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Leningrad Cowboys Go America

Comedia. Musical Los Leningrag Cowboys, un grupo de músicos finlandeses y su mánager, viajan a América buscando fama y fortuna. Mientras cruzan el país intentando llegar a una boda en México, son seguidos por el tonto del pueblo, que desea unirse al grupo. (FILMAFFINITY)
Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
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10
27 de abril de 2009
36 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Leningrad Cowboys go America" entusiasmará a muy poca gente. Comedia disparatada y caricaturesca perpetrada por un Kaurismaki que debía de estar de muy buen humor cuando la rodó.

No hay detalles, hay detallazos. La estética de los músicos, su familia y su mascota, de tupés infinitos y botas de punta interminable, ya indica que no se puede tomar en serio. El hecho de que todos los personajes se expresen en italiano, estén en la tundra, en Nueva York, en la divertida Nueva Orleans o en la profunda América sureña, es otro juego con el espectador. De hecho, en uno de los primeros momentos, el mánager habla por teléfono y se le escapa un "da" en ruso, en vez de un "si", algo hecho a propósito para confundir aún más al público.

Luego se suceden las situaciones disparatadas, con golpes secos de humor. A mí me tiran de la silla, y a otros les hará tirar lo que tengan a mano a la pantalla para destrozarla. Todo a ritmo de rockabilly, polka, country, blues y hasta hard rock, en una road movie que le mete un repaso a la cultura americana, a la que pone a caer de un burro: sus gentes, sus costumbres, sus ciudades, sus leyes, etc. Cualquier neófito puede llegar a pensar que vaya mala leche de Kaurismaki Vs. USA. Hay que decir que cuando sus películas transcurren en su Finlandia natal, el país escandinavo tampoco sale en absoluto bien parado con retratos de gente gélida, en un entorno feo y sin futuro.

Jim Jarmusch, también en italiano, por supuesto, tiene una pequeña aparición como vendedor de coches. El primo perdido que encuentran en una gasolinera es el cantante del grupo punk The Members. Y el mánager fue el actor fetiche de Aki hasta su temprana muerte, Matti Pellonpää.

El resultado: unos músicos muertos de hambre y sin un duro, que se meten en una road movie absurda, entre cervezas, algún amor imposible, incompresión y absoluta frialdad cáustica. Aki deja su sello con unos cuidadísimos planos generales y uso de elegantes grúas. Además de homenajear al cine mudo con unos rótulos narrativos que también contribuyen al humor en la misma medida que la camisa con la hoz y el martillo, el muerto conservado con cubitos de hielo, o pinchar una rueda con la punta del zapato.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La ESCENA:

En el cadillac, el mánager no para de beber budweisers y arrojarlas a los repletos asientos de atrás una vez vaciadas. Los músicos se preguntan "¿de donde sacará tantas cervezas?". Paran en una estación de servicio desangelada y al abrir la puerta del cadillac, cae una avalancha de latas.

Y las que todavía le quedan llenas, enseguida descubrimos que las guarda con los hielos del muerto en el ataúd que llevan en la baca.
Pas
9
20 de abril de 2009
25 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca lo habría imaginado, la verdad, no así.
Mi primer acercamiento al cine finés es por su lado más excéntrico y gamberro, el lado que jamás habría esperado encontrar en él, o sino jamás, el que más curioso resulta observando al conjunto de escandinavos en la distancia.

Esta divertida tontería está construída en base a tres factores:
-El poder de la música y el simpático recorrido por la propiamente americana. La parodia country es especialmente hilarante.
-El distanciamiento concedido a los gags. Estos se muestran al espectador con total naturalidad y éste simplemente ha de aceptarlos o no, sin saturaciones de ningún tipo. Humor breve, directo y bobalicón.
-El absoluto desprecio al convencionalismo a través de la sátira antes mencionada. La parodia, en este caso, es caricatura.

Entretenimiento freak en muy alto grado que no satisfará a todos los gustos, ni mucho menos. Provocación, que le llaman.
8
26 de marzo de 2007
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno...Le doy un 8 porque hubo momentos en los que me desternillé de risa. Leningrad Cowboys es una paranoia convertida en road movie y basada en hechos reales: El director se enteró de la existencia de estos locos y dijo no me lo puedo creer, a grabar!! Verlos a todos metidos en un coche donde no caben, verlos pasar hambre mientras el manager se pone las botas, ver cómo cambian de estilo de música cuando la situación lo requiere y de aquella manera...

Eso sí, IMPRESCINDIBLE verla en V.O, escucharles hablar inglés es otro de los puntos fuertes de la película....¿Os acordáis de Benigni en la cárcel con Tom Waits aprendiendo inglés en la peli de Jim Jarmush? Pues parecido.
En fin, muy recomendable para pasar un buen rato.
7
21 de febrero de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me paso dos décadas sin hacerle caso, y de repente llevo tres seguidas en 10 días. Y ahora resulta que me gusta Kaurismäki, bastante, y no entiendo qué me ha impedido acercarme a su mundo hasta ahora. Los cinéfilos estamos locos, oigan. Después de la ternura de Le Havre y el homenaje a la Nouvelle Vague de Contraté a un asesino a sueldo, he visto Leningrad... y me lo he pasado pipa. Se trata de una broma descomunal, otro cuento de hadas imposible, esta road movie de una banda de paletos rusos que recorre la América profunda y, mientras va aprendiendo inglés a marchas forzadas (o no), asimila la música de las zonas de Estados Unidos que recorre, desde el country hasta el tex-mex pasando por el heavy. Pura delicia, las relaciones entre el grupo y el sinvergüenza del empresario que les explota, la crítica mordaz al American Way of Life, la música que interpreta esta gente, capaz de pasar de un estilo a otro sin despeinarse (algo imposible, pero eso sólo lo sabréis viéndola), con sus improbables atuendos, imposibles coches e insólitas situaciones. Por ahí sale Jim Jarmusch de vendedor de coches, en un abrazo fraternal con el finlandés. Una frikada de mucho cuidado, pero con gracia, ternura y amor por el cine.
6
29 de diciembre de 2010 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Aki Karismäki ha ido mejorando con el paso de los años. Esa es mi primera conclusión. Es de comprender que la intención primera fue la de hacer una comedia, de eso no cabe duda. Es una película que me produce, en primer lugar, repulsión al ver las pintas de los Leningrad Cowboys, al ver al tonto del pueblo y su estética. Te acostumbras conforme pasan los minutos, y tiene momentos intensos de humor no sé si negro, pero sí humor crítico y sin duda un recadito que manda a América, personanalizada en los EE.UU., ¡Qué diferencias!, ¿no? ¡Qué contrastes! Anda pues no, pues no hay tantas. Porque resulta que en los pub y bares durante el recorrido hacia México, se ven personajes frustrados, tristes y deprimidos, como los que ha reflejado en su Finlandia en otras historias. Por ello quizá se pueda leer e interpretar que esos EE.UU de finales del siglo pasado, donde se "tragan todo", no sean tan diferentes de esta Europa donde se ha vivido mirando al otro lado del charco. En cualquier caso, una manera peculiar de narrar cómo aspirar a ser músico en el país de las oportunidades.

Curiosa forma de interpretar una comedia y de dirigirla, que no sabrá o podrá digerirse por todos los estómagos. Y es que a Kaurismäki o se le odia o te entusiasma. A mí, de momento, me gusta más (mucho más) el otro Kaurismäki; el de "la chica de la fábrica de cerillas", o el "Hombre sin pasado".
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