Mi desconfiada esposa
7.1
2,495
Romance. Comedia
Gregory Peck es un periodista deportivo y Lauren Bacall, una diseñadora de moda de éxito. A pesar de que pertenecen a mundos muy distintos, tras una breve y apasionada relación se casan. Poco después de la boda, la convivencia provocará conflictos que ponen de manifiesto las enormes diferencias que existen entre ellos. Divertida comedia romántica de la Metro que se benefició de un reparto estelar, de un simpático guión -ganador del ... [+]
21 de agosto de 2010
21 de agosto de 2010
35 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y todo aficionado al cine debería conocer a Maxie. Maxie fue boxeador. Es verdad que está algo sonado. Tiene una peculiaridad a la hora de dormir; bah, tampoco tiene importancia, como no vamos a dormir a su lado...
Ahora va a proteger a Mike Hagen de la mafia que controla el mundo del Boxeo.
La mujer de Mike ni por casualidad conoce el mundo en el que se mueve su marido. Lo aborrece, es normal. No comprende porque los de las primeras filas se ponen a leer el periódico si han ido a ver un combate...
Ella, la esposa de Mike, tiene un amigo muy bailarín que le pone de los nervios al sufrido marido. Matrimonio con profesiones contrarias a más no poder. Incompatibilidad de gustos. Pero se quieren.
En fin... De todo. Simpatía, buen hacer... El Oscar da crédito con toda la razón.
Mi extraordinaria (y desconfiada) esposa. Una acción impecable que nos hará contemplar la película como una auténtica delicia. Una delicia inofensiva. Un humor exento de situaciones escabrosas. Un tesoro escondido en el tiempo para disfrutar. Un reparto extraordinario que brilla permanentemente. Mujeres hermosas y auténticos galanes.
Bueno ... Maxie no es un auténtico galán, pero se le quiere.
Ahora va a proteger a Mike Hagen de la mafia que controla el mundo del Boxeo.
La mujer de Mike ni por casualidad conoce el mundo en el que se mueve su marido. Lo aborrece, es normal. No comprende porque los de las primeras filas se ponen a leer el periódico si han ido a ver un combate...
Ella, la esposa de Mike, tiene un amigo muy bailarín que le pone de los nervios al sufrido marido. Matrimonio con profesiones contrarias a más no poder. Incompatibilidad de gustos. Pero se quieren.
En fin... De todo. Simpatía, buen hacer... El Oscar da crédito con toda la razón.
Mi extraordinaria (y desconfiada) esposa. Una acción impecable que nos hará contemplar la película como una auténtica delicia. Una delicia inofensiva. Un humor exento de situaciones escabrosas. Un tesoro escondido en el tiempo para disfrutar. Un reparto extraordinario que brilla permanentemente. Mujeres hermosas y auténticos galanes.
Bueno ... Maxie no es un auténtico galán, pero se le quiere.
11 de agosto de 2009
11 de agosto de 2009
29 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Logradísima comedia romántica que seguramente va a sorprender a más de uno. Y es que los acontecimientos se van sucediendo vertiginosamente a ritmo de pasos de baile, elegantes desfiles de moda, puñetazos dentro y fuera del ring, y noticias periodísticas sin decaer en ningún momento.
Hay que destacar, sin la menor duda, a todo el elenco de actores, con una pareja protagonista en estado de gracia y unos secundarios brillantes, con mención especial para Schaughnessy, en su papel de boxeador-guardaespaldas completamente zumbado que al grito de "me mira mal", se encarga de repartir estopa a diestro y siniestro. Hasta el perro que aparece en la parte final resulta gracioso.
A nadie le puede extrañar, por lo tanto, que esta película consiguiera el Óscar al mejor guión original, pues estamos ante una historia que evita los tópicos habituales del género y nos hace pasar un rato ciertamente agradable y divertido, con frases y situaciones hilarantes, y que hay día de hoy no ha perdido la menor frescura.
