Lo imposible
2012 

6.8
74,619
Drama
Diciembre del año 2004. María (Naomi Watts), Henry (Ewan McGregor) y sus tres hijos pequeños vuelan desde Japón a Tailandia para pasar las vacaciones de Navidad en la playa. Una mañana, mientras se encuentran todos en la piscina del complejo a orillas del mar, un tremendo tsunami destroza el hotel y gran parte de la costa del sudeste asiático. Este desastre cambió para siempre la vida de millones de personas. Esta es sólo la historia de una familia. (FILMAFFINITY) [+]
7 de octubre de 2012
7 de octubre de 2012
603 de 811 usuarios han encontrado esta crítica útil
No quiero parecer frío ni incrédulo, pero no me creo "Lo imposible". No porque lo que suceda no pueda haber tenido lugar sino porque tal cual está montada la película parece... eso, un montaje, un anuncio de colonias con un tratamiento de la imagen tan pulcro que se convierte en irreal. Infectada con el 'espíritu Spielberg' en un sentido global, copiando elementos estilísticos (eternos planos a contraluz, con atardeceres/amaneceres, primeros planos con gente abriendo bocas, giros de cámara con música machacona intentando conducir las emociones) y otros narrativos, como el énfasis en la unidad familiar o la personalidad de los personajes, siendo algunos de ellos una idealización total de un concepto (la madre, María, que es prácticamente una santa ayudando al prójimo), "Lo imposible" es un gran artefacto cinematográfico a nivel formal pero a mi, personalmente, no me llega.
Y no lo hace porque es demasiado 'perfecta', calculada, dirigida (emocionalmente) hacia puntos tan concretos que no hay posibilidad de meterse en la narración. Decir que es previsible sería innecesario teniendo en cuenta que ya en el propio cartel de la película te cuentan el final, pero es que los pequeños conflictos que van sucediéndoles a los protagonistas son tan fáciles de predecir que la intriga se diluye. ¿De qué sirve un drama de supervivencia si conoces de antemano el destino de quienes están involucrados? No le exijo que sea ingeniosa o que de giros, sólo que sea capaz de mantener la intriga. No ayuda tampoco a que la película sea creíble que los dos protagonistas sean Watts/McGregor ni que sus niños sean tan extremadamente fotogénicos. Como digo, todo está idealizado al máximo, es un festival de primeros planos de ojos azules intensos, secuencias humanas forzadísimas (atentos a la parte del teléfono móvil, lo de Daniel o la subtrama del padre sueco) y un uso de la luz que intenta engrandecer más las cosas añadiendo capas de magnificencia a una película perfectamente facturada por y para emocionar al público. Si se ve y falla en eso, poco más queda.
Juan Antonio Bayona ha hecho una película estimable que gustará al público general hambriento de sensaciones fuertes, eso es indudable. Pero si no llega... no llega. A mi me ha parecido fría, y eso que fuerza continuamente la emoción, pero quizá a costa de insistir termina por resentirse. Mucho mejor eso sí que porno-dramas como "Camino" o "Precious". Ah, bueno, eso sí: si esta película es española yo soy checo. Actor escocés, actriz australiana, hecha con dinero americano y contando la historia de un tsunami asiático. Que sí, que le pasó a una familia española... por cierto, googlead sus nombres. Nada que ver con la fotogenia de Watts (buen papel cuando le dejan), McGregor, Holland y el resto de niños de anuncio de champú. Una película "muy americana" en todo el sentido del término.
Y no lo hace porque es demasiado 'perfecta', calculada, dirigida (emocionalmente) hacia puntos tan concretos que no hay posibilidad de meterse en la narración. Decir que es previsible sería innecesario teniendo en cuenta que ya en el propio cartel de la película te cuentan el final, pero es que los pequeños conflictos que van sucediéndoles a los protagonistas son tan fáciles de predecir que la intriga se diluye. ¿De qué sirve un drama de supervivencia si conoces de antemano el destino de quienes están involucrados? No le exijo que sea ingeniosa o que de giros, sólo que sea capaz de mantener la intriga. No ayuda tampoco a que la película sea creíble que los dos protagonistas sean Watts/McGregor ni que sus niños sean tan extremadamente fotogénicos. Como digo, todo está idealizado al máximo, es un festival de primeros planos de ojos azules intensos, secuencias humanas forzadísimas (atentos a la parte del teléfono móvil, lo de Daniel o la subtrama del padre sueco) y un uso de la luz que intenta engrandecer más las cosas añadiendo capas de magnificencia a una película perfectamente facturada por y para emocionar al público. Si se ve y falla en eso, poco más queda.
Juan Antonio Bayona ha hecho una película estimable que gustará al público general hambriento de sensaciones fuertes, eso es indudable. Pero si no llega... no llega. A mi me ha parecido fría, y eso que fuerza continuamente la emoción, pero quizá a costa de insistir termina por resentirse. Mucho mejor eso sí que porno-dramas como "Camino" o "Precious". Ah, bueno, eso sí: si esta película es española yo soy checo. Actor escocés, actriz australiana, hecha con dinero americano y contando la historia de un tsunami asiático. Que sí, que le pasó a una familia española... por cierto, googlead sus nombres. Nada que ver con la fotogenia de Watts (buen papel cuando le dejan), McGregor, Holland y el resto de niños de anuncio de champú. Una película "muy americana" en todo el sentido del término.
16 de octubre de 2012
16 de octubre de 2012
271 de 394 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el "Amigo Félix" de Enrique y Ana no se veía nada parecido: gente llorando por los pasillos, señoras desmayadas en el anfiteatro, palomitas desinfladas, el Samur en la puerta de los cines... El drama de la década. Un espectáculo dentro y fuera de la sala.
¿Los méritos? Según el color del cristal. En mi opinión se demuestra con la peli que echamos cada día menos a volar la imaginación, porque cuando se relató esto mismo en los informativos, a las familias no nos daba el yuyu en el salón, es más: seguíamos cenando tranquilamente y simplemente exclamábamos con la boca llena: "qué fuerte"
¿Qué esperábamos ver? ¿Qué pensábamos qué ocurrió? O mejor dicho, ¿ no esperábamos algo peor? Porque, a fin de cuentas,
¿Los méritos? Según el color del cristal. En mi opinión se demuestra con la peli que echamos cada día menos a volar la imaginación, porque cuando se relató esto mismo en los informativos, a las familias no nos daba el yuyu en el salón, es más: seguíamos cenando tranquilamente y simplemente exclamábamos con la boca llena: "qué fuerte"
¿Qué esperábamos ver? ¿Qué pensábamos qué ocurrió? O mejor dicho, ¿ no esperábamos algo peor? Porque, a fin de cuentas,
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
una pierna rota y unos vómitos de sangre no parecen gran cosa frente al drama físico que aconteció. Y en cuanto al drama psicológico, podría esperarse algo más (porque menos es, esto sí, imposible)
Hacer llorar a la peña con un padre abrazando a sus churembeles no merece tampoco el Premio Internacional a la Dificultad, aunque cierto es que viene precedido de un ligero suspense bastante conseguido.
Total, que el objetico se cumple con creces y la gente vuelve a la inocencia de los espectadores primeros años del siglo XIX: en una escena con el padre buscando a un hijo en primer plano y el hijo al fondo, la peña gritaba como los niños con un guiñol, "¡está allí, está allí!"
Pero, seamos sinceros, la música es lamentablemente tramposa y el abuso de primeros planos para dramatizar, peor aún, por no hablar de los secundarios hinchados de solidaridad y valentía ante la tragedia... ¿es el ser humano bueno y valiente, para nuestro concepto de bien vs. mal, miedo vs. tranquilidad? Eso ni de coña, salvo en situaciones en las que nada se puede perder ya, y por ello de vez en cuando nos hace ilusión pensar que sí.
Pero vamos, que la peli de triste nada. Sobre todo si te metes de lleno en los protagonistas de final súper feliz. Otra cosa es lo que les rodea, pero, ¿quién les presta atención? En esta era de over booking de información, no hay tiempo para ellos.
¿Y si no hubiese participado Geraldine?
¿Y si la familia protagonista fuese menos rubia?
¿Y si?
¿Y si?
Y si to rememberrr...
Hacer llorar a la peña con un padre abrazando a sus churembeles no merece tampoco el Premio Internacional a la Dificultad, aunque cierto es que viene precedido de un ligero suspense bastante conseguido.
Total, que el objetico se cumple con creces y la gente vuelve a la inocencia de los espectadores primeros años del siglo XIX: en una escena con el padre buscando a un hijo en primer plano y el hijo al fondo, la peña gritaba como los niños con un guiñol, "¡está allí, está allí!"
