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Críticas ordenadas por utilidad
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7.4
83,049
6
29 de mayo de 2006
29 de mayo de 2006
1229 de 1363 usuarios han encontrado esta crítica útil
He disfrutado más tratando de esclarecer la peli que viéndola. El motivo es que su atmósfera no encaja del todo bien con la perturbación que la mente del protagonista y el bucle exigen. No me parece una película lo suficientemente hipnótica y por tanto no hay embriaguez ni arrebato. Se excede en caricaturas y en un tono de misterio adolescente que tiene en la confusión su mayor arma. Confunde, no cautiva. La confusión es atractiva un rato, pero al final pasa factura y el espectador pide cuentas. Con la fascinación no pasa esto.
Por tanto la película no explica todas sus paradojas de forma comprensible y por ahí es deliberadamente ambigua. Estoy con la opinión de que se dirige descaradamente a un público adolescente (quizás por ello tenga buenas críticas) y ambas cosas acaban por no encajar. La ambigüedad, por tanto, parece más un recurso para ocultar fallos que para generar emociones o para estimular al espectador. En todo caso, como digo, interesa.
Ahora viene una interpretación tan confusa como la propia película (el escaso espacio obliga) fruto de mis propias reflexiones, la lectura de otras opiniones (imprescindible si no quieres ver la peli más de una vez y completar impresiones) y del libro “filosofía de los viajes en el tiempo” (creo que era su título, no es un libro realmente, es algo muy cortito). Voy a evitar en la medida de lo posible emplear términos como “artefacto”, “universo tangente” o “receptor vivo”.
Soy consciente de que en la explicación del spoiler hay un montón de puntos oscuros. Por ello espero opiniones que aporten nuevas ideas y rectifiquen lo aquí expuesto. Yo, por mi parte, voy a ver si me olvido de esta película lo antes posible. Y del puto universo tangente.
Además he tenido que reducir considerablemente la extensión (la explicación original eran las 6000 palabras, crítica+spoiler) para meterlo exclusivamente en el spoiler. Hay muchos detalles que ya no cabían y que ahora, directamente, ni menciono. Pero bueno, está lo esencial. O eso creo.
Cabe la posibilidad de que Donnie sea un esquizofrénico, por supuesto. En este caso lo que ve sería fruto de una mente enferma.
Por tanto la película no explica todas sus paradojas de forma comprensible y por ahí es deliberadamente ambigua. Estoy con la opinión de que se dirige descaradamente a un público adolescente (quizás por ello tenga buenas críticas) y ambas cosas acaban por no encajar. La ambigüedad, por tanto, parece más un recurso para ocultar fallos que para generar emociones o para estimular al espectador. En todo caso, como digo, interesa.
Ahora viene una interpretación tan confusa como la propia película (el escaso espacio obliga) fruto de mis propias reflexiones, la lectura de otras opiniones (imprescindible si no quieres ver la peli más de una vez y completar impresiones) y del libro “filosofía de los viajes en el tiempo” (creo que era su título, no es un libro realmente, es algo muy cortito). Voy a evitar en la medida de lo posible emplear términos como “artefacto”, “universo tangente” o “receptor vivo”.
Soy consciente de que en la explicación del spoiler hay un montón de puntos oscuros. Por ello espero opiniones que aporten nuevas ideas y rectifiquen lo aquí expuesto. Yo, por mi parte, voy a ver si me olvido de esta película lo antes posible. Y del puto universo tangente.
Además he tenido que reducir considerablemente la extensión (la explicación original eran las 6000 palabras, crítica+spoiler) para meterlo exclusivamente en el spoiler. Hay muchos detalles que ya no cabían y que ahora, directamente, ni menciono. Pero bueno, está lo esencial. O eso creo.
Cabe la posibilidad de que Donnie sea un esquizofrénico, por supuesto. En este caso lo que ve sería fruto de una mente enferma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un avión tiene un accidente. El accidente provoca una brecha espacio-temporal y la turbina cae en la habitación de Donnie el día X (no lo recuerdo) de octubre. Es decir, 28 días (o por ahí) antes del accidente de ESE avión. La turbina (“el artefacto”) viaja en el espacio, lógico, pero también en el tiempo. Entramos de esta manera en un universo tangente que colapsará en 28 días. Un bucle fuera del flujo normal del tiempo.
BUCLE: Donnie vuelve a vivir esos 28 días antes del accidente de avión (no sé si vemos la segunda vez que los revive o la 35ª)
El conejo es algo así como el espíritu de Frank (caben más interpretaciones, puede ser el propio subconsciente de Donnie que le recuerda lo ya vivido), que contacta con él a través de visiones y extraños sueños.
En el bucle muere Gretchen (su novia), Frank y su propia hermana y madre (que van en el avión que se la pega y cuya turbina acaba en la habitación de Donnie. Ellas viajan en ese avión por la cadena de acontecimientos que se producen en el bucle o univ. tangente).
Donnie decide quedarse en su habitación cuando la turbina vuelve a caer al reiniciarse el bucle y así evitar que todos mueran, que su madre y hermana suban al avión y lograr evitar el colapso que generan las paradojas temporales como en la que está sumido el protagonista (por si fuera poco las paradojas temporales provocan agujeros negros).
Al morir Donnie el bucle se rompe. Deus Ex Machina. El ¿destino? divino vuelve a su curso normal antes de que el conejo decidiera salvar la vida de Donnie en su propio provecho (¿). También cabe la posibilidad de que Frank actúe así debido a que todos los “manipulados muertos” (los fallecidos en un universo tangente) han de engañar al “receptor vivo” (Donnie) para que devuelva al artefacto (turbina) al universo primario (que supongo que será el mundo “real” fuera del bucle). Muriendo Donnie, todo vuelve a la normalidad.
Por ello al final todos los personajes tienen esa sensación de extravío. Vuelven a la vida normal y, poco a poco, olvidan lo vivido en el bucle pero con una expresión de Déjà vu en la mirada (por ello la madre apenas llora al hijo muerto, la novia la saluda sin conocerla, Frank se toca el ojo...). Están todos como resacosos por lo vivido. Nadie recuerda nada pero algo queda. Como un sueño.
Más cosas: la abuela busca permanentemente en el buzón. Ella conoce los viajes en el tiempo al ser la autora de "Filosof. De los viajes en el tiempo". Sabe que está en un bucle, es la única plenamente consciente de ello y por ello todos los días busca la carta de Donnie que sabe que, algún día de esos 28 que se repiten continuamente, le entregará al tener ya la experiencia suficiente su subconsciente (Donnie nunca entiende del todo lo que le pasa, sólo lo intuye) para saber que debe dirigirse a ella. Esta interpretación es íntegramente mía y por ello probablemente equivocada.
BUCLE: Donnie vuelve a vivir esos 28 días antes del accidente de avión (no sé si vemos la segunda vez que los revive o la 35ª)
El conejo es algo así como el espíritu de Frank (caben más interpretaciones, puede ser el propio subconsciente de Donnie que le recuerda lo ya vivido), que contacta con él a través de visiones y extraños sueños.
En el bucle muere Gretchen (su novia), Frank y su propia hermana y madre (que van en el avión que se la pega y cuya turbina acaba en la habitación de Donnie. Ellas viajan en ese avión por la cadena de acontecimientos que se producen en el bucle o univ. tangente).
Donnie decide quedarse en su habitación cuando la turbina vuelve a caer al reiniciarse el bucle y así evitar que todos mueran, que su madre y hermana suban al avión y lograr evitar el colapso que generan las paradojas temporales como en la que está sumido el protagonista (por si fuera poco las paradojas temporales provocan agujeros negros).
