Quatermass and the Pit
Ciencia ficción. Terror
Durante unas excavaciones en Londres, aparece un extraño objeto de gran tamaño. Al principio se cree que puede ser una bomba de la Segunda Guerra Mundial lanzada por los nazis. El ejército descubre que no es nada parecido y llama al profesor Quatermass, que junto con el doctor en antropología Roney y su ayudante Bárbara Judd intentaran explicar el enigma. El profesor Quatermass descubre en su interior unas criaturas alienígenas que ... [+]
3 de agosto de 2007
3 de agosto de 2007
30 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta tercera entrega de la saga Quatermass tiene, como gran parte de este tipo de películas, una primera mitad francamente recomendable, con una atmósfera artesanal bastante conseguida y un trabajo narrativo modesto pero con un fantástico conocimiento de los resortes del arte de “contar” (el principal acierto de esta cinta es la progresión del guión a la hora de introducirnos en ese misterioso hallazgo y el crescendo de las posteriores y cada vez más perturbadoras situaciones). Luego, hacia la mitad y sobre todo en la resolución, cae en la ingenuidad y extravagancia típica de los sesenta en todos estos temas pseudo científicos (todo un pelín precipitado y muy pillado con pinzas). Y esto a algunos se les atragantará y a otros les parecerá un ejemplo del irresistible encanto de la Hammer.
Yo estoy más por la segunda opción.
Yo estoy más por la segunda opción.
26 de octubre de 2007
26 de octubre de 2007
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ciclo de vida de la productora británica Hammer, se vio marcado por un extenso número de títulos que estaban influenciados por los elementos clásicos que sacaban las productoras norteamericanas, de las cuales extraían los conceptos que comercialmente mejor se explotaban y más éxito cosechaban, dándole esa estética que tanto particularizó la metodología de la Hammer. Desde Drácula o Frankenstein hasta la ciencia-ficción en donde este título mejor esquematiza el talento para realizar buen cine con medios limitados, tomando una excelente idea y dándole un tratamiento científico y muy cinematográfico a la vez. Es curioso que uno de los atractivos de este estupendo film radica en su particular envejecimiento, ni que decir que sus discretos efectos visuales dejan en evidencia las fechas que han transcurrido así como sus restricciones económicas, no tanto su belleza hammeriana, inimitable, que hoy día sigue siendo una de las fuentes de culto más interesantes. Las interpretaciones, son absolutamente correctas en especial la del Dr. Quatermass, que quizás sea la que más carisma adquiere y no se puede dejar de lado la estupenda dirección que aborda varios géneros sin resentirse ninguno de ellos. La influencia de títulos como “Invasores de Marte” o “Planeta prohibido” aportan un abanico de matices claramente resaltados a lo largo de todo el film, una película que comienza con elementos visuales para desarrollar otros puramente psicológicos, una dualidad que dará origen a un memorable y sugestivo final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película comienza con una excavación en el metro, en la que hallan unos restos supuestamente humanos, luego se descubre un objeto de origen desconocido (evidentemente extraterrestre), todo se mezcla con historias clásicas de fantasmas atribuidas a la zona del hallazgo y la determinación del hombre por llegar a conclusiones claras sobre el descubrimiento es lo que condena su propio futuro, a pesar de lo visto su final es ambiguo, no se sabe muy bien la procedencia del ser que se manifiesta, ¿ha sido todo una tapadera para el hombre en su ingenuidad abra la caja de Pandora? Un final trágico, distante de los típicos finales que acompañaban a este tipo de films, en la que las resoluciones de los Científicos terminaban por arreglar cualquier mal.
9 de septiembre de 2010
9 de septiembre de 2010
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cierre de la trilogía Quatermass habría de llegar exactamente una década después de su celebrada apertura. Y lo hizo con un último episodio digno sucesor de las dos primeras entregas. El círculo quedaba así cerrado. Y con él una de las más asombrosas páginas que la Hammer jamás había escrito. La ciencia ficción cinematográfica contemporánea debe demasiado a esta saga.