Pero, seamos sinceros, la música es lamentablemente tramposa y el abuso de primeros planos para dramatizar, peor aún, por no hablar de los secundarios hinchados de solidaridad y valentía ante la tragedia... ¿es el ser humano bueno y valiente, para nuestro concepto de bien vs. mal, miedo vs. tranquilidad? Eso ni de coña, salvo en situaciones en las que nada se puede perder ya, y por ello de vez en cuando nos hace ilusión pensar que sí.
Pero vamos, que la peli de triste nada. Sobre todo si te metes de lleno en los protagonistas de final súper feliz. Otra cosa es lo que les rodea, pero, ¿quién les presta atención? En esta era de over booking de información, no hay tiempo para ellos.
¿Y si no hubiese participado Geraldine?
¿Y si la familia protagonista fuese menos rubia?
¿Y si?
¿Y si?
Y si to rememberrr...
12 de octubre de 2012
12 de octubre de 2012
256 de 406 usuarios han encontrado esta crítica útil
300.000 personas muertas a causa de un desastre natural, la mayoría de ellas café con leche... pues hagamos una película sobre blanquitos occidentales no vaya a ser que la gente no se sienta identificada.
Cuando un "Ohhhhhhhhhhhhh" vomitivo inunda una sala de cine cada vez que un niño rubio sale en primer plano, es que la cosa no pinta bien.
La película se resume en un anuncio de seguros. Para el que no lo sepa, está patrocinada por Zurich Seguros "pague y márchese de este infierno", una patada a toda la ética que puedas acumular durante una vida.
Después de que aparezca ese monstruo en forma de ola (que tampoco es que sea de lo más espectacular visto en pelis de catástrofes) no pasa absolutamente nada. En ocasiones me daba vergüenza mirar a la pantalla, los momentos de música a todo volumen con lágrimas incorporadas me hacían sentir incómodo. Todos los clichés habidos y por haber están aquí, todo huele a prefabricado. Las pasteladas familiares de Spielberg son auténtico gore de serie-Z comparado con este engendro.
Uno también se emociona, más de lo que os podéis creer, pero con esta bazofia me es IMPOSIBLE.
Cuando un "Ohhhhhhhhhhhhh" vomitivo inunda una sala de cine cada vez que un niño rubio sale en primer plano, es que la cosa no pinta bien.
La película se resume en un anuncio de seguros. Para el que no lo sepa, está patrocinada por Zurich Seguros "pague y márchese de este infierno", una patada a toda la ética que puedas acumular durante una vida.
Después de que aparezca ese monstruo en forma de ola (que tampoco es que sea de lo más espectacular visto en pelis de catástrofes) no pasa absolutamente nada. En ocasiones me daba vergüenza mirar a la pantalla, los momentos de música a todo volumen con lágrimas incorporadas me hacían sentir incómodo. Todos los clichés habidos y por haber están aquí, todo huele a prefabricado. Las pasteladas familiares de Spielberg son auténtico gore de serie-Z comparado con este engendro.
Uno también se emociona, más de lo que os podéis creer, pero con esta bazofia me es IMPOSIBLE.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Después de lo que ha pasado, ¿y el padre deja solos a dos niños de apenas 5 años? VENGA YA!
30 de septiembre de 2012
30 de septiembre de 2012
169 de 255 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos maneras de enfrentarse a Lo imposible: con prejuicios de cinéfilo maleado, del tipo "me quiere hacer emocionar a golpe de música y primeros planos de llanto, muy visto", o la de dejarte llevar por un épica historia de supervivencia excepcionalmente filmada. Reconozco que pertenezco al segundo tipo. La película me enganchó desde el mismo comienzo, que narra lo cotidiano, la familia durante su llegada al hotel, pero con sutiles premoniciones de desastre. Repito, Bayona dirige lo imposible con maestría.
Fui zarandeado por el tsunami y agitado por la emoción del desastre familiar y a su lucha por la supervivencia totalmente entregado. Sólo tuve algún destello de prejuicio cinéfilo en una larga secuencia central llena de casualidades y de dilatación del tempo, pero acabé llorando en la resolución como quería el director.
