Magic & Bird (TV)

Nací en 1978 y como todo español en aquella época no conocíamos nada aparte del fútbol. De repente vinieron los juegos de Los Ángeles'84 y España jugó la final del baloncesto contra un equipo estadounidense formado por universitarios (jovencitos como Jordan, Ewing, Perkins, Tisdale, Mullin, Alvin Robertson...) que nos destrozaron 96-65. Me pregunté que si estos que eran universitarios destrozaban a culaquier selección, qué no harían los profesionales de su liga de baloncesto, la NBA.

El baloncesto me entró en la sangre y se me daba bien. Jugaba sin parar y consumía cualquier noticia que viniera de allí, recuerdo leer los marcadores que ABC publicaba 3 días después de que se jugaran aquellos partidos. De repente en 1988 TVE le dió un programa a Ramón Trecet llamado Cerca de las Estrellas donde se hablaba sólo de NBA, nos ponían un partido pero antes no s ponían un resumen con lo acontecido, canastas increibles, la jugada de la semana, la jugada tonta de la semana, el MVP de la semana...

Mi primer partido fue un Hawks-Lakers que los Lakers iban perdiendo de 20 al descanso pero que remontaron y lograron ganar en dos prórrogas!!

Era una época de puro talento en baloncesto. Si en USA estaban Magic, Bird, Jordan, Barkley, Olajuwon, Ewing, Wilkins, Thomas, etc. en Europa teníamos a Petrovic, Sabonis, Epi, Biriukov, Martín, Villacampa, Volkov, Kukoc, etc.

Yo elegí ser de los Lakers, de Magic, Abdul-Jabbar, Worthy y compañia. Jugaban al ataque y en equipo. Todos los equipos lo hacían pero los Lakers eran el Showtime y eran ganadores (en los 80 llegaron a 8 finales y ganaron 5).

Para mi Magic era el mejor no sólo porque era muy bueno, sino porque hacía mejores a sus compañeros. Pero por el otro lado estaba Larry Bird, estaban los Celtics. Larry no me gustaba pero más por mi carácter de fan que por mis conocimientos baloncestísticos. Ahora reconozco que fue un jugador genial en lo individual y en el equipo.

(sigo en spoiler por falta de sitio)

“Magic & Bird” nos hace un minucioso retrato de la personalidad de los dos genios del baloncesto para después detenerse en los enfrentamientos y encuentros que han tenido estas dos superestrellas a lo largo de su trayectoria profesional desde la época de la Universidad. El introvertido y duro paleto de la Indiana profunda contra el showman afroamericano de la eterna sonrisa de Michigan. Polos tan antagónicos que se atraían motivando una espiral de juego en equipo, triunfos y ambición desmedida que deleitaron a medio mundo con sus triples inverosímiles y asistencias de dibujos animados. Larry Bird y Magic Johnson fueron el motor que impulsó al baloncesto a convertirse en puro espectáculo, enterrando épocas oscuras de continuas peleas e individualismo.

Son cruciales las intervenciones de amigos y familiares de ambos protagonistas. Especialmente desgarradores son los testimonios de Bird, confesado una sincera envida hacia la forma de ser de Magic, o éste último llorando como una magdalena al recordar el apoyo brindado por el que fuera su enemigo en su momento más bajo.

Esto es un homenaje a los dos mayores artistas de un deporte que en su día era magia y creatividad, las cuales han sido devoradas hasta no dejar migajas por los exagerados músculos de gimnasio y el mate estratosférico.

Llevaba tiempo detrás de ver este documental, un tesoro en la historia del baloncesto. La HBO ha creado una de las mejores obras documentadas sobre dos de los mejores jugadores de baloncesto de todos los tiempos. Dos columnas del resurgir de la NBA en una época en la que ésta perdía seguidores por culpa de individualismos y Estados Unidos parecía sufrir un nuevo azote de racismo, esta vez centrado en el deporte.

