Aunque se agradece el esfuerzo, la película no deja de ser un buen truño. Las cosas como son. Intenta ser simpática y aunque creo que me provocó algo parecido a una levísima mueca que algún optimista podría calificar como sonrisa, creo que fue un tic por lo que estaba viendo sin dar crédito. Supongo que en Finlandia se partían con ella. Me lo creo.
Lo mejor, lo poco que dura aunque podría durar menos.
La verdad es que acierta en reflejar el animoso y chisposo pueblo finlandés. Único en Europa en ese sentido.
Podría considerarse una curiosidad pero también curioso es ver a un puercoespín bailar una jota oscense con la misma nula utilidad.
Al igual que alguien consideró que la película no era digna de ser doblada, yo aconsejo que no dediquen 1 minuto de su vida en verla.
Sale Jim Jarmusch entre sus cameos. No me extraña porque podría ser el más finés de entre los estadounidenses.
Me violentó el observar lo poco integradora y sostenible que es la película al ensalzar la figura, hoy en día tan controvertida, del tonto del pueblo que, por cierto, es el personaje más inteligente de todos.
Me alegrará saber si alguien ve similitudes con The Blues Brothers. Pero ni son azules, ni hermanos, ni su música es tan excelsa. Sí quiero ser justo, ya que hay una buena canción en todo el peliculote.
Estas pelis las veo y las sufro en la intimidad, como buen masoca, pero esta vez me ha pillado mi mujer. He pasado mucha vergüenza. No he podido justificar la visualización.