"¿Qué sucedió entonces?" (inefable traducción del título original) nos cuenta, una vez más, la historia de una invasión extraterrestre. Y nuevamente nos presenta a la figura del mítico doctor Quatermas, encarnado en esta ocasión por Andrew Keir. Pero para nuestra desgracia, en este último capítulo de las andanzas del famoso científico británico nos encontramos con que el personaje en nada se parece al de las dos primeras entregas. Y no me estoy refiriendo al aspecto físico, algo que es en cierto modo bastante secundario, sino a nivel de personalidad.
El Quatermass de este filme es un pacifista (cuando le vi criticar las armas de guerra casi me caigo de la butaca, ¿estamos de coña o qué? El que haya visto alguno de los dos primeros filmes entenderá esta reacción), un cobarde, un tipo al que todo el mundo le tose a la cara... Este hombre no es Quatermass. No lo es bajo ningún concepto. Parece ser que la Hammer intentó adaptar al héroe de la función a los nuevos tiempos, pero creo que en ese ajuste se perdió toda la esencia del personaje, quedándonos tras la operación simplemente como un viejo un tanto cascarrabias, pero afable y manso a fin de cuentas. Una desafortunada involución que arroja algunas sombras sobre lo que, por otro lado, es una pequeña joya de la ciencia ficción moderna.
Y es que el guión que nos ofrece Nigel Kneale es todo un derroche de originalidad y ritmo al servicio de una modesta puesta en escena y de unos humildes efectos especiales. Pero funciona a la perfección. Se respira aroma a clasicismo a través de cada uno de los fotogramas que conforman el filme.
"¿Qué sucedió entonces?" (inefable traducción del título original) nos cuenta, una vez más, la historia de una invasión extraterrestre. Y nuevamente nos presenta a la figura del mítico doctor Quatermas, encarnado en esta ocasión por Andrew Keir. Pero para nuestra desgracia, en este último capítulo de las andanzas del famoso científico británico nos encontramos con que el personaje en nada se parece al de las dos primeras entregas. Y no me estoy refiriendo al aspecto físico, algo que es en cierto modo bastante secundario, sino a nivel de personalidad.
El Quatermass de este filme es un pacifista (cuando le vi criticar las armas de guerra casi me caigo de la butaca, ¿estamos de coña o qué? El que haya visto alguno de los dos primeros filmes entenderá esta reacción), un cobarde, un tipo al que todo el mundo le tose a la cara... Este hombre no es Quatermass. No lo es bajo ningún concepto. Parece ser que la Hammer intentó adaptar al héroe de la función a los nuevos tiempos, pero creo que en ese ajuste se perdió toda la esencia del personaje, quedándonos tras la operación simplemente como un viejo un tanto cascarrabias, pero afable y manso a fin de cuentas. Una desafortunada involución que arroja algunas sombras sobre lo que, por otro lado, es una pequeña joya de la ciencia ficción moderna.
Y es que el guión que nos ofrece Nigel Kneale es todo un derroche de originalidad y ritmo al servicio de una modesta puesta en escena y de unos humildes efectos especiales. Pero funciona a la perfección. Se respira aroma a clasicismo a través de cada uno de los fotogramas que conforman el filme.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como suele ser habitual en la saga, el primer acto es un portento a nivel narrativo. Impresionante la evolución del descubrimiento del misterioso objeto que se oculta bajo el suelo de Londres y la consiguiente investigación que va revelando nuevas y enigmáticas informaciones (una bomba de la última Guerra Mundial, un material desconocido e irrompible, unas misteriosas vibraciones, historias fantasmagóricas que desde tiempos inmemoriales han afectado al lugar...).
Pero no sólo es portentoso este desarrollo de los acontecimientos, sino que la tesis propuesta por el filme resulta decididamente original y rompedora, al mismo tiempo que más que plausible. Nos está hablando nada más y nada menos que de una especie de variación de la teoría de la panspermia, según la cual la vida llegó a la Tierra desde el espacio exterior. Sin embargo, Nigel Kneale lleva la teoría un paso más allá y nos intenta decir que la vida en la Tierra fue una especie de experimento llevado a cabo por una raza extraterrestre superior. Una teoría de peso y más probable de lo que a simple vista se pueda pensar. Poco más hay que añadir a este respecto, simplemente que nos encontramos con uno de los argumentos más sugerentes y originales de toda la historia de la ciencia ficción cinematográfica (y puntualizo bien porque cualquiera que haya leído algo de literatura de ciencia ficción estará bastante familiarizado con todos estos temas y las múltiples variaciones de los mismos).
Pero por si esto no fuera suficiente, hay que hablar ahora de Roy Ward Baker, sustituto de Val Guest en la dirección. Gran despliegue el suyo, sobre todo teniendo en cuenta la limitación en lo que a medios se refiere. Especial mención merece su maravillosa puesta en escena y su poderosísima imaginería visual en el último tramo del filme, donde la ciudad de Londres cae ante el poder de los extraterrestres y se nos muestra como un paraje totalmente desolador y apocalíptico, plagado de escenas verdaderamente desalentadoras. Entre ellas destaca el mítico final, con un Quatermass completamente desgarrado y con la ciudad tras él en llamas y totalmente destruida.
En definitiva, "Quatermass 3" se manifiesta como un gran filme de ciencia ficción donde la historia toma el verdadero protagonismo sobre los efectos especiales o los decorados. Gracias a una hipnótica trama, a un derroche de originalidad altísimo y a una dirección sobresaliente que imprime un ritmo narrativo pocas veces visto, el filme se consagra como una de las cumbres de la Hammer y como una obra maestra del género. Un broche de oro para una trilogía de platino.
Pero no sólo es portentoso este desarrollo de los acontecimientos, sino que la tesis propuesta por el filme resulta decididamente original y rompedora, al mismo tiempo que más que plausible. Nos está hablando nada más y nada menos que de una especie de variación de la teoría de la panspermia, según la cual la vida llegó a la Tierra desde el espacio exterior. Sin embargo, Nigel Kneale lleva la teoría un paso más allá y nos intenta decir que la vida en la Tierra fue una especie de experimento llevado a cabo por una raza extraterrestre superior. Una teoría de peso y más probable de lo que a simple vista se pueda pensar. Poco más hay que añadir a este respecto, simplemente que nos encontramos con uno de los argumentos más sugerentes y originales de toda la historia de la ciencia ficción cinematográfica (y puntualizo bien porque cualquiera que haya leído algo de literatura de ciencia ficción estará bastante familiarizado con todos estos temas y las múltiples variaciones de los mismos).
Pero por si esto no fuera suficiente, hay que hablar ahora de Roy Ward Baker, sustituto de Val Guest en la dirección. Gran despliegue el suyo, sobre todo teniendo en cuenta la limitación en lo que a medios se refiere. Especial mención merece su maravillosa puesta en escena y su poderosísima imaginería visual en el último tramo del filme, donde la ciudad de Londres cae ante el poder de los extraterrestres y se nos muestra como un paraje totalmente desolador y apocalíptico, plagado de escenas verdaderamente desalentadoras. Entre ellas destaca el mítico final, con un Quatermass completamente desgarrado y con la ciudad tras él en llamas y totalmente destruida.
En definitiva, "Quatermass 3" se manifiesta como un gran filme de ciencia ficción donde la historia toma el verdadero protagonismo sobre los efectos especiales o los decorados. Gracias a una hipnótica trama, a un derroche de originalidad altísimo y a una dirección sobresaliente que imprime un ritmo narrativo pocas veces visto, el filme se consagra como una de las cumbres de la Hammer y como una obra maestra del género. Un broche de oro para una trilogía de platino.