'Magic' llevaba el espectáculo en la sangre, desde el instituto le gustaba la idea de convertirse en una estrella mediática, un personaje público, algo que le hacía crecer en aquello que siempre fue lo primero para él, el baloncesto. En cambio, Bird era todo lo contrario, introvertido, tímido, callado y deseoso de una vida tranquila, a pesar de ser considerado uno de los mejores de su generación. Dos personalidades tan diferentes, pero que cada uno terminaba convirtiéndose en el espejo del otro en la cancha.

El documental repasa las vidas de ambos desde sus primeros pasos en el basket, tomando como punto de inflexión el partido universitario más visto de la historia, aquél que los enfrentó en 1979 y les dio a conocer al mundo entero. Testimonios de periodistas, amigos, familiares y los suyos propios nos desvelan lo que sembró el germen de su amistad donde todos vieron rivalidad, donde muchos vieron 'blancos y negros' y ellos vieron algo en lo que basarse para seguir creciendo y hacer historia.

Imprescindible para amantes del baloncesto, e incluso para quienes no tienen más que curiosidad por los mejores jugadores de todos los tiempos, quienes marcaron la diferencia en la que era considerada la mejor liga del mundo. Dos carreras que pueden parecer muy diferentes fuera de la cancha, pero bestialmente similares en ella. Un compañerismo culminado en el Dream Team a pesar de ser considerados enemigos directos durante sus carreras y de los problemas físicos de ambos.

Amistad, superación y esfuerzo. Earvin 'Magic' Johnson, el chico de la eterna sonrisa, y Larry Bird, el chico que vivía por y para su deporte. Magos del baloncesto.

Larry estuvo en la despedida de Magic. Magic en la de Larry. Años después este documental muestran el porqué pasaron de enemigos profundos a íntimos amigos en la actualidad. Rivalizaron tanto que cuando Magic se retiró, Larry dejó el baloncesto unos meses más tarde. Algo le faltaba cada noche que jugaba al baloncesto, aunque estuviese a miles de kilómetros de sus partidos.
Documental muy bien desarrollado, donde se cuenta las diferentes etapas de estos 2 monstruos de la canasta, tanto individualmente como comparándolos.
La peli muestra muy bien la gente que se identificaba con cada uno, terminando finalmente con el respeto de todos, y entre ellos principalmente

303/16(12/09/22) Brillante documental producido para la HBO, que se adentra en la rivalidad deportiva/baloncestística que revitalizó a la NBA, la que se dio entre dos némesis con unas vidas tan antagónicas que parecen escritas por un guionista de Hollywood, Magic & Bird. Dirigido por Ezra Edelman, con guión de Aaron Cohen, inspirándose en parte en el libro “When the Game Was Ours” de Jackie MacMullan. y narrado por Liev Schreiber. Se adentra en los humildes orígenes de ambos, los problemas familiares del rubio (su padre se suicidó), teniendo su primer y crucial encuentro (con el que se inicia la cinta) en la final de la NCAA (final universitaria) de 1979, ambos estrellas en sus respectivos equipos, el afroamericano era el líder de Michigan State Spartans que derrotaran a los Indiana State Sycamores del ‘blanquito’ (con que sorna sueltan el palabro los negros, cuando no sería lo mismo si los blancos dijeran ‘negritos’) Bird, siendo la final más vista de la historia hasta entonces. Legando ambos a la NBA, cada uno en un equipo que era enorme enemigo del otro, los Lakers & Celtics (los Lakers habían perdido varias finales con ellos, sin ganarles jamás), cada uno en una costa, cada uno en una ciudad con idiosincrasia antagónicas, y con sus genialidades hicieron que un campeonato de capa caída (en las últimas ediciones las finales se daban en diferido) como la NBA implosionara para que sus rivalidad fuera algo épico a nivel planetario. Su rivalidad hizo que un cuasi-muerto campeonato NBA pasase a ser el deporte más seguido en USA.

Los seguimos mediante sustanciosas imágenes de archivo, siendo maravillosos los clips de los partidos donde en algunas jugadas se les da una tensión tempo narrativo de una intensidad vigorosa cual thriller de acción. Y todo ello sexteado por el clásico carrusel de bustos parlantes de gente que conoce a los dos mitos, familiares como la hermana de Johnson, Evelyn, y el hermano de Bird, Mark, comentaristas deportivos como Steve Springer y Charlie Pierce hasta jugadores de la NBA como Kevin McHale, Cedric Maxwell, Michael Cooper y el entrenador Pat Riley. Ello adentrándose en su rivalidad desde diferentes vertientes, una de ellas los conflictos raciales, hablándonos de como la NBA había pasado a ser un ‘gueto’ cuasi de negros que hizo que los blancos fueran abandonarlo seguirlo. Y cual si cada uno fuera representante de algo por su color de piel solo por ser buenos baloncestistas, lo más que escuchamos es que a Magic en la High school s ele tomaba como líder en problemas con los negros, luego en su adultez nunca se le vio con ansia alguna de ser un líder de los derechos de su raza; como a Bird, que su apelativo ‘La Gran Esperanza Blanca’ le resbalaba, él solo quería jugar y hablar de basket, nunca se vio como referente por ser blanco.

Y por supuesto tenemos lo más rico del metraje, que es el acercamiento humano a sus figuras a través de sus testimonios, cada uno, por un lado, donde las personalidades de uno y otro quedan diáfanas. Tenemos a un Magic de infinita sonrisa, simpático, abierto, extrovertido, que gustaba de ser alabado, de ser rodeado por fans, nos habla de sus aficiones por las fiestas (comenta como iba con su jefe el Dr. Buss a la mansión Playboy), su promiscuidad sexual, como se fundió con el espíritu festivo de Los Ángeles, con sus estrellas de cine; Y tenemos a un Larry Bird en las antípodas, introvertido, celoso de su intimidad, familiar, no gustaba del contacto con los fans, tenía gustos sencillos, como pasar la cortacésped a su jardín, viviendo en Boston que era como su carácter, serio y trabajador. Por esto me resulta todo un hito que Bird se abra al público y cuente cosas tan íntimas. Pero sin embargo los dos, a 4000 km uno de otros se seguían constantemente, uno era el referente de estadísticas del otro, se fijaban en lo que habían hecho uno en el partido anterior para intentar superarlo, y sus duelos eran pura batalla.

Pero todo cambió con el anuncio de las zapatillas converse en 1985 que se filmó en la residencia rural de Bird en French Lick-Indiana. Ello narrado por ambos con un sentido lírico e intensidad que ponen la piel de gallina cuando oímos que a la hora de comer Bird invitó a comer a Magic en su casa, donde su mare hizo la comida, y allí germinó la amistad entre estos desiguales tipos, estremecedor escuchar la calidez de su narración.

Entramos en su fase de cadencia. Bird tuvo una lesión doméstica (espejo de su personalidad, pues fue construyendo él mismo un granero) de espalda, que le hizo sus últimos años sufrir de enormes dolores en la columna, le hacían estar cuando no jugaba durante el partido tumbado boca abajo, un dolor crónico que le hacía ya no ser el mismo, solo su ética del sentido del deber le hacían continuar… y su rivalidad con Magic, queriendo enfrentarse a él una final más NBA, pero ya no sucedió; En el otro lado, Magic en 1991 declaró en rueda de prensa que tenía SIDA (lo coloca Magic en el contexto de su lujuria sexual de acostarse con innumerables mujeres), lo que le hizo abandonar el basket, esto conmocionó al mundo del deporte, y especialmente a Larry Bird, que llamó a Magic para interesarse por él y animarlo a seguir, conmociona escuchar a Bird comparar esto con la muerte de su padre, se nota veraz, sincero, y esto como lo sintió Magic es tremendo, lo narra saltándosele las lágrimas, entrañable. Nos ponemos en el contexto de entonces, y escuchamos a periodistas que creían que el positiviosmo de Magic al contar como superaría el IDA eraq pura fachada, y que tristemente lo verían en poco tiempo consumirse y morir, dando una idea como eran de ignorantes esos tiempos, pues 31 años después aún sigue muy vivo. Magic también cuenta que en las duras fue donde se dio cuenta de quienes eran sus amigos y quienes lo fingían, llama la atención la llamada que cuenta le hizo Isiah Thomas para preguntar si era gay (lo normal entonces era asociar SIDA con los homosexuales).