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The Love Witch

Fantástico. Romance. Comedia. Terror Una joven bruja está empeñada en encontrar el amor a base de conjuros y pócimas que le permitan seducir a cualquiera. Cuando por fin encuentra al hombre de sus sueños, su deseo se convierte en desesperación, en locura y luego en... Con un estilo visual que homenajea los thrillers en Technicolor de los sesenta, "The Love Witch" explora las fantasías femeninas y las consecuencias del narcisismo exacerbado. (FILMAFFINITY)
Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
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8
17 de marzo de 2017
41 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Es realmente importante satisfacer a un determinado número de espectadores? ¿O quizás sea más valorable tener tu propia visión y plasmarla con amor?
Es un hecho que el cine de explotación es historia del cine. Es un tipo de cines que rompío esquemas y sirve de referencia para el cine actual.
Para quien no esté instruido; El término "explotación" hace referencia a películas de bajo presupuesto, que pretendían tener éxito mediante temáticas rompedoras, más que por su calidad. Abordaban multitud de temáticas. A destacar el cine zombi o los populares slashers.
Actualmente podemos ver muchos títulos que se referencían y mucho del "exploitation". Veáse toda la cultura zombi o como carsploitation la saga a todo gas o Mad Max fury road... E incluso en 2007 tuvimos un multidisciplinar homenaje llamado Grindhouse.
Una de las grandes virtudes de 'The Love Witch' es que no se para en referenciarse en esas películas, sino que puede pasar perfectamente por una más. Si en la ficha pusiera The Love Witch(1970) sería perfectamente creíble. Esta hecha con un mimo y un amor a lo que se hace, que traspasa la pantalla.
En cuanto al género: He leído crónicas donde la destacan como un 'sexploitation' (películas que centran su trama en la desnudez y el erotismo). Y si, estoy deacuerdo en que es se puede entender en ese subgénero, pero no podemos obviar se puede encuadrar como comedia de terror, y tiene retazos de giallo italiano. Aparte del buen tratamiento del mundo de la brujería.
Teniendo todos estos elementos de entrada fue sorpendente encontrar que lo que más me gustó de la cinta fuera las reflexiones que hace y su manera de hacerlas. Dentro de este cóctel erótico-setentero hay un claro mensaje feminista, que fluye a través de unos diálogos muy acertados. Diálogos que te harán sacar una sonrisa, ami por lo menos me la saco.
La verdad que estando el feminismo tan a debate en nuestra sociedad es poco lo que el cine reflexiona sobre ello. Tengo entendido que 20th century woman tiene también un claro mensaje feminista, no la he visto. Pero vamos poco más.
Por último tengo que decir que Samatha Robinson nos da completamente a esa bruja del amor, personaje que yo recordaré por tiempo.
En definitiva The Love Witch es:
Una de las mejores películas feministas del 2016
Uno de los mejores diseños de producción de 2016
Una de las películas hechas con más amor y cariño que he visto.
Posiblemente, la mejor exploitation de este año.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me he reservado el spoiler para resaltar algunos puntos que puedan ser negativos:
-Sobretodo, que quizás se alargue demasiado. Es posible que muchos espectadores no encuentren muchos alicientes en su parte final. Ami no me aburrió, pero creo la peli tiene el corte de peli de hora y media. Dos horas quizás sea demasiado.
-Muchos actores actúan fatal Sí... Pero es algo muy de cine de explotación. Yo creo que todo está pensado para que fuera así. El espectador que no esté habituado a este tipo de películas, pues le chocará más.

