The Other Side of Hope
2017 

6.8
5,208
Comedia. Drama
Helsinki. El joven Khaled llega oculto en un barco de carga procedente de Siria. Su solicitud de asilo es rechazada, pero decide quedarse de todos modos. Mientras, un gris comercial cincuentón llamado Wikström decide cambiar su vida y abrir un decadente restaurante. Sus caminos se cruzarán cuando una tarde Wikhström se encuentra a Khaled en la puerta de su restaurante y, emocionado, decide ofrecerle techo, comida y trabajo. Pero el ... [+]
16 de abril de 2017
16 de abril de 2017
104 de 122 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kaurismäki nos presenta una Finlandia rancia y de estética decadente, más que de dos caras, bicéfala.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1. El policía que toma tus datos en comisaría emplea -en la segunda década del siglo XXI- máquina de escribir: atraso.
2. "Aterrizas" en Finlandia arrojado por una grúa de grava y tu hermana llega, posteriormente y violación incluida, en un compartimento de camión: el migrante es mercancía.
3. En la inspección al local hay que esconderte en el baño a ti y... al perro: el migrante es un animal.
4. Si te quieres ganar la vida honradamente (vendiendo camisas o regentando un restaurante) da igual lo que intentes, la cosa no marchará bien. Si prefieres el dinero fácil y sucio de la timba ilegal podrás progresar rápidamente: corrupción.
5. Tras apuñalarte te llaman judío; no eres judío: odio e ignorancia siempre de la mano.
6. Para quedarte en Finlandia necesitas un carnet falso con un nombre falso: el migrante debe renunciar a su identidad.
Bonus:
7. Los personajes de Kaurismäki no son inexpresivos, Khaled y su compañero iraquí no lo son. Los personajes finlandeses de Kaurismäki son inexpresivos. Sustituyamos finlandés por europeo, pues no somos ajenos: el migrante siente, nosotros no.
2. "Aterrizas" en Finlandia arrojado por una grúa de grava y tu hermana llega, posteriormente y violación incluida, en un compartimento de camión: el migrante es mercancía.
3. En la inspección al local hay que esconderte en el baño a ti y... al perro: el migrante es un animal.
4. Si te quieres ganar la vida honradamente (vendiendo camisas o regentando un restaurante) da igual lo que intentes, la cosa no marchará bien. Si prefieres el dinero fácil y sucio de la timba ilegal podrás progresar rápidamente: corrupción.
5. Tras apuñalarte te llaman judío; no eres judío: odio e ignorancia siempre de la mano.
6. Para quedarte en Finlandia necesitas un carnet falso con un nombre falso: el migrante debe renunciar a su identidad.
Bonus:
7. Los personajes de Kaurismäki no son inexpresivos, Khaled y su compañero iraquí no lo son. Los personajes finlandeses de Kaurismäki son inexpresivos. Sustituyamos finlandés por europeo, pues no somos ajenos: el migrante siente, nosotros no.
31 de marzo de 2017
31 de marzo de 2017
32 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Del mismo modo que no me entiendo con Hong Sang-Soo, el finlandés Aki Kaurismäki era otra de esas vacas sagradas de la crítica con la que no había encontrado el placer cinéfilo en aquellas dos obras suyas que había visionado. La distribuidora Golem, invitándome al pase de prensa de su nueva película, premiada con el galardón a mejor director en la última Berlinale, me daban una ocasión de oro para unirme al club de adeptos, con una película que atesoraba grandes críticas y un excelente aspecto a nivel superficial. Y desde la distancia agradezco lo afortunado que soy de poder haber disfrutado de esta película con exclusividad. Pues si bien el ascetismo y el humor grotesco de la propuesta indigestará a alguno, nos hallamos ante una gran película, un dramedia social tan hilarante como incisivo y amargo. Cine crítico y duro sin mantener la sonrisa, en una película, pese a su hieratismo, tremendamente humana.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Khaled Ali (Sherwan Haji) es un inmigrante sirio que desembarca en Finlandia tras un viaje en un barco procedente de Polonia oculto en el alquitrán del compartimento de carga. Wikström es un veterano hombre de negocios finlandés que deja a su mujer y su negocio de venta de camisas para comprar a bajo precio el restaurante La jarra dorada, negocio con plantilla en precaria situación incluida que le acaba brindando pocos beneficios. Khaled pretende traer a su hermana al país, y se quedará en Finlandia aunque sea de manera clandestina. Ambos personajes se acabarán encontrando, y compartiendo escenarios improbables. Cine social de humor negro, no exento de una importante carga dramática debido a su elección temática. Una película de personajes emocionalmente o económicamente pobres, presos de un ecosistema tan próspero como sórdido. Una película modesta y parca en palabras, pero vasta en sus implicaciones emocionales, logrando calar hondo con sus pretensiones tonales. Su estilo visual, de planos medios a cámara, y montaje rápido de planos hieráticos pero centrados en la acción, que no dudan en cortar a medias tras el elemento de interés producido, ofrecen suficientes elementos de interés para la retina cinéfila aún desde la modestia, ofreciendo además un rico y contrastado trabajo cromático (buen trabajo de Timo Salminen). Y el otro elemento audiovisual que dota a la película de una alegre frescura es su uso de temas de country finlandés intradiegética como banda sonora, que sigue una función costumbrista de ambientación que enriquece la dirección artística pero también aporta humor y esperanza, dejando al espectador en todo momento en una grata sensación agridulce, sonriendo mientras sufre por la precariedad del porvenir de los refugiados en una Europa desangelada. Y gracias al excelente trabajo de guión del finés consigue que nos emocionemos con unos personajes no necesariamente simpáticos gracias a sus chispeantes diálogos. Y es en definitiva asombroso que se hagan propuestas así, lamentablemente escasas, pues hacer cine social dramático es fácil, pero hacer retrato crítico de la precariedad sin perder el humor es muy difícil, y el veterano realizador lo logra con nota.
Como en otras obras del finés, la inexpresividad de sus actores y el sórdido cutrerio de sus escenarios puede sacar de la ficción al espectador exigente. La frialdad de estas gentes epatará al espectador ajeno a esta cultura, y su sencilla propuesta visual decepcionará a aquellos cinéfilos que estimen la virguería técnica como requisito imprescindible para una gran película. Y si bien la película no se detiene en cuanto a la acción y el desarrollo argumental, el espectador poco acostumbrado a los ritmos trémulos tendrá problemas para digerir ciertos tramos del metraje. Pero en casos como estos, basta con entrenar la mirada. Ya que pese a la universalidad de los temas afrontados, las características nacionales de cada cinematografía suponen siempre una leve barrera para el foráneo.
Aunque parca a nivel visual, la contención formal de Al otro lado de la esperanza sigue una elección tonal muy lograda, brindando un conjunto tan dramático como divertido, necesario socialmente y rico a nivel cultural y costumbrista.
Como en otras obras del finés, la inexpresividad de sus actores y el sórdido cutrerio de sus escenarios puede sacar de la ficción al espectador exigente. La frialdad de estas gentes epatará al espectador ajeno a esta cultura, y su sencilla propuesta visual decepcionará a aquellos cinéfilos que estimen la virguería técnica como requisito imprescindible para una gran película. Y si bien la película no se detiene en cuanto a la acción y el desarrollo argumental, el espectador poco acostumbrado a los ritmos trémulos tendrá problemas para digerir ciertos tramos del metraje. Pero en casos como estos, basta con entrenar la mirada. Ya que pese a la universalidad de los temas afrontados, las características nacionales de cada cinematografía suponen siempre una leve barrera para el foráneo.
Aunque parca a nivel visual, la contención formal de Al otro lado de la esperanza sigue una elección tonal muy lograda, brindando un conjunto tan dramático como divertido, necesario socialmente y rico a nivel cultural y costumbrista.
6 de abril de 2017
6 de abril de 2017
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
El universo reconocible del autor de las excelentes "Nubes pasajeras", "Un hombre sin pasado " y/ó "Le Havre", nos muestra (una vez más), el congelado sentimiento que se intuye entre la sonrisa y la tristeza. Todo bañado en tonos pastel y grisáceos. Esa mezcla de Chaplin y Bresson le siguen haciendo único.Yo sí entro en su mundo.
