Profesor en Groenlandia
Drama. Aventuras
Anders, un profesor recién licenciado, decide dejar su Dinamarca natal en busca de una aventura laboral en Groenlandia. Al llegar allí se siente extraño y alejado de sus habitantes, al ser una comunidad muy cerrada. Gracias a una serie de curiosas circunstancias, Anders cuestionará sus convicciones centroeuropeas y aceptará su nuevo estilo de vida polar.
2 de abril de 2019
2 de abril de 2019
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Groenlandia tiene una situación extraña dentro de la Unión Europea; constituye una región autónoma perteneciente a Dinamarca que en la práctica es considerada más bien como una provincia de ultramar o una colonia. Sus habitantes disponen para ellos de la mayor parte del territorio de la isla, a diferencia de los nativos norteamericanos o los aborígenes australianos, pero su situación guarda similitudes con estos últimos: un pueblo gobernado por una administración ajena al mismo que solo lo ve como una carga lejana y que se limita a subvencionarlo para que no de problemas, consiguiendo la paz social a cambio de mantener a buena parte de la población en el desempleo y el alcoholismo.
Esta realidad se aprecia solo de manera más bien tangencial en esta película semidocumental centrada en las peripecias reales de un maestro danés destinado voluntariamente en una pequeña aldea del círculo polar cubierta por la nieve durante todo el invierno. Cuando elige destino, la funcionaria que le asesora le recomienda escoger la capital, Nuuk, por guardar cierto parecido con la vida en Dinamarca y amortiguar de esta manera el choque cultural, y le da un segundo y chocante consejo: no aprender el groenlandés puesto que, según ella, no tendrá ninguna utilidad para el joven ni tampoco para los niños de la localidad, mostrando el desprecio de la administración danesa por los habitantes y la cultura de la zona y rompiendo también el mito que por aquí tenemos del sistema educativo de estos países, en los que por lo visto no tienen reparos en enviar a una escuela rural de niños en evidente riesgo de exclusión social a un novato sin experiencia, sin conocimiento de la realidad de su alumnado, ni siquiera de su idioma, y sin un proyecto educativo adecuado.
La película, no obstante, está dirigida por un francés que, tal vez por su conocimiento insuficiente de la misma, no tiene intención de criticar la situación de Groenlandia ni tampoco de adentrarse en la psicología del maestro, que solo al final de la película explica, y de manera parcial, por qué ha tomado esta decisión. La historia es llevada por derroteros más convencionales y menos complicados: enseñarnos hermosos paisajes nevados, auroras boreales, casitas de madera de distintos colores y técnicas para conducir un trineo de perros, además de contarnos una historia previsible de desencuentro inicial entre el maestro y sus alumnos que irá mutando en un acercamiento del foráneo a la cultura local, siempre dentro de parámetros políticamente correctos. El clímax de la historia lo constituye la integración del joven en una batida de caza, el medio de vida tradicional y único conocido en la Groenlandia profunda, en la que no vemos la muerte de ningún animal que pudiera herir la sensibilidad animalista del espectador europeo urbanita, al que el film mantiene continuamente en una mirada de turista superficial, amable y cómoda.
Profesor en Groenlandia constituye por lo tanto un capítulo ampliado de Daneses por el mundo, de visión agradable, entretenida y buenrollista, con lo cual, hay que reconocerlo, cumple con lo prometido de manera eficaz y solvente. Quien busque conocer algo más en profundidad la cultura groenlandesa o quien quiera ver una película sobre los retos que supone la docencia a niños de minorías étnicas sin motivación para aprender tendrá que buscar en otro lugar.
https://cines.com/criticas/critica-de-profesor-en-groenlandia/
Esta realidad se aprecia solo de manera más bien tangencial en esta película semidocumental centrada en las peripecias reales de un maestro danés destinado voluntariamente en una pequeña aldea del círculo polar cubierta por la nieve durante todo el invierno. Cuando elige destino, la funcionaria que le asesora le recomienda escoger la capital, Nuuk, por guardar cierto parecido con la vida en Dinamarca y amortiguar de esta manera el choque cultural, y le da un segundo y chocante consejo: no aprender el groenlandés puesto que, según ella, no tendrá ninguna utilidad para el joven ni tampoco para los niños de la localidad, mostrando el desprecio de la administración danesa por los habitantes y la cultura de la zona y rompiendo también el mito que por aquí tenemos del sistema educativo de estos países, en los que por lo visto no tienen reparos en enviar a una escuela rural de niños en evidente riesgo de exclusión social a un novato sin experiencia, sin conocimiento de la realidad de su alumnado, ni siquiera de su idioma, y sin un proyecto educativo adecuado.
La película, no obstante, está dirigida por un francés que, tal vez por su conocimiento insuficiente de la misma, no tiene intención de criticar la situación de Groenlandia ni tampoco de adentrarse en la psicología del maestro, que solo al final de la película explica, y de manera parcial, por qué ha tomado esta decisión. La historia es llevada por derroteros más convencionales y menos complicados: enseñarnos hermosos paisajes nevados, auroras boreales, casitas de madera de distintos colores y técnicas para conducir un trineo de perros, además de contarnos una historia previsible de desencuentro inicial entre el maestro y sus alumnos que irá mutando en un acercamiento del foráneo a la cultura local, siempre dentro de parámetros políticamente correctos. El clímax de la historia lo constituye la integración del joven en una batida de caza, el medio de vida tradicional y único conocido en la Groenlandia profunda, en la que no vemos la muerte de ningún animal que pudiera herir la sensibilidad animalista del espectador europeo urbanita, al que el film mantiene continuamente en una mirada de turista superficial, amable y cómoda.
Profesor en Groenlandia constituye por lo tanto un capítulo ampliado de Daneses por el mundo, de visión agradable, entretenida y buenrollista, con lo cual, hay que reconocerlo, cumple con lo prometido de manera eficaz y solvente. Quien busque conocer algo más en profundidad la cultura groenlandesa o quien quiera ver una película sobre los retos que supone la docencia a niños de minorías étnicas sin motivación para aprender tendrá que buscar en otro lugar.
https://cines.com/criticas/critica-de-profesor-en-groenlandia/
27 de febrero de 2019
27 de febrero de 2019
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
A medio camino entre el documental y el largometraje de ficción esta película de nacionalidad francesa nos cuenta la historia de Anders que eligió la docencia antes de hacerse cargo de la granja familiar en su Dinamarca natal. Para ello decide romper con todo e irse lo más lejos posible a Tiniteqilaaq, un pequeño pueblo Inuit de 80 habitantes en Groenlandia.
Todo un gran cambio de escenario donde empieza a impartir clases a los pequeños que hablan groenlandes (Kalaallisut) y poco danés. (recordar que Groenlandia pertenece al reino de Dinamarca). Pero no es bien recibido y comienza a tener problemas de integración, también la vida dura comienza a lastrar mucho su moral.
El choque de culturas está muy presente en la película, ayudando mucho en la narrativa las costumbres de los Inuit y su forma de cazar en aquellos majestuosos paisajes, muy bien fotografiados en el film.
La película se basa en gran medida en la realidad, en la que los protagonistas desempeñan su propio papel en la vida. Y con un guión bastante simple consigue con las imágenes un nivel excelente de documental. El director Samuel Collardey muestra mucho interés en su filmografía hacia las comunidades aisladas en contacto con la naturaleza, y en esta desde luego lo deja claro.
Entretenida y bien filmada con un resultado bastante interesante.
Destino Arrakis.com
Todo un gran cambio de escenario donde empieza a impartir clases a los pequeños que hablan groenlandes (Kalaallisut) y poco danés. (recordar que Groenlandia pertenece al reino de Dinamarca). Pero no es bien recibido y comienza a tener problemas de integración, también la vida dura comienza a lastrar mucho su moral.
El choque de culturas está muy presente en la película, ayudando mucho en la narrativa las costumbres de los Inuit y su forma de cazar en aquellos majestuosos paisajes, muy bien fotografiados en el film.
La película se basa en gran medida en la realidad, en la que los protagonistas desempeñan su propio papel en la vida. Y con un guión bastante simple consigue con las imágenes un nivel excelente de documental. El director Samuel Collardey muestra mucho interés en su filmografía hacia las comunidades aisladas en contacto con la naturaleza, y en esta desde luego lo deja claro.
Entretenida y bien filmada con un resultado bastante interesante.
Destino Arrakis.com
1 de marzo de 2019
1 de marzo de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Eres de los que alguna vez ha pensado en visitar Groenlandia para descubrir cómo debe ser la vida entre tanto hielo y deleitarse de esos extraordinarios paisajes? Hoy se estrena en el cine 'Profesor en Groenlandia' (Une année polaire, Samuel Collandey, 2018), una película que te da la oportunidad de conocer la convivencia de un europeo con los nativos del país, descubrir su cultura y disfrutar de sus paisajes helados en una historia con toques de documental sobre un joven que tras licenciarse en magisterio acepta un trabajo en Groenlandia como profesor de niños.
Basada en hechos reales, Anders Hvidegaard elige un pequeño pueblo de ochenta habitantes en Groenlandia llamado Tiniteqilaaq para adentrarse en un territorio desconocido en el que se enfrentará a una población más introvertida y cerrada de la que está acostumbrado, que no le ofrece el recibimiento que él esperaba y cuya cultura le fascinará de tal manera que aprenderá su propio idioma. La vida de uno de los niños y su relación paternal con el profesor serán dos de los temas principales que utiliza 'Profesor en Groenlandia' para dar a conocer las costumbres y formas de vida de los groenlandeses.
Aunque la película tiene un montaje mejorable y un desarrollo de la historia un tanto lejano y frío con el espectador (y no sólo por el país en el que se desarrolla); los paisajes llenos de nieve, la aurora boreal o el inmenso mar rodeado de montañas que vemos en la película son razones suficientes para disfrutar de 'Profesor en Groenlandia'.
Reseña que podéis leer en www.noisy.es.
Basada en hechos reales, Anders Hvidegaard elige un pequeño pueblo de ochenta habitantes en Groenlandia llamado Tiniteqilaaq para adentrarse en un territorio desconocido en el que se enfrentará a una población más introvertida y cerrada de la que está acostumbrado, que no le ofrece el recibimiento que él esperaba y cuya cultura le fascinará de tal manera que aprenderá su propio idioma. La vida de uno de los niños y su relación paternal con el profesor serán dos de los temas principales que utiliza 'Profesor en Groenlandia' para dar a conocer las costumbres y formas de vida de los groenlandeses.
Aunque la película tiene un montaje mejorable y un desarrollo de la historia un tanto lejano y frío con el espectador (y no sólo por el país en el que se desarrolla); los paisajes llenos de nieve, la aurora boreal o el inmenso mar rodeado de montañas que vemos en la película son razones suficientes para disfrutar de 'Profesor en Groenlandia'.
Reseña que podéis leer en www.noisy.es.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Gracias a este largometraje descubrimos que en Groenlandia la mayoría de los niños no son criados por sus padres, los problemas de desempleo y alcoholismo suelen ser frecuentes, los habitantes cazan focas y se alimentan de ellas y en resumen, la población groenlandesa lleva una vida rutinaria distinta de la que conocemos en Europa pero al fin y al cabo, una vida corriente repleta de costumbres adquiridas.
6 de marzo de 2019
6 de marzo de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una película simple pero entretenida. A través de las vivencias de un profesor de primaria danés trasladado a Groenlandia se muestra las tradiciones de este lugar como, por ejemplo, cómo se aborda muerte. Aparte del buen papel que realiza el actor que encarna al profesor cabe destacar la actuación del niño de ocho años que le enseña el modo de vida que llevan en Groenlandia.
En general es una película correcta, con un guión aceptable donde los puntos fuertes se encuentran en la localización (paisajes hermosos), la fotografía y la música.
En general es una película correcta, con un guión aceptable donde los puntos fuertes se encuentran en la localización (paisajes hermosos), la fotografía y la música.
6 de marzo de 2019
6 de marzo de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Samuel Collardey es un director y cineasta de televisión francés conocido por su trabajo en el género Docufiction. En general es uno de esos directores poco conocido para el gran público, pero que ha desarrollando películas muy interesantes y reconocidas por la crítica en los festivales más prestigiosos del mundo. Este es su cuarto largometraje y entre sus anteriores trabajos podemos destacar “Tempête” y “Como un León”.
En esta ocasión Collardey da un paso adelante en la construcción de pequeñas historias con grandes personajes y nos presenta un relato bastante intimista sobre la llegada de un profesor recién licenciado llamado Anders, que deja su Dinamarca natal en busca de una aventura laboral en Groelandia. Una vez que llega a un pueblo perdido entre la nieve, empezarán las dificultades para adaptarse a su nueva vida. Se irán dando una serie de curiosas circunstancias y Anders cuestionará sus costumbres centroeuropeas y aceptará su nuevo estilo de vida polar.
La película mezcla ficción con pequeñas dosis de documental y nos muestra el día a día de la vida de estas personas en sus pueblos, destaca la fotografía y los espectaculares parajes naturales que sirven como escenario para todo el metraje. Todo lo que nos presenta esta narrado con una delicadeza y emotividad. Aunque tiene escenas muy interesantes, como las escenas de pesca, los paseos en trineo y las vivencias de los propios habitantes, la cinta peca de un argumento pobre y le falta esa chispa para enganchar al espectador, aún así es una película recomendable e interesante de ver.
Lo mejor: La fotografía y los espectaculares parajes
Lo peor: El argumento y el guion
En esta ocasión Collardey da un paso adelante en la construcción de pequeñas historias con grandes personajes y nos presenta un relato bastante intimista sobre la llegada de un profesor recién licenciado llamado Anders, que deja su Dinamarca natal en busca de una aventura laboral en Groelandia. Una vez que llega a un pueblo perdido entre la nieve, empezarán las dificultades para adaptarse a su nueva vida. Se irán dando una serie de curiosas circunstancias y Anders cuestionará sus costumbres centroeuropeas y aceptará su nuevo estilo de vida polar.
La película mezcla ficción con pequeñas dosis de documental y nos muestra el día a día de la vida de estas personas en sus pueblos, destaca la fotografía y los espectaculares parajes naturales que sirven como escenario para todo el metraje. Todo lo que nos presenta esta narrado con una delicadeza y emotividad. Aunque tiene escenas muy interesantes, como las escenas de pesca, los paseos en trineo y las vivencias de los propios habitantes, la cinta peca de un argumento pobre y le falta esa chispa para enganchar al espectador, aún así es una película recomendable e interesante de ver.
Lo mejor: La fotografía y los espectaculares parajes
Lo peor: El argumento y el guion
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