Madres paralelas
2021 

5.8
17,551
Drama
Dos mujeres coinciden en una habitación de hospital donde van a dar a luz. Ambas están solteras y se quedaron embarazadas por accidente. Janis, de mediana edad, no se arrepiente y está exultante. La otra, Ana, una adolescente, está asustada, arrepentida y traumatizada. Janis intenta animarla mientras pasean por los pasillos del hospital. Las pocas palabras que intercambien en esas horas crearán un vínculo muy estrecho entre las dos, que ... [+]
11 de octubre de 2021
11 de octubre de 2021
315 de 452 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parsimoniosa, flemática, incluso indolente, carente del brío, de la fuerza emocional que caracteriza su cine. Una película impropia del enorme talento que atesora Almodóvar, aunque se ve con interés gracias a su gran oficio, a su dominio del lenguaje, del medio cinematográfico. Y gracias a una extraordinaria Penélope Cruz, que parece imposible que saque adelante a un personaje tan vacío, tan contradictorio, tan disonante (ver spoilers).
Y la historia resulta increíble, además de disfuncional, con unos personajes que no saben ni quienes son ni hacia donde van. O peor aún, que caminan en dos direcciones contradictorias emocionalmente, que son una cosa y la contraria dos secuencias más adelante.
Poco más puedo decir sin spoilers (ahí me explayo), salvo que es una película (o más bien dos, porque parece un sandwich, que empieza y acaba con un tema metiendo otro distinto, el meollo, en medio) que le hace un flaco favor a la causa que defiende, por maniquea, porque se nutre de emociones negativas.
Y la historia resulta increíble, además de disfuncional, con unos personajes que no saben ni quienes son ni hacia donde van. O peor aún, que caminan en dos direcciones contradictorias emocionalmente, que son una cosa y la contraria dos secuencias más adelante.
Poco más puedo decir sin spoilers (ahí me explayo), salvo que es una película (o más bien dos, porque parece un sandwich, que empieza y acaba con un tema metiendo otro distinto, el meollo, en medio) que le hace un flaco favor a la causa que defiende, por maniquea, porque se nutre de emociones negativas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En cuanto al personaje de Penélope Cruz (la protagonista), parece increíble que no haga absolutamente nada después de saber que le han cambiado a su hija al nacer. Ni siquiera le pregunta por ella a la otra víctima del cambio cuando se la encuentra casualmente en la cafetería, algo que contradice todo lo que hemos visto antes de ese personaje. Tampoco parece lógico que la otra madre ni le comente que ha perdido a su hijo.
Resulta en extremo chocante que la protagonista, que se supone que le tiene un gran apego a un bebé que no es suyo, deje que su verdadera madre, su novia además, se lo lleve así sin más, sin oposición de ninguna clase. Eso no cabe en cabeza humana. En una de las últimas secuencias, cuando están todos en la fosa, esa madre (o quizá ex madre) apenas mira al bebé por el que renunció a su propia hija biológica, como si ya nada tuviera que ver con él. Y quizá lo más contradictorio sea que esa, en principio, amorosa madre no demuestra verdadero dolor al saber que su hija biológica ha fallecido. Muestra mucho más pesar por la muerte de sus antepasados que por el de su propia hija, de la que no conoce, ni pregunta, ni le interesa saber dónde está enterrada.
La relación lésbica se antoja impostada, artificial. La meten de sopetón, como si se le acabara de ocurrir durante el rodaje. Es fría, sin romanticismo, sin sutilezas, desprovista de sensualidad. La ruptura ni se molestan en explicarla.
Ideológicamente resulta capciosa. El personaje masculino, a diferencia de otros del universo Almodóvar, es un dechado de virtudes. Para empezar tiene más instinto materno que la propia madre: "no siento que sea mi hija, afirma". Además de dedicarse a tratar de encontrar la tumba de los desaparecidos en la guerra civil, cuida de su mujer enferma de cáncer. Y por pura honestidad le confiesa, en cuanto se cura, que la ha engañado. El resto de personajes masculinos, que ni siquiera aparecen en pantalla, son unos criminales: el padre de la chica es un desalmado que hizo todo lo posible por perjudicar su esposa (estupenda Aitana Sánchez-Gijón), que no se preocupaba de su hija, que la echó de casa en cuanto se enteró de que estaba embarazada. Y para colmo no denunció la violación que sufrió. También hay tres violadores en nuestros días, en contraste con la bondad que anidaban los que murieron en la guerra civil.
Al final se nos cuenta una historia de esa guerra, la de uno que una noche cavó su propia tumba a punta de pistola, pero al que dejaron marchar y aún así no se escapó al día siguiente siendo consciente de que lo asesinarían al caer la tarde (los psicópatas que finalmente lo mataron le dieron un día para que escapara, como es lógico), "por dignidad, por orgullo, por no dejar a su mujer y a sus hijos, según nos cuentan". Qué diferencia entre las víctimas del alzamiento y los hombres del presente, salvo los que tienen memoria histórica, que esos son de otra pasta.
Del mismo modo, no se explica que conozcamos tan poco del pasado reciente de la protagonista, más allá de que murieron sus padres y de que es fotógrafa, que casi sepamos más de sus abuelos que de ella misma. Es como si en consonancia con la facción ideológica que Almodóvar defiende, estos últimos 40 años de democracia no signifiquen nada, como si el presente le hubiera robado vida, su sitio, al pasado. La guerra no se ha acabado, se afirma en un momento dado, no terminará hasta que se encuentren a todos los desaparecidos. Ese parece el sentir del director, lo que quiere dejar claro, que al menos él sigue en guerra. En ese sentido, la cinta parece un panfleto ideológico que bebe de un rencor que acaba menoscabando el talento cinematográfico de su autor. Y no me refiero a la memoria histórica, al hecho totalmente comprensible de que todavía haya personas que sufren porque no saben donde están enterrados sus antepasados, sino a la utilización política que el director perpetra con esta torcitera cinta: un pastiche ideológico meta progresista.
Resulta en extremