El hombre de acero
2013 

5.8
54,045
Ciencia ficción. Fantástico. Acción
Desde Krypton, un lejano planeta muy avanzado tecnológicamente, un bebé es enviado en una cápsula a través del espacio a la Tierra para que viva entre los humanos. Educado en una granja en Kansas en los valores de sus padres adoptivos, Martha (Diane Lane) y Jonathan Kent (Kevin Costner), el joven Clark Kent (Henry Cavill) comienza desde niño a desarrollar poderes sobrehumanos, y al llegar a la edad adulta llega a la conclusión de que ... [+]
1 de julio de 2013
1 de julio de 2013
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las cosas que falló en Superman Returns fue (pese a la impecable actuación de Kevin Spacey) que el antagonista fuese Lex Luthor. Lo mismo pasa cuando comparas la primera película de Superman de Cristopher Reeve (pese a la impecable actuación de Gene Hackman) con la segunda.
Esta película comparte con Superman 2 el enfrentamiento que, a mi juicio, resulta mucho más atractivo que el del hombre de acero contra Luthor, es decir, el enfrentamiento contra el General Zod. Aquí tenemos a un villano kryptoniano y, por lo tanto, comparable al héroe en cuanto a sus sobrehumanas capacidades físicas. Eso lo hace mucho más interesante, porque Superman es un héroe muy distinto a otros como Spiderman o Batman; lo es en el sentido de ser un héroe concebido (adrede) con unos poderes tan desproporcionadamente superiores a los de cualquier mortal que, de no ser por sus valores morales incorruptibles, le resultaría ridículamente fácil matar a un simple humano como Luthor en menos de una décima de segundo.
Como aquí volvemos a tener al General Zod, no puedo evitar comparar esta película con la segunda parte de la saga de Reeve. Porque ciertamente son muy diferentes, cosa que hay que celebrar, porque nadie quiere una copia de algo que ya existe. Este es un enfoque totalmente nuevo de Superman, que es lo que hacía falta, así que cuando me ponga (en breves instantes) a criticar esta peli comparándola con la de Richard Donner/Lester que nadie piense que estoy quejándome de que esta película NO sea como aquella, pues pedir tal cosa sería absurdo.
Esta película (por razones cronológicas obvias) supera a Superman 2 en cuanto a efectos especiales, pero en cuanto al ARGUMENTO me convence ligeramente más aquella pelicula ochentosa. Si en esta tenemos a Christopher Nolan colaborando en el guión, en aquella otra teníamos a nada menos que Mario Puzo (sí, el que escribió "El Padrino") y realmente, en mi opinión, la calidad es superior.
Una cosa que me encantaba de la película de 1980 es que consigue brillantemente crear una gran expectación respecto a "¿Qué pasará cuando Zod se enfrente con Superman?". (Alerta spoiler si no habéis visto la peli) En esa película, cuando Zod y los suyos llegan a la Tierra sometiendo al presidente de Estados Unidos y convirtiéndose en dictadores mundiales, Superman había perdido voluntariamente sus poderes por amor a Lois Lane (supongo que para tirarse a una humana sin destrozarla tenia que convertirse en humano también, no sé). Y hasta el momento en que Superman recupera su poder y se enfrenta a Zod en una épica batalla, la expectación crece y crece porque sólo tú (y los humanos en general) sabes lo que le espera a ese cabrón extraterrestre que cree tenerlo todo controlado.
Así es como aquella película te hacía más participe de la situación y hacía que te sintieras más identificado con el héroe, porque (y aquí viene el punto clave) en aquella película los humanos SABÍAN quien era Superman, pero Zod NO SABÍA quien era Superman (hasta que en cierto momento Luthor le acaba comentando que Superman es el hijo de Jor-El)
Esta película comparte con Superman 2 el enfrentamiento que, a mi juicio, resulta mucho más atractivo que el del hombre de acero contra Luthor, es decir, el enfrentamiento contra el General Zod. Aquí tenemos a un villano kryptoniano y, por lo tanto, comparable al héroe en cuanto a sus sobrehumanas capacidades físicas. Eso lo hace mucho más interesante, porque Superman es un héroe muy distinto a otros como Spiderman o Batman; lo es en el sentido de ser un héroe concebido (adrede) con unos poderes tan desproporcionadamente superiores a los de cualquier mortal que, de no ser por sus valores morales incorruptibles, le resultaría ridículamente fácil matar a un simple humano como Luthor en menos de una décima de segundo.