Un director que no tiene nada que envidiarle a los directores americanos de películas de desastres. Hasta tal punto que es una película de efectos especiales en la que no tienes la sensación de que haya efectos especiales. No hay ni un sólo plano que te haga pensar en un potente ordenador generando efectos. Es de una naturalidad sobrecogedora en el apartado técnico, lo que permite que el drama se viva con una intensidad libre de "sospechas informáticas" y puedas entregarte a la épica de la historia sin reticencias.
El espectador de cine del siglo XXI está ya muy baqueteado por su consumo masivo de "audiovisuales", pero Bayona sortea todos los obstáculos y convierte una historia directa, sensible, emotiva, telúrica en una catarsis emocional que te deja fundido. El director no tendrá problemas para financiar su siguiente película. Esta segunda obra lo ha colocado sin dudas en el top ten de los directores del orbe.
Fui zarandeado por el tsunami y agitado por la emoción del desastre familiar y a su lucha por la supervivencia totalmente entregado. Sólo tuve algún destello de prejuicio cinéfilo en una larga secuencia central llena de casualidades y de dilatación del tempo, pero acabé llorando en la resolución como quería el director.
Un director que no tiene nada que envidiarle a los directores americanos de películas de desastres. Hasta tal punto que es una película de efectos especiales en la que no tienes la sensación de que haya efectos especiales. No hay ni un sólo plano que te haga pensar en un potente ordenador generando efectos. Es de una naturalidad sobrecogedora en el apartado técnico, lo que permite que el drama se viva con una intensidad libre de "sospechas informáticas" y puedas entregarte a la épica de la historia sin reticencias.
El espectador de cine del siglo XXI está ya muy baqueteado por su consumo masivo de "audiovisuales", pero Bayona sortea todos los obstáculos y convierte una historia directa, sensible, emotiva, telúrica en una catarsis emocional que te deja fundido. El director no tendrá problemas para financiar su siguiente película. Esta segunda obra lo ha colocado sin dudas en el top ten de los directores del orbe.
13 de octubre de 2012
13 de octubre de 2012
115 de 154 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pasados los minutos iniciales, después de la catástrofe, todo se vuelve turbio:
—Enseñe abundantemente las heridas de Naomi, no sea que el espectador no lo pille a la primera.
—Aderece la película con reacciones atificiales: si te encuentras a un herido, arrástrale por el suelo, por el lodo, que sufra, que se oiga bien su sufrimiento.
—Que abunden los primeros planos con ojos llorosos. Que no solo salgan una vez, que sean abundantes y regulares, que se vea lo que el personaje sufre.
—Convierte el melodrama en una caricatura. Invéntate el metamelodrama. Que el dolor sea una caricatura de sí mismo. Ya que hay dolor: ¡QUE GRITE A VOCES!
—Que sea una película resultona, que salga buena casquería de la boca de los intérpretes.
—Que la banda sonora suene potente y sin ton ni son: venga vamos a llorar más.
Con una factura técnica impecable, no es capaz de emocionarme una sola vez por culpa de un mediocre guion. No hay emociones verdaderas en esta película. Todo es humo; hay película, sin embargo no veo una película.
Ahora haga el siguiente experimento:
Reproduzca los primeros minutos de "Mas Allá de la Vida", la película de C. Eastwood. Habrá visto más cine y más dolor que en los 100 que dura la película de J.A. Bayona.
—Enseñe abundantemente las heridas de Naomi, no sea que el espectador no lo pille a la primera.
—Aderece la película con reacciones atificiales: si te encuentras a un herido, arrástrale por el suelo, por el lodo, que sufra, que se oiga bien su sufrimiento.
—Que abunden los primeros planos con ojos llorosos. Que no solo salgan una vez, que sean abundantes y regulares, que se vea lo que el personaje sufre.
—Convierte el melodrama en una caricatura. Invéntate el metamelodrama. Que el dolor sea una caricatura de sí mismo. Ya que hay dolor: ¡QUE GRITE A VOCES!
—Que sea una película resultona, que salga buena casquería de la boca de los intérpretes.
—Que la banda sonora suene potente y sin ton ni son: venga vamos a llorar más.
Con una factura técnica impecable, no es capaz de emocionarme una sola vez por culpa de un mediocre guion. No hay emociones verdaderas en esta película. Todo es humo; hay película, sin embargo no veo una película.
Ahora haga el siguiente experimento:
Reproduzca los primeros minutos de "Mas Allá de la Vida", la película de C. Eastwood. Habrá visto más cine y más dolor que en los 100 que dura la película de J.A. Bayona.
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