Gimlet
4.4
300
15 de julio de 2011
15 de julio de 2011
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ópera prima de su director. Se trata de un thriller que narra la historia de un psicópata enfermizante enamorado/obsesionado de una madura y muy atractiva propietaria de un local nocturno.
Un más que interesante debú de Acosta, un thriller obsesivo que crea una atmósfera original y progresivamente oscura, salpicada de inquietudes, personajes y sorprendente final melodramático, que supone un abierto intento de creación de un thriller propio, híbrido del americano actual y del muy interesante europeo.
Buena interpretación en general, con un convincente Viggo Mortensen como psicópata. Por supuesto, la crítica y sus clichés no sobrepasaron sus calificativos de lo discreto. Todo dentro de lo correcto, no vayamos a mear fuera del tiesto.
Un más que interesante debú de Acosta, un thriller obsesivo que crea una atmósfera original y progresivamente oscura, salpicada de inquietudes, personajes y sorprendente final melodramático, que supone un abierto intento de creación de un thriller propio, híbrido del americano actual y del muy interesante europeo.
Buena interpretación en general, con un convincente Viggo Mortensen como psicópata. Por supuesto, la crítica y sus clichés no sobrepasaron sus calificativos de lo discreto. Todo dentro de lo correcto, no vayamos a mear fuera del tiesto.
18 de enero de 2020
18 de enero de 2020
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elegí ver Gimlet por diversos motivos. El menor de ellos no es que frecuentara la coctelería homónima durante una época, acompañado de una hermosa mujer de hermosas piernas que, casualmente, vivía muy cerca del local. En él solíamos iniciar nuestras veladas, hasta que nos urgían otros apremios... Pero ésa es otra historia.
También me picaba la curiosidad que estuviera desaparecida en combate durante muchos años. No recuerdo que hubiera sido programada antes en la TV. Eso sólo podía significar tres cosas: película de culto, película maldita, o bodrio. Pues bien: Gimlet es, nada más y nada menos, que un pestiño. Dirigida y escrita por el debutante José Luis Acosta, que por fortuna sólo dirigió una cinta más, No dejaré que no me quieras (lo digo por avisar), ahora se dedica a escribir guiones para series. Así está bien. Gimlet nos cuenta la historia de la propietaria de un cocktail bar (despistada pero sensual Ángela Molina), sito en Barcelona, que llama la atención de un acosador, loquito por sus carnes. Como primer detalle, le hace llegar el corazoncito del camarero al que se tiraba entre cóctel y cóctel, lo cual motiva la intervención de la policía, un comisario que lleva los ojos tapados debido a un tratamiento ocular, y su ayudante, un Pep Cruz que vocaliza como una avestruz. Esto se ve en los primeros minutos de metraje, no ha lugar a spoiler. El guión es de traca, parece escrito en la citada coctelería entre ingestas masivas de pócimas alcohólicas. La música es mala a rabiar, y el operador Jesús Escosa no es nada del otro mundo. Las interpretaciones tirando a birriosas, incluyendo a un Viggo Mortensen de carcajada, diez años antes de empuñar la espada del capitán Alatriste y quedarse con el hilo de Ariadna y todo lo demás. Rodada en Barcelona, no recuerda en nada al viejo y querido cine negro que tozudos artesanos confeccionaban en los años 50 y 60 pese a la feroz injerencia de Madame Censura. Es una obra impersonal y falta de carisma, falta de alma, todo es impostado y, en ocasiones, grotesco. Prometo tomar un gimlet cuando merodee por las cercanías de la calle Santaló, aunque esta vez sin la compañía de la hermosa mujer de hermosas piernas. Ay, la vida...
