Thor: Un mundo oscuro
2013 

5.6
41,449
Fantástico. Acción. Aventuras
Thor lucha por restablecer el orden en el cosmos, pero una antigua raza liderada por el vengativo Malekith regresa con el propósito de volver a sumir el universo en la oscuridad. Se trata de un villano con el que ni siquiera Odín y Asgard se atreven a enfrentarse; por esa razón, Thor tendrá que emprender un viaje muy peligroso, durante el cual se reunirá con Jane Foster y la obligará a sacrificarlo todo para salvar el mundo. (FILMAFFINITY) [+]
4 de septiembre de 2018
4 de septiembre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor vuelve a ser Tom Hiddleston. Lo peor todo lo demás.
Da igual que el reparto sea bueno, que lo es, porque la película es tan o más olvidable que la primera. No quita que uno pueda entretenerse con ella, pero da la sensación de ser algo tan anodino que el cerebro sabiamente decide olvidar todo lo visto.
No es forma de hacer cine de superhéroes, pero puede que la sobresaturación no sea la mejor aliada de este cine.
Da igual que el reparto sea bueno, que lo es, porque la película es tan o más olvidable que la primera. No quita que uno pueda entretenerse con ella, pero da la sensación de ser algo tan anodino que el cerebro sabiamente decide olvidar todo lo visto.
No es forma de hacer cine de superhéroes, pero puede que la sobresaturación no sea la mejor aliada de este cine.
3 de agosto de 2019
3 de agosto de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Thor: The Dark World” (2013) de Alan Taylor con Chris Hemsworth, Natalie Portman, Tom Hiddleston, Anthony Hopkins, Stellan Skarsgård, Idris Elba, Christopher Eccleston, entre otros. Comic basado en el personaje homónimo de MARVEL Comics, producido por MARVEL Studios y distribuido por Walt Disney Studios Motion Pictures; es la secuela de “Thor” (2011) y la 8ª película del Universo cinematográfico de MARVEL. En esta ocasión, Thor se une a Loki para salvar Los 9 Reinos de los elfos oscuros al mando del vengativo Malekith, que pretende hundir al universo en la oscuridad. Pues eso, el filme va de aquí para allá sin rumbo claro, su historia no está ni desarrollada ni resuelta, sólo está expuesta sin profundizar en el villano, de gran poder pero no se llega a sentir como una amenaza tan indestructible que ni el mismo Odín puede con él, y muy curiosamente manda a Thor para que se haga cargo… Esto me sonó muy crístico, si me permiten el uso del término; y ahí no acaban otras similitudes con otras producciones como “The Lord Of The Rings” o “STAR WARS” hay muchas escenas casi calcadas de esas épicas sagas… no sería casual que muchos críticos la declaran “la peor de las películas del MCU” No obstante fue un éxito de taquilla, pues de un presupuesto de $$152,7 millones, logró recaudar $644,6 millones, pero ojo, ya sabemos que la taquilla no significa que la película sea buena. ¿Es esta secuela, entonces, una buena película? Sí, y no. Sí porque ahora le han bajado un poco al estilo barroco de Asgard, y ahora se puede apreciar mejor el mundo, aunque no es set/decorado sino CGI, está muy hermoso y muy bien hecho, sin contar las proporciones descabelladas, así como vemos otros mundos/universos y otros detalles como el vestuario y los efectos especiales, cada vez más “realistas” que curiosamente NO estuvieron nominados al Premio OSCAR. Y no es una buena película porque el conflicto y el peligro es inexistente, todo lo malo se resuelve a conveniencia, al azar o por la gloria divina de Quetzalcóatl; además, el triángulo amoroso entre Thor, Jane y Sif; o Thor, Jane y Richard es expuesto y JAMÁS resuelto, tanto que Sif y Richard son despachados y no vueltos a ver en la trama romántica que se insinuó. Otro personaje mal desarrollado es el villano, Malekith, no se sabe el alcance de su poder, sus motivaciones y la responsabilidad que tiene con su gente… y se decantan por el protagonismo de Loki, que extrañamente y fuera de todo contexto finge su muerte… Ya del reparto, Chris Hemsworth es un tarado musculado, que habla con los testículos, pésimo actor que no levantará cabeza si sigue en el comic; la ganadora del OSCAR Natalie Portman desperdiciada como heroína y pronto como “Thor” femenina, TREMENDO DISPARATE; Tom Hiddleston sigue siendo alérgico al botox labial; Anthony Hopkins solamente está ahí como René Russo, ni dolió su muerte; Stellan Skarsgård es una pena, como Idris Elba, y creo que solo Christopher Eccleston dio la talla como villano, pero fue vilmente castigado por un guión malo, pues él bien pudo ser tan poderoso como Thanos, pues ya había demostrado que antes “Había oscuridad”
NO RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
NO RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
17 de enero de 2022
17 de enero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El apabullante éxito de “Los Vengadores”, como película y como universo, dejó al espectador con las habituales sensaciones de resaca tras un subidón. Por un lado, indudablemente, con ganas de más pero también con el consciente realismo de que las cosas llevan su tiempo y que si desde “Iron man” hasta “Los Vengadores” tuvieron que pasar cuatro años plantando la semilla y cuidándola, volver a preparar todo el tenderete no iba a ser cosa de cuatro días. Más aún con el factor sorpresa perdido y habiendo que buscar nuevas fórmulas para impresionar al personal.