Al morir Donnie el bucle se rompe. Deus Ex Machina. El ¿destino? divino vuelve a su curso normal antes de que el conejo decidiera salvar la vida de Donnie en su propio provecho (¿). También cabe la posibilidad de que Frank actúe así debido a que todos los “manipulados muertos” (los fallecidos en un universo tangente) han de engañar al “receptor vivo” (Donnie) para que devuelva al artefacto (turbina) al universo primario (que supongo que será el mundo “real” fuera del bucle). Muriendo Donnie, todo vuelve a la normalidad.
Por ello al final todos los personajes tienen esa sensación de extravío. Vuelven a la vida normal y, poco a poco, olvidan lo vivido en el bucle pero con una expresión de Déjà vu en la mirada (por ello la madre apenas llora al hijo muerto, la novia la saluda sin conocerla, Frank se toca el ojo...). Están todos como resacosos por lo vivido. Nadie recuerda nada pero algo queda. Como un sueño.
Más cosas: la abuela busca permanentemente en el buzón. Ella conoce los viajes en el tiempo al ser la autora de "Filosof. De los viajes en el tiempo". Sabe que está en un bucle, es la única plenamente consciente de ello y por ello todos los días busca la carta de Donnie que sabe que, algún día de esos 28 que se repiten continuamente, le entregará al tener ya la experiencia suficiente su subconsciente (Donnie nunca entiende del todo lo que le pasa, sólo lo intuye) para saber que debe dirigirse a ella. Esta interpretación es íntegramente mía y por ello probablemente equivocada.
7
28 de agosto de 2007
28 de agosto de 2007
783 de 874 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi lucha no tiene que ver con mi país o mis vecinos. Nada que ver con filias ni fobias, con pactos ni alianzas interesadas en extender fronteras. Mi lucha no es por odio o por honor, no es por venganza.
Mi lucha consiste en procurarle a mi hermana una vida normal, una infancia. Que coma algo, que sueñe y ría… Esas cosas. Que vea luciérnagas ahora que los hombres han destruido las estrellas.
No se ha librado, que yo sepa, guerra más devastadora que la mía.
Mi lucha consiste en procurarle a mi hermana una vida normal, una infancia. Que coma algo, que sueñe y ría… Esas cosas. Que vea luciérnagas ahora que los hombres han destruido las estrellas.
No se ha librado, que yo sepa, guerra más devastadora que la mía.

7.9
133,347
7
28 de septiembre de 2007
28 de septiembre de 2007
674 de 756 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mi abuelo le hicieron una enorme herida en la cara interna del muslo que le llegaba a la rodilla y que casi le cuesta la pierna. Con una bayoneta. Eso me contó de niño.
Recuerdo un baño, sus enormes calzones blancos, una camiseta interior de tirantes y su cuerpo exangüe y delgado. Levantó la pierna y ahí estaba, sin borrarse cuarenta años después, una profunda grieta que parecía succionar la piel arrugada que la recubría como un agujero negro. Una herida que se marcó en mi cerebro de ocho años con el esplendor de los recuerdos infantiles.
Años más tarde, ya adolescente, volví a preguntarle a propósito de aquella lesión que tanto me había fascinado y aterrorizado de pequeño. Él me respondió que no, que contaba aquellas historias porque era lo que un niño quiere oír. Que la cicatriz se la hizo de otro modo.
Hoy por hoy no recuerdo ese otro motivo que me explicó mi abuelo —tampoco está ya él para refrescarme la memoria—. Ni siquiera recuerdo si hablamos mucho o poco sobre el tema, ni dónde. Tendría yo unos quince años; él, sesenta más.
Desconozco hasta qué punto esa historia que me contaron de niño es real. Tengo dudas —en realidad— de qué es la realidad (lo que experimentas, lo que intuyes o lo que sueñas). Pero hay una cosa de la que no tengo duda alguna: que a mi abuelo le clavaron una bayoneta en la guerra.
