Carne
6.3
166
6 de octubre de 2012
6 de octubre de 2012
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas más desconocidas de John Ford y no por ello carente de interés, aunque seguramente se encuentran ausentes en ella algunos de los referentes de su cine, refugiándose en su condición de simple y ya experimentado profesional. En realidad nos encontramos con un melodrama triangular que parte de una historia de Edmund Goulding, que alterna no pocos ecos del muy cercano EL ÁNGEL AZUL y, ante todo, se erige como un producto destinado al lucimiento de Wallace Beery, por aquel entonces una de las grandes estrellas del cine americano. Nada mejor para ello que contarnos una historia que tiene como protagonista a Polakai, un forzudo luchador alemán que sueña con ser el campeón del mundo pero, sobre todo, con tener a una esposa que le quiera y le ayude a formar una familia. Polakai es tan buena persona que roza la tontería, y por eso sus amigos se ríen de él y le aprecian a partes iguales. La mujer que viene a corromper la impoluta existencia de Polakai es Laura, una americana que se encontraba encarcelada en Alemania junto a su novio, Nicky, por un delito que nunca termina de ser desvelado. Polakai la conoce en el bar donde trabaja y se enamora de ella sin saber la historia oscura de la mujer que solamente quiere liberar a su amigo Nicky y regresar a América.
Como ya comentamos, en CARNE, los ecos de EL ÁNGEL AZUL de Sternberg son evidentes, ya no solo en la medida de tratar una historia iniciada en Alemania, sino en el hecho de la seducción de un ser veterano por parte de una joven atractiva. Sin embargo, y aún reconociendo todos los condicionamientos que limitan el interés de esta pequeña película, hay que reconocer en la misma un notable sentido del ritmo. Obra, tan menor como se quiera, pero no por ello desprovisto de atractivo y, ante todo, agilidad narrativa. Especialmente recomendable para los fans acérrimos de Ford y para los devoradores de cine clásico…
Como ya comentamos, en CARNE, los ecos de EL ÁNGEL AZUL de Sternberg son evidentes, ya no solo en la medida de tratar una historia iniciada en Alemania, sino en el hecho de la seducción de un ser veterano por parte de una joven atractiva. Sin embargo, y aún reconociendo todos los condicionamientos que limitan el interés de esta pequeña película, hay que reconocer en la misma un notable sentido del ritmo. Obra, tan menor como se quiera, pero no por ello desprovisto de atractivo y, ante todo, agilidad narrativa. Especialmente recomendable para los fans acérrimos de Ford y para los devoradores de cine clásico…
12 de septiembre de 2024
12 de septiembre de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carne es una de las películas más interesantes de John Ford, porque estrenada en 1932 es un claro antecedente del cine negro.
La película te presenta a una chica, Laura, que al salir de la cárcel se encuentra en la calle sin un duro, en un restaurante con espectáculo de lucha libre conoce a Polakai, un hombre que trabaja como camarero y también hace lucha libre en el restaurante, Ford lo presenta como un Rey, un tipo muy fuerte y hábil en la lucha que gana todos los combates, la escena del baño, con la luz sobre su cabeza, refleja esa figura heroica; eso cuando está en el ring, porque fuera tiene la misma vida miserable que el resto. Conoce a esta chica que no tiene nada, la ayuda, y a partir de esa premisa Ford compone una historia, que no es un thriller, es un drama que recordará (a quien la haya visto) a Más dura será la caída, con Humphrey Bogart, por todo el tema de los combates, la mafia que hay detrás, los chanchullos, como eso afecta a pobres desgraciados como Polakai; pero tanto visualmente (con esas luces y sombras, de hecho, el director de fotografía es el mismo de El halcón maltés), como con el personaje femenino protagonista (que es co protagonista junto con el actor de Polakai, una de las pocas películas de John Ford en la que la mujer tiene un papel principal, junto con Pilgrame, Cuatro hombres y una plegaria, El hombre tranquilo, la mascota del regimiento y Siete mujere, que son muchos títulos, pero dentro de Ford que son 120 películas, en la mayoría el protagonismo es masculino), recuerda a las películas que vendrían posteriormente de cine negro, Karen Morley, Laura, es claramente un precursor de la mujer fatal, elemento común del cine negro.
Con una historia desgarradora, momentos magistrales en la dirección, Ford hace no una obra maestra pero sí una notable película, además, manteniendo sus claves autorales en una película que no parece típica de Ford, pero ahí está todo el tema del hogar, el hecho de que sea inmigrante, que se vaya de casa, etc…
También decir que es imposible, para quien sea fordiano, no ver al actor de Polakai y su personaje sin decir “que suerte tuvo este actor de Ford aún no conocía a Víctor McLagen”, porque está claro que ese personaje lo habría hecho sin pensárselo con McLagen, no hay más que ver una de las obras maestras del director, El delator, donde hay cosas de este personaje y la interpretación de McLagen es eso, ese personaje que es un adulto pero tiene una actitud ingenua, como de niño que no entiende muchas cosas, y por eso es tan desgarrador lo que ocurre.