Hay que destacar, sin la menor duda, a todo el elenco de actores, con una pareja protagonista en estado de gracia y unos secundarios brillantes, con mención especial para Schaughnessy, en su papel de boxeador-guardaespaldas completamente zumbado que al grito de "me mira mal", se encarga de repartir estopa a diestro y siniestro. Hasta el perro que aparece en la parte final resulta gracioso.
A nadie le puede extrañar, por lo tanto, que esta película consiguiera el Óscar al mejor guión original, pues estamos ante una historia que evita los tópicos habituales del género y nos hace pasar un rato ciertamente agradable y divertido, con frases y situaciones hilarantes, y que hay día de hoy no ha perdido la menor frescura.
16 de noviembre de 2008
16 de noviembre de 2008
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia realizada por Vincente Minnelli, es su largometraje núm. 22. El guión, de George Wells, desarrolla un argumento de Helen Rose. Se rueda en escenarios reales de Beverly Hills (Beverly Hills Hotel and Bungalows) y San Francisco (Delfinarium) y en platós de MGM Studios (Hollywood). Gana un Oscar (guión original). Producido por Dore Schary y Helen Rose para MGM, se estrena el 16-V-1957 (NYC).
La acción dramática tiene lugar durante el verano de 1956 a lo largo de unas pocas semanas. El prólogo se desarrolla en LA y San Francisco (CA), el epílogo en Boston y la acción principal en NYC (NC). Mike Hagen (Peck), cronista deportivo de un periódico neoyorquino, se ha trasladado a LA para cubrir la información de un importante torneo de golf. Allí conoce a la diseñadora de modas, Marilla Brown (Bacall). Se enamoran a primera vista y se casan precipitadamente, antes de su regreso a NY. Mike es testarudo, severo, desordenado y franco. Ella es sofisticada, de gustos refinados, elegante, suspicaz y fogosa. Los amigos de él son abiertos, sinceros, primarios y toscos. Los amigos de ella son refinados, aficionados al arte, elegantes y poco sinceros.
El film suma comedia de costumbres y romance. Añade en medida limitada números musicales y de baile. El guión se escribe pensando que el papel protagonista correspondería a Grace Kelly en la que hubiera sido su última intervención en cine. El galán iba a ser James Stewart y la modelo-bailarina, Cyd Charisse. La dirección se ofrece en primera instancia a Joshua Logan (“Picnic”, 1955). Minnelli, Bacall y Peck cumplen con brillantez. Sólo se echa en falta la intervención de Cyd Charisse. Es una de las pocas comedias protagonizadas por Gregory Peck.
La película basa su humor en el choque entre dos mundos diferentes y en muchos aspectos contrapuestos, como lo son el del deporte y el de la moda. El primero es rudo, primario, espontáneo y sincero. El segundo es sofisticado, sutil, sensible, delicado y un tanto estrafalario. El choque entre los dos mundos tiene lugar a través de la cultura que inspira los dos ambientes sociales a los que pertenecen Marilla y Mike y a través de sus manifestaciones, contactos, aficiones y proyectos. A un nivel más cercado, los choques se producen en múltiples ocasiones de la vida diaria que comparten Marilla y Mike. Las fuerzas centrífugas que rodean a la pareja se ven condicionadas por la constatación de ambos de que el amor que les une no permite vivir a ninguno de los dos sin la compañía del otro. Minnelli se esfuerza por mantenerse neutral entre los dos mundos que retrata, aunque su idiosincrasia personal le inclina claramente a favor de uno de ellos: el del arte, la música, el baile y la moda. La acción deriva hacia un enfrentamiento clásico entre un hombre y una mujer, si bien en este caso Minnelli los sitúa inteligentemente en pie de igualdad.
La acción dramática tiene lugar durante el verano de 1956 a lo largo de unas pocas semanas. El prólogo se desarrolla en LA y San Francisco (CA), el epílogo en Boston y la acción principal en NYC (NC). Mike Hagen (Peck), cronista deportivo de un periódico neoyorquino, se ha trasladado a LA para cubrir la información de un importante torneo de golf. Allí conoce a la diseñadora de modas, Marilla Brown (Bacall). Se enamoran a primera vista y se casan precipitadamente, antes de su regreso a NY. Mike es testarudo, severo, desordenado y franco. Ella es sofisticada, de gustos refinados, elegante, suspicaz y fogosa. Los amigos de él son abiertos, sinceros, primarios y toscos. Los amigos de ella son refinados, aficionados al arte, elegantes y poco sinceros.