Y que ni siquiera él fue capaz de convencerme de lo contrario.
Recuerdo un baño, sus enormes calzones blancos, una camiseta interior de tirantes y su cuerpo exangüe y delgado. Levantó la pierna y ahí estaba, sin borrarse cuarenta años después, una profunda grieta que parecía succionar la piel arrugada que la recubría como un agujero negro. Una herida que se marcó en mi cerebro de ocho años con el esplendor de los recuerdos infantiles.
Años más tarde, ya adolescente, volví a preguntarle a propósito de aquella lesión que tanto me había fascinado y aterrorizado de pequeño. Él me respondió que no, que contaba aquellas historias porque era lo que un niño quiere oír. Que la cicatriz se la hizo de otro modo.
Hoy por hoy no recuerdo ese otro motivo que me explicó mi abuelo —tampoco está ya él para refrescarme la memoria—. Ni siquiera recuerdo si hablamos mucho o poco sobre el tema, ni dónde. Tendría yo unos quince años; él, sesenta más.
Desconozco hasta qué punto esa historia que me contaron de niño es real. Tengo dudas —en realidad— de qué es la realidad (lo que experimentas, lo que intuyes o lo que sueñas). Pero hay una cosa de la que no tengo duda alguna: que a mi abuelo le clavaron una bayoneta en la guerra.
Y que ni siquiera él fue capaz de convencerme de lo contrario.

8.3
35,911
10
17 de octubre de 2007
17 de octubre de 2007
581 de 624 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Ford tenía algo más de 65 años cuando rodó esta película. En aquella época el cine clásico se desangraba ya sin remisión, el trasvase de directores iniciados en la TV era imparable y los viejos artesanos tenían cada vez menos predicamento y debían adaptarse.
Tom Doniphon (John Wayne) quemó su casa protestando por un amor perdido rindiéndose ante lo que sabía inevitable. John Ford agotó un género desde una película que es una reflexión meticulosa y crepuscular del mismo.
Tom dejó su sitio a las compilaciones de legislación y a las asambleas de gentilhombres. Ford apuró posibilidades para que fueran otros −era el turno de esos otros− los que estiraran desde la sobreexcitación lo que él había detallado ya desde el brío y la ternura de un cine con ansias de mito y armazón de orfebrería en estado puro.
Doniphon disparó el último tiro para así convertir en leyenda el inevitable futuro en el que ya no tenía sitio. John grabó en un anticuado blanco y negro la perfección de una forma de hacer cine y dejó paso a la necesaria renovación, a la inexcusable evolución.
Y es que, por mucho que se insista en otorgar el calificativo de "crepuscular" a películas como «Grupo Salvaje», es esta película una de las que mejor refleja aquello que esos héroes mitificados por el western clásico perdieron con la llegada del ferrocarril y los “attorney at law”. Quizás porque el propio Ford se estaba disipando también ante el ineludible empuje de los Lumet, los Frankenheimer y toda esa imparable locomotora cuyo innovador trayecto culminaría en los 70's.
Así que condensó toda la nostalgia que fue capaz de rescatar en un cactus, un sombrero vaquero a 1'93 del suelo y una vieja cabaña en llamas. Así lo hizo y luego se marchó. Y se marchó sí, ya lo creo. Aunque aún le quedaran tres o cuatro pelis más.
Se puso el parche, nos dio la espalda y se alejó después de descerrajarle un tiro a la historia del western, del cine clásico, del cine en general, del western crepuscular y a la madre que nos parió. ¡John Ford, coño! John Ford es el cine.
Tom Doniphon (John Wayne) quemó su casa protestando por un amor perdido rindiéndose ante lo que sabía inevitable. John Ford agotó un género desde una película que es una reflexión meticulosa y crepuscular del mismo.
Tom dejó su sitio a las compilaciones de legislación y a las asambleas de gentilhombres. Ford apuró posibilidades para que fueran otros −era el turno de esos otros− los que estiraran desde la sobreexcitación lo que él había detallado ya desde el brío y la ternura de un cine con ansias de mito y armazón de orfebrería en estado puro.