Como aquí volvemos a tener al General Zod, no puedo evitar comparar esta película con la segunda parte de la saga de Reeve. Porque ciertamente son muy diferentes, cosa que hay que celebrar, porque nadie quiere una copia de algo que ya existe. Este es un enfoque totalmente nuevo de Superman, que es lo que hacía falta, así que cuando me ponga (en breves instantes) a criticar esta peli comparándola con la de Richard Donner/Lester que nadie piense que estoy quejándome de que esta película NO sea como aquella, pues pedir tal cosa sería absurdo.
Esta película (por razones cronológicas obvias) supera a Superman 2 en cuanto a efectos especiales, pero en cuanto al ARGUMENTO me convence ligeramente más aquella pelicula ochentosa. Si en esta tenemos a Christopher Nolan colaborando en el guión, en aquella otra teníamos a nada menos que Mario Puzo (sí, el que escribió "El Padrino") y realmente, en mi opinión, la calidad es superior.
Una cosa que me encantaba de la película de 1980 es que consigue brillantemente crear una gran expectación respecto a "¿Qué pasará cuando Zod se enfrente con Superman?". (Alerta spoiler si no habéis visto la peli) En esa película, cuando Zod y los suyos llegan a la Tierra sometiendo al presidente de Estados Unidos y convirtiéndose en dictadores mundiales, Superman había perdido voluntariamente sus poderes por amor a Lois Lane (supongo que para tirarse a una humana sin destrozarla tenia que convertirse en humano también, no sé). Y hasta el momento en que Superman recupera su poder y se enfrenta a Zod en una épica batalla, la expectación crece y crece porque sólo tú (y los humanos en general) sabes lo que le espera a ese cabrón extraterrestre que cree tenerlo todo controlado.
Así es como aquella película te hacía más participe de la situación y hacía que te sintieras más identificado con el héroe, porque (y aquí viene el punto clave) en aquella película los humanos SABÍAN quien era Superman, pero Zod NO SABÍA quien era Superman (hasta que en cierto momento Luthor le acaba comentando que Superman es el hijo de Jor-El)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En esta película pasa justo lo contrario, Zod SABE quien es Superman, pero la gente NO SABE quien es Superman. Me gusta mucho que hayan probado con eso, es un acierto este nuevo enfoque (precisamente por ser nuevo, por no ser una repetición de lo que ya hemos visto). Pero debo decir que eso hace que no exista esa misma expectación respecto a la sorpresa que se va a llevar el villano, pues el malo aquí ya sabe que Kal-El está en la Tierra desde el principio. Son los terrícolas los que ignoran ese hecho completamente, así que el resultado es que el enfrentamiento entre los dos kryptonianos queda como algo muy ajeno a los habitantes de la Tierra, como un enfrentamiento entre dos alienígenas que se dan de hostias por asuntos totalmente kryptonianos con la Tierra como escenario accidental.
Por otra parte, este Zod parece un personaje ligeramente más complejo que el de Terrence Stamp. En ambos casos es un dictador frustrado enviado a la carcel (zona fantasma) tras un fallido intento de golpe de estado, como Hitler, pero en lugar de escribir el Mein Kampf, en la peli ochentosa Zod dedica su largo tiempo de confinamiento a odiar a Jor-El y a aspirar gobernar algún día y a que muchos se arrodillen ante él. Cuando consigue la libertad y llega a la Tierra, se alegra de encontrarse en un mundo en el que él es físicamente superior a todos sus habitantes hasta el punto en que basta con tres kryptonianos para someter al planeta entero.
El Zod de esta película sí que podría haber escrito el Mein Kampf porque parece una especie de iluminado nacionalsocialista kryptoniano, obsesionado con la idea nostálgica de resucitar su raza y reconstruir el planeta Krypton. No es un villano egoísta y sin escrúpulos como el Zod de los ochenta. No quiere un mundo como la Tierra en el que él pueda someter sin problemas a sus habitantes (o NI SIQUIERA se plantea si quiere eso) sólo se plantea su deber, que es el de salvar la raza kryptoniana y recrear un planeta muerto. El Zod de los ochenta se habría reído de esa idea estúpida de recrear Krypton en lugar de quedarse con un planeta que le otorga poderes de semidiós (de hecho en una escena de la película se rie de la recreación de Krypton que es la casa de Superman del Polo Norte), pero no es que el Zod de esta película intente recrear el planeta desaparecido por una nostalgia o una idea "romántica nacionalista" absurda, sino porque al parecer ese es su deber y, por lo tanto, su razón de ser en la vida.
Respecto al desenlace, la forma en que Superman derrota a Zod en la versión ochentosa es a mi juicio 100.000 veces mejor, aunque admito que aquel momento es difícilmente superable.
En cualquier caso, esta es una versión de Superman que merece ser vista, pues es sin ninguna duda una de la mejores que se han hecho del hombre de acero.
Por otra parte, este Zod parece un personaje ligeramente más complejo que el de Terrence Stamp. En ambos casos es un dictador frustrado enviado a la carcel (zona fantasma) tras un fallido intento de golpe de estado, como Hitler, pero en lugar de escribir el Mein Kampf, en la peli ochentosa Zod dedica su largo tiempo de confinamiento a odiar a Jor-El y a aspirar gobernar algún día y a que muchos se arrodillen ante él. Cuando consigue la libertad y llega a la Tierra, se alegra de encontrarse en un mundo en el que él es físicamente superior a todos sus habitantes hasta el punto en que basta con tres kryptonianos para someter al planeta entero.
El Zod de esta película sí que podría haber escrito el Mein Kampf porque parece una especie de iluminado nacionalsocialista kryptoniano, obsesionado con la idea nostálgica de resucitar su raza y reconstruir el planeta Krypton. No es un villano egoísta y sin escrúpulos como el Zod de los ochenta. No quiere un mundo como la Tierra en el que él pueda someter sin problemas a sus habitantes (o NI SIQUIERA se plantea si quiere eso) sólo se plantea su deber, que es el de salvar la raza kryptoniana y recrear un planeta muerto. El Zod de los ochenta se habría reído de esa idea estúpida de recrear Krypton en lugar de quedarse con un planeta que le otorga poderes de semidiós (de hecho en una escena de la película se rie de la recreación de Krypton que es la casa de Superman del Polo Norte), pero no es que el Zod de esta película intente recrear el planeta desaparecido por una nostalgia o una idea "romántica nacionalista" absurda, sino porque al parecer ese es su deber y, por lo tanto, su razón de ser en la vida.
Respecto al desenlace, la forma en que Superman derrota a Zod en la versión ochentosa es a mi juicio 100.000 veces mejor, aunque admito que aquel momento es difícilmente superable.
En cualquier caso, esta es una versión de Superman que merece ser vista, pues es sin ninguna duda una de la mejores que se han hecho del hombre de acero.
8 de julio de 2013
8 de julio de 2013
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué era lo que le faltaba a Superman en sus anteriores encarnaciones cinematográficas? Acción. Y lo que le faltaba a aquellas, a esta le sobra: por encima de todo, es una película de espectaculares escenas de Superman haciendo alarde de sus poderes contra villanos no menos poderosos. ¿Merece la pena verla en el cine? Sin duda. Puede ser un poco excesiva, pero se hace de todo menos larga.
No tiene una gran historia ni un gran guión, pero sin duda está por encima de la media en lo que son las películas de héroes comiqueros, y si bien no es "El Caballero Oscuro" (a pesar de la labor de Nolan como productor) ni "Los Vengadores" (no le vendría mal un poco del humor de esta), sí podría ser de las anteriores de la fila.
