La habitación
7.6
47,175
Drama
Para Jack, un niño de cinco años, la habitación es el mundo entero, el lugar donde nació, donde come, juega y aprende con su madre. Por la noche, mamá lo pone a dormir en el armario, por si viene el viejo Nick. La habitación es el hogar de Jack, mientras que para su madre es el cubículo donde lleva siete años encerrada, secuestrada desde los diecisiete años. Con gran tesón e ingenio, la joven ha creado en ese reducido espacio una vida ... [+]
18 de diciembre de 2015
18 de diciembre de 2015
376 de 404 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Room" es una sorpresa, en el mejor de los sentidos. Yo soy de los que suelen quedarse frío ante esas películas que la mayoría de la gente considera "emotivas". Es algo que ni me enorgullece ni me avergüenza, simplemente es así. Soy bastante difícil de emocionar, y casi todas las películas que suelen ir de ese palo me parecen sensibleras, ñoñas o manipuladoras. Rara vez me encuentro con una excepción, y aún más raro es que me golpee con tanta contundencia y con tanta aparente facilidad desde el minuto uno. "Room" lo ha hecho, y de qué manera, y llevo todo el día preguntándome por qué. ¿Por qué ha conseguido lo que otras tantas han intentado hacer sin éxito? Y hablo por mí, claro está. Muchos tal vez la vean y piensen lo que yo suelo pensar: sensiblera, ñoña, manipuladora. Pero en este caso yo no soy uno de ellos.
“Room” podría analizarse desde un enfoque técnico y formal y probablemente saldría más perjudicada, pero creo que eso sería un error. Cinematográficamente hablando, no hay grandes travellings, innovadores movimientos de cámara o ambiciosos planos secuencia. Sí que hay un montaje tenso y vibrante (especialmente en la primera mitad) y un gran diseño de la habitación, que se convierte en un microcosmos elaborado al detalle, con un aire viciado y sofocante y un austero uso de la iluminación. Los diálogos no son intelectuales, existenciales o particularmente ingeniosos, pero los monólogos interiores de Jack desprenden ingenuidad y una entrañable y trágica inocencia. No hay ampulosidad ni melodrama, y si los hay, yo no me doy cuenta. La banda sonora es sencilla, pero está empleada con gusto y no es excesivamente machacona. La construcción de personajes no es pintoresca ni rompedora, pero sí es profunda. Joy no es una madre perfecta. Ella también se estresa, se enfada, grita y se desquicia, pero quiere y protege a su hijo por encima de todo, como cualquier madre. Y Jack no es un querubín adorable salido de Disney Channel. Él se asusta, es irracional, pilla berrinches y se plantea cuestiones cuando algo se sale de lo que él entiende como normal. Es feliz en la habitación, porque no conoce otra cosa. La dinámica que se genera entre ellos vertebra toda la película desde el principio hasta el final. Es genuina, pura, cálida, sutil y alejada de aspavientos y está llena de matices y veracidad, una tridimensionalidad que se multiplica gracias al superlativo trabajo de los dos actores protagonistas, que se dejan la piel en sus papeles y consiguen que me implique de lleno en un guion inteligente y que en su mayor parte huye con bastante dignidad de efectismos, cosa que es bastante loable dado el carácter de la historia.
