El último obstáculo es el título elegido para comercializar en España Hannibal Brooks, película ambientada en la Segunda Guerra Mundial dirigida por Michael Winner en 1969.

Se trata de una película modesta, de nivel bajo que no llama especialmente la atención en ningún sentido. Sin ser mediocre, tampoco aporta grandes interpretaciones o algún otro componente de calidad cinematográfica.
Quizá lo más interesante sea lo original de introducir en una historia, en principio bélica, al personaje de la elefanta que acompaña al protagonista, Brooks (Oliver Reed), por tierras alemanas en su afán de huir, como prisionero de guerra británico que es en poder de los alemanes, hacia tierras suizas.

El hecho de intentar "camuflar" a tan insólita compañera de aventuras en medio de los hermosos parajes bávaros tiene su gracia, por muy inverosímil que resulte. Diversas escaramuzas con soldados nazis y la presencia de otros combatientes aliados con los que irá conformando "colaboraciones" dará cuerpo a la huida.

La película resulta entretenida a pesar de todo. Oliver Reed no hace un gran alarde interpretativo pero resulta aceptable. Tampoco se trata de un papel para lucirse. El animalito aportará en varios momentos su ayuda puntual para resolver algunos de los conflictos con los soldados alemanes que les persiguen constantemente.

Una de las escenas que yo recordaba de esta película (la vi sin exagerar hace 30 años por primera vez) es la del teleférico. No se trata de un episodio especialmente significativo pero se me quedó grabado en la memoria.

En resumen, una película de aventuras que se deja ver sin destacar especialmente en calidad. Resultará más interesante para quien disfrute habitualmente de cine bélico con pequeñas pinceladas de comedia.

El film es una especie de comedia entre el género bélico y el esperpento, con todos los tópicos que se quieran añadir de un infinito repertorio de situaciones ridículas.
También es una película pesada, más bien aburrida, pero con el encanto especial de un film sin pretensiones, siendo esta su mayor virtud. En cuánto a los actores, todos siguen el patrón de la bufonada, actuando con una suprema desgana.
Resumiendo: Para rellenar dos horas, sin calenturas de cabeza. No la recomiendo. Un 3.

Película que pertenece al género de perros pero con un voluminoso elefante en lugar de un inteligente can.
No sabemos bien por qué se ambienta en la II Guerra Mundial. Tal vez para emular al general cartaginés Aníbal que también atravesó los Alpes con sus elefantes durante la II Guerra Púnica contra los romanos.
Cine seudobélico con aires de seudocomedia y animal de compañía, que al final no es ni una cosa ni otra.
Una sucesión de situaciones chuscas e inverosímiles con escenas de montañas nevadas tipo postal o anuncio de chocolate suizo como fondo.
Todo tan increíble como la canción infantil del elefante que se columpiaba en la tela de una araña que, como no se caía, fueron a llamar a otro elefante.
Pues, aunque gustará a los fans de los animales de compañía, que llamen a otro para volver a ver la cinta.