Los idiotas
1998 

6.6
24,296
Drama
Un grupo de jóvenes comparte un mismo interés: la idiotez. Con una casa de campo como base, pasan su tiempo libre juntos explorando los ocultos y poco apreciados valores de la idiotez. El grupo se dedica a enfrentarse a la sociedad con sus idioteces. Karen, una mujer solitaria y reservada, se une al grupo después de participar involuntariamente en una de sus actuaciones. (FILMAFFINITY)
28 de agosto de 2010
28 de agosto de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bajo mi punto de vista, algunas películas pueden llamarse "Metafóricas".
Idioterne es un claro ejemplo. La parte final (sin spoiler) puede ser considerada una muestra de cómo la gente no es auténtica en muchas de sus facetas, o en otras palabras: a que nadie, nadie absolutamente, da nada por nada.
Nada por un ideal, por un modo de vida, o por cualquier otra cosa que se te ocurra.
Nada.
Y los que lo hacen, sufren las desagradables consecuencias del resto de la gente, gente que tampoco harían nada por ninguna cosa, y que reaccionan negativamente ante los que se salen de su modo de vida. Porque la inmensa mayoría de las personas no sacrificarían su existencia vacía a cambio de la consecución de algo, ya sea una cosa realmente importante, o simplemente hacer el idiota.
Idioterne es un claro ejemplo. La parte final (sin spoiler) puede ser considerada una muestra de cómo la gente no es auténtica en muchas de sus facetas, o en otras palabras: a que nadie, nadie absolutamente, da nada por nada.
Nada por un ideal, por un modo de vida, o por cualquier otra cosa que se te ocurra.
Nada.
Y los que lo hacen, sufren las desagradables consecuencias del resto de la gente, gente que tampoco harían nada por ninguna cosa, y que reaccionan negativamente ante los que se salen de su modo de vida. Porque la inmensa mayoría de las personas no sacrificarían su existencia vacía a cambio de la consecución de algo, ya sea una cosa realmente importante, o simplemente hacer el idiota.
20 de septiembre de 2010
20 de septiembre de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece que no es una película de idiotas y desde luego no es para idiotas. A mi me gustó. Es, eso sí, una de “hacer” el idiota que no tiene nada que ver con “serlo”. Aunque quizás la moraleja de la peli sea eso de que “tanto va el cántaro a la fuente, que el que se hace el idiota, acaba gilipollas...” O algo así.
Bueno, lo primero de lo que quería hablar, obligado con Lars Von Trier, es de la “forma” de la película. O sea su técnica, o su lenguaje. También me gusta. Tiene como un formato de documental improvisado, en el que el director y su equipo hubieran seguido a un grupo de personas, no actores, para captar imágenes de la vida real, en tiempo y espacio real, sin guión, preparación y artificio El resultado es un documento visual lleno de espontaneidad, donde la historia que se está contando prima sobre la técnica o el valor de las imágenes. Porque lo importante es el “fondo” que yo creo que es algo así como las reacciones, la sorpresa casi siempre, de grupos sociales o de personas en particular, respecto a los “idiotas”, llamémosles así, aunque sea un término políticamente incorrecto, humanamente chirriante y demasiado amplio como para calificar la enfermedad o el retraso mental. Y me he pasado un buen rato pensando en qué nombre poner para no herir mi propia susceptibilidad. Porque si lo que se pretende es retratar el modo en que el resto de las personas reacciona con los “idiotas” (dejo esta palabra) la respuesta es: mal. Muy mal. Los “idiotas” producen una incomodidad y un rechazo que solo son comparables con la hipocresía con que, casi siempre, nos comportamos ante ellos. Nuestra primera reacción es la lástima. Y la segunda la huída. No queremos que se acerquen, siquiera mínimamente, a nuestro espacio vital. Nos hacen sentirnos enormemente incómodos y molestos. No sabemos qué hacer con unas criaturas adultas incontrolables como niños. Capaces de gritar, protestar, tocar, besar o empujar con absoluta espontaneidad, sinceridad, instinto y desconcierto. Sin reglas ni normas.
Los idiotas de la películas son una peña de amigos inconformistas y rebeldes, que viven en una especie de comuna y experimentan con los demás (la cámara, en realidad, no les retrata a ellos sino a las personas que los observan), personas “normales”, la sensación de ser idiota sin serlo; de ser espectadores de ida y vuelta de un drama humano que no les concierne, porque son, solo, sus actores. Puesto así, sería una película simplemente gamberra y curiosa de ver, pero sin historia que contar. Pero lo que le da interés y profundidad es la presencia en ese grupo de una mujer enigmática y fascinante. Se une a ellos cuando piensa que son idiotas, y se queda cuando descubre que no lo son. En realidad, es una mujer trágica que está buscando ser aceptada y querida sin más preguntas ni razones, como quizás solo lo haría un grupo de ... idiotas.