Concluyo diciendo que 'The Love Witch' es una completa rareza que no van a encontrar cada vez que vayan al cine. Nada más que por eso deberían verla.
8
1 de octubre de 2017
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Y si algún director español estuviera colgado por las películas de Jacinto Molina alias Paul Naschy e hiciera una intentando imitar en argumento y estética las de aquel? y permítaseme la redundancia ¿Y si además la imitación supera a los originales? Pues bien eso es lo que ha conseguido Anna Biller.
La fijación de Anna B. por un cine sub-cultural de género sexy-policíaco-ocultista, una corriente subterránea en el que apenas se fija el espectador exigente allá por los 60-70 ha sido el elegido por esta directora acaparadora de responsabilidades y que como más directores sigan su ejemplo mandaría al paro a un montón de profesionales de la industria cinematográfica.
Precisamente el apartarse de este cine industrial para realizar un cine artesano en una película que se nota su amor por este sub-género, cuidando todo tipo de detalles, radica la magistral obra que se ha marcado Biller.
Por si eso no fuera poco encontramos un buen argumento, una entretenida historia plasmada con una estética memorable solo hay que ver el vestuario tan apropiado de los personajes responsabilidad directa de la propia directora, un movimiento de cámara adecuado a lo que nos quiere contar y una gran elección de actores, que es otra de las atribuciones de A. Biller.
Es fabuloso como Anna Biller remarca el acento feminista en la fragilidad de los personajes. El papel del hombre en Love Witch es ser un esclavo del amor que nos exige su protagonista y más te vale que le des lo que quiere.
Samantha Robinson ha nacido para interpretar a Elaine, su dicción, sus gestos faciales, su saber moverse ante la cámara todo en ella enhebra con el personaje que representa. Todo un acierto de la directora en su elección, otra atribución que se apunta, y en su dirección.
A seguir muy de cerca la próxima entrega de esta directora. Mientras nos deleitaremos con este ameno sexy-negro altamente recomendable.
5
8 de octubre de 2016
19 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la maratón del primer día del Festival de Sitges, se presentó esta película a concurso que intenta hacer homenaje de las películas de sexploitation de los años 70 copiando su misma estética y hasta la misma forma de grabar en Technicolor (con grano y el formato más estrecho).

La película en sí es una parodia de estas cintas donde Anna Biller (productora, guionista y directora de la obra) ha querido reírse del género y dejar un mensaje feminista (cosa que no he visto en ningún lado de la cinta). Como comedia ligera está muy bien y resulta divertida en ocasiones, pero su larga duración y algunas escenas oníricas mezcladas con indigesta de LSD la hacen un poco pesada en ocasiones. De todas formas es de elogiar estos homenajes que se hacen a un tipo de cine que ya se ha perdido con el paso de los años.

La cinta está protagonizada por la desconocida Samantha Robinson que hace de bruja sanguinaria cazahombres de manera correcta, lo que se puede esperar de este tipo de producciones. El resto del elenco también es bastante anónimo y van desde lo sobreactuado, a lo cutre y ridículo. La música de la cinta intenta también copiar las producciones de los 70 de manera muy fiel a lo que eran en la época.

The Love Witch es un frikada que intenta solo homenajear en clave de comedia exagerada a las cintas de los 70. Hubiese sido perfecta con una duración menor. Se deja ver.
6
8 de febrero de 2017
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunas películas de los 40, 50 y 60... realmente respiran sabor de los 40, 50 o 60.
Parece una obviedad así dicha, pero los colores vibrantes, las luces directas o las actuaciones afectadas, hoy en día, forman una especie de crisálida temporal sobre los largometrajes de aquellas épocas, que solo liberan sus encantos cuando a algún arqueólogo cinematográfico le da por desenterrar alguna de ellas.
Nadie sabe cómo lograron ese aspecto, o cómo se pudo llegar a esfumar en el cine venidero, pero han quedado como magníficos "accidentes" de estética, fruto de un momento en que la realidad del otro lado de la pantalla aún debía buscar su lenguaje (¿quizá hemos perdido la cualidad de abstracción del cine al tratar de acercarlo a lo que vemos cada día?).

Es por eso que 'The Love Witch', en sus primeros minutos, parecería un insospechado milagro.
Jamás se me habría ocurrido pensar que esta película ha sido rodada en la segunda década del S. XXI.
Diría que sus actores son intérpretes olvidados que vivieron su carrera hace tiempo.
E, incluso, sería capaz de notar el cartón piedra de los decorados, los focos del plató, el empeño de la directora en enriquecer artísticamente lo que está contando, mientras el típico productor le pide que haga lo que quiera, mientras las actrices salgan desnudas todo lo posible.
Así de increíble es la magia que despliega esta historia, llegando a confundir la época en la que la estás viendo.

Sin embargo, el encanto se agota (qué duda cabe) y habría que ver hasta qué punto el homenaje acaba matando, o al menos empañando, la curiosa historia que cuenta.
Elaine es una mujer en busca de amor, o más bien, una bruja en busca de amor. Sus encuentros con los hombres suelen ser chispazos fugaces de pasión, que acaban pronto perdiendo la gracia, cuando se da cuenta de que sus sucesivos ideales masculinos no son capaces de satisfacer sus necesidades.
Pero sigue buscando, no importa las decepciones o los inocentes abandonos, porque en su interior ella guarda el deseo de enamorarse de verdad, de una manera tan estúpidamente pura que casi asusta, y así se lo hace saber a su reciente amiga Trish, la cual se escandaliza ante una mujer viviendo su vida de verdad (y de paso, nos recalca lo inútil de vivir algo a medias).

