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Tierra de Dios

Drama. Romance Johnny Saxby es un joven granjero de Yorkshire que intenta evadirse de sus problemas con el alcohol y el sexo. Cuando llega al pueblo un inmigrante rumano para trabajar en la cría de ovejas, su visión de la vida cambiará de forma radical. (FILMAFFINITY)
Críticas 44
Críticas ordenadas por utilidad
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8
26 de noviembre de 2017
59 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás nosotros – los instruidos, prepotentes y atolondrados urbanitas – estemos habituados a llamar a cada cosa por su nombre, a estar advertidos y de vuelta de todo, a pensar que la vida es sencilla y que todos tenemos la posibilidad (¡y el derecho!) de elegir nuestro futuro. Quizás no nos demos cuenta que hay tantos impedimentos y condicionantes en la existencia de cada cual que casi nunca es ni natural ni frecuente que tengamos la autonomía de tomar cualquier camino que se nos antoje. Nos debemos a nuestros familiares, a nuestros vínculos afectivos, a nuestra estirpe, a nuestro terruño, a nuestros semejantes e, incluso, a nuestros prejuicios. Las ataduras que impiden escoger lo que nos venga en gana son más feroces y rocosas de lo que sospecharse o enumerarse puedan.

Los hilos invisibles que nos atan y amordazan semejan grilletes indestructibles y tenaces que nos asfixian sin matarnos, que nos oprimen sin percibirlo, que nos paralizan sin sospecharlo, que nos recluyen entre barrotes invisibles y cancerberos insospechados. Salir del cautiverio que nos aprisiona no requiere que cambiemos de lugar o mudemos nuestra naturaleza o nos exiliemos de nuestro entorno y allegados. Sólo nos exige tomar conciencia de lo que somos, tener claro qué es lo que queremos, identificar nuestros sentimientos y respetar nuestros afectos. Pero todo esto se convierte en una quimera cuando nadie nos ha enseñado a cómo vivir, ni adónde mirar, ni con quién sincerarnos ni en quién confiar. Damos palos de ciego, nos destruimos a fuerza de sentirnos inadecuados, diferentes, desechados, ajenos a lo que de verdad nos preocupa: pero somos incapaces de reconocerlo. La libertad no es un lugar recóndito, allende de nosotros mismos, sino una vivencia profunda e íntima que debemos desentrañar paso a paso y con tiento, tanto más fértil si es en compañía de un ser querido que nos enseña a desbrozar el secreto sendero.

Esta ópera prima de Francis Lee nos muestra con delicados trazos – que, sin embargo, rehúyen la mojigatería y el disimulo trasnochado – el doloroso aprendizaje de un joven granjero británico que deambula entre la dipsomanía y el sexo canalla, embrutecido, carente de toda empatía, incapaz de percatarse de sus verdaderas necesidades, esclavizado por su montaraz, chulesco y cruel comportamiento. Gracias a la atención, paciencia y cuidado de un jornalero rumano aprenderá lo que es la ternura, lo que significa el compromiso, lo que representa en nuestras vidas el amor y el ser capaces de mostrar nuestro cariño por las personas que nos importan: una perseverante y profunda revelación que le cambiará todo su ser.

En definitiva, una aquilatada joya que habla de grandes temas sin levantar la voz ni eludir la compasión. Conmovedora.
7
25 de noviembre de 2017
33 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las sorpresas del presente año en el ámbito del cine “off” ha sido “Tierra de Dios”, el debut en el largometraje de Francis Lee. Su carrera a través de diversos festivales ha culminado, en principio, con once nominaciones para los premios independientes del cine británico, ensalzando la figura de su "alma mater", Francis Lee, que ha sido propuesto como mejor director, nuevo director y guionista. El riesgo, en principio, ha tenido su recompensa. Pero no por ello lo van a convertir en un film claramente comercial, porque “Tierra de Dios” es un ejemplo de lo que es un cine austero, comedido y sentido, no creado para el “gran público”.

Se trata de una visión, personal y con pleno conocimiento de lo que se cuenta sobre la campiña inglesa, una visión que no se ha dado mucho en el cine británico, que en algunos momentos roza el cine documental, con los diálogos justos y necesarios, exenta de estéticas agradables y manidas y con pocos personajes en un entorno agreste y frío. Más que una crítica social es un viaje interior de unos personajes alejados de la civilización, para bien y para mal con todo lo que este aislamiento conlleva, en la que el drama es latente en varios sentidos, pero que en ningún momento se dramatiza gratuitamente.

También, uno de los puntos originales que posee, es la historia de Johnny Saxby, sobre todo cuando se cruza por casualidad con el rumano Gheorghe, en la que la naturalidad y la cotidianidad imperan ante el melodrama, siendo creíble en todo momento. Porque esa es una de las virtudes de este largometraje, quizás la mayor, su veracidad. Sirva de ejemplo las escenas en la que sus personajes desempeñan las labores ganaderas. Se lo han trabajado con gran profesionalidad que consiguen parecer auténticos granjeros.

Los actores están absolutamente maravillosos: Josh O´Connor en el difícil y desagradecido rol de Johnny está estupendo, así como Gheorghe, que lo lleva a cabo el atractivo Alec Secareanu. Ambos son los pilares fundamenteles de “Tierra de Dios”, sin olvidar a los actores de reparto Ian Hart, también nominado como sus protagonistas, y Gemma Jones, la cual no ha sido nominada para estos premios, siendo una gran injusticia. Esto no le va a suponer ningún contratiempo a esta veterana actriz, pero ese olvido clama al cielo, ya que su Deidre Saxby es una composición absolutamente memorable y merecía su reconocimiento.