Y el final es bueno pero mejorable, ese final le quita media estrella que le daría el sobresaliente, para mí.
La película te presenta a una chica, Laura, que al salir de la cárcel se encuentra en la calle sin un duro, en un restaurante con espectáculo de lucha libre conoce a Polakai, un hombre que trabaja como camarero y también hace lucha libre en el restaurante, Ford lo presenta como un Rey, un tipo muy fuerte y hábil en la lucha que gana todos los combates, la escena del baño, con la luz sobre su cabeza, refleja esa figura heroica; eso cuando está en el ring, porque fuera tiene la misma vida miserable que el resto. Conoce a esta chica que no tiene nada, la ayuda, y a partir de esa premisa Ford compone una historia, que no es un thriller, es un drama que recordará (a quien la haya visto) a Más dura será la caída, con Humphrey Bogart, por todo el tema de los combates, la mafia que hay detrás, los chanchullos, como eso afecta a pobres desgraciados como Polakai; pero tanto visualmente (con esas luces y sombras, de hecho, el director de fotografía es el mismo de El halcón maltés), como con el personaje femenino protagonista (que es co protagonista junto con el actor de Polakai, una de las pocas películas de John Ford en la que la mujer tiene un papel principal, junto con Pilgrame, Cuatro hombres y una plegaria, El hombre tranquilo, la mascota del regimiento y Siete mujere, que son muchos títulos, pero dentro de Ford que son 120 películas, en la mayoría el protagonismo es masculino), recuerda a las películas que vendrían posteriormente de cine negro, Karen Morley, Laura, es claramente un precursor de la mujer fatal, elemento común del cine negro.
Con una historia desgarradora, momentos magistrales en la dirección, Ford hace no una obra maestra pero sí una notable película, además, manteniendo sus claves autorales en una película que no parece típica de Ford, pero ahí está todo el tema del hogar, el hecho de que sea inmigrante, que se vaya de casa, etc…
También decir que es imposible, para quien sea fordiano, no ver al actor de Polakai y su personaje sin decir “que suerte tuvo este actor de Ford aún no conocía a Víctor McLagen”, porque está claro que ese personaje lo habría hecho sin pensárselo con McLagen, no hay más que ver una de las obras maestras del director, El delator, donde hay cosas de este personaje y la interpretación de McLagen es eso, ese personaje que es un adulto pero tiene una actitud ingenua, como de niño que no entiende muchas cosas, y por eso es tan desgarrador lo que ocurre.
Y el final es bueno pero mejorable, ese final le quita media estrella que le daría el sobresaliente, para mí.
17 de abril de 2025
17 de abril de 2025
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Una película muy bien estructurada, con una organización compleja, un guión aceptable, y una realización muy estructurada. Me ha gustado, parece una cinta muy madura.
Dos curiosidades de las cinta. Tiene un guión en el que participó William Faulkner, y John Ford no figura en los créditos de la cinta.
No es "esquemática", los movimientos son muy naturales, no se aprecia esa dificultad para encuadrar y dar continuidad a las imágenes tan característico del cine mudo. Aunque no es una obra Mayor de Ford, sí tiene cosas, se deja ver y tiene garbo y emoción.
Dos curiosidades de las cinta. Tiene un guión en el que participó William Faulkner, y John Ford no figura en los créditos de la cinta.
No es "esquemática", los movimientos son muy naturales, no se aprecia esa dificultad para encuadrar y dar continuidad a las imágenes tan característico del cine mudo. Aunque no es una obra Mayor de Ford, sí tiene cosas, se deja ver y tiene garbo y emoción.
17 de febrero de 2021
17 de febrero de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Logra reunir en un mismo personaje, Polakai (Wallace Beery), cosa difícil, la fortaleza, robustez y algo patán de un luchador de cuadrilátero, con la ternura y bondad de un santo varón. Es un personaje muy conseguido que centra en él el objetivo del mensaje.
Contrapuesto a este personaje está Laura, mezquina, ladrona, infiel, mentirosa; junto con su querido del mismo talante, hace que el fiel de la balanza se sitúe en el centro.
Merece especial mención el doblaje del personaje: PERFECTO
Buena calificación por mi parte: 8 sobre 10
Contrapuesto a este personaje está Laura, mezquina, ladrona, infiel, mentirosa; junto con su querido del mismo talante, hace que el fiel de la balanza se sitúe en el centro.
Merece especial mención el doblaje del personaje: PERFECTO
Buena calificación por mi parte: 8 sobre 10
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