Mujeres culpables
6.3
724
8 de octubre de 2011
8 de octubre de 2011
32 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
A primera vista, hay dos cosas que destacan en “Mujeres culpables”. En primer lugar, su espectacular reparto, con varias estrellas femeninas y un actor de leyenda, aquí en sus comienzos, como Paul Newman. El otro factor que llama la atención es la pésima traducción del título original, a todas luces inexplicable (¿de qué son culpables las mujeres?), con el original inglés “Until they sail”.
Una peculiaridad del film es que aborda una perspectiva poco tratada en el cine de Hollywood de esa época, el de las mujeres: esposas, madres, hijas, novias, amantes y viudas, en un ambiente bélico, otorgándole el máximo protagonismo.
Aunque podría ser un film destinado a George Cukor o Douglas Sirk (no hay que perderse "Tiempo de amar, tiempo de morir"), dos excelentes directores de actrices, que sin duda le habrían dado otro aire, lo dirige Robert Wise, con bastante acierto. Con guión de Robert Anderson, que adapta un relato de James A. Michener, ofrece una perspectiva global de la II Guerra Mundial, alejada del campo de batalla, siempre desde la distancia, con seguimiento de la contienda a través de noticias de radio (contando el resultado de hechos o batallas cronológicamente, como Guadalcanal), siempre con la mujer como sujeto paciente pero tremendamente sufriente.
Si bien la acción se desarrolla en Nueva Zelanda, la alegría o la pena, los buenos y malos momentos podrían ser extrapolados a otros muchos lugares en conflicto bélico. Todas las hermanas sufren, sin embargo sus diferentes edades y caracteres les hace afrontar el momento de manera diferente: escapar, esperar el regreso de los seres queridos o hacer florecer la ilusión en un ambiente deprimente tras ser cortejadas.
La película comienza con un juicio y mediante habilidosos flash-backs y elipsis se irá desmenuzando la interesante historia de las cuatro hermanas: Barbara (Jean Simmons), contenida, la que más se hace respetar y sufridora en silencio, Ann (Joan Fontaine), más directa y refunfuñona, la más parecida a una madre protestona, Delia (Piper Laurie), la más díscola, ansía casarse y dejar el hogar familiar, y la pequeña Evelyn (Sandra Dee), inexperta e impulsiva.
Todos los actores están a un gran nivel, destacando el trío de estrellas Fontaine-Simmons-Newman, y dentro de las subtramas, es especialmente gratificante la que protagonizan la bella pareja Paul Newman y Jean Simmons.
Una peculiaridad del film es que aborda una perspectiva poco tratada en el cine de Hollywood de esa época, el de las mujeres: esposas, madres, hijas, novias, amantes y viudas, en un ambiente bélico, otorgándole el máximo protagonismo.
Aunque podría ser un film destinado a George Cukor o Douglas Sirk (no hay que perderse "Tiempo de amar, tiempo de morir"), dos excelentes directores de actrices, que sin duda le habrían dado otro aire, lo dirige Robert Wise, con bastante acierto. Con guión de Robert Anderson, que adapta un relato de James A. Michener, ofrece una perspectiva global de la II Guerra Mundial, alejada del campo de batalla, siempre desde la distancia, con seguimiento de la contienda a través de noticias de radio (contando el resultado de hechos o batallas cronológicamente, como Guadalcanal), siempre con la mujer como sujeto paciente pero tremendamente sufriente.
Si bien la acción se desarrolla en Nueva Zelanda, la alegría o la pena, los buenos y malos momentos podrían ser extrapolados a otros muchos lugares en conflicto bélico. Todas las hermanas sufren, sin embargo sus diferentes edades y caracteres les hace afrontar el momento de manera diferente: escapar, esperar el regreso de los seres queridos o hacer florecer la ilusión en un ambiente deprimente tras ser cortejadas.
La película comienza con un juicio y mediante habilidosos flash-backs y elipsis se irá desmenuzando la interesante historia de las cuatro hermanas: Barbara (Jean Simmons), contenida, la que más se hace respetar y sufridora en silencio, Ann (Joan Fontaine), más directa y refunfuñona, la más parecida a una madre protestona, Delia (Piper Laurie), la más díscola, ansía casarse y dejar el hogar familiar, y la pequeña Evelyn (Sandra Dee), inexperta e impulsiva.
Todos los actores están a un gran nivel, destacando el trío de estrellas Fontaine-Simmons-Newman, y dentro de las subtramas, es especialmente gratificante la que protagonizan la bella pareja Paul Newman y Jean Simmons.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Él, una especie de burócrata encargado de investigar y aprobar las relaciones matrimoniales de los soldados, despechado por la primera relación de su esposa (“aceptaba demasiados cigarrillos de los hombres”), se muestra reacio a intensificar la relación con Barbara. Es genial la escena de ellos dos declarando su no-amor (en realidad es todo lo contrario).
Se dice que 1500 mujeres, al final de la guerra, encontraron marido militar y emigraron al país de éste.
Hoy en día, no se entiende demasiado bien la especie de justificación de la muerte de Ann que se aborda en el juicio. Sin duda, un aspecto negativo para los espectadores actuales.
Se dice que 1500 mujeres, al final de la guerra, encontraron marido militar y emigraron al país de éste.
Hoy en día, no se entiende demasiado bien la especie de justificación de la muerte de Ann que se aborda en el juicio. Sin duda, un aspecto negativo para los espectadores actuales.
21 de septiembre de 2010
21 de septiembre de 2010
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque a alguien pueda parecerle este filme, un drama judicial, en realidad el juicio sólo forma parte de la película un pequeño instante al principio y unos cinco minutos cuando se aproxima el cuarto de hora final. En verdad la película nos narra cómo durante la II G.M. en el Pacífico, las mujeres de Nueva Zelanda se quedan casi sin hombres al marchar gran número de ellos a la guerra mundial fuera del país. En esas circunstancias desembarcan los soldados de los EE.UU. en su ofensiva hacia el Japón, algo que aprovechan muchas mujeres neozelandesas para entablar relaciones con éstos, liarse amorosamente y casarse.
El guión se centra en cuatro hermanas interpretadas por Joan Fontaine (la mayor), Jean Simmons (la 2ª), Piper Laurie (la 3ª, que pronto abandona el hogar y se va a vivir sola a otra ciudad) y la cuarta o benjamina, Sandra Dee, aquella linda actriz norteamerica que en los años cincuenta llegó a ser todo un paradigma de muchachita delicada, simpática, bella, encantadora y prototipo de corrección en la pantalla; quizás por esto mismo años más tarde, Stockard Channing, se reía y la imitaba con la canción "Mírame, soy Sandra Dee" en su papel realizado en "Grease", 1978.
Película seria, aceptable, poco emocionante. Lo mejor, ver interpretar a las cuatro mencionadas y excelentes actrices, algo que verdaderamente resulta un encanto.
El guión se centra en cuatro hermanas interpretadas por Joan Fontaine (la mayor), Jean Simmons (la 2ª), Piper Laurie (la 3ª, que pronto abandona el hogar y se va a vivir sola a otra ciudad) y la cuarta o benjamina, Sandra Dee, aquella linda actriz norteamerica que en los años cincuenta llegó a ser todo un paradigma de muchachita delicada, simpática, bella, encantadora y prototipo de corrección en la pantalla; quizás por esto mismo años más tarde, Stockard Channing, se reía y la imitaba con la canción "Mírame, soy Sandra Dee" en su papel realizado en "Grease", 1978.
Película seria, aceptable, poco emocionante. Lo mejor, ver interpretar a las cuatro mencionadas y excelentes actrices, algo que verdaderamente resulta un encanto.
21 de junio de 2011
21 de junio de 2011
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un reparto más que epectacular con Simmons, Fontaine, Newman, etc... se nos cuenta este drama bélico y de las circunstancias de vivir en plena Guerra Mundial cuando se tienen familiares numerosos y queridos, relaciones personales y demás. Narrada con elegancia y sin entrar en lo lacrimógeno, se nos cuenta los dramas pasados y sufridos por los personajes en cuestión, la dureza de la guerra que se lleva tantas vidas y rompe tantas familias y relaciones; pero siempre desde un punto de vista elegante y sin indagar en la herida. Achacar algunos saltos en el tiempo algo amplios y cierta anarquía en la narración de la historia, pero muy bien llevada. Otro punto que no acaba de enganchar es la voz en off del comienzo de la película, que si bien en su continuidad argumental no está pulcramente llevada, podría haberse suprimido; pero es una película entretenida, amena y más que aceptable para visionar en un momento dado.
29 de marzo de 2015
29 de marzo de 2015
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fallecido a los 92 años, unos días antes de que el Festival de San Sebastián le dedicara una retrospectiva de toda su obra en 2005. Robert Wise fue el remontador (obligado por la RKO en ausencia de Welles) de la celebérrima “Ciudadano Kane”, dominador de todo tipo de géneros (ver filmografía), pero siempre estuvo en tierra de nadie, su carrera fue injustamente menospreciada en su conjunto: ni se le concede el carácter de autor, ni se le aprecia como artesano, su sorprendente eclecticismo no encaja en los cánones. Durante la década de los sesenta consiguió el éxito por dos musicales extraordinarios que arrasaron en los Oscars: “West side story” y “The sound of music”.
“Mujeres culpables” es un nefasto título en español urdido seguramente por la censura franquista que no podía permitir la conducta de alguna de las mujeres en esta estimable, realista y emotiva historia. “Until they sail” (Hasta que navegan), que vendría a significar, “Hasta que el frente los reclama”. Un melodrama bélico para la Metro que refleja tantas historias personales anónimas que suelen devenir en los conflictos bélicos. Jóvenes soldados y oficiales, largo tiempo alejados de su entorno, de su familia, que buscan una compañía con la que aliviar su soledad, que suelen ser las mujeres nativas del lugar, en esta ocasión Nueva Zelanda. Una pequeña ciudad maorí, donde cuatro hermanas solteras vivirán diversas vicisitudes con el amor de soldados yanquis.
Lo mejor del film sin duda es su excelente reparto de cuatro soberbias actrices, desde la más joven a la más madura, junto a un Paul Newman que comenzaba a abrirse paso como gran estrella del cine. Filmada en un excelente Cinemascope, que Wise sabe manejar con soltura los encuadres y la puesta en escena, con un estupenda fotografía en B/N. El film está revestido de melodrama judicial al principio para adentrarnos en un largo “flash back” que nos narra las circunstancias que han llevado a los protagonistas a esa situación. El film aborda un tema que puede parecer obsoleto a día de hoy, pero en el fondo lo que nos cuenta son experiencias humanas que traspasan fronteras y culturas, con un contenido atractivo y social. Wise siempre fue un cineasta eficaz y honesto.
“Mujeres culpables” es un nefasto título en español urdido seguramente por la censura franquista que no podía permitir la conducta de alguna de las mujeres en esta estimable, realista y emotiva historia. “Until they sail” (Hasta que navegan), que vendría a significar, “Hasta que el frente los reclama”. Un melodrama bélico para la Metro que refleja tantas historias personales anónimas que suelen devenir en los conflictos bélicos. Jóvenes soldados y oficiales, largo tiempo alejados de su entorno, de su familia, que buscan una compañía con la que aliviar su soledad, que suelen ser las mujeres nativas del lugar, en esta ocasión Nueva Zelanda. Una pequeña ciudad maorí, donde cuatro hermanas solteras vivirán diversas vicisitudes con el amor de soldados yanquis.
Lo mejor del film sin duda es su excelente reparto de cuatro soberbias actrices, desde la más joven a la más madura, junto a un Paul Newman que comenzaba a abrirse paso como gran estrella del cine. Filmada en un excelente Cinemascope, que Wise sabe manejar con soltura los encuadres y la puesta en escena, con un estupenda fotografía en B/N. El film está revestido de melodrama judicial al principio para adentrarnos en un largo “flash back” que nos narra las circunstancias que han llevado a los protagonistas a esa situación. El film aborda un tema que puede parecer obsoleto a día de hoy, pero en el fondo lo que nos cuenta son experiencias humanas que traspasan fronteras y culturas, con un contenido atractivo y social. Wise siempre fue un cineasta eficaz y honesto.
10 de junio de 2018
10 de junio de 2018
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que retrata la retaguardia en Nueva Zelanda durante la segunda guerra mundial protagonizada por cuatro hermanas, de diferente carácter, que comparte grupo con ese tipo de películas de tipo “Desde que te fuiste” (1944) de John Cromwell, centradas en la vida civil de las mujeres esperando la vuelta de los soldados a casa.
Arriesgada y romántica apuesta, con rasgos de melodramas, del habitualmente comedido y convencional –no por ello menos interesante- director Robert Wise es una vívida historia de alegrías, penas, esperanzas, deseos interrumpidos, infidelidades y tragedias, con la guerra como telón de fondo, rodada en blanco y negro y cinemascope.
Wise muestra muy bien el modo en que la guerra transforma no sólo a los soldados sino también a las personas que aguardan con ansiedad su vuelta, así como la soledad inexpresable de la retaguardia, siempre a la espera de noticias del frente –en ese sentido, la escena de la llegada del telegrama con las malas noticias es extraordinaria-. Una bellísima Jean Simmons, Joan Fontaine como la hermana algo puritana que va transformando radicalmente su carácter al hilo de los acontecimientos, la alocada Piper Laurie y la pequeña Sandra Dee conformar el atractivo plantel femenino.
La película daba para mucho más que los escasos noventa minutos y tenía hechuras para ser un gran largometraje “bigger than life”, pero la narración es algo discontinua, tiene varias elipsis un poco abruptas y algunos actores, caso de Paul Newman quedan imperdonablemente un poco infrautilizados. Aunque justo es que reconozcamos que en los pocos momentos en que Simmons y Newman se encuentran juntos la pantalla exuda química y belleza a raudales.
Arriesgada y romántica apuesta, con rasgos de melodramas, del habitualmente comedido y convencional –no por ello menos interesante- director Robert Wise es una vívida historia de alegrías, penas, esperanzas, deseos interrumpidos, infidelidades y tragedias, con la guerra como telón de fondo, rodada en blanco y negro y cinemascope.
Wise muestra muy bien el modo en que la guerra transforma no sólo a los soldados sino también a las personas que aguardan con ansiedad su vuelta, así como la soledad inexpresable de la retaguardia, siempre a la espera de noticias del frente –en ese sentido, la escena de la llegada del telegrama con las malas noticias es extraordinaria-. Una bellísima Jean Simmons, Joan Fontaine como la hermana algo puritana que va transformando radicalmente su carácter al hilo de los acontecimientos, la alocada Piper Laurie y la pequeña Sandra Dee conformar el atractivo plantel femenino.
La película daba para mucho más que los escasos noventa minutos y tenía hechuras para ser un gran largometraje “bigger than life”, pero la narración es algo discontinua, tiene varias elipsis un poco abruptas y algunos actores, caso de Paul Newman quedan imperdonablemente un poco infrautilizados. Aunque justo es que reconozcamos que en los pocos momentos en que Simmons y Newman se encuentran juntos la pantalla exuda química y belleza a raudales.
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