A la hora de dar continuidad al Universo Cinematográfico Marvel, la parte positiva es que no se partía de cero y que había ya bastante camino recorrido. Tanto en la parte técnica, con estándares ya fijados a todos los niveles, como en la parte argumental con muchos personajes que ya habían quemado su episodio cero por lo que sabíamos de dónde procedían, de qué poderes disponían y cuáles eran sus debilidades. La parte negativa es que, en general, competían contra los extraordinarios sabores de boca que habían dejado las entregas anteriores. Concretamente “Thor: el mundo oscuro” se enfrentaba a un nada desdeñable cambio de director, pasando del solemne Brannah, un tío muy rollo Shakespeare, a un Alan Taylor al que las grandes producciones no le resultaban ajenas pero con, claramente, otro estilo que se refleja claramente en un cinta con mucha más acción, más humor y más efectos especiales, en la línea de lo que venían siendo las producciones de superhéroes típicas.
Para el espectador que va al cine buscando desconectar, pasar un rato agradable y amortizar la entrada el cambio es a mejor porque “Thor: el mundo oscuro” no sabe lo que es tomarse un respiro. Salvo una pequeña introducción inicial con algo de diálogo, el resto de la película son micromisiones en las que los personajes van del punto A al B en busca de cierta información, un objeto u otro personaje que les lleve a C, en un esquema que se repite constantemente hasta la esperada batalla final, todo bien aderezado de efectos, peleas y chistes cómplices. Y con más protagonismo para Portman y Skarsgard que hacen, con el ultracarismático Hemsworth (ya completamente adueñado del papel), un conjunto muy sólido. Imposible aburrirse. Imposible no pasarlo bien.
Lo que no es tan imposible es no perderse. La película da tantas vueltas para un lado y para otro y a tal velocidad que es complicado disfrutar de algunas subtramas o entender a la primera las relaciones entre ciertos actos y determinadas consecuencias. Sobre todo, es incómoda la sensación de estar perdiéndose algo bien porque alguna situación no ha quedado cien por cien clara o bien porque no nos acordamos de quien es tal personaje del que hablan. Incluso parte de esa incomodidad procede de un fenómeno del que no seremos conscientes hasta sucesivas entregas del UCM: aunque parezca una segunda parte si más, realmente se está sembrando el nuevo ciclo de Vengadores por lo que la trama principal de “Thor: el mundo oscuro” dedica metraje a colocar semillas de difícil asimilación en un primer visionado aislado de la película (que cobran sentido cuando se ve otra vez tras haber avanzado en la cronología del UCM). Tampoco es que corten el rollo, pero sí alimentan esa percepción de que algo no termina de cerrar… aunque al ritmo que va la película, tampoco es que la sensación dure demasiado.
En todo caso, una gran continuación de la línea de Thor y un buen comienzo a lo que terminó siendo un nuevo ciclo de los Vengadores. Personalmente, como enfoque, me sigue gustando más el de Brannagh, dedicando tiempo a la construcción de los personajes, con un humor más puntual, pero más elegante y un ritmo más pausado que permitía sacar todo el partido a las tramas y pistas argumentales. Y a apreciar la escenografía. Si te tomas la molestia de invertir en una gran cantidad de arte conceptual para recrear varios mundos y elementos mitológicos, hombre, danos la oportunidad de sacarles partido… si es que realmente estás seguro de que están a la altura de las expectativas (Brannah lo estaba). Pero hay que reconocer que la marcha adicional que Taylor imprime a la franquicia le sienta también bien.
A la hora de dar continuidad al Universo Cinematográfico Marvel, la parte positiva es que no se partía de cero y que había ya bastante camino recorrido. Tanto en la parte técnica, con estándares ya fijados a todos los niveles, como en la parte argumental con muchos personajes que ya habían quemado su episodio cero por lo que sabíamos de dónde procedían, de qué poderes disponían y cuáles eran sus debilidades. La parte negativa es que, en general, competían contra los extraordinarios sabores de boca que habían dejado las entregas anteriores. Concretamente “Thor: el mundo oscuro” se enfrentaba a un nada desdeñable cambio de director, pasando del solemne Brannah, un tío muy rollo Shakespeare, a un Alan Taylor al que las grandes producciones no le resultaban ajenas pero con, claramente, otro estilo que se refleja claramente en un cinta con mucha más acción, más humor y más efectos especiales, en la línea de lo que venían siendo las producciones de superhéroes típicas.
Para el espectador que va al cine buscando desconectar, pasar un rato agradable y amortizar la entrada el cambio es a mejor porque “Thor: el mundo oscuro” no sabe lo que es tomarse un respiro. Salvo una pequeña introducción inicial con algo de diálogo, el resto de la película son micromisiones en las que los personajes van del punto A al B en busca de cierta información, un objeto u otro personaje que les lleve a C, en un esquema que se repite constantemente hasta la esperada batalla final, todo bien aderezado de efectos, peleas y chistes cómplices. Y con más protagonismo para Portman y Skarsgard que hacen, con el ultracarismático Hemsworth (ya completamente adueñado del papel), un conjunto muy sólido. Imposible aburrirse. Imposible no pasarlo bien.
Lo que no es tan imposible es no perderse. La película da tantas vueltas para un lado y para otro y a tal velocidad que es complicado disfrutar de algunas subtramas o entender a la primera las relaciones entre ciertos actos y determinadas consecuencias. Sobre todo, es incómoda la sensación de estar perdiéndose algo bien porque alguna situación no ha quedado cien por cien clara o bien porque no nos acordamos de quien es tal personaje del que hablan. Incluso parte de esa incomodidad procede de un fenómeno del que no seremos conscientes hasta sucesivas entregas del UCM: aunque parezca una segunda parte si más, realmente se está sembrando el nuevo ciclo de Vengadores por lo que la trama principal de “Thor: el mundo oscuro” dedica metraje a colocar semillas de difícil asimilación en un primer visionado aislado de la película (que cobran sentido cuando se ve otra vez tras haber avanzado en la cronología del UCM). Tampoco es que corten el rollo, pero sí alimentan esa percepción de que algo no termina de cerrar… aunque al ritmo que va la película, tampoco es que la sensación dure demasiado.
En todo caso, una gran continuación de la línea de Thor y un buen comienzo a lo que terminó siendo un nuevo ciclo de los Vengadores. Personalmente, como enfoque, me sigue gustando más el de Brannagh, dedicando tiempo a la construcción de los personajes, con un humor más puntual, pero más elegante y un ritmo más pausado que permitía sacar todo el partido a las tramas y pistas argumentales. Y a apreciar la escenografía. Si te tomas la molestia de invertir en una gran cantidad de arte conceptual para recrear varios mundos y elementos mitológicos, hombre, danos la oportunidad de sacarles partido… si es que realmente estás seguro de que están a la altura de las expectativas (Brannah lo estaba). Pero hay que reconocer que la marcha adicional que Taylor imprime a la franquicia le sienta también bien.
1 de noviembre de 2013
1 de noviembre de 2013
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta secuela no se anda con tonterías. Tiene todo lo que esperamos ver y más. Una buena historia, buena sucesion de imagenes y escenas perfectamente entrelazadas y un final que quita el hipo.
Me ha encantado ver cómo los personajes evolucionan y cómo sus actos tienen consecuencias en su entorno y en su personalidad. Se agradece ver un villano que no es malo porque sí sino que en tiene unas razones por las que actúa así. Un detalle que agradezco mucho y también harán sus fans es que en la película se nos regala con más de un guiño a Los Vengadores, Shield y otras historia que te sitúan en el tiempo (recordemos que primero vino thor 1, luego los vengadores en la que thor vuelve a la tierra y ni se acordo de su amada y esta peli en la que arreglan "ese pequeño descuido" entre otras cosas). También se agradecen esos guiños ya que nos recuerda que de una forma u otra en el universo marvel las cosas no suceden aleatoriamente sino que todo esta conectado y es el conjunto lo que forma la historia, tal y como sucede en la vida humana (nos conocemos, nos alejamos, nos encontramos, vivimos cosas los unos con los otros y eso da lugar a otras situaciones). Además quién no se sonríe al tener la oportunidad de recordar a algún querido superhéroe aunque no sea el prota en esta ocasión? por cierto aprovecho la ocasión para avisaros de que os quedeis a que acaben los créditos. Hay una escena que puede desentrañar el comienzo de lo que sería thor 3 o los vengadores 2.
Sien embargo esta peli tiene cosas que la hacen imperfecta. No sé si fueron cosas mías pero me dio la impresión de que intentaron introducir un triángulo amoroso. Sin nigún éxito. Eso sobraba ya que no profundizan mucho en esas pequeñas situaciones que pudiesen dar lugar a ello por lo que al final resulta ser una escena de relleno de muy poco gusto y sin sentido. Tambié es muy poco creíble que entren con una nave enorme en un palacio, se carguen todas las columnas y que el techo no ceda ni una milésima o que empiecen a cer fenómenos extraños y ningún agente del gobierno se intente hacer con el descubrimiento.
También algo importante: recomiendo NO verla en 3d, por los menos no aquellos que tengan algo de falta de vista. El comienzo de la película (primeros 20 minutos) marea más que una montaña rusa, la imagen se mueve a mucha velocidad y parece que las imágenes se superponen y nosabesadónde mirar. Y si os digo la verdad, no os perdeis nada. Yo fui por el horario no porque me hiciese especial ilusión pero no me equivoqué, no es una de esas películas que merezca la pena ver en 3d.
En conclusión, no es un peliculón de oscar pero sí dejará satisfechos a los fans del cómic y de marvel y también a aquellos que no conozcan la historia pero sientan curiosidad y busquen grandes dosis de entretenimiento.
Me ha encantado ver cómo los personajes evolucionan y cómo sus actos tienen consecuencias en su entorno y en su personalidad. Se agradece ver un villano que no es malo porque sí sino que en tiene unas razones por las que actúa así. Un detalle que agradezco mucho y también harán sus fans es que en la película se nos regala con más de un guiño a Los Vengadores, Shield y otras historia que te sitúan en el tiempo (recordemos que primero vino thor 1, luego los vengadores en la que thor vuelve a la tierra y ni se acordo de su amada y esta peli en la que arreglan "ese pequeño descuido" entre otras cosas). También se agradecen esos guiños ya que nos recuerda que de una forma u otra en el universo marvel las cosas no suceden aleatoriamente sino que todo esta conectado y es el conjunto lo que forma la historia, tal y como sucede en la vida humana (nos conocemos, nos alejamos, nos encontramos, vivimos cosas los unos con los otros y eso da lugar a otras situaciones). Además quién no se sonríe al tener la oportunidad de recordar a algún querido superhéroe aunque no sea el prota en esta ocasión? por cierto aprovecho la ocasión para avisaros de que os quedeis a que acaben los créditos. Hay una escena que puede desentrañar el comienzo de lo que sería thor 3 o los vengadores 2.
Sien embargo esta peli tiene cosas que la hacen imperfecta. No sé si fueron cosas mías pero me dio la impresión de que intentaron introducir un triángulo amoroso. Sin nigún éxito. Eso sobraba ya que no profundizan mucho en esas pequeñas situaciones que pudiesen dar lugar a ello por lo que al final resulta ser una escena de relleno de muy poco gusto y sin sentido. Tambié es muy poco creíble que entren con una nave enorme en un palacio, se carguen todas las columnas y que el techo no ceda ni una milésima o que empiecen a cer fenómenos extraños y ningún agente del gobierno se intente hacer con el descubrimiento.
También algo importante: recomiendo NO verla en 3d, por los menos no aquellos que tengan algo de falta de vista. El comienzo de la película (primeros 20 minutos) marea más que una montaña rusa, la imagen se mueve a mucha velocidad y parece que las imágenes se superponen y nosabesadónde mirar. Y si os digo la verdad, no os perdeis nada. Yo fui por el horario no porque me hiciese especial ilusión pero no me equivoqué, no es una de esas películas que merezca la pena ver en 3d.