“Room” podría analizarse desde un enfoque técnico y formal y probablemente saldría más perjudicada, pero creo que eso sería un error. Cinematográficamente hablando, no hay grandes travellings, innovadores movimientos de cámara o ambiciosos planos secuencia. Sí que hay un montaje tenso y vibrante (especialmente en la primera mitad) y un gran diseño de la habitación, que se convierte en un microcosmos elaborado al detalle, con un aire viciado y sofocante y un austero uso de la iluminación. Los diálogos no son intelectuales, existenciales o particularmente ingeniosos, pero los monólogos interiores de Jack desprenden ingenuidad y una entrañable y trágica inocencia. No hay ampulosidad ni melodrama, y si los hay, yo no me doy cuenta. La banda sonora es sencilla, pero está empleada con gusto y no es excesivamente machacona. La construcción de personajes no es pintoresca ni rompedora, pero sí es profunda. Joy no es una madre perfecta. Ella también se estresa, se enfada, grita y se desquicia, pero quiere y protege a su hijo por encima de todo, como cualquier madre. Y Jack no es un querubín adorable salido de Disney Channel. Él se asusta, es irracional, pilla berrinches y se plantea cuestiones cuando algo se sale de lo que él entiende como normal. Es feliz en la habitación, porque no conoce otra cosa. La dinámica que se genera entre ellos vertebra toda la película desde el principio hasta el final. Es genuina, pura, cálida, sutil y alejada de aspavientos y está llena de matices y veracidad, una tridimensionalidad que se multiplica gracias al superlativo trabajo de los dos actores protagonistas, que se dejan la piel en sus papeles y consiguen que me implique de lleno en un guion inteligente y que en su mayor parte huye con bastante dignidad de efectismos, cosa que es bastante loable dado el carácter de la historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por todo esto, cuando Joy enrolla a Jack en la alfombra y Old Nick entra en la habitación mi corazón empieza a latir a mil por hora, y se mantendrá así durante quince minutos de agobio absoluto en los que no sé qué es lo que va a pasar. A partir de aquí, la cinta da un giro de 180 grados, todo se vuelve más calmado, el enfoque cambia radicalmente pero en ningún momento pierde su frescura y su credibilidad, y yo que tiendo a mantenerme “objetivo” (a falta de mejor término) en el 99% de las películas ya he dejado de prestarle atención a cualquier cuestión técnica, porque “Room” es una experiencia de entrañas, una experiencia que trabaja desde dentro hacia afuera, como sus protagonistas. Si te agarra, no te suelta, o por lo menos a mí no me soltó. Cuando llegan los créditos finales, respiro y sonrío con un nudo en la garganta. Sé que he visto una joya que rebosa alma por todos sus poros, una joya que no es perfecta ni revolucionaria, pero que tampoco pretende serlo. Es una sensación que pocas películas me producen y que agradezco enormemente, y por eso no me queda más remedio que recomendarla, con mucha satisfacción.
Calificación: Notable
Calificación: Notable
3 de enero de 2016
3 de enero de 2016
139 de 153 usuarios han encontrado esta crítica útil
Room es un regalo para un cinéfilo, y sin duda una de las mejores películas de 2015.
Cabría pensar que una película que empieza con una joven secuestrada en un zulo y con la única compañía de su hijo y, por supuesto, el secuestrador, va a ser algo deprimente, morboso e insano. Nada más lejos de la realidad. Room no es una película que se recree en lo escabroso de la situación de Joy Newsome, que es mucho. Es precisamente esa sencillez y, hasta cierto punto, normalidad con la que Lenny Abrahamson retrata la vida cotidiana de madre e hijo en su encierro lo que convierte a la primera hora de película en una de las experiencias cinematográficas más fascinantes que se recuerdan como mínimo en los últimos dos o tres años. Es imposible apartar los ojos de la pantalla, y sin necesidad de mostrar ninguna violencia o escena desagradable, la tensión que acompaña a las imágenes (especialmente cuando el secuestrador está presente... y seguro que no hace falta que demos más datos) es asfixiante y casi inaguantable para el espectador. Mucho peor lo que se intuye que lo que se ve, sin duda. La segunda parte de la película, una vez la situación de Joy y Jack ha cambiado, también es fantástica, aunque sin duda más convencional y "fácil", por así decirlo, y sin duda es algo inferior a ese primer tercio. Aun así, resulta en su conjunto una película de terrible y abrumadora belleza, llena de amor, de buenos sentimientos y de reflexiones acerca de lo que hace que la vida valga la pena incluso en los momentos más bajos, o cómo se puede empezar a reconstruir una vida completamente rota por una experiencia demoledora.
Brie Larson... pues la verdad, si se lleva el Oscar, como está haciendo con casi todos los premios de la crítica, será muy merecido. La californiana es una auténtica revelación. ¿Dónde había estado hasta ahora? Tiene un aplomo increíble, una capacidad para emocionar desmedida, y su presencia, sus ojos (esa mirada...) y su fuerza en pantalla son sencillamente arrolladoras. No era nada fácil componer un personaje así, y Larson lo hace con una destreza (interpretativa, pero sobre todo emocional) que ponen siempre al espectador el nudo en la garganta. A su lado, inolvidable, el pequeño Jacob Tremblay, uno de los mejores niños actores que se recuerdan en muchos años, y con eso queda todo dicho.