El film suma comedia de costumbres y romance. Añade en medida limitada números musicales y de baile. El guión se escribe pensando que el papel protagonista correspondería a Grace Kelly en la que hubiera sido su última intervención en cine. El galán iba a ser James Stewart y la modelo-bailarina, Cyd Charisse. La dirección se ofrece en primera instancia a Joshua Logan (“Picnic”, 1955). Minnelli, Bacall y Peck cumplen con brillantez. Sólo se echa en falta la intervención de Cyd Charisse. Es una de las pocas comedias protagonizadas por Gregory Peck.
La película basa su humor en el choque entre dos mundos diferentes y en muchos aspectos contrapuestos, como lo son el del deporte y el de la moda. El primero es rudo, primario, espontáneo y sincero. El segundo es sofisticado, sutil, sensible, delicado y un tanto estrafalario. El choque entre los dos mundos tiene lugar a través de la cultura que inspira los dos ambientes sociales a los que pertenecen Marilla y Mike y a través de sus manifestaciones, contactos, aficiones y proyectos. A un nivel más cercado, los choques se producen en múltiples ocasiones de la vida diaria que comparten Marilla y Mike. Las fuerzas centrífugas que rodean a la pareja se ven condicionadas por la constatación de ambos de que el amor que les une no permite vivir a ninguno de los dos sin la compañía del otro. Minnelli se esfuerza por mantenerse neutral entre los dos mundos que retrata, aunque su idiosincrasia personal le inclina claramente a favor de uno de ellos: el del arte, la música, el baile y la moda. La acción deriva hacia un enfrentamiento clásico entre un hombre y una mujer, si bien en este caso Minnelli los sitúa inteligentemente en pie de igualdad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El humor que contiene el relato es fresco, ocurrente y gracioso. Se añaden “gags” gestuales y visuales, que se expresan con elegancia y distinción. Recuerdan en muchos casos la dinámica de la expresión corporal de los slapsticks del cine mudo clásico. No faltan los enredos, confusiones y malentendidos propios de la screwball comedy americana. Se hace uso de numerosos estereotipos. La lucha que se entabla entre un grupo de gángsters y Mike, la fuerza de Maxie Stulz y las habilidades artísticas de Clive Owen, se resuelve gracias a la intervención del artista.
La narración separa del conjunto a 5 personajes principales: el cronista deportivo, la diseñadora de modas, el director teatral, la corista fogosa y el boxeador “sonado”. Lo que piensan estos personajes se expresa mediante su voz en “off”. En el trasfondo de la obra late el espíritu del musical, que emerge en las secuencias de música y baile y en la magnífica pelea-ballet del final. La acción se presenta envuelta en una pátina de lujo y elegancia, actualmente un poco empalagosa, pero propia del “glamour” de la MGM y del oficio de Minnelli. Palpita, además, en el trasfondo de la obra el espíritu de la pareja formada por Spencer Tracy y Katharine Hepburn en sus películas imperecederas. Son escenas destacables la de la pelea final, la presencia de Marilla como espectadora de un combate de boxeo, la doble reunión en casa de Marilla de los amigos de él y de los amigos de ella, la del restaurante italiano, la visita de tres matones a Mike y otras.
La música, de André Previn, ofrece una partitura colorista, de tonos ligeros y festivos, que culmina con la canción “Music Is Better Than Words”. Añade la balada “There’ll Be Some Changes Made”. La fotografía, de John Alton, prescinde de los planos-secuencia habituales de Minnelli, que sustituye por el juego de plano/contraplano usual de Hollywood. Destaca la escena en la que con una suma de primeros planos se explica que Marsilla ha comprendido que Lori Shannon es la mujer de la fotografía del apartamento de Mike.