El problema es que esa misma pureza suya no existe en ninguna de sus conquistas.
Los hombres quieren divertirse, es cierto, y enseguida se sienten atraídos por un cuerpo bonito o una mirada color azul que destruye sus morales civilizadas, pero de la misma manera que Elaine rompe esa barrera superficial también acaba por romper su vacío corazón: esos machotes cegados por el sexo no pueden contener las lágrimas, cuando la bruja se entrega a ellos en un éxtasis de color y pasión que nunca han podido experimentar con nadie.
¿Será quizás porque Elaine es la única persona que se permite amar de verdad, entre romances cada vez más fugaces, menos centrados en lo personal, más frívolos?
Bajo su delicioso disfraz de "sexploitation" brujeril, 'The Love Witch' se permite teorizar sobre el amor verdadero, y quizá dice más al respecto de lo que aparenta.
(Es lo que tienen las bromas sostenidas, que solo lo son hasta que quién la cuenta elige contar la verdad con ellas)

El problema vendrá cuando la bruja se vea, por fin, capaz de amar, ni siquiera necesitando una noche de sexo por delante, y entonces la misma debilidad que veía ella en los hombres se hace tristemente evidente al mirar a nuevo amado: se trata de algo indefinido, que nos espanta cuando aparece, y de alguna manera nos recuerda lo poco bonito del amor, cuando uno de los enamorados es consciente del poder que tiene sobre el otro.
Es en el fondo triste ver a la nueva pareja, engalanados y casi casados en un ritual medieval, jugando y riendo, mientras en su mente aparecen los desvelos de un noviazgo que no va a durar: el encanto se apaga, la belleza se esfuma, y las personas de encanto ilimitado están demasiado rotas como para tener un cuerpo bonito que haga realidad nuestras ideales fantasías.
Pobre Trish, un buen ejemplo de esa clase de personas, dolida y eternamente consciente de la inferioridad respecto a su marido, que apenas es capaz de experimentar el poder de Elaine cuando se prueba su maquillaje y complementos, convirtiéndose en una burda parodia la mujer que no podrá ser jamás. Aunque quizá sea ella la afortunada que ha vivido el "amor más verdadero": el que dura, y parece dormir, mientras no haya calurosas bombas de sensaciones como Elaine que lo despierten agitadamente.

Sería inútil pensar en 'The Love Witch' como en algo más que una cara chuchería.
Pero entre sus luces rojas y seductoras formas se encuentra el triste relato de la bruja que no podía amar, aunque ella misma no se diera cuenta de eso.
Vale la pena que te lo cuenten, si es con sabor a siglo pasado.
9
11 de mayo de 2018
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una joven bruja (Robinson) está obsesionada con encontrar el amor a base de conjuros y pócimas para lo cual no habrá nada que se le ponga por delante... Inesperada recuperación/resurrección del cine de serie B de los 60 y 70, en el subgénero de sexploitation y el fantaterror que cuaja en una obra apasionante, elaboradísima a todos los niveles desde el primer fotograma de los títulos de crédito (parece una película en technicolor de finales de los 60, principios de los 7), desde la puesta en escena hasta la música, pasando por el vestuario, fotografía o dirección artística.
Con la magnética e irresistible Samantha Robinson (hay que verla en versión original) embaucando en cada imagen, la talentosa Biller orquesta una obra maestra que, por no predecible en semejante contexto de la producción cinematográfica, repleta de refritos, archisecuelas y ovillos estúpidos de tramas mil veces vistas, aporta toneladas de estimulante originalidad, haciendo de ella uno de los títulos más relevantes del cine en los últimos 20 años. Toma la brujería como un asunto serio, como principio y fin en sí mismo, y Robinson, letal, cándida y mortífera, acaba con ese amor que persigue asesinándolo en excitantes sesiones previas de plácido erotismo y sexo. Toma lo femenino como valor poderoso por su sensualidad, encanto y seducción y, en fin, Anna Biller deja en cueros a Tarantino y se postula como un talento más único, menos barroco y engreído que éste, en su ventosa de influencias (serie B, el pulp, cine de los 60 y 70) para resucitar y abrochar en su tela de araña a todo espectador minímamente predispuesto. Una película realmente imprescindible por múltiples motivos. Un clásico desde ya.
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