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The Other Side of Hope

Comedia. Drama Helsinki. El joven Khaled llega oculto en un barco de carga procedente de Siria. Su solicitud de asilo es rechazada, pero decide quedarse de todos modos. Mientras, un gris comercial cincuentón llamado Wikström decide cambiar su vida y abrir un decadente restaurante. Sus caminos se cruzarán cuando una tarde Wikhström se encuentra a Khaled en la puerta de su restaurante y, emocionado, decide ofrecerle techo, comida y trabajo. Pero el ... [+]
Críticas 43
Críticas ordenadas por utilidad
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10
19 de agosto de 2017
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inicialmente no hace falta ninguna clase de preámbulo para disfrutar el cine de Aki Kaurismaki, aunque como seguidor de este director y de haber visto su filmografía completa, siempre me parece mejor opción al menos ver sus últimas producciones. Esto más que nada, para poder contextualizar los sucesos que se presentan, captar la esencia con mayor naturalidad y abrir los sentidos ante la propuesta que el director finlandés tiene para nosotros.

En El Otro Lado de la Esperanza, Kaurismaki repite la temática de la inmigración, presente en su cinta anterior, El Puerto, y la historia de Khaled, con la diferencia que en lugar de situar la acción en Francia, lo hace en su Finlandia natal, entrecruzada con la historia de Wikhstrom, un hombre de 50 años, que decide abandonar a su mujer y cambiar de rumbo laboral, abriendo un restaurante (esto quizás traiga a la memoria otros de sus películas previas, y muy aclamada en su momento, la esperanzadora Nubes Pasajeras) . Como en sus films anteriores, Aki se toma el trabajo de conducir al espectador, de manera pacífica, pero efectiva, a la trama en cuestión. La música siempre presente, una fotografía nítida, imágenes simples y amenas a la vez; un clima perfecto, aunque no apto para gente impaciente.

Khaled es sirio, y por accidente termina llegando a Helsinki, y allí las cosas no les serán fáciles, teniendo que aguardar para ver como progresa su instancia. Su mejor suerte toca al tener de compañero a un hombre en situación similar, y que quizás sea lo más cercano a un amigo que pueda tener. La perspectiva de Khaled es, por lo menos, dolorosa, ya que perdió a gran parte de su familia en una tragedia, sobreviviendo solo él y su hermana, con quien terminaría desencotrándose en el camino, y ahora intenta podes reencontrar. No obstante, esta historia no parece conmover a los encargados de inmigración.

Por otro lado Wikhstrom consigue un restaurante, pero el panorama no es el mejor, sus empleados no dan la mejor de las perspectivas y el lugar en si es poco acogedor. Por el contrario, el nuevo dueño tratará de que ese contexto poco sugestivo, mejore, al menos un poco. En el transcurrir del metraje, Khaled se encuentra con Wikhstrom, quien a diferencia de otros tiene un poco de compasión y le hace un espacio en aquel extravagante lugar.

Entre lo más interesante, se destaca la combinación de humor, generalmente ácido, con un contexto político, pero no por eso la película se torna densa, ni nada por el estilo, siendo sumamente agradable y generando cierta empatía con los personajes que trascienden por el film. Kaurismaki, como viene haciéndolo desde hace ya rato, crea un mundo propio, con fragmentos de realidad, e invita al espectador a ser parte de él, y eso es un motivo más que suficiente para ver esta nueva joya de uno de los directores más destacados del cine de actualidad. Cabe también recordad que el director finlandés ganó el Premio al Mejor Director en la última edición de los Berlinale por esta cinta.
9
9 de abril de 2017
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos llega esta excelente cinta escrita y dirigida por el finlandés Aki Kaurismäki para darnos una irónica y radical visión crítica de la sociedad que se encuentran los que huyen de la miseria y la destrucción esperanzados con las fantasías que les han contado del mundo occidental. Recrea el ambiente mortecino, decepcionado de las sociedades del bienestar que no han encontrado nada detrás del equilibrio social y la autonomía individual. La atmosfera de la película nos lleva necesariamente a esa otra genial obra del sueco Roy Andersson, Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia. El bienestar económico no puede sostener una ética humanitaria. Se hacen necesarios otros alicientes básicos que conduzcan al cuidado y la rectitud para los tiempos de paz ya que si para que nos comportemos humanitariamente es necesario el sufrimiento extremo, vamos aviados. La sociedad de Kaurismäki actúa intuitivamente sin creencias ni referencias morales, sin esperanzas de que otra forma de vida sea posible. Se nos presenta decadente y camino de la extinción. ¿Qué vendrá a sustituirla?
8
16 de abril de 2017
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película del finés Aki Kaurismäki se convirtió en un acontecimiento en el 17º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Sus tres pases (en los multicines Monopol y teatro Pérez Galdós) rozaron el lleno. Es de celebrar que un cine tan alejado de los cauces comerciales concite tanta atención.