Doniphon disparó el último tiro para así convertir en leyenda el inevitable futuro en el que ya no tenía sitio. John grabó en un anticuado blanco y negro la perfección de una forma de hacer cine y dejó paso a la necesaria renovación, a la inexcusable evolución.
Y es que, por mucho que se insista en otorgar el calificativo de "crepuscular" a películas como «Grupo Salvaje», es esta película una de las que mejor refleja aquello que esos héroes mitificados por el western clásico perdieron con la llegada del ferrocarril y los “attorney at law”. Quizás porque el propio Ford se estaba disipando también ante el ineludible empuje de los Lumet, los Frankenheimer y toda esa imparable locomotora cuyo innovador trayecto culminaría en los 70's.
Así que condensó toda la nostalgia que fue capaz de rescatar en un cactus, un sombrero vaquero a 1'93 del suelo y una vieja cabaña en llamas. Así lo hizo y luego se marchó. Y se marchó sí, ya lo creo. Aunque aún le quedaran tres o cuatro pelis más.
Se puso el parche, nos dio la espalda y se alejó después de descerrajarle un tiro a la historia del western, del cine clásico, del cine en general, del western crepuscular y a la madre que nos parió. ¡John Ford, coño! John Ford es el cine.
9
9 de agosto de 2007
9 de agosto de 2007
420 de 493 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace tiempo (2000 ó 2001) que vi El Espíritu… por segunda y, de momento, última vez.
No pensaba desde luego colgar opinión alguna sobre una película tan lejana en mi memoria, de una cinta así no debe hablarse desde las sombras que suele arrojar el tiempo a los recuerdos.
Pero ayer, rebuscando entre libros y papeles consecuencia de una mudanza que va goteando poco a poco, venciendo resistencias que no vienen al caso, ayer digo, encontré unas cuartillas en las que solía yo tomar apuntes mientras veía cine “difícil” en aquella época.
Así que, pensando, imaginé cómo sería transcribir, sin darle forma alguna, todas esas impresiones fugaces, a vuela pluma, que anoté un verano, creo, mucho antes de conocer FA. Antes de soñar siquiera con escribir un texto sobre una película. Eran anotaciones para mí, sin más objetivo que asentar conceptos y digerir imágenes.
Pues será por pereza pero voy a hacerlo. Y la pereza es un buen motivo, sin duda, pero voy a tratar de justificarlo un poquito más allá:
No me gusta llamar a mis textos sobre cine “críticas”. Eso es para los que de verdad saben de esto. Lo mío son opiniones.
Pero quizás lo que voy a poner en el spoiler (si me dejan los sufridos validadores) sea lo más cercano que haya escrito nunca a lo que creo que debe ser una crítica. O al menos a una crítica dedicada a Víctor Erice.
Creo que ésta es la mejor forma de demostrar mi admiración por este cineasta, presentando pensamientos sin filtrar. Así, tal y como se me ocurrieron en su día.
Quizás haya más de lo que la peli ofrece, no lo descarto. Mi bisoñez a duras penas contenía mi tendencia a buscar referencias al eterno retorno en el primer plano de una rueda girando… Desechen, por tanto, lo que no les guste sin problema. En el fondo esta opinión no es más mía que del que la lea.
La persona que la escribió hace mucho tiempo ya no tiene, la verdad, demasiado que ver conmigo.
Lo dicho. En el spoiler.
No pensaba desde luego colgar opinión alguna sobre una película tan lejana en mi memoria, de una cinta así no debe hablarse desde las sombras que suele arrojar el tiempo a los recuerdos.
Pero ayer, rebuscando entre libros y papeles consecuencia de una mudanza que va goteando poco a poco, venciendo resistencias que no vienen al caso, ayer digo, encontré unas cuartillas en las que solía yo tomar apuntes mientras veía cine “difícil” en aquella época.