La parte técnica da el empaque necesario a las intenciones de su director, con su buen montaje o sonido, escueta utilización de su música o una fotografía notable de Joshua James Richards que no adorna más de la cuenta el impresionante paraje, necesario e integrado en la historia que se nos cuenta.

Con todo lo dicho, conviene aclarar que es un film, repetimos, minoritario, que no guarda relación, a pesar de que argumentalmente pueda parecerlo, con, como por ejemplo “Brokeback Mountain”, ni por su ejecución, como pudiera ser “Padre Padrone” de los Taviani. Aunque, en nuestra opinión, sea algo inferior a las mencionadas, se encuentra entre esas dos aguas. Se trata de un buen film que los cinéfilos deben ver, arriesgado, que expone temas, algunos cruentos, como la muerte o la supervivencia, pero que en ningún momento se regodea en ellos. Puede que esa falta de ahondamiento juegue en su contra, pero lo que le honra es su cohesión interna y su coherencia, algo que cada vez nos cuesta más encontrar en el cine actual. Y con algunas escenas sobrecogedores que quedarán en nuestra memoria, como la confección del “abriguito” a la ovejita recién nacida.
9
28 de noviembre de 2017
31 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vengo del cine con el corazón arrobado.
No esperaba que esta peli me gustase tanto.
A mí el llamado "cine social inglés" es una cosa que me aburre un poco... pero es el marco perfecto para contarnos la historia de estos dos personajes que, después de estar perdidos y solos en el mundo, se encuentran y tratan de encajarse entre sí.
Esta es la historia de un joven del medio rural inglés (y de su desprecio por la vida y por sí mismo) que sólo puede contarse mediante la crudeza. Y de como su mundo cambia, a su pesar, debido a que las circunstancias familiares llevan a que tengan que contratar a un joven rumano para echar una mano en su granja.
Esos dos mundos colisionaran con una violencia que será el detonante del inicio de la salvación de ambos.
Es imposible no pensar en Brokeback Mountain, por supuesto. Pero que esta historia no sea nueva no significa que no aporte nuevas perspectivas dadas las identidades y los bagajes de sus protagonistas.
7
13 de marzo de 2018
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen emociones que son tan intensas como el rechazo y la vulnerabilidad que provocan.

Excelente trabajo tanto de su director, como los actores. Las actuaciones contenidas, las que se muestran a través de miradas y gestos, no necesitan más para resultar elocuentes. Una historia dura, de aceptación, de miedos, de dudas... de búsquedas y tropiezos. Con en lenguaje visual y narrativo sencillo, te inunda de emociones. Muy superior a Brokeback Mountain, de la que pudiera haber bebido.
Una narración tan cautivadora, que se hace corta. Totalmente recomendable.

Un 7
8
23 de diciembre de 2017
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los últimos años cada vez hay más presencia de films con personajes gays como "Desde allá", "Theo y Hugo, París 5:59", "Desde allá" o también en la cartelera "The wound (La herida)". El que nos ocupa es la ópera prima de Francis Lee, que cuenta la historia de Johnny Saxby, un joven granjero de Yorkshire que intenta evadirse de sus problemas con el alcohol y el sexo. El chico vive con su abuela y su padre pero cuando este no puede ayudarle en las tareas, durante la primavera acogen a un inmigrante rumano para trabajar en la cría de sus ovejas, y entonces su visión de la vida cambiará de forma radical. Este más que notable drama rural es un maduro debut en el largometraje de F. Lee, que escribe y dirige una historia bastante cercana a hechos que vivió. La película está realizada con austeridad, naturalidad y logra una intimidad aunque no busque la sensiblería fácil. El director logra una comunión entre la naturaleza fría del norte de Inglaterra con las emociones latentes de los personajes de manera sutil. Podemos observar de manera verosímil el arco evolutivo del protagonista, Johnny, un joven que se evade de su triste rutina con escarceos sexuales con hombres pero cuando conoce a Alec siente la capacidad de amar a otra persona y eso implica ser genoroso y tener que comprometerse. Este aspecto diría que es lo más importante de este film y que lo diferencia de otros similares, como el célebre "Brokeback Mountain"en que la sociedad de la época era un obstáculo para la pareja. La historia que surge entre ambos es la historia de un aprendizaje, la de Johnny que aprende a amar y con ello, encuentra un sentido a su vida. La elección de la pareja protagonista es un acierto: Josh O'Connor como Johnny, un tipo de apariencia dura pero que aprende a amar, Alex Secareanu como el granjero Alec, un inmigrante generoso y educado, y buenos secundarios como Gemma Jones ("Conocerás al hombre de tus sueños") como la abuela e Ian Hart como el padre. La relación entre padre e hijo también evoluciona, ya que parece que el chico ha recibido una crianza severa para encargarse de la granja pero luego el padre tiene que aceptar que su hijo haga el trabajo a su manera. "God's own country" ya destacó con el premio a mejor director en World Cinema en el festival de Sundance, obtuvo el premio a mejor film británico en el festival de Edimburgo, se presentó en el certamen de Sevilla y ha conseguido cuatro premios BIFA (British Independent Film Awards) a mejor película, actor (O'Connor), guionista debutante y sonido. Este es uno de los mejores films británicos de 2017 junto con "Lady Macbeth", otro gran debut.

Valoración: 8

Lo mejor: la naturalidad en que transcurre el relato y el trabajo de la pareja de actores.
Lo peor: que solamente sea reducida como una película gay más.

https://josh-cine.blogspot.com.es/
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