No os dejéis engañar: hay mucha gente detractora de Superman, que habla de él como un personaje sin acción ni humanidad, y tras haber visto esta película que desmiente ambos prejuicios, está más desesperada que nunca por meterse con el superhéroe y su nuevo regreso al cine.
El principal fallo de esta película será la sensación al terminar de que muchos personajes secundarios desaprovechados, más en palabras de alguien que los conoce de los cómics: los Kent, Perry White, el profesor Hamilton... Están ahí de testigos de la historia y poco más, o participan puntualmente en flashbacks y escenas sueltas. Y eso a más de uno le dará una sensación de discontinuidad.
La película, por otro lado, se toma bastante tiempo para ciertas cosas y no tanto para otras. De hecho, tras un largo y espectacular prólogo en el planeta Krypton, ¡pasamos directamente a un adulto Clark Kent haciendo alarde de sus poderes! La infancia del personaje serán flashbacks. Esto no es un spoiler, pero sirve de ejemplo de cómo la película se esfuerza por ir rápido al grano.
Y además, es una película fantástica con verdadero sentido de la fascinación; el ejemplo ideal son las primeras escenas en las que Superman empieza a volar. Algunas escenas con la cámara a los hombros del héroe, para que nos sintamos con sus propios poderes.
El enfrentamiento final de Superman contra Zod es espectacular, y su final ha dividido a los espectadores. Por mi parte, me parece estupendo.
No es la gran historia que hubiéramos querido ver de Superman, pero sin duda esta película merece el éxito que está teniendo y deja la puerta abierta para una continuación aún mejor y más libre, y si le echamos ganas, una película de la Liga de la Justicia en la que Superman se enfrente al mal codo a codo con Batman, Wonder Woman, Flash y compañía.
¡El primer superhéroe ha vuelto!
No tiene una gran historia ni un gran guión, pero sin duda está por encima de la media en lo que son las películas de héroes comiqueros, y si bien no es "El Caballero Oscuro" (a pesar de la labor de Nolan como productor) ni "Los Vengadores" (no le vendría mal un poco del humor de esta), sí podría ser de las anteriores de la fila.
No os dejéis engañar: hay mucha gente detractora de Superman, que habla de él como un personaje sin acción ni humanidad, y tras haber visto esta película que desmiente ambos prejuicios, está más desesperada que nunca por meterse con el superhéroe y su nuevo regreso al cine.
El principal fallo de esta película será la sensación al terminar de que muchos personajes secundarios desaprovechados, más en palabras de alguien que los conoce de los cómics: los Kent, Perry White, el profesor Hamilton... Están ahí de testigos de la historia y poco más, o participan puntualmente en flashbacks y escenas sueltas. Y eso a más de uno le dará una sensación de discontinuidad.
La película, por otro lado, se toma bastante tiempo para ciertas cosas y no tanto para otras. De hecho, tras un largo y espectacular prólogo en el planeta Krypton, ¡pasamos directamente a un adulto Clark Kent haciendo alarde de sus poderes! La infancia del personaje serán flashbacks. Esto no es un spoiler, pero sirve de ejemplo de cómo la película se esfuerza por ir rápido al grano.
Y además, es una película fantástica con verdadero sentido de la fascinación; el ejemplo ideal son las primeras escenas en las que Superman empieza a volar. Algunas escenas con la cámara a los hombros del héroe, para que nos sintamos con sus propios poderes.
El enfrentamiento final de Superman contra Zod es espectacular, y su final ha dividido a los espectadores. Por mi parte, me parece estupendo.
No es la gran historia que hubiéramos querido ver de Superman, pero sin duda esta película merece el éxito que está teniendo y deja la puerta abierta para una continuación aún mejor y más libre, y si le echamos ganas, una película de la Liga de la Justicia en la que Superman se enfrente al mal codo a codo con Batman, Wonder Woman, Flash y compañía.
¡El primer superhéroe ha vuelto!
