La trinchera infinita
2019 

Jon Garaño, Aitor Arregi ...
7.3
24,109
Drama
Higinio y Rosa llevan pocos meses casados cuando estalla la Guerra Civil, y la vida de él pasa a estar seriamente amenazada. Con ayuda de su mujer, decidirá utilizar un agujero cavado en su propia casa como escondite provisional. El miedo a las posibles represalias, así como el amor que sienten el uno por el otro, les condenará a un encierro que se prolongará durante más de 30 años.
8 de noviembre de 2021
8 de noviembre de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El zulo. Memorias del subsuelo. La vieja del visillo. El expreso de medianoche. El hueco. El agujero. Emparedado. Enterrado. El conde de Montecristo. Papillón. Los girasoles ciegos. El mar, el mar. El topo. Cadena perpetua.
La felicidad. Vivir al margen del resto y del mundo, sin que nadie te moleste o te toque los cojones, sin tener que trabajar, en casi total soledad, sin casi tener que hablar, sin salir de tu propia casa, solo con tu mujer y tu hijo pero ellos al fondo, sin amigos, sin relaciones sociales, sin viajes, sin citas, sin fiestas, sin salidas nocturnas, sin comidas de empresa ni navidades con la parentela, sin madrugones espantosos, sin vacaciones, sin ir a la playa ni al monte, sin bodas, bautizos ni comuniones, sin reuniones de vecinos ni bares ni coches, sin ir al fútbol ni votar jamás o bailar un chotis, sin ir al cine ni comprar lotería, sin perreo, sin carnet de identidad o cartilla de la seguridad social, indocumentado, desclasificado, sin papeles ni rendir cuentas a nadie de tu paradero, ocupación, estado civil o modo de vida, sin burocracia ni absurdas gestiones, sin horarios ni jefes ni fines de semana, sin ti, sin vivir, sin existir, un espectro. La felicidad.
Al principio de la vida te mueves y agitas, buscas salida, una escapada, huir de la trampa, librarte, límites, aventuras, probar fuerzas, medir el diámetro de tu celda, más tarde, con el paso del tiempo, te acostumbras, encuentras tu sitio, el que estaba ahí justo desde el mismo principio, el que no habías visto, tu lugar en el mundo, si hay mucha suerte y tú, a diferencia de la inmensa mayoría, eres humilde y te fijas, observas, comprendes, asumes, y aceptas, claro, ya no quieres salir de ahí nunca mais, para qué, se acabaron las grandes palabras, las soflamas, los discursos, las promesas o propuestas, todos los juramentos, los cambios y las esperanzas, los miedos, las peroratas, las baladronadas, los delirios de grandeza o de miseria, las culpas y las penas, los arrepentimientos y las euforias, las copas, los afanes y algunos sufrimientos, los falsos ideales, los clanes, las sectas, y descubres que la vida era solo y exactamente eso, conseguir que el cuerpo se adecúe o adapte a la muerte, que la mente lo acepte, a ese espacio, a ese no tiempo, si eres capaz de lograrlo, de ser una tumba viviente, un ataúd de cuerpo presente, eres ya por fin un hombre, el hombre perfecto, de hecho, pleno, sabio, un místico y un santo, hablas con dios de tú a tú, te ríes del mundo entero, los desprecias con satánico orgullo, has pasado de gusano a mariposa y vuelta a empezar de nuevo.
La película, en cambio, no encuentra su sitio, anda perdida, el tono se atora, es solo una nada hermosa, duda, tiembla, balbucea, a veces parece que va a ser definitiva y tristemente convencional, otra más, y sin embargo otros ratos tira por la calle de en medio, más por el atrevimiento, por la contención y el vacío, estudio riguroso del absurdo. Psicologismo e intriga versus silencio abstracto, ordinaria crónica cotidiano política apta para todos los públicos o ensayo esmerado sobre el despojamiento más absoluto, el puro hueso del frío.
La caverna de Platón podría ser así. Pero Aristóteles sabía y nos gusta más.