También me picaba la curiosidad que estuviera desaparecida en combate durante muchos años. No recuerdo que hubiera sido programada antes en la TV. Eso sólo podía significar tres cosas: película de culto, película maldita, o bodrio. Pues bien: Gimlet es, nada más y nada menos, que un pestiño. Dirigida y escrita por el debutante José Luis Acosta, que por fortuna sólo dirigió una cinta más, No dejaré que no me quieras (lo digo por avisar), ahora se dedica a escribir guiones para series. Así está bien. Gimlet nos cuenta la historia de la propietaria de un cocktail bar (despistada pero sensual Ángela Molina), sito en Barcelona, que llama la atención de un acosador, loquito por sus carnes. Como primer detalle, le hace llegar el corazoncito del camarero al que se tiraba entre cóctel y cóctel, lo cual motiva la intervención de la policía, un comisario que lleva los ojos tapados debido a un tratamiento ocular, y su ayudante, un Pep Cruz que vocaliza como una avestruz. Esto se ve en los primeros minutos de metraje, no ha lugar a spoiler. El guión es de traca, parece escrito en la citada coctelería entre ingestas masivas de pócimas alcohólicas. La música es mala a rabiar, y el operador Jesús Escosa no es nada del otro mundo. Las interpretaciones tirando a birriosas, incluyendo a un Viggo Mortensen de carcajada, diez años antes de empuñar la espada del capitán Alatriste y quedarse con el hilo de Ariadna y todo lo demás. Rodada en Barcelona, no recuerda en nada al viejo y querido cine negro que tozudos artesanos confeccionaban en los años 50 y 60 pese a la feroz injerencia de Madame Censura. Es una obra impersonal y falta de carisma, falta de alma, todo es impostado y, en ocasiones, grotesco. Prometo tomar un gimlet cuando merodee por las cercanías de la calle Santaló, aunque esta vez sin la compañía de la hermosa mujer de hermosas piernas. Ay, la vida...
7 de octubre de 2023
7 de octubre de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vergonzosa película, que he visto hasta el final sólo para poder criticarla. Tiene tantas cosas negativas que ni merece la pena enumerarlas. Si acaso, como amante de la coctelería ( por eso la he visto, por el título) decir que los cordiales de lima caseros bien hechos son infinitamente mejores que el Rose's lime juice oficial.
Ah, y también decir que dudo mucho que el usuario llamado "Eduardo" fuera al bar Gimlet tantas noches, acompañado de una hermosa mujer de hermosas piernas, y que además vivía cerca del local ( ella, la bella propietaria de esas hermosas piernas).
Te entiendo, Eduardo, yo viví una temporada en Hollywood y acabé harto, cada noche se me querían colar en casa todas las top models del barrio , qué pesadas, oye ...
Ah, y también decir que dudo mucho que el usuario llamado "Eduardo" fuera al bar Gimlet tantas noches, acompañado de una hermosa mujer de hermosas piernas, y que además vivía cerca del local ( ella, la bella propietaria de esas hermosas piernas).
Te entiendo, Eduardo, yo viví una temporada en Hollywood y acabé harto, cada noche se me querían colar en casa todas las top models del barrio , qué pesadas, oye ...
26 de enero de 2025
26 de enero de 2025
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de esos ejemplos de cine español del malo de la década de los noventa, con una trama tontorrona e incoherente, con personajes de cartón piedra y actores de calidad como Viggo Mortensen o Angela Molina vilmente desperdiciados. Un autentico despropósito de película, por lo visto el director quería ser tan moderno como Almodóvar por lo menos y le ha salido un truño de considerables dimensiones, ni es un noir, ni una comedia ni un drama, ni se sabe lo que es, seguramente estaría subvencionada por el ministerio de cultura, porque no me imagino a un productor serio intentando vender esto, para ver y olvidar rápidamente.
30 de enero de 2021
30 de enero de 2021
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Busca generar morbo con un estilo que desagrada. La pésima calidad de imagen que está a la altura de su guión. La torpeza a la hora de generar tensión es clamorosa, la ineptitud manifiesta es tal, que ni siquiera puede ser enmendada con la falta de experiencia. El visionado es una experiencia desagradable, por la atroz falta de talento en todos los sentidos, pero la atroz puesta en escena y la sonrojante falta de credibilidad que transmite cada secuencia se llevan la palma.
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