En conclusión, no es un peliculón de oscar pero sí dejará satisfechos a los fans del cómic y de marvel y también a aquellos que no conozcan la historia pero sientan curiosidad y busquen grandes dosis de entretenimiento.
22 de diciembre de 2013
22 de diciembre de 2013
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La concepción de “Thor: El mundo oscuro”, con cambios iniciales en su equipo técnico y el adiós a los telones shakesperianos de Kenneth Branagh, no auguraba nada bueno con la dilatación del estreno y el socorro de Alan Taylor para que Joss Whedon retocará el guión de un proyecto engullido por la oscuridad… pero finalmente resurgido por la luminosidad cómica y de una consecuente lectura auto paródica voluntaria y homenaje británico a otro baluarte del Imperio: el Doctor Who. Que tendremos un recital de entretenimiento y un conjunto relegado a la química de Chris Hemsworth y Tom Hiddleston, repercutiendo sobre esos mecanismos de amor/odio de Thor y Loki, no sorprenderá a aquellos que esperen las virtudes del universo cinematográfico de Marvel. Otra cuestión es que tengamos un villano a la altura, si el martillo del asgardiano estará en su sitio con la jaca-astrofísica de entrepierna rezumada cuando emerge un rayo del cielo o si el ritmo y el drama familiar implícito en los asuntos de palacio está vez no vayan tan despacio. Los malos son los elfos oscuros y no del Warhammer y, por supuesto, son unos paquetes de escándalo. Si el villano, el prácticamente invisible Malekith, hubiera obligado a ver a esa versión shakesperiana — de un malote-de-parque y ladrón de cortinas maternales para su uso y disfrute (Tony Stark dixit)— “El todopoderoso Thor” de The Asylum, otra cisnesa negra hubiera cantando.
El elemento más poderoso del universo se llama Éter pero no estamos tampoco en Final Fantasy sino ante una conjunción interplanetaria que provocará un despliegue de originalidad para el combate final en un mix de “Star Trek/Wars” meets “Lord of The Rings” donde un guiño a Padmé, la reinona Amidala, no hubiera desentonado en absoluto entre tanta lucha por ser la Reinona de la función. “Thor: El mundo oscuro” decide funcionar/espantar por la vía de la redundancia y la repetición de los mismos resortes y elementos. Buen ejemplo pudiera ser esa constante conversación y misma frase de diálogo de los héroes de Asgard sobre aquello que supondría a Loki traicionarles. La cinta de Alan Taylor no va a mirar en profundidad la relación de Thor y Loki y esa vinculación materna con una perfecta Rene Russo (esperemos que tomen nota de “Thor and Loki: Blood Brothers” para una futurible tercera entrega) ni tampoco por esas miradas bobaliconas que incitaban al suicidio entre Chris Hemsworth y Natalie Portman en “Thor”. También desconocemos si la reescritura de Whedon o el montaje final vedó la punta del triángulo romántico compuesto por Thor, Jane y Sif. Taylor se ciñe al estricto y elemental entretenimiento y al humor como halo de luz de una electrizante e irregular propuesta. Toda la épica al servicio de la tecnología ofrece de una ejecución que despliega una narración coral con Loki como final y absoluta Reinona de ese tech-teatrillo y fruta ama de la fiesta. Se podrían pulir muchas cosas pero da cierta sensación con las secuencias post-créditos finales que el invento argumental del Éter, y por extensión de la propia cinta, es buscar un perfecto eslabón para “Guardians of the Galaxy” y para “The Avengers 3” con Thanos y el Guantelete y Gemas del Infinito.