La felicidad. Vivir al margen del resto y del mundo, sin que nadie te moleste o te toque los cojones, sin tener que trabajar, en casi total soledad, sin casi tener que hablar, sin salir de tu propia casa, solo con tu mujer y tu hijo pero ellos al fondo, sin amigos, sin relaciones sociales, sin viajes, sin citas, sin fiestas, sin salidas nocturnas, sin comidas de empresa ni navidades con la parentela, sin madrugones espantosos, sin vacaciones, sin ir a la playa ni al monte, sin bodas, bautizos ni comuniones, sin reuniones de vecinos ni bares ni coches, sin ir al fútbol ni votar jamás o bailar un chotis, sin ir al cine ni comprar lotería, sin perreo, sin carnet de identidad o cartilla de la seguridad social, indocumentado, desclasificado, sin papeles ni rendir cuentas a nadie de tu paradero, ocupación, estado civil o modo de vida, sin burocracia ni absurdas gestiones, sin horarios ni jefes ni fines de semana, sin ti, sin vivir, sin existir, un espectro. La felicidad.
Al principio de la vida te mueves y agitas, buscas salida, una escapada, huir de la trampa, librarte, límites, aventuras, probar fuerzas, medir el diámetro de tu celda, más tarde, con el paso del tiempo, te acostumbras, encuentras tu sitio, el que estaba ahí justo desde el mismo principio, el que no habías visto, tu lugar en el mundo, si hay mucha suerte y tú, a diferencia de la inmensa mayoría, eres humilde y te fijas, observas, comprendes, asumes, y aceptas, claro, ya no quieres salir de ahí nunca mais, para qué, se acabaron las grandes palabras, las soflamas, los discursos, las promesas o propuestas, todos los juramentos, los cambios y las esperanzas, los miedos, las peroratas, las baladronadas, los delirios de grandeza o de miseria, las culpas y las penas, los arrepentimientos y las euforias, las copas, los afanes y algunos sufrimientos, los falsos ideales, los clanes, las sectas, y descubres que la vida era solo y exactamente eso, conseguir que el cuerpo se adecúe o adapte a la muerte, que la mente lo acepte, a ese espacio, a ese no tiempo, si eres capaz de lograrlo, de ser una tumba viviente, un ataúd de cuerpo presente, eres ya por fin un hombre, el hombre perfecto, de hecho, pleno, sabio, un místico y un santo, hablas con dios de tú a tú, te ríes del mundo entero, los desprecias con satánico orgullo, has pasado de gusano a mariposa y vuelta a empezar de nuevo.
La película, en cambio, no encuentra su sitio, anda perdida, el tono se atora, es solo una nada hermosa, duda, tiembla, balbucea, a veces parece que va a ser definitiva y tristemente convencional, otra más, y sin embargo otros ratos tira por la calle de en medio, más por el atrevimiento, por la contención y el vacío, estudio riguroso del absurdo. Psicologismo e intriga versus silencio abstracto, ordinaria crónica cotidiano política apta para todos los públicos o ensayo esmerado sobre el despojamiento más absoluto, el puro hueso del frío.
La caverna de Platón podría ser así. Pero Aristóteles sabía y nos gusta más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo peor: la mucha vulgaridad innecesaria y groseramente explícita de los dos rapapolvos que le echan madre e hijo en diferentes momentos tachándolo de cobarde y miserable, de parásito y fantasma. Mejor estaba latente, gritarlo a los cuatro vientos es de muy mal gusto.
Lo mejor: que en verdad todo el mundo más o menos lo supiera y a nadie le importara un huevo, ahí está, eso es todo, el gran secreto; control e indiferencia, te vigilan pero no te ven, da igual lo que hagas si no les afecta; y que salga treinta años después y todo siga como antes, sin escenas lacrimógenas ni tantos tormentos o advenimientos, la vida continua, el mundo sigue y marcha, con leve pereza y profundo desinterés, aquí paz y después gloria, Abel y Caín se miran pero no se tocan.
Al final el verdadero sueño de todo español, de antes, ahora y siempre, rojo, azul o arco iris, hombre, mujer y un largo etcétera, es ir a Benidorm, señas de identidad.
Podrían hacer una serie de esas tan fabulosas de TVE, todo sea por el pueblo, de millones de capítulos partiendo de esta jugosa premisa: Cuéntame bajo tierra. España desde el suelo. Exitazo asegurado.
Lo mejor: que en verdad todo el mundo más o menos lo supiera y a nadie le importara un huevo, ahí está, eso es todo, el gran secreto; control e indiferencia, te vigilan pero no te ven, da igual lo que hagas si no les afecta; y que salga treinta años después y todo siga como antes, sin escenas lacrimógenas ni tantos tormentos o advenimientos, la vida continua, el mundo sigue y marcha, con leve pereza y profundo desinterés, aquí paz y después gloria, Abel y Caín se miran pero no se tocan.
Al final el verdadero sueño de todo español, de antes, ahora y siempre, rojo, azul o arco iris, hombre, mujer y un largo etcétera, es ir a Benidorm, señas de identidad.