"El otro lado de la esperanza", que consiguió el premio a la mejor dirección en la última Berlinale, aglutina algunos de los elementos habituales del cine de Kaurismäki con pequeñas variaciones: el minimalismo, la parquedad de diálogos de sus protagonistas (cuyos silencios son más sintomáticos que cualquier perorata), el cromatismo ocasional de algunas secuencias, el humor soterrado o el interés por los más desfavorecidos.

En esta ocasión centra su mirada en un inmigrante ilegal de Siria que busca asilo político en la gélida Finlandia. Gélida no solo por el frío sino por la distancia con que lo trata el gobierno y un grupo de neonazis. Con "El otro lado de la esperanza", Kaurismäki regresa a las intrigas de restaurante de "Nubes pasajeras" y vuelve a contar como personaje principal con un extranjero en apuros como en su anterior filme, "El Havre". El dramatismo de la historia se compensa con el peculiar sentido del humor de Kaurismäki y por los interludios musicales que jalonan el metraje.

Kaurismäki vuelve a contar con Timo Salminen para la fotografía, colaboración que se remonta a 1981. Salminen es el artífice de esa imagen tan característica del cine de Kaurismäki. También vuelve a contar con Kati Outinen, su actriz fetiche, aunque aquí su papel es secundario, ya que el protagonista es Sherwan Haji, un auténtico desconocido por estos lares.

El mensaje del filme es clarividente: todos somos humanos. Filme que está dedicado a la memoria del malogrado Peter von Bagh (1943-2014), historiador de cine y cineasta. En definitiva, el cine de Aki Kaurismäki es único e inclasificable, pero necesario.
8
12 de abril de 2017
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el cine también se puede experimentar la magia. La película de Aki Kaurismäki es un buen ejemplo. También cabe decir que para disfrutarla plenamente conviene ir con una cierta predisposición juguetona y abierta. Déjese llevar y seguro que todo fluirá.
Estamos ante una historia muy actual, cotidiana y universal a la vez. Khaled es un refugiado Sirio que llega a Finlandia con la necesidad de trabajar. Wikhström un finlandés de unos 50 años que da un giro de 180º a su vida y la rehace abriendo un negocio de restauración. Las líneas vitales de los dos personajes se unirán de forma bien simple y curiosa.
El director con su estilo muy particular que ya admiramos en "Le Havre" consigue su propósito de hacernos reír y reflexionar a la vez utilizando un estilo entre minimalista y naif con escenas fijas que parecen cuadros estáticos, una iluminación bien contrastada con colores vivos, unos diálogos ínfimos y una música auténtica que aparece con un protagonismo notable.
La mezcla de emociones será lo que nos inundará durante toda la proyección. Escenas de humor interpretadas con un seriedad chocante seguidas de momentos mucho más trascendentes con un común denominador esencialista y más necesario que nunca: un humanismo firme fundamentado en una solidaridad infinita abriendo una chispa de esperanza que se ilumina milagrosamente entre circunstancias desoladoras.
No deje pasar esta comedia brillante, diferente, absurda y que esconde dentro de una cobertura de sencillez infantilizada un mensaje cargado de profundas reflexiones, sin ninguna intención moralista, alrededor de la fraternidad humana como elemento primordial para nuestra subsistencia colectiva. (8/10)

http://bit.ly/2p7FJgD
8
8 de abril de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película de Kaurismaki refleja un tiempo en nuestra sociedad. Que el director refleja en Finlandia pero que podría pasar en cualquier país de Europa o del mundo. Kaurismaki consigue infundir piedad y ternura a sus personajes no deja indiferente a nadie. Con momentos de humor refinado y con dotes de genialidad consigue hacer otro excelente film que hará las delicias de los que amamos su cine. Retrata una Europa que existe hoy con una mirada aséptica sin fisura..
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