Bueno, lo primero de lo que quería hablar, obligado con Lars Von Trier, es de la “forma” de la película. O sea su técnica, o su lenguaje. También me gusta. Tiene como un formato de documental improvisado, en el que el director y su equipo hubieran seguido a un grupo de personas, no actores, para captar imágenes de la vida real, en tiempo y espacio real, sin guión, preparación y artificio El resultado es un documento visual lleno de espontaneidad, donde la historia que se está contando prima sobre la técnica o el valor de las imágenes. Porque lo importante es el “fondo” que yo creo que es algo así como las reacciones, la sorpresa casi siempre, de grupos sociales o de personas en particular, respecto a los “idiotas”, llamémosles así, aunque sea un término políticamente incorrecto, humanamente chirriante y demasiado amplio como para calificar la enfermedad o el retraso mental. Y me he pasado un buen rato pensando en qué nombre poner para no herir mi propia susceptibilidad. Porque si lo que se pretende es retratar el modo en que el resto de las personas reacciona con los “idiotas” (dejo esta palabra) la respuesta es: mal. Muy mal. Los “idiotas” producen una incomodidad y un rechazo que solo son comparables con la hipocresía con que, casi siempre, nos comportamos ante ellos. Nuestra primera reacción es la lástima. Y la segunda la huída. No queremos que se acerquen, siquiera mínimamente, a nuestro espacio vital. Nos hacen sentirnos enormemente incómodos y molestos. No sabemos qué hacer con unas criaturas adultas incontrolables como niños. Capaces de gritar, protestar, tocar, besar o empujar con absoluta espontaneidad, sinceridad, instinto y desconcierto. Sin reglas ni normas.
Los idiotas de la películas son una peña de amigos inconformistas y rebeldes, que viven en una especie de comuna y experimentan con los demás (la cámara, en realidad, no les retrata a ellos sino a las personas que los observan), personas “normales”, la sensación de ser idiota sin serlo; de ser espectadores de ida y vuelta de un drama humano que no les concierne, porque son, solo, sus actores. Puesto así, sería una película simplemente gamberra y curiosa de ver, pero sin historia que contar. Pero lo que le da interés y profundidad es la presencia en ese grupo de una mujer enigmática y fascinante. Se une a ellos cuando piensa que son idiotas, y se queda cuando descubre que no lo son. En realidad, es una mujer trágica que está buscando ser aceptada y querida sin más preguntas ni razones, como quizás solo lo haría un grupo de ... idiotas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La historia de esa mujer, su presencia, es lo que convierte esa película en algo mucho más grande que un documental, o en otra película gamberra, escandalosa o extraña. Es ella la que da motivos para pensar al final. Y para cuestionarnos algunas cosas. A veces pensamos que somos originales y diferentes a los demás; que estamos madurando bien, manteniendo tersos y puros los ideales de nuestra juventud inconformista, y que seguimos siendo rebeldes, auténticos y libres sin que los modos burgueses lleguen ni siquiera a rozarnos. Pero, a la hora de la verdad, cuando tenemos que enfrentarnos a la vida y sus circunstancias, y estamos solos e indefensos, nos convertimos en una pieza minúscula de una rueda enorme que mueve una maquinaria gigante, donde uno no se atreve ni a moverse para no salir de allí y encontrarse solo, indefenso y, además y sobre todo, raro, extraño o idiota para el conjunto del mecanismo. Y, a veces, lo único sensato y lógico, lo que pide el cuerpo y el alma es protestar, berrear y gritar como un niño o un idiota. Porque, entonces, ser un idiota es la única forma digna, y muy valiente, de comportarse.
La película tenía mi calificación de nueve pero le he quitado dos puntitos. ¿Por qué? Por tratarme como una idiota. ¿De verdad puede creerse alguien, aunque sea un político o un alto funcionario, que los locos se creen Napoleón? ¡Hombre, no, castigado por la idiotez y el topicazo!
La película tenía mi calificación de nueve pero le he quitado dos puntitos. ¿Por qué? Por tratarme como una idiota. ¿De verdad puede creerse alguien, aunque sea un político o un alto funcionario, que los locos se creen Napoleón? ¡Hombre, no, castigado por la idiotez y el topicazo!