Podrían hacer una serie de esas tan fabulosas de TVE, todo sea por el pueblo, de millones de capítulos partiendo de esta jugosa premisa: Cuéntame bajo tierra. España desde el suelo. Exitazo asegurado.
7 de marzo de 2020
7 de marzo de 2020
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buena película. El ambiente claustrofóbico está muy bien logrado, así como los conflictos que surgen de una situación como la que se describe. No me gusta parte del guión en donde se culpabiliza a la víctima, pero aparte de eso, la historia está muy bien. Es señalable el que los personajes hablen con el dialecto de la zona en la que se sitúa la película, lo que la hace difícil de seguir en sus diálogos. Aparte, está presente el gran mal del cine español: la mala dicción de los actores y los susurros constantes que hace muchas palabras inaudibles.... aunque puede que eso se deba a lo mal acostumbrados que estamos al ver tanta película doblada... no sé...
En cualquier caso hay que recalcar la equidistancia en la que se intenta mover en el plano político, que desde mi punto de vista es su punto débil.
En cualquier caso hay que recalcar la equidistancia en la que se intenta mover en el plano político, que desde mi punto de vista es su punto débil.
13 de octubre de 2019
13 de octubre de 2019
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobrecogedora historia de uno de los llamados "hombres topo" que señalados como rojos después de la guerra civil española tuvieron que permanecer escondidos en cuevas o en zulos dentro de casas durante muchísimos años. En la película el protagonista permanece escondido durante 33 años (desde 1936 hasta la amnistía de 1969)
El gran Antonio de la Torre es Higinio, un concejal izquierdista que sin dar muchos detalles de su vida política es denunciado por vecinos, tras escaparse accidentalmente de ser fusilado termina refugiándose en un pequeño agujero, justo debajo de un mueble en la casa que comparte con su mujer Rosa (Belen Cuesta) que nos ofrece una grandisima interpretación dramática alejada de su vena humorística mas conocida. A los dos les veremos durante las 2 horas y media de duración del film envejecer durante las tres décadas soportando infinidad de penurias.
Pero a pesar de su duración la película te atrapa de principio a fin, conteniendo grandes dosis de tensión y muchas sorpresas. El miedo a ser descubierto y perder la vida se traslada muy bien al espectador, así como la paranoia en la que se ven envueltos los dos protagonistas de esta asfixiante historia.
Como es natural gran parte de la película se desarrolla en la penumbra, y desde el punto de vista de Higinio pero hay un buen trabajo de fotografía, dirección y montaje con un resultado muy estupendo.
Todo un logro de estos tres directores vascos Jon Garaño, Aitor Arregui y Jose Maria Goenaga (Handia, Loreak) de acometer semejante proyecto hablado en un andaluz cerrado que algunas veces resulta difícil de entender. Para mi claramente la mejor película de la sección oficial del Festival de cine de San Sebastian donde la pude ver, pero como siempre ocurre con las ganadoras de la Concha de Oro, la votación de los cinco jurados, difiere mucho a la opinión del publico.
Destino Arrakis.com
El gran Antonio de la Torre es Higinio, un concejal izquierdista que sin dar muchos detalles de su vida política es denunciado por vecinos, tras escaparse accidentalmente de ser fusilado termina refugiándose en un pequeño agujero, justo debajo de un mueble en la casa que comparte con su mujer Rosa (Belen Cuesta) que nos ofrece una grandisima interpretación dramática alejada de su vena humorística mas conocida. A los dos les veremos durante las 2 horas y media de duración del film envejecer durante las tres décadas soportando infinidad de penurias.
Pero a pesar de su duración la película te atrapa de principio a fin, conteniendo grandes dosis de tensión y muchas sorpresas. El miedo a ser descubierto y perder la vida se traslada muy bien al espectador, así como la paranoia en la que se ven envueltos los dos protagonistas de esta asfixiante historia.
Como es natural gran parte de la película se desarrolla en la penumbra, y desde el punto de vista de Higinio pero hay un buen trabajo de fotografía, dirección y montaje con un resultado muy estupendo.
Todo un logro de estos tres directores vascos Jon Garaño, Aitor Arregui y Jose Maria Goenaga (Handia, Loreak) de acometer semejante proyecto hablado en un andaluz cerrado que algunas veces resulta difícil de entender. Para mi claramente la mejor película de la sección oficial del Festival de cine de San Sebastian donde la pude ver, pero como siempre ocurre con las ganadoras de la Concha de Oro, la votación de los cinco jurados, difiere mucho a la opinión del publico.