Película bien escrita, bien interpretada y bien realizada. Es entretenida y divertida. Conserva en buena medida el vigor inicial.
La narración separa del conjunto a 5 personajes principales: el cronista deportivo, la diseñadora de modas, el director teatral, la corista fogosa y el boxeador “sonado”. Lo que piensan estos personajes se expresa mediante su voz en “off”. En el trasfondo de la obra late el espíritu del musical, que emerge en las secuencias de música y baile y en la magnífica pelea-ballet del final. La acción se presenta envuelta en una pátina de lujo y elegancia, actualmente un poco empalagosa, pero propia del “glamour” de la MGM y del oficio de Minnelli. Palpita, además, en el trasfondo de la obra el espíritu de la pareja formada por Spencer Tracy y Katharine Hepburn en sus películas imperecederas. Son escenas destacables la de la pelea final, la presencia de Marilla como espectadora de un combate de boxeo, la doble reunión en casa de Marilla de los amigos de él y de los amigos de ella, la del restaurante italiano, la visita de tres matones a Mike y otras.
La música, de André Previn, ofrece una partitura colorista, de tonos ligeros y festivos, que culmina con la canción “Music Is Better Than Words”. Añade la balada “There’ll Be Some Changes Made”. La fotografía, de John Alton, prescinde de los planos-secuencia habituales de Minnelli, que sustituye por el juego de plano/contraplano usual de Hollywood. Destaca la escena en la que con una suma de primeros planos se explica que Marsilla ha comprendido que Lori Shannon es la mujer de la fotografía del apartamento de Mike.
Película bien escrita, bien interpretada y bien realizada. Es entretenida y divertida. Conserva en buena medida el vigor inicial.
5 de septiembre de 2010
5 de septiembre de 2010
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un gran director, dos conocidos actores y un oscar al mejor guión. Parece que lo tiene todo para ser una buena película y quizás lo sea para muchos pero ha habido partes en las que me he aburrido y eso para mi es muy grave.
El problema fundamental, desde mi punto de vista, es que se ha quedado antigua y por eso el rollito de los celos de la mujer por una amante de su marido (antes de conocerla a ella) no me parecía ni gracioso y se ha hecho largo el visionado incluso. Lauren Bacall nunca me ha convencido y desde luego su presencia no ayuda a que me guste más el film. Hay películas de esa época que se han quedado antiguas pero las ves y te siguen gustando , pero lamentablemente éste no es el caso.
Supongo que me caerán negativos por atreverme a poner menos de un notable a este film, pero considero que no toda película galardonada con un Oscar es buena, ni porque salga Gregory Peck tiene que ser una obra de arte.
El problema fundamental, desde mi punto de vista, es que se ha quedado antigua y por eso el rollito de los celos de la mujer por una amante de su marido (antes de conocerla a ella) no me parecía ni gracioso y se ha hecho largo el visionado incluso. Lauren Bacall nunca me ha convencido y desde luego su presencia no ayuda a que me guste más el film. Hay películas de esa época que se han quedado antiguas pero las ves y te siguen gustando , pero lamentablemente éste no es el caso.
Supongo que me caerán negativos por atreverme a poner menos de un notable a este film, pero considero que no toda película galardonada con un Oscar es buena, ni porque salga Gregory Peck tiene que ser una obra de arte.