27 de abril de 2022
27 de abril de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La filmografía de Lars Von Trier cada día me enamora más. Es curioso lo que me ha pasado con éste director porque estaba convencida de que no era para mi, pero en cuanto me adentré en su obra, aluciné. Pero, claro está, hay excepciones y "Los idiotas" es una de ellas.
A mi lo que más me molesta no es el Dogma 95, sino el hecho de que éste intento de obra cinematográfica forme parte de la trilogía: "Corazón dorado". ¿Qué tiene que ver con las demás?. Es impensado relacionarla con dos obras maestras como son "Breaking the waves" (1996) y "Dancer in the dark" (2000).
En "Los idiotas" no utilizó a ninguno de sus actores fetiche, ni la trama te cuenta algo significativo. Realmente creo que el único mérito es para el conjunto de actores que participaron debido a que, el director les pide cosas difíciles empezando por la desnudez innecesaria, pero casi siempre presente en el cine de Von Trier, y además porque dio tanto lugar a la improvisación que es fácil pasar de la actuación al ridículo más absoluto, que en definitiva es lo que terminan haciendo.
La gran mayoría entiende ésta peli como algo profundo, simbólico pero a mi no me lo parece. Es demasiado vacía. En cuanto empiezan con lo de "eso es de burgueses", ya me huele a rancio. A lo ya visto en infinidad de ocasiones. Creo que Lars se la tomó en broma y los espectadores nos la tomamos en serio, de ahí quienes ven lo que en realidad no hay, y yo por ejemplo que no veo nada más que un proyecto de recién graduado. Si ésta fuese su ópera prima tendría más sentido pero en 1998, el danés ya tenía un buen bagage cinematográfico y éste filme no aporta nada a su amplia filmografía. Especialmente si tenemos que incluirla en el mismo segmento de "Rompiendo las olas" y "Bailarina en la oscuridad". Qué casualidad que éstas últimas sí se las tomó en serio, sí son buenas y sí cuentan una historia.
Repulsiva hasta la náusea en todos sus aspectos, no sólo en los cánones del Dogma.
A mi lo que más me molesta no es el Dogma 95, sino el hecho de que éste intento de obra cinematográfica forme parte de la trilogía: "Corazón dorado". ¿Qué tiene que ver con las demás?. Es impensado relacionarla con dos obras maestras como son "Breaking the waves" (1996) y "Dancer in the dark" (2000).
En "Los idiotas" no utilizó a ninguno de sus actores fetiche, ni la trama te cuenta algo significativo. Realmente creo que el único mérito es para el conjunto de actores que participaron debido a que, el director les pide cosas difíciles empezando por la desnudez innecesaria, pero casi siempre presente en el cine de Von Trier, y además porque dio tanto lugar a la improvisación que es fácil pasar de la actuación al ridículo más absoluto, que en definitiva es lo que terminan haciendo.
La gran mayoría entiende ésta peli como algo profundo, simbólico pero a mi no me lo parece. Es demasiado vacía. En cuanto empiezan con lo de "eso es de burgueses", ya me huele a rancio. A lo ya visto en infinidad de ocasiones. Creo que Lars se la tomó en broma y los espectadores nos la tomamos en serio, de ahí quienes ven lo que en realidad no hay, y yo por ejemplo que no veo nada más que un proyecto de recién graduado. Si ésta fuese su ópera prima tendría más sentido pero en 1998, el danés ya tenía un buen bagage cinematográfico y éste filme no aporta nada a su amplia filmografía. Especialmente si tenemos que incluirla en el mismo segmento de "Rompiendo las olas" y "Bailarina en la oscuridad". Qué casualidad que éstas últimas sí se las tomó en serio, sí son buenas y sí cuentan una historia.
Repulsiva hasta la náusea en todos sus aspectos, no sólo en los cánones del Dogma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un idiota no tiene por qué ser retrasado mental. Tenían otras maneras de comportarse como estúpidos si eso querían hacer, sin tener que fingir una enfermedad mental.
La última secuencia con Karen babeando con la comida me provocó un asco impresionante. Esa escena tendría que haber sido más interesante después de todo ella se la pasó con el grupo éste, luego se descubre el tremendo drama que sufrió y cuando regresa a la casa sólo eso se le ocurre hacer.