Tal y como Lenny Abrahamson dice, Room no es una película sobre un hecho criminal, aunque todo parta de ahí. Es una historia de amor, de supervivencia y de la vida en su esencia más pura, que es sufrir y disfrutar. Como la película.
Lo mejor: Brie Larson, sencillamente arrebatadora, y la casi perfección de todos sus elementos.
Lo peor: La segunda hora, más convencional y menos fascinante, aunque igualmente estremecedora.
Cabría pensar que una película que empieza con una joven secuestrada en un zulo y con la única compañía de su hijo y, por supuesto, el secuestrador, va a ser algo deprimente, morboso e insano. Nada más lejos de la realidad. Room no es una película que se recree en lo escabroso de la situación de Joy Newsome, que es mucho. Es precisamente esa sencillez y, hasta cierto punto, normalidad con la que Lenny Abrahamson retrata la vida cotidiana de madre e hijo en su encierro lo que convierte a la primera hora de película en una de las experiencias cinematográficas más fascinantes que se recuerdan como mínimo en los últimos dos o tres años. Es imposible apartar los ojos de la pantalla, y sin necesidad de mostrar ninguna violencia o escena desagradable, la tensión que acompaña a las imágenes (especialmente cuando el secuestrador está presente... y seguro que no hace falta que demos más datos) es asfixiante y casi inaguantable para el espectador. Mucho peor lo que se intuye que lo que se ve, sin duda. La segunda parte de la película, una vez la situación de Joy y Jack ha cambiado, también es fantástica, aunque sin duda más convencional y "fácil", por así decirlo, y sin duda es algo inferior a ese primer tercio. Aun así, resulta en su conjunto una película de terrible y abrumadora belleza, llena de amor, de buenos sentimientos y de reflexiones acerca de lo que hace que la vida valga la pena incluso en los momentos más bajos, o cómo se puede empezar a reconstruir una vida completamente rota por una experiencia demoledora.
Brie Larson... pues la verdad, si se lleva el Oscar, como está haciendo con casi todos los premios de la crítica, será muy merecido. La californiana es una auténtica revelación. ¿Dónde había estado hasta ahora? Tiene un aplomo increíble, una capacidad para emocionar desmedida, y su presencia, sus ojos (esa mirada...) y su fuerza en pantalla son sencillamente arrolladoras. No era nada fácil componer un personaje así, y Larson lo hace con una destreza (interpretativa, pero sobre todo emocional) que ponen siempre al espectador el nudo en la garganta. A su lado, inolvidable, el pequeño Jacob Tremblay, uno de los mejores niños actores que se recuerdan en muchos años, y con eso queda todo dicho.
Tal y como Lenny Abrahamson dice, Room no es una película sobre un hecho criminal, aunque todo parta de ahí. Es una historia de amor, de supervivencia y de la vida en su esencia más pura, que es sufrir y disfrutar. Como la película.
Lo mejor: Brie Larson, sencillamente arrebatadora, y la casi perfección de todos sus elementos.
Lo peor: La segunda hora, más convencional y menos fascinante, aunque igualmente estremecedora.
11 de enero de 2016
11 de enero de 2016
77 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta mañana me comentaba Ariel Vallejo Iturriaga después de leer varias reseñas de pelis que no me han gustado y se veía venir que eran aburridas, que por qué las veía, si ya se preveía que no me iban a gustar. Pues aquí está la respuesta. Mientras que con blockbusters sabes que no te vsa a aburrir pero que según la veas te vas a olvidar de la peli y no te va a aportar nada salvo un rato de entretenimiento y casi nunca vas a encontrar una obra maestra entre ellas; en las pelis intimistas, pequeñas, que a priori pueden parecer que van a ser aburridas, si se pueden encontrar obras maestras que trascienden la pantalla y te tocan en lo más profundo de tí. La primera hora de "La Habitación", es una obra maestra, una maravilla, de lo mejor que he visto nunca, y te llega de una forma que no te puedes imaginar. La segunda hora ya es más convencional y , aunque está bien, pero ya hemos visto obras que tratan esa temática. Pero la primera hora te deja sobrecogido. Prefiero no comentar más, porque yo he ido a verla sin saber absolutamente nada, solo porque la actriz protagonista, Brie Larson, ha ganado el globo de oro. Por eso, creo que es muy necesario no saber nada de la peli. Y me ha tocado porque me pilla de cerca, tengo una niña de esa edad y así es fácil meterse en una pelí así. Pero la primera hora que solo tiene 3 actores y un decorado diminuto es sublime. No digo más, solo que la veais y me digais que os ha parecido, porque llevo todo el día con el corazón encogido por la dichosa peli: La habitación (The room)
29 de enero de 2016
29 de enero de 2016
64 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
La habitación de Lenny Abrahamson, es esa película que al leerte la sinopsis gritas: ohhh fuck!! me acaban de contar media trama; pero no, tranquilos, este no es el caso y la película esconde mucho mas.
