Anna Biller conocida por dirigir «Viva» o «A visit from the incubus» se pone tras las cámaras para dirigir «La bruja del amor», una película sobre una chica que es bruja y que busca desesperadamente, y por todos los medios, a quien amar sin importarle en absoluto las consecuencias de sus hechizos. Entre los protagonistas tenemos a Samantha Robinson conocida por «Conducta inmoral» o «Labyrinths» que interpreta a Elaine la bruja y a Gian Keys conocido por «Fuckin' actors» o «The unseen» que interpreta a Griff, el detective de policía del que también «se enamora» nuestra protagonista.

Se trata de una película más bien dramática con algún toque de terror pero siempre tomándose un poco a coña. A mí me ha parecido muy larga para todo lo que cuenta pero no por ello aburrida. Algo a destacar, no sé si bueno o malo, es que está filmada o retocada para que parezca una película como de los sesenta o setenta, con mucha saturación de color y de estos hay mucho durante toda la película, quiero decir que la película en sí es bastante colorida.

Los actores están bien ya que parecen también actores de la época, no desentonan con el vestuario y su forma de actuar.

Tiene un metascore de ochenta y dos lo que indica que casi todos los críticos la han alabado destacando de ella su estética y su mensaje feminista pero visto como algo negativo. Su tomatá es de noventa y cinco con etiqueta de fresca de la editorial y los críticos opinan que «ofrece un absorbente homenaje visual a una era pasada al servicio de una provocadora reflexión de la guerra de los sexos». Yo la verdad es que no entiendo a qué viene tanto revuelo ya que la película tampoco es gran cosa si le quitas la estética, como ya digo es muy larga al punto de casi ser aburrida.

Si te interesa puedes ver mi lista de Halloween 2017, películas que he visto en Halloween desde el día 23 hasta el 31 de octubre de más a menos reciente.

Llamativa, peculiar, elegante, ingeniosa, polémica, divertida, cuidada, sutil, pasajera, desenfadada, inquietante, rompedora, irregular, evocadora, sugerente, excitante, reiterativa, clara, directa, incómoda y arriesgada producción de suspense y terror con humor que desarrolla la historia de una mujer que busca el amor verdadero con elementos de brujería.
La directora, crea y desarrolla un producto muy estético y visual que recuerda y homenajea en cierta manera el cine de los años 70. Tiempo en el que había espacio para el amor libre, la liberación de la mujer y tiempo para creencias en el demonio y las brujas.
En la película he apreciado guiños y homenajes a diversas películas de otro tiempo.
La historia que la directora pretende desarrollar no queda muy clara y no llega a definirse en las ideas que intenta exponer, haciendo que todo quede como un atrevido experimento visual plagado de homenajes y referencias,
Durante su visionado he llegado a apreciar guiños y referencias al cine de Quentin Tarantino, para posteriormente llegar a encontrar cosas de Ingmar Bergman, Roman Polanski e incluso de la serie de televisión Embrujada.
The Love Witch, queda como un producto muy visual plagado de referencias y homenajes que no me ha llegado a hechizar por completo. Los brebajes y pócimas pueden estar bien hechos, pero el efecto no ha resultado tan mágico como esperaba.

Lo que hace aquí la joven directora Anna Biller es digno de elogio porque la chica lo hace prácticamente todo en esta película, menos actuar y poner la música. Ella se encarga de dirigir, escribir el guión, producir, decorar y poner la ropa a los protagonistas de esta obra difícil de clasificar, sentido y claro homenaje de lo que era el cine de la Hammer de los años 70, ese cine hortera, de colorido exagerado, de pobres interpretaciones y de erotismo femenino a rebosar. Aquí en España quizás podríamos hacer referencia al cine de Narciso Ibáñez Serrador y su hijo Chicho como exponente más claro para mí de este tipo de cine.

Es digno de elogiar, como decía, lo que la directora hace aquí con la fotografía y el ambiente de sus historia, con la música y con esos impresionantes vestidos que le hace poner a su protagonista absoluta, la neoyorquina de padres panameños e ingleses, Samantha Robinson, que está que se sale y que es uno de los principales motivos de que no le ponga menos nota a esta película. Ella es el alma de la cinta con su personaje de Elaine, una bruja que busca desesperadamente y a costa de lo que sea, enamorar a un hombre de manera que éste sea capaz de amarla tanto como ella a él. El resto de actores están de pena.
Un saludo,
"Tengo dos palabras: Amor perfecto y confianza perfecta".

Esta película demuestra que una directora puede fracasar en una película, VIVA (MUERTA debiera llamarse por lo estúpida), y logra una película buena, para nuestros tiempos. Biller es una chica inteligente y encantadora, probablemente más culta e inteligente que yo en muchos sentidos. Me encantó su película, me gustó su idea, como desarrolló la película, aunque puede parecer un tanto pesada en su insistencia de imitar el estilo setentero, tal vez podría trabajar un poco mejor eso en próximos proyectos. Ella ha evolucionado muchísimo en su arte. Hasta tal punto que parece que VIVA fue su RESERVOIR DOGS, sólo un ejercicio. La chica tiene futuro, además que está casada con un gran escritor y ambos se apoyan mutuamente. Estoy seguro que ella tiene para más, mucho más. Lo que más me gusta de la película es como se adentró a la brujería y al satanismo y logró mágicamente combinar el estilo medieval con el cine sexplotaition. Es una chica muy inteligente y visualmente tiene mucho talento. Me cae muy bien. Pero tal vez le falta corregir algunas cosas, aunque no sé exactamente qué.

Llevo dos semanas leyendo críticas monstruosamente complacientes con The Love Witch. Incuso en Dirigido, una referencia para mí, Antonio José Navarro se deshace en elogios sobre esta presunta obra rompedora. A veces, tengo la impresión de no haber visto la película sobre la que había leído tantas maravillas, de haberme equivocado de título, incluso de cine. Eso me pasó durante el visionado de esta bruja del amor, con sus decorados vintage, su look de película porno de los 70 combinado con el de las pelis de Doris Day y Rock Hudson de los 60, el maquillaje excesivo de Samantha Robinson, las escenas de ritos brujeriles que provocan arcadas (por culpa de las carcajadas), el zafio mensaje pseudofeminista que Anna Biller, en funciones de directora, productora, guionista, compositora y montadora nos endilga con una frescura despampanante. Sé muy bien, Anna, que casi todos los hombres son/somos unos impresentables, incluso los que nos creemos feministas, y que la pobre Elaine lo pasa fatal porque ninguno se le entrega como ella exige y ha de acabar liquidándolos para proseguir con su búsqueda desesperada. Claro que la colección de tarugos que reúne esta chica es de manual, con lo cual deberíamos pedirle que elija mejor la próxima vez, a menos que el mensaje inequívoco sea: todos los tíos son unos zopencos y no hay salvación. La desdichada Elaine tendrá que continuar amando y matando por los siglos de los siglos. Si, como ya he comentado, las escenas de rituales son grotescas, imagino que a propósito, la de la obra de teatro improvisada desborda todos los límites.
Es posible que sea un pobre bruto zafio y mostrenco, incapaz de comprender las trascendentales profundidades de The Love Witch. Pido perdón por ello. O quizá sólo sea un cinéfilo harto de que le tomen el pelo una semana sí y otra también. Vosotros diréis.