10 de febrero de 2018
10 de febrero de 2018
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hermosa y profunda, sobria, directa; un trabajo sin artificios, donde se entremezclan, un corrosivo humor con historias desesperadas de triunfadores fracasados. Resulta contradictoria en muchos aspecto, y quizá ahí radica su grandiosidad.
La sencilla narrativa que la envuelve, nos traslada a través de personajes que tienen una historia que contar, y lo hacen de la forma más descarnada y auténtica; aunque, bien es cierto, sin ahondar en vivencias más íntimas; alejándose en todo momento de emociones banales.
Una pequeña, gran película.
Un 7
La sencilla narrativa que la envuelve, nos traslada a través de personajes que tienen una historia que contar, y lo hacen de la forma más descarnada y auténtica; aunque, bien es cierto, sin ahondar en vivencias más íntimas; alejándose en todo momento de emociones banales.
Una pequeña, gran película.
Un 7
6 de abril de 2017
6 de abril de 2017
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La de estas personas se trata de una historia tan actual como necesaria. Contada con enorme habilidad. Sin trampas emocionales ni recursos facilones. No recurre al drama, ni denuncia de forma explícita. Simplemente nos expone una situación que, pese a ser ficticia, podría estar ocurriendo realmente. Con la justa medida de comedia, drama y denuncia para asegurarse de que el mensaje nos cala de la manera más profunda.
Kaurismäki demuestra su buena mano para conseguir provocar el máximo efecto en el espectador, utilizando los mínimos recursos posibles. Huyendo del exceso y llevando la sobriedad por bandera, logra convertir la expresión “menos es más” en una verdad absoluta para su cine.
Este hecho se muestra especialmente en su apartado cómico. La película huye de muecas graciosas, gestos humorísticos o interpretaciones exageradas. Todo son rostros gélidos y miradas impasibles. Provocando un contraste entre la seriedad de la escena y el absurdo de su contenido, ante el que resulta imposible contener la risa.
Pero en medio de toda esta comedia absurda también hay un hueco para momentos más serios. Camuflados entre risas, eso sí, para restarle dramatismo y permitirnos analizar la historia de la forma más objetiva posible. Sin sentimentalismos. Como si Kaurismäki quisiera, ante todo, que cada uno sacase sus propias conclusiones sobre lo que está viendo.
En una época en la que el cine está cada vez más enfocado a las grandes historias, ‘El otro lado de la esperanza’ nos trae una historia sobre lo cotidiano. Sobre el día a día de nuestra sociedad. Tan simple, en apariencia, como humana. Capaz de invitarnos tanto a reír como a reflexionar. En definitiva, una de esas películas diferentes a las demás.
Más en: www.laclaquetametalica.com
Kaurismäki demuestra su buena mano para conseguir provocar el máximo efecto en el espectador, utilizando los mínimos recursos posibles. Huyendo del exceso y llevando la sobriedad por bandera, logra convertir la expresión “menos es más” en una verdad absoluta para su cine.
Este hecho se muestra especialmente en su apartado cómico. La película huye de muecas graciosas, gestos humorísticos o interpretaciones exageradas. Todo son rostros gélidos y miradas impasibles. Provocando un contraste entre la seriedad de la escena y el absurdo de su contenido, ante el que resulta imposible contener la risa.
Pero en medio de toda esta comedia absurda también hay un hueco para momentos más serios. Camuflados entre risas, eso sí, para restarle dramatismo y permitirnos analizar la historia de la forma más objetiva posible. Sin sentimentalismos. Como si Kaurismäki quisiera, ante todo, que cada uno sacase sus propias conclusiones sobre lo que está viendo.
En una época en la que el cine está cada vez más enfocado a las grandes historias, ‘El otro lado de la esperanza’ nos trae una historia sobre lo cotidiano. Sobre el día a día de nuestra sociedad. Tan simple, en apariencia, como humana. Capaz de invitarnos tanto a reír como a reflexionar. En definitiva, una de esas películas diferentes a las demás.
Más en: www.laclaquetametalica.com
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