Destino Arrakis.com
4 de noviembre de 2019
4 de noviembre de 2019
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Trinchera Infinita (2019).
“¿Para qué voy a estar aquí si no soy capaz de cuidarte?"
En unos tiempos en los que nuevas formaciones políticas aplauden un pasado de dolor y sangre, llega a nuestras pantallas otra cinta ambientada en la contienda provocada por el fascismo en España, y en la posterior represión franquista.
Tras el estreno de “Mientras Dure la Guerra”, el malagueño de nacimiento, Antonio De La Torre, y de adopción, Belén Cuesta, nos presentan este drama basado en hechos reales, y rodada en la onubense localidad de Higuera de la Sierra, aunque ambientada en la provincia de Sevilla.
Durante casi dos horas y media asistimos al autoencarcelamiento de un republicano, que como otros, tuvo que tomar tal decisión para no ser apresado o fusilado por el régimen que perdura, de uno u otro modo, desde 1939.
La interpretación y el acento de De La Torre es impecable como se espera del actor con mayor número de nominaciones a los premios Goya de la Historia (con un par de ellos en su haber). Digna de ver es la caracterización y maquillaje de éste en su involución y envejecimiento a lo largo de los 33 años que estuvo oculto en un zulo en su propia casa.
"Eso es lo que ha conseguido el Movimiento; que la gente no piense."
No nos hallamos ante un filme de los calificados como entretenidos, ya que se trata de una coproducción hispano-francesa, no de una superproducción holliwoodiense. No obstante, y a pesar de un metraje algo excesivo, es una buena obra digna de ser vista; más aún, ante las dudas que muchos han volcado sobre los hechos acontecidos durante el genocidio del ejército sublevado en los años 30.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 6,5
https://www.filmaffinity.com/es/film565820.html
“¿Para qué voy a estar aquí si no soy capaz de cuidarte?"
En unos tiempos en los que nuevas formaciones políticas aplauden un pasado de dolor y sangre, llega a nuestras pantallas otra cinta ambientada en la contienda provocada por el fascismo en España, y en la posterior represión franquista.
Tras el estreno de “Mientras Dure la Guerra”, el malagueño de nacimiento, Antonio De La Torre, y de adopción, Belén Cuesta, nos presentan este drama basado en hechos reales, y rodada en la onubense localidad de Higuera de la Sierra, aunque ambientada en la provincia de Sevilla.
Durante casi dos horas y media asistimos al autoencarcelamiento de un republicano, que como otros, tuvo que tomar tal decisión para no ser apresado o fusilado por el régimen que perdura, de uno u otro modo, desde 1939.
La interpretación y el acento de De La Torre es impecable como se espera del actor con mayor número de nominaciones a los premios Goya de la Historia (con un par de ellos en su haber). Digna de ver es la caracterización y maquillaje de éste en su involución y envejecimiento a lo largo de los 33 años que estuvo oculto en un zulo en su propia casa.
"Eso es lo que ha conseguido el Movimiento; que la gente no piense."
No nos hallamos ante un filme de los calificados como entretenidos, ya que se trata de una coproducción hispano-francesa, no de una superproducción holliwoodiense. No obstante, y a pesar de un metraje algo excesivo, es una buena obra digna de ser vista; más aún, ante las dudas que muchos han volcado sobre los hechos acontecidos durante el genocidio del ejército sublevado en los años 30.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 6,5
https://www.filmaffinity.com/es/film565820.html
13 de noviembre de 2019
13 de noviembre de 2019
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No ve usted casi nada con el ojo derecho y poco más con el izquierdo, pero con los dos incomprensiblemente ve usted perfectamente, le decía casi con contrariedad el oculista a un amigo hace poco. Y esa impresión me ha causado esta magnífica película cargada de contradicciones, empezando por su título. También resultan contradictorias las percepciones de la luz y de la oscuridad, cuyos contrastes componen una efectiva y penetrante fotografía, toda vez que la realidad se captura mejor cuando la cámara dispone de menos luz, cuanto más dificultad tiene para observar. Y del mismo modo, el oscuro y claustrofóbico zulo donde vive confinado el protagonista (extraordinaria interpretación, en la línea de sus últimas películas, de Antonio de la Torre) está dotado de una extraña luminosidad.