Por un lado esta la crudeza del largometraje, mezclada con la ternura infantil; esto, puede hacer que se te escape alguna que otra lagrimilla, a traves de unas escenas muy sentimentales; atención a las personas sensibles, esto es la historia de una madre coraje con escenas de tensión.
Por otra parte, la solidez del guion, pues rodando en espacios pequeños y con los mismos actores prolongadamente, el guion es la principal baza que tiene el director, para que el espectador lo siga y lo adopte como su religión sin inmutarse o mirar el móvil.
A continuación destacare, la calidad de sus actores, sobre todo la del joven Jacob Tremblay, pues estamos ante un nuevo caso de niño/a prodigio a lo Haley Joel Osment o Abigail Breslin; el y una buena Brie Larson llevan en volandas la película.
Finalmente su connotación filosófica con el mito de la caverna de Platón que desarrollare en el Spolier, ya saben, para aquellos que no lo recuerden, en 2 lineas les haré un resumen:
Persona encadenada en una cueva toda la vida junto a otros, que lo único que ha visto son sombras en una pared, se libera, sale al mundo exterior, alucina, vuelve a la caverna, le cuenta todo a sus compañeros, estos no le creen y lo asesinan.
Por un lado esta la crudeza del largometraje, mezclada con la ternura infantil; esto, puede hacer que se te escape alguna que otra lagrimilla, a traves de unas escenas muy sentimentales; atención a las personas sensibles, esto es la historia de una madre coraje con escenas de tensión.
Por otra parte, la solidez del guion, pues rodando en espacios pequeños y con los mismos actores prolongadamente, el guion es la principal baza que tiene el director, para que el espectador lo siga y lo adopte como su religión sin inmutarse o mirar el móvil.
A continuación destacare, la calidad de sus actores, sobre todo la del joven Jacob Tremblay, pues estamos ante un nuevo caso de niño/a prodigio a lo Haley Joel Osment o Abigail Breslin; el y una buena Brie Larson llevan en volandas la película.
Finalmente su connotación filosófica con el mito de la caverna de Platón que desarrollare en el Spolier, ya saben, para aquellos que no lo recuerden, en 2 lineas les haré un resumen:
Persona encadenada en una cueva toda la vida junto a otros, que lo único que ha visto son sombras en una pared, se libera, sale al mundo exterior, alucina, vuelve a la caverna, le cuenta todo a sus compañeros, estos no le creen y lo asesinan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tomando como base el mito Platónico, partiré de ello describiendo una de las escenas mas hermosas de la película y es esa en la que la madre, trata de explicarle a su hijo como es el mundo exterior y este no le cree, pues la madre le había hecho creer, que todo el mundo se ceñía básicamente a 4 paredes y un televisor que proyecta imágenes; por lo tanto, es increíble, la expresión de la niña al escapar, desenrollarse de la alfombra y ver el mundo exterior por primera vez: el cielo, la luz, los colores, el aire y todo aquello nunca percibido; convirtiéndose esta en una de las mejores imágenes de la película y una de las mas platónicas.al mismo tiempo.
Por ultimo dentro del spoiler destacare la crudeza y la tensión de las imágenes de ver a la niña esperando dentro del coche patrulla la llegada de su madre, pues todos nos tememos lo peor en ese momento y finalmente una de las escena mas duras es la vuelta a la habitación, ya saben ustedes: adiós silla nº 1, adiós sillas nº2, adiós planta, adiós mesa, adiós armario etc.