Así que, pensando, imaginé cómo sería transcribir, sin darle forma alguna, todas esas impresiones fugaces, a vuela pluma, que anoté un verano, creo, mucho antes de conocer FA. Antes de soñar siquiera con escribir un texto sobre una película. Eran anotaciones para mí, sin más objetivo que asentar conceptos y digerir imágenes.
Pues será por pereza pero voy a hacerlo. Y la pereza es un buen motivo, sin duda, pero voy a tratar de justificarlo un poquito más allá:
No me gusta llamar a mis textos sobre cine “críticas”. Eso es para los que de verdad saben de esto. Lo mío son opiniones.
Pero quizás lo que voy a poner en el spoiler (si me dejan los sufridos validadores) sea lo más cercano que haya escrito nunca a lo que creo que debe ser una crítica. O al menos a una crítica dedicada a Víctor Erice.
Creo que ésta es la mejor forma de demostrar mi admiración por este cineasta, presentando pensamientos sin filtrar. Así, tal y como se me ocurrieron en su día.
Quizás haya más de lo que la peli ofrece, no lo descarto. Mi bisoñez a duras penas contenía mi tendencia a buscar referencias al eterno retorno en el primer plano de una rueda girando… Desechen, por tanto, lo que no les guste sin problema. En el fondo esta opinión no es más mía que del que la lea.
La persona que la escribió hace mucho tiempo ya no tiene, la verdad, demasiado que ver conmigo.
Lo dicho. En el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Espíritu > autocensura (pintor calla) > de la soc. franquista q calla ante la Dictadura
Fernando: vida contemplativa > aislamiento> un pasado muerto y un presente castrador> se aísla, se vuelve frío>huída interior ante el problema>se oculta
1 pasado q pesa pero no se cuenta>relac. Matrimonio>no hablan, nunca juntos…
Fernando>antiguo intelectual (foto) q se ve sumido en Franquismo y calla>Silencio>aislamiento>no relac. con pueblo>observador de la colmena sin interferir
Colmena social>colmena familiar (ventanas ámbar)
El cine>la infancia>el mito y la fascinación>luz azul del proyector>Ana y su viaje iniciático>luz azul del río, culminación del viaje>monstruo no real>fascinación por el cine, por la magia
Ana>ve peli, la cree real>cree en los espíritus>su hermana no, está integrada en la colmena.
Ana busca el espíritu>cree, es una niña, no está contaminada por la colmena>un maquis rechazado por la soc.>Ana tiene un viaje>vía de tren>viaje hacia ella = fuera de una soc. mecanizada.
Madre>vive en pasado que ya no existe>cartas>al final se relaciona con familia>rompe con lo anterior y asume el presente.
Fernando: vida contemplativa > aislamiento> un pasado muerto y un presente castrador> se aísla, se vuelve frío>huída interior ante el problema>se oculta
1 pasado q pesa pero no se cuenta>relac. Matrimonio>no hablan, nunca juntos…
Fernando>antiguo intelectual (foto) q se ve sumido en Franquismo y calla>Silencio>aislamiento>no relac. con pueblo>observador de la colmena sin interferir
Colmena social>colmena familiar (ventanas ámbar)
El cine>la infancia>el mito y la fascinación>luz azul del proyector>Ana y su viaje iniciático>luz azul del río, culminación del viaje>monstruo no real>fascinación por el cine, por la magia
Ana>ve peli, la cree real>cree en los espíritus>su hermana no, está integrada en la colmena.
Ana busca el espíritu>cree, es una niña, no está contaminada por la colmena>un maquis rechazado por la soc.>Ana tiene un viaje>vía de tren>viaje hacia ella = fuera de una soc. mecanizada.
Madre>vive en pasado que ya no existe>cartas>al final se relaciona con familia>rompe con lo anterior y asume el presente.
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