16 de agosto de 2015
16 de agosto de 2015
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quatermass es un personaje de la ciencia-ficción inglesa, no tan conocido como el Doctor Who, pero más próximo a los conceptos mostrados en la serie Expediente X. Porque la serie fílmica de Quatermass fue saqueda en conceptos por la serie americana, en especial Quatermass 2 y su líquido negro.
El tercero de la saga, "¿Que sucedió entonces?", es un gran filme de ciencia-ficción, pero también con aspectos de suspense y de terror, adelantado a su tiempo en cuanto a los conceptos que maneja y que describo en el spoiler. Producida por la Hammer, y considerada una de sus mejores producciones, el filme no ha envejecido, excepto en algunos efectos especiales.
Con una narración sobria, un pulso firme, se desgrana frente al espectador sin atisbar éste que caminos va a tomar, completamente imprevisible en su desarrollo y que conduce a un inesperado y extraordinario clímax. Porque ciertamente, el guión es asombroso. Su injustamente desconocido autor, Nigel Kneale, trabajó posteriormente con Carpenter y fue invitado a escribir en Expediente X, aunque no cuajó.
El conjunto del trabajo de los actores, director y guionista, crea un inolvidable filme de atmósfera inquietante, insuperable en su género, que debería figurar como un clásico de la ciencia-ficción de todos los tiempos. Desgraciadamente nadie lo recuerda.
Si tienen la oportunidad de verlo, no la desaprovechen, el filme es una rara-avis del género. Un 10 absoluto. La perfección.
El tercero de la saga, "¿Que sucedió entonces?", es un gran filme de ciencia-ficción, pero también con aspectos de suspense y de terror, adelantado a su tiempo en cuanto a los conceptos que maneja y que describo en el spoiler. Producida por la Hammer, y considerada una de sus mejores producciones, el filme no ha envejecido, excepto en algunos efectos especiales.
Con una narración sobria, un pulso firme, se desgrana frente al espectador sin atisbar éste que caminos va a tomar, completamente imprevisible en su desarrollo y que conduce a un inesperado y extraordinario clímax. Porque ciertamente, el guión es asombroso. Su injustamente desconocido autor, Nigel Kneale, trabajó posteriormente con Carpenter y fue invitado a escribir en Expediente X, aunque no cuajó.
El conjunto del trabajo de los actores, director y guionista, crea un inolvidable filme de atmósfera inquietante, insuperable en su género, que debería figurar como un clásico de la ciencia-ficción de todos los tiempos. Desgraciadamente nadie lo recuerda.
Si tienen la oportunidad de verlo, no la desaprovechen, el filme es una rara-avis del género. Un 10 absoluto. La perfección.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Evolución humana inducida por alienígenas. Selección inducida. Mutación de las especies. Purificación genética. Programación de los humanos en el ADN. Telepatía. Apariciones. Masas controladas. Conceptos que aparecieron de nuevo hace pocos años y que exploraban también en Expediente X.
30 de septiembre de 2005
30 de septiembre de 2005
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante film, imprescindible para entender la Ciencia-Ficción británica. Su protagonista El Dr. Quatermass, (así como el Dr. Who), pertenece a la cultura popular de Gran Bretaña y ha surgido de series de TV, posrteriormente adaptadas a la gran pantalla.
La película tiene un argumento delirante y engancha, aunque los efectos especiales, muy correctos para la época, vistos con ojos actuales parezcan pobres.
En fin, de interesante visualización para quienes aprecian en el cine sobre todo el saber narrar una historia, y no se dejan deslumbrar por los fuegos fatuos de los efectos especiales.
La película tiene un argumento delirante y engancha, aunque los efectos especiales, muy correctos para la época, vistos con ojos actuales parezcan pobres.
En fin, de interesante visualización para quienes aprecian en el cine sobre todo el saber narrar una historia, y no se dejan deslumbrar por los fuegos fatuos de los efectos especiales.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here