También creo que si la película se hubiese tratado de una secta, hubiese tenido más potencial. De hecho, es lo que parece. Tienen un líder, practican orgías, obedecen órdenes. Si el rubio dice "háganse los idiotas ahora", todos lo hacen y van por la vida incordiando a los demás que no los molestan de ninguna manera.
La última secuencia con Karen babeando con la comida me provocó un asco impresionante. Esa escena tendría que haber sido más interesante después de todo ella se la pasó con el grupo éste, luego se descubre el tremendo drama que sufrió y cuando regresa a la casa sólo eso se le ocurre hacer.
También creo que si la película se hubiese tratado de una secta, hubiese tenido más potencial. De hecho, es lo que parece. Tienen un líder, practican orgías, obedecen órdenes. Si el rubio dice "háganse los idiotas ahora", todos lo hacen y van por la vida incordiando a los demás que no los molestan de ninguna manera.
19 de marzo de 2009
19 de marzo de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine se presta a la interpretación subjetiva. Los directores y guionistas son creadores qe buscan expresar 1 inquietud, el movimiento de conciencia y reflexión por parte del espectador. Esto no siempre es proceso simple, hasta el punto de convertirse ocasionalmente en 1 paradoja mediante la cual pocos ven lo que el cineasta ha querido mostrar.
Sin embargo, es perfectamente lícito y necesario que LA interpretación sea subjetiva. No hay por qué interpretar una obra tal y como ha sido concebida, y esto, encierra la maravilla de cualquier expresión intelectual.
Aparentemente se muestra un grupo de personas que buscan evadirse de sus vidas y enfrentarse a la sociedad mediante el ejercicio de “buscar su idiota interior”. Se dedican a realizar actividades propias de un centro de disminuidos psíquicos simulando esta minusvalía y viviendo en una suerte de comuna.
Podríamos interpretar que los protagonistas hacen “el idiota” para evadirse y revelarse contra la sociedad. Podríamos pensar que los idotas son aquellos de los que se burlan.
Por mi parte, creo que Dogma y von Trier han querido “rizar el rizo” con un guión que traspasa la pantalla y convierte al espectador en parte de la historia. Los espectadores pasan a ser Los Idiotas. Contemplamos personas simulando una minusvalía psíquica y les atribuimos un fin social, una búsqueda interior, una rebelión encabezada por un burgués que desea no serlo y que ve frustrada su utopía por la incapacidad de sus seguidores para ser idotas.
Tal vez Lars von Trier ha querido averiguar cuánto de ciegos estamos los espectadores ante el nombre de un director, la trayectoria del mismo y la genialidad y propuesta alternativa de Dogma. ¿Por qué se muestra ocasionalmente un interrogatorio a los protagonistas? Tal vez haya que pensar que el inquisidor, quien cuestiona las acciones de estos idiotas es el espectador mismo.
Las actividades que desarrollan "Los Idiotas " no constituyen rebelión alguna, no protestan contra nada, no presentan alternativas, no construyen…No responden por tanto a ningun acto social o contra-social. Respecto a los motivos personales, tan sólo la madre del niño muerto, la enferma que toma pastillas y el publicista frustrado responden a la evasión. Por su parte el médico recoge datos para una posible tesis, el artista experimenta y realiza bocetos; la nudista vive el libertinaje, la cuidadora…cuida…No podemos hablar de tal o cual motivo común y conjuntos para hacer lo que hacen…
Está claro que los idiotas hacen el idiota realizando actividades vacías carentes de sentido y fin, siendo bastante evidente su cobardía y debilidad frente a la sociedad que finalmente, personificada en el padre de la chica que toma pastillas, les da por concluído el juego.
“Los Idiotas” es una peli en la que unos idiotas hacen el idiota para que los espectadores hagamos el idiota dando un significado y trascendencia a una idiotez…Pero esto, la interpretación subjetiva, es lo maravilloso de las creaciones intelectuales.
Sin embargo, es perfectamente lícito y necesario que LA interpretación sea subjetiva. No hay por qué interpretar una obra tal y como ha sido concebida, y esto, encierra la maravilla de cualquier expresión intelectual.
Aparentemente se muestra un grupo de personas que buscan evadirse de sus vidas y enfrentarse a la sociedad mediante el ejercicio de “buscar su idiota interior”. Se dedican a realizar actividades propias de un centro de disminuidos psíquicos simulando esta minusvalía y viviendo en una suerte de comuna.
Podríamos interpretar que los protagonistas hacen “el idiota” para evadirse y revelarse contra la sociedad. Podríamos pensar que los idotas son aquellos de los que se burlan.
Por mi parte, creo que Dogma y von Trier han querido “rizar el rizo” con un guión que traspasa la pantalla y convierte al espectador en parte de la historia. Los espectadores pasan a ser Los Idiotas. Contemplamos personas simulando una minusvalía psíquica y les atribuimos un fin social, una búsqueda interior, una rebelión encabezada por un burgués que desea no serlo y que ve frustrada su utopía por la incapacidad de sus seguidores para ser idotas.
Tal vez Lars von Trier ha querido averiguar cuánto de ciegos estamos los espectadores ante el nombre de un director, la trayectoria del mismo y la genialidad y propuesta alternativa de Dogma. ¿Por qué se muestra ocasionalmente un interrogatorio a los protagonistas? Tal vez haya que pensar que el inquisidor, quien cuestiona las acciones de estos idiotas es el espectador mismo.
Las actividades que desarrollan "Los Idiotas " no constituyen rebelión alguna, no protestan contra nada, no presentan alternativas, no construyen…No responden por tanto a ningun acto social o contra-social. Respecto a los motivos personales, tan sólo la madre del niño muerto, la enferma que toma pastillas y el publicista frustrado responden a la evasión. Por su parte el médico recoge datos para una posible tesis, el artista experimenta y realiza bocetos; la nudista vive el libertinaje, la cuidadora…cuida…No podemos hablar de tal o cual motivo común y conjuntos para hacer lo que hacen…
Está claro que los idiotas hacen el idiota realizando actividades vacías carentes de sentido y fin, siendo bastante evidente su cobardía y debilidad frente a la sociedad que finalmente, personificada en el padre de la chica que toma pastillas, les da por concluído el juego.
“Los Idiotas” es una peli en la que unos idiotas hacen el idiota para que los espectadores hagamos el idiota dando un significado y trascendencia a una idiotez…Pero esto, la interpretación subjetiva, es lo maravilloso de las creaciones intelectuales.
30 de mayo de 2012
30 de mayo de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En contraste con la fascinante emoción que provoca el sentirse parte de una nueva visión contemporánea de la Idiotez (donde la hipocresía social queda subyugada por la realidad caótica de las emociones) están un sin fin de escenas que no vienen al caso; esto no es una bofetada al sistema, ni intenta modificar los engranajes de la sociedad, esto es solo alguien que jamás ha sentido hambre, y que obviamente jamás ha sentido el peso de la realidad sobre sus hombros.
Unos burgueses que por lo menos tienen un lugar donde reunirse MATAN SU TIEMPO, como lo hace cualquiera de nosotros, sacando al perro o jugando póker, lo cierto es que aquí todos tienen empleo, todos tienen para llevarse el pan a la boca, mejor dicho no son idiotas verdaderos, solo máscaras de idiotas, pero incluso ni las máscaras me las creo, pues los auténticos idiotas los que llevamos en el corazón no necesitan la teoría limite del sexo para sufrir, aquí no hay nada de situaciones reales, solo imaginaciones irrelevantes , fetiches y pasta de dientes para ancianos del geriátrico, ¿dónde está la condena, el repudio, los jueces del improperio? ¿dónde están las personas y dónde los idiotas?, no existe esa dicotomía, las personas son idiotas, y no necesitan orgias para sentirse como tales, ni para representar cuan payasos pueden llegar a ser unos humanos a causa de la lujuria.
En definitiva esta es una de esas películas de un director que no se piensa idiota... pobre de él.
Unos burgueses que por lo menos tienen un lugar donde reunirse MATAN SU TIEMPO, como lo hace cualquiera de nosotros, sacando al perro o jugando póker, lo cierto es que aquí todos tienen empleo, todos tienen para llevarse el pan a la boca, mejor dicho no son idiotas verdaderos, solo máscaras de idiotas, pero incluso ni las máscaras me las creo, pues los auténticos idiotas los que llevamos en el corazón no necesitan la teoría limite del sexo para sufrir, aquí no hay nada de situaciones reales, solo imaginaciones irrelevantes , fetiches y pasta de dientes para ancianos del geriátrico, ¿dónde está la condena, el repudio, los jueces del improperio? ¿dónde están las personas y dónde los idiotas?, no existe esa dicotomía, las personas son idiotas, y no necesitan orgias para sentirse como tales, ni para representar cuan payasos pueden llegar a ser unos humanos a causa de la lujuria.
En definitiva esta es una de esas películas de un director que no se piensa idiota... pobre de él.
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