29 de abril de 2012
29 de abril de 2012
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
76/04(06/04/12) Magnífica comedia romántica de Vincente Minnelli que posee un guión sobresaliente, rebosante de situaciones divertidas, chispeantes, unos protagonistas en estado de gracia y unos secundarios que fortalecen el relato, con un evidente aire a musical. Cuenta como una pareja de Nueva York de gustos y trabajos antagónicos, ella Marilla (gran Lauren Bacall), una sofisticada diseñadora de moda, él Mike Hagen (gran Gregory Peck), periodista deportivo, se conocen en una fiesta en Los Ángeles, se enamoran, casan y luego llega la realidad de dos mundos opuestos que chocan continuamente y donde se mezcla un caso de acoso con un mafioso de por medio. Con este manido argumento se desarrolla una comedia ingeniosa, muy divertida, muy fresca y rebosante de momentos carcajeantes, con giros de guión estupendos, con recursos agudos, empezando por el principio en que vemos los efectos de una resaca, o cuando Marilla descubre quien es la mujer de la foto rota, como se ven superpuestos los trozos sobre ella, ingenioso, con una inteligente utilización de la voz en off, donde el contraste de modos de ver el mundo hacen manar ríos de risas, y es que el mejor elemento de una buena película debe ser un buen guión y aquí George Wells se sale con un trabajo que ganó el Oscar, un relato de enredos, de batalla de sexos, de contrastes de sociedad, donde el antes mencionado uso de la voz en off, de forma original, no es un personaje si no cinco los que se alternan para darnos su singular punto de vista sobre lo que ocurre, los dos protagonistas, un director teatral, Zachary Wilde (buen Tom Helmore), una sexy corista Lori Shannon (buena Dolores Gray) y un boxeador sonado, Maxi Stultz (robaescenas Mickey Shaugnessy), derivando esto en sonrisas mil. (Continua en Spoiler sin Spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los personajes son descritos de modo soberbio, con apenas unos trazos causan empatía, empezando por su magnífica pareja protagonista, una Lauren Bacall radiante, de una belleza sublime, encarna maravillosamente su rol, despliega un encanto y ternura brillante, y esto teniendo en cuenta lo mucho que sufría tras las cámaras pues su marido Humphrey Bogart estaba muriéndose mientras rodaban, lo cual da muestra de su enorme profesionalidad, Gregory Peck borda su papel, su simpatía y desparpajo desbordan la pantalla, entre el dúo Bacall-Peck surge una química deliciosa, son el yin y el yang, con unos duelos dialécticos excelentes, papeles ambos que les fueron ofrecidos primero a Grace Kelly el de ella y a Cary Grant y James Stewart el de él, estos no podrían haber superado el logro del binomio final, luego están los secundarios que no son meros comparsas, aportan y mucho, Tom Helmore está estupendo como el flemático exnovio de Marilla, Dolores Gray (papel ofrecido primero a Cyd Charisse) resulta encantadora, pero el que es una bomba es Mickey Shaugnessy, colosal, de cómo decía Stanislavski <No hay papeles pequeños, hay malos actores>, y es que su presencia es de un aporte humorístico descacharrante, su mirada perdida, su pose de loco, su lenguaje gestual, es un imán que desvía los ojos del espectador hacia él aunque no esté en primer plano, impresionante. La película está repleta de escenas espléndidas, como el modo en que se conocen Marilla y Mike, la noche en que Mike invita a Marilla a un combate de boxeo, la noche en que Marilla y Mike comparten amistades en el piso y todo se convierte en un aquelarre, o la comida de raviolis en el restaurant, o las hilarantes apariciones de Maxie, o el encuentro de Lori con Mike para urdir una coartada y con el perro de por medio, o su festiva trifulca final, toda una lección de comedia screwball, de un ritmo trepidante, de las que el paso del tiempo no hace más que elevar sin hacerle mella alguna, huele a Clásico Eterno y lo es. Destacar la presencia de Jack Cole como Randy Owens, hace de el mismo un grandísimo coreógrafo americano, además clave en la escena final, en la vida real con sus bailes marcó un antes y después en los musicales, creó ‘El Teatro Danza’ y responsable del famoso número musical del dúo Marilyn Monroe-Jane Russell de ‘Los Caballeros Las Prefieren Rubias’, como curiosidad hay una secuencia que marca el reaccionario tiempo en que estaban, Mike Hagen hace un comentario sobre la poca hombría de Randy, o sea que es gay, y este espoleado se defiende enseñando la foto de sus cuatro hijos, hoy en día esto sería políticamente muy incorrecto y con razón, pero es que además es que Jack Cole era gay, incluso el realizador lo era, menudo marrón. Recomendable a TODOS. Fuerza y honor!!!
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