Tan frívola como fácilmente humillable por cualquier hater, “Thor: El mundo oscuro” deja los intentos de auto-felación con eyaculación de Champín de “Iron Man 3” para pasar a una a una auto-consciencia impuesta: la propia película asume la física va a hacerse pedazos al final y su única atadura gravitacional va a ser no tomarse en serio a sí misma. La comparativa del fundamentalismo de ejércitos capaces de auto-inmolarse por las aspiraciones suicidas de sus líderes en las figuras de Malekith y Odín, supuestas y respectivas oscuridad y luz del universo abocadas a los ejes del abuso del poder, es una lectura satisfactoria aunque tampoco Taylor indaga lo suficiente allí no vaya a ser que le tomen en serio. La película resuelve la papeleta por la democracia y la coralidad, como si cada personaje quisiera aportar un complemento en ese juego imposible de ciencia y magia, dejando la hilaridad de la alquimia en la ciencia ficción y mecanismos redundantes. Pero el gran mérito y apuesta de Marvel es dotar de otro gran poder a las ‘gemas del infinito’ de la humanidad. Hablamos de los becarios (y los becarios del becario), que chupan más planos y HAMOR que Odín y copiosos dioses asgardianos. Ellos son aquellos que dominarán y salvarán Midgard, nuestros héroes, los grandes superhéroes sin ánimo de lucro de los Nueve Mundos. Y toda esa lectura de la película deja en evidencia que está escrita, dirigida y plasmada… por becarios o aquellos que fueron en ese mundo oscuro que ahora echa resplandecientes y eléctricos destellos. ¡Qué llamen al también becario electricista de la película porno de Carmen de Mairena, que a mucho hater sus afilados dedos taladrando de odio sus teclados les echan chispas!
El elemento más poderoso del universo se llama Éter pero no estamos tampoco en Final Fantasy sino ante una conjunción interplanetaria que provocará un despliegue de originalidad para el combate final en un mix de “Star Trek/Wars” meets “Lord of The Rings” donde un guiño a Padmé, la reinona Amidala, no hubiera desentonado en absoluto entre tanta lucha por ser la Reinona de la función. “Thor: El mundo oscuro” decide funcionar/espantar por la vía de la redundancia y la repetición de los mismos resortes y elementos. Buen ejemplo pudiera ser esa constante conversación y misma frase de diálogo de los héroes de Asgard sobre aquello que supondría a Loki traicionarles. La cinta de Alan Taylor no va a mirar en profundidad la relación de Thor y Loki y esa vinculación materna con una perfecta Rene Russo (esperemos que tomen nota de “Thor and Loki: Blood Brothers” para una futurible tercera entrega) ni tampoco por esas miradas bobaliconas que incitaban al suicidio entre Chris Hemsworth y Natalie Portman en “Thor”. También desconocemos si la reescritura de Whedon o el montaje final vedó la punta del triángulo romántico compuesto por Thor, Jane y Sif. Taylor se ciñe al estricto y elemental entretenimiento y al humor como halo de luz de una electrizante e irregular propuesta. Toda la épica al servicio de la tecnología ofrece de una ejecución que despliega una narración coral con Loki como final y absoluta Reinona de ese tech-teatrillo y fruta ama de la fiesta. Se podrían pulir muchas cosas pero da cierta sensación con las secuencias post-créditos finales que el invento argumental del Éter, y por extensión de la propia cinta, es buscar un perfecto eslabón para “Guardians of the Galaxy” y para “The Avengers 3” con Thanos y el Guantelete y Gemas del Infinito.
Tan frívola como fácilmente humillable por cualquier hater, “Thor: El mundo oscuro” deja los intentos de auto-felación con eyaculación de Champín de “Iron Man 3” para pasar a una a una auto-consciencia impuesta: la propia película asume la física va a hacerse pedazos al final y su única atadura gravitacional va a ser no tomarse en serio a sí misma. La comparativa del fundamentalismo de ejércitos capaces de auto-inmolarse por las aspiraciones suicidas de sus líderes en las figuras de Malekith y Odín, supuestas y respectivas oscuridad y luz del universo abocadas a los ejes del abuso del poder, es una lectura satisfactoria aunque tampoco Taylor indaga lo suficiente allí no vaya a ser que le tomen en serio. La película resuelve la papeleta por la democracia y la coralidad, como si cada personaje quisiera aportar un complemento en ese juego imposible de ciencia y magia, dejando la hilaridad de la alquimia en la ciencia ficción y mecanismos redundantes. Pero el gran mérito y apuesta de Marvel es dotar de otro gran poder a las ‘gemas del infinito’ de la humanidad. Hablamos de los becarios (y los becarios del becario), que chupan más planos y HAMOR que Odín y copiosos dioses asgardianos. Ellos son aquellos que dominarán y salvarán Midgard, nuestros héroes, los grandes superhéroes sin ánimo de lucro de los Nueve Mundos. Y toda esa lectura de la película deja en evidencia que está escrita, dirigida y plasmada… por becarios o aquellos que fueron en ese mundo oscuro que ahora echa resplandecientes y eléctricos destellos. ¡Qué llamen al también becario electricista de la película porno de Carmen de Mairena, que a mucho hater sus afilados dedos taladrando de odio sus teclados les echan chispas!
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