Ideológicamente también es algo contradictoria, aunque parte de un presupuesto claro: un hombre completamente inocente, un concejal de la república sin más intención que la de procurar una vida lo más digna posible a las personas más desfavorecidas socialmente, que no ha cometido delito alguno durante la República, que está abiertamente en contra de la deriva violenta adoptada por parte de los republicanos contra los caciques y el clero, se ve obligado por el alzamiento nacional a confinarse en su propia casa durante treinta años para salvar su vida. Y en la misma línea, también parte de que los nacionalistas son los únicos responsables de sembrar el terror y la muerte, como si no hubiera dos bandos en la guerra. Pero a lo largo de la película, poco a poco va añadiendo distintos matices, desdibujando esos contrastes tan verticales, llegando incluso a presentar a un protagonista más indulgente con el franquismo que su propio hijo adolescente. Un protagonista que también hace autocrítica sobre su exceso de ideología, que aboga por los placeres más sencillos y naturales de la vida. Es más, la crítica al franquismo se muestra de manera indirecta, por un extraño antagonismo, de tal forma que parece que su mujer (también magnifica una Belén Cuesta que parecía fuera de sus registros más confortables) vive en sociedad casi con más desasosiego que su marido, que se encuentra recluido y escondido en su minúsculo habitáculo.
Tiene dos partes bien diferenciadas, la primera más simple, en la que la vida del protagonista corre un peligro inminente, muy viva, con una tensión dinámica y creciente. pero también con algún punto débil en el guión (ver spoiler). La segunda, más ideológica, más reflexiva, también muy interesante, pero algo más premiosa. Pero en su conjunto las dos partes, como todos sus contrastes y contradicciones, conforman un todo más que notable.
Ideológicamente también es algo contradictoria, aunque parte de un presupuesto claro: un hombre completamente inocente, un concejal de la república sin más intención que la de procurar una vida lo más digna posible a las personas más desfavorecidas socialmente, que no ha cometido delito alguno durante la República, que está abiertamente en contra de la deriva violenta adoptada por parte de los republicanos contra los caciques y el clero, se ve obligado por el alzamiento nacional a confinarse en su propia casa durante treinta años para salvar su vida. Y en la misma línea, también parte de que los nacionalistas son los únicos responsables de sembrar el terror y la muerte, como si no hubiera dos bandos en la guerra. Pero a lo largo de la película, poco a poco va añadiendo distintos matices, desdibujando esos contrastes tan verticales, llegando incluso a presentar a un protagonista más indulgente con el franquismo que su propio hijo adolescente. Un protagonista que también hace autocrítica sobre su exceso de ideología, que aboga por los placeres más sencillos y naturales de la vida. Es más, la crítica al franquismo se muestra de manera indirecta, por un extraño antagonismo, de tal forma que parece que su mujer (también magnifica una Belén Cuesta que parecía fuera de sus registros más confortables) vive en sociedad casi con más desasosiego que su marido, que se encuentra recluido y escondido en su minúsculo habitáculo.
Tiene dos partes bien diferenciadas, la primera más simple, en la que la vida del protagonista corre un peligro inminente, muy viva, con una tensión dinámica y creciente. pero también con algún punto débil en el guión (ver spoiler). La segunda, más ideológica, más reflexiva, también muy interesante, pero algo más premiosa. Pero en su conjunto las dos partes, como todos sus contrastes y contradicciones, conforman un todo más que notable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como punto débil me refiero a la actitud de la protagonista ante el primer intento de agresión sexual que sufre. En principio ella le reprocha a su marido que no haya intervenido, por más que finalmente la agresión no se haya acabado de consumar, y por más que con esa intervención se delataría, provocando su captura y muerte. Es algo ilógico, que atenta un poco contra la entereza y la inteligencia que ha venido demostrando hasta entonces, que parece una mujer más que capaz al menos de intentar salir airosa ella misma de ese trance, como parece que ocurre en primera instancia. Quizá tiene su lógica en el intento de la película por mostrarnos a un protagonista libre de mácula, para que el espectador en ningún momento pueda reprocharle que acabe matando al violador. Pero ese intento se revela excesivo. O al menos, sí que parece algo tosco ese reproche, ese intento de acabar por lo sano, antes de plantearse alguna otra solución, como la huida, por ejemplo. O quizá llego a esa conclusión por referentes cinematográficos, que aún recuerdo la actitud de Jessica Lange en la estupenda "Rob Roy", que trata por todos los medios de ocultarle a su marido (Liam Neeson) que ha sido violada (por un Tim Roth en una de las mejores interpretaciones de la historia del cine), justo porque sabe que esa es la intención de su violador, para que su marido salga de su escondite y así poder darle caza.
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