5 de julio de 2013
5 de julio de 2013
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que reconocer que Christopher Nolan es uno los directores de su generación que más me gusta, tal vez el que más. Todo lo que ha hecho a partir de Memento me entusiasma. Por su parte Zack Snyder ha dirigido algunas películas que me gustan mucho como Amanecer de los muertos, Watchmen y 300 (o eso me pareció en su día). Y finalmente Superman es el primer recuerdo que tengo delante de una pantalla de cine, así que aunque solo sea por ese motivo siempre estaré de su parte. De hecho creo que soy la única persona en el mundo que disfrutó con Superman Returns, la película de Bryan Singer que se estrenó hace unos años. Esto último probablemente requiera una revisión de la película. Así es que es obvio que mi predisposición ante El hombre de acero era absolutamente favorable. Y aunque mi entusiasmo final no llega a las cotas de los tres Batman de Nolan, la verdad es que salí bastante satisfecho del cine.
En este nuevo acercamiento (definitivo?) al personaje de Superman nos encontramos con una historia que rompe en bastantes aspectos con la iconografía de un personaje que tras la adaptación de Richard Donner de 1978 y de sus correspondientes secuelas, se había hecho con un universo propio que había calado profundamente en la cultura popular. En cualquier caso, y a falta de revisar la película de Donner, intentaré no dejarme llevar por las referencias anteriores para valorar El hombre de acero.
La historia de El hombre de acero comienza, como no podía ser de otra forma, en Krypton, un lejano planeta infinitamente más avanzado que la Tierra, pero al que los enfrentamientos internos, y la inestabilidad de su núcleo, llevan directamente a la destrucción. Antes de que esto ocurra un científico decide enviar a la tierra a su hijo recien nacido, al que ha inyectado un códice que preservará así la raza kryptoniana. Pero no es el niño el único que sobrevive a la destrucción de Krypton. También lo hace un general rebelde que busca por todos lo medios imponer la supremacía de su raza en un nuevo planeta.
Años después el niño se ha convertido en un hombre que ha sido criado por el matrimonio que lo encontro a su llegada, y que ha mantenido en secreto el origen del pequeño. Pero a lo largo de los años el pequeño ha tenido que luchar para ocultar su verdadera naturaleza, esa que le hacía un ser superior a los demas. Pero llegados a los treinta y tres años ha llegado ya el momento de salir a la luz y hacer frente a su origen y a los males que todavía acechan desde su pasado. Es así como nace el hombre de acero, o lo que es lo mismo, Superman.
El origen del héroe está lleno de dramatismo y dificultades. Ya desde su nacimiento en un planeta al borde del colapso, hasta su infancia y juventud bajo el amparo de sus padres adoptivos, nada en la existencia de Clark ha sido fácil, y así se encarga de mostrarlo la película. Al igual que hicieran con el origen de Batman en la primera parte de Batman Begins, los guionistas David S. Goyer y Chirstopher Nolan (aquí también productor), componen un crescendo dramático lleno de intensidad y fuerza que culmina con la aceptación de su condición y sus consecuencias. Es ahí donde la película alcanza sus mejores momentos. La lucha de su padre por sacarle de Krypton, cada conversación con su padre adoptivo, el sentirse diferente a los demás a lo largo de su infancia, o su largo peregrinar dejando un rastro de hechos inexplicables a sus espaldas convertido ya en adulto, son momentos que hacen de esta primera parte de El hombre de acero una película a la altura de las altas expectativas creadas. Zack Snyder, el director, aporta su imponente imaginación visual a un espectáculo que hasta ese momento combina a la perfección los grande con lo íntimo, el ruido con la emoción. No diré que aquí se termina lo bueno, pero sí se acaba la mejor parte de una historia que a partir de ese momento transcurre por los atronadores cauces del cine de acción al uso.
Con Clark Kent convertido ya en héroe con traje y superpoderes, y descubierto al mundo por la avispada periodista Lois Lane (reconozco que esta parte no me convence del todo), empieza el gran espectaculo de ruido, acción y efectos especiales, habitual en toda buena pelicula veraniega que se precie. Y es ahí donde el exceso se adueña de El hombre de acero hasta límites agotadores. La película cuenta con una malo de altura y una historia de fondo másque interesante, pero todo queda oculto bajo el nuevo festival de la destrucción que crea Zack Snyder. En ese sentido me pareció mucho más ejemplar la última parte de Los Vengadores, donde todo funcionaba a la perfección. Y esto lo dice alguien a quien le gusta sentirse abrumado en el cine por los grandes espectáculos de acción. Sin ser en absoluto despreciable, si es verdad que la película pierde algún punto por ello.
En cualquier caso quedan excelentes momentos a lo largo de toda la película, tres actores notables, Crowe, Costner y Shannon, y una visión completamente nueva (con muchos aciertos y alguna cosa discutible) de una historia que ocupaba un lugar muy especial en mis recuerdos cinematográficos.
Y, por cierto, Henry Cavill no creo que sea un Superman peor que Christopher Reeve, y sí, es cierto, El hombre de acero carece de sentido del humor. ¿Y que?. Si lo que buscamos es un superhéroe simpático y gracioso ya tenemos a Iron Man, y el que tenga ganas de reirse que se compre los grandes éxitos de Chiquito de la Calzada. El hombre de acero no lo necesita.
Nota: En su día le puse un 8 a Superman returns, algo que tendré que revisar después de haber vuelto a ver parte de la película hace unos días. Así que a esta no le voy a dar menos. Digamos que un 7.5 sería lo adecuado.
En este nuevo acercamiento (definitivo?) al personaje de Superman nos encontramos con una historia que rompe en bastantes aspectos con la iconografía de un personaje que tras la adaptación de Richard Donner de 1978 y de sus correspondientes secuelas, se había hecho con un universo propio que había calado profundamente en la cultura popular. En cualquier caso, y a falta de revisar la película de Donner, intentaré no dejarme llevar por las referencias anteriores para valorar El hombre de acero.
La historia de El hombre de acero comienza, como no podía ser de otra forma, en Krypton, un lejano planeta infinitamente más avanzado que la Tierra, pero al que los enfrentamientos internos, y la inestabilidad de su núcleo, llevan directamente a la destrucción. Antes de que esto ocurra un científico decide enviar a la tierra a su hijo recien nacido, al que ha inyectado un códice que preservará así la raza kryptoniana. Pero no es el niño el único que sobrevive a la destrucción de Krypton. También lo hace un general rebelde que busca por todos lo medios imponer la supremacía de su raza en un nuevo planeta.
Años después el niño se ha convertido en un hombre que ha sido criado por el matrimonio que lo encontro a su llegada, y que ha mantenido en secreto el origen del pequeño. Pero a lo largo de los años el pequeño ha tenido que luchar para ocultar su verdadera naturaleza, esa que le hacía un ser superior a los demas. Pero llegados a los treinta y tres años ha llegado ya el momento de salir a la luz y hacer frente a su origen y a los males que todavía acechan desde su pasado. Es así como nace el hombre de acero, o lo que es lo mismo, Superman.
El origen del héroe está lleno de dramatismo y dificultades. Ya desde su nacimiento en un planeta al borde del colapso, hasta su infancia y juventud bajo el amparo de sus padres adoptivos, nada en la existencia de Clark ha sido fácil, y así se encarga de mostrarlo la película. Al igual que hicieran con el origen de Batman en la primera parte de Batman Begins, los guionistas David S. Goyer y Chirstopher Nolan (aquí también productor), componen un crescendo dramático lleno de intensidad y fuerza que culmina con la aceptación de su condición y sus consecuencias. Es ahí donde la película alcanza sus mejores momentos. La lucha de su padre por sacarle de Krypton, cada conversación con su padre adoptivo, el sentirse diferente a los demás a lo largo de su infancia, o su largo peregrinar dejando un rastro de hechos inexplicables a sus espaldas convertido ya en adulto, son momentos que hacen de esta primera parte de El hombre de acero una película a la altura de las altas expectativas creadas. Zack Snyder, el director, aporta su imponente imaginación visual a un espectáculo que hasta ese momento combina a la perfección los grande con lo íntimo, el ruido con la emoción. No diré que aquí se termina lo bueno, pero sí se acaba la mejor parte de una historia que a partir de ese momento transcurre por los atronadores cauces del cine de acción al uso.
Con Clark Kent convertido ya en héroe con traje y superpoderes, y descubierto al mundo por la avispada periodista Lois Lane (reconozco que esta parte no me convence del todo), empieza el gran espectaculo de ruido, acción y efectos especiales, habitual en toda buena pelicula veraniega que se precie. Y es ahí donde el exceso se adueña de El hombre de acero hasta límites agotadores. La película cuenta con una malo de altura y una historia de fondo másque interesante, pero todo queda oculto bajo el nuevo festival de la destrucción que crea Zack Snyder. En ese sentido me pareció mucho más ejemplar la última parte de Los Vengadores, donde todo funcionaba a la perfección. Y esto lo dice alguien a quien le gusta sentirse abrumado en el cine por los grandes espectáculos de acción. Sin ser en absoluto despreciable, si es verdad que la película pierde algún punto por ello.
En cualquier caso quedan excelentes momentos a lo largo de toda la película, tres actores notables, Crowe, Costner y Shannon, y una visión completamente nueva (con muchos aciertos y alguna cosa discutible) de una historia que ocupaba un lugar muy especial en mis recuerdos cinematográficos.
Y, por cierto, Henry Cavill no creo que sea un Superman peor que Christopher Reeve, y sí, es cierto, El hombre de acero carece de sentido del humor. ¿Y que?. Si lo que buscamos es un superhéroe simpático y gracioso ya tenemos a Iron Man, y el que tenga ganas de reirse que se compre los grandes éxitos de Chiquito de la Calzada. El hombre de acero no lo necesita.
Nota: En su día le puse un 8 a Superman returns, algo que tendré que revisar después de haber vuelto a ver parte de la película hace unos días. Así que a esta no le voy a dar menos. Digamos que un 7.5 sería lo adecuado.
25 de junio de 2013
25 de junio de 2013
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo la película cada vez tengo mas claro que Nolan lo único que ha hecho es poner la pasta.
El principio promete como los trailers, pero nada más...La película carece de historia, argumento, guión y crece en un gazpacho de flashbacks y Hostias apocalípticas, efectos visuales que terminan por cansar y un final digno de revisión, por mi parte desde luego después de ver Watchmen y 300, este Hombre de Acero es la peor con diferencia de este director.
El principio promete como los trailers, pero nada más...La película carece de historia, argumento, guión y crece en un gazpacho de flashbacks y Hostias apocalípticas, efectos visuales que terminan por cansar y un final digno de revisión, por mi parte desde luego después de ver Watchmen y 300, este Hombre de Acero es la peor con diferencia de este director.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Que en una pelea entre superman y Zod en las que de una bofetada destrozan tres o cuatro edificios que al final Superman, mate a Zod partiéndole el cuello con sus manos...¿Hola?
El peor final que he visto en mucho tiempo.
El peor final que he visto en mucho tiempo.
30 de junio de 2013
30 de junio de 2013
17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo peor que le puede pasar a una película de acción con muchos efectos especiales es que sea aburrida y este es el principal defecto de El hombre de acero. Porque puedes hacer explotar cien ciudades, meter ochenta escenas de guerra y batallas a cascoporro que si no hay una buena historia detrás que le de su sentido y presente a unos personajes con los que llegues a empatizar minímanete, te da igual lo que pase. Lo único que queda es un sinfin de explosiones, hostias, movimientos de cámara que llegan a producir mareos y desconcierto que te hacen sentir la necesidad de que acabe la película ya... Y eso que yo soy fan del cine de acción y fantástico pero ya son varias las películas en que me sorprendo mirando el reloj mientras se desarrolla la escena principal de la película... Creo que la gente de Hollywood debería aprender un poco del cine de acción de los 80 y 90 y utilizar los efectos especiales como un recurso que enriquezca la película y no como una excusa para hacerla....
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