alargamiento de escenas o por restar crudeza a otras (es claro el ejemplo en la escena final de Anita). Pero, sobre todo, es destacable (negativamente) la pérdida a nivel musical: no solo por la capacidad de ciertos actores, sino también por malas decisiones, como dar a Tony una canción de Riff -cosa que rompe el tipo de melodía del personaje de Tony-, acortar canciones y, sobre todo, hacer que la trama gire demasiado en torno a un nuevo personaje que contente a los nostálgicos, interpretado por Rita Moreno, que es correcta pero no debería haber cantado una canción de María y Tony con tanto peso dramático y romántico en la original.
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