Por ultimo dentro del spoiler destacare la crudeza y la tensión de las imágenes de ver a la niña esperando dentro del coche patrulla la llegada de su madre, pues todos nos tememos lo peor en ese momento y finalmente una de las escena mas duras es la vuelta a la habitación, ya saben ustedes: adiós silla nº 1, adiós sillas nº2, adiós planta, adiós mesa, adiós armario etc.
12 de mayo de 2016
12 de mayo de 2016
50 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí “La habitación” es una película redonda. Cuenta la historia de una relación entre una madre y un hijo que en la primera parte transcurre en un recinto cerrado en el que los dos están secuestrados, y la segunda, ya una vez liberados, intentando componer una vida normal después de tan terrorífica experiencia.
Hay quien dice que la segunda parte es mucho peor que la primera. No estoy de acuerdo; lo que ocurre es que son totalmente diferentes. Durante el secuestro todo se centra en la peculiar relación de la madre y el niño (por cierto, fantástica Brie Larson, muy merecido su Oscar, para variar) y es verdad que es especialmente emotiva, por todos esos detalles con los que ella intenta normalizar de algún modo la vida cotidiana de los dos: el ejercicio, los cuentos, cocinar, los juegos... Todo es muy intenso y muy impactante y por eso es normal que guste más.
Pero la segunda parte, aunque menos impactante, es muy ilustrativa. Si la primera se limitaba a narrar, aquí ya Lenny Abrahamson se moja y aborda desde un punto de vista analítico los conflictos que esa reclusión conlleva a posteriori.
Si en la primera parte todo era claro, quiénes eran los buenos y el malo, aquí ya todo se llena de claroscuros. Y el niño, que había vivido siempre recluido y creía que lo que salía por la tele era otro mundo distinto al suyo, se adapta bastante bien a ese mundo que no conocía. Sin embargo la madre, que sí había estado antes en él, lo vive mucho más angustiosamente.
Hay quien dice que la segunda parte es mucho peor que la primera. No estoy de acuerdo; lo que ocurre es que son totalmente diferentes. Durante el secuestro todo se centra en la peculiar relación de la madre y el niño (por cierto, fantástica Brie Larson, muy merecido su Oscar, para variar) y es verdad que es especialmente emotiva, por todos esos detalles con los que ella intenta normalizar de algún modo la vida cotidiana de los dos: el ejercicio, los cuentos, cocinar, los juegos... Todo es muy intenso y muy impactante y por eso es normal que guste más.
Pero la segunda parte, aunque menos impactante, es muy ilustrativa. Si la primera se limitaba a narrar, aquí ya Lenny Abrahamson se moja y aborda desde un punto de vista analítico los conflictos que esa reclusión conlleva a posteriori.
Si en la primera parte todo era claro, quiénes eran los buenos y el malo, aquí ya todo se llena de claroscuros. Y el niño, que había vivido siempre recluido y creía que lo que salía por la tele era otro mundo distinto al suyo, se adapta bastante bien a ese mundo que no conocía. Sin embargo la madre, que sí había estado antes en él, lo vive mucho más angustiosamente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena final es muy clarificadora: el niño quiere volver a la habitación donde se ha criado y ha pasado los mejores años de su vida, cuando tenía a su madre solo para él y nada más importaba. No conocía otra cosa, por tanto no podía echar nada de menos. Pero se despide de cada objeto sin problemas y continúa con su vida. La madre no puede soportarlo; esa habitación es el escenario de su pesadilla. Y le duele.
Para él la habitación significaba normalidad; para ella horror. Para él simplemente ha sido una fase de su infancia que pronto olvidará; ella ha quedado marcada para siempre y nunca volverá a ser la misma. Y ésa es la magia de la película, ni más ni menos nos cuenta lo que significa crecer y cambiar la piel de plástico de la infancia por esa de dura e inamovible piedra que la va recubriendo poco a poco.
Para él la habitación significaba normalidad; para ella horror. Para él simplemente ha sido una fase de su infancia que pronto olvidará; ella ha quedado marcada para siempre y nunca volverá a ser la misma. Y ésa es la magia de la película, ni más ni menos nos cuenta lo que significa crecer y cambiar la piel de plástico de la infancia por esa de dura e inamovible piedra que la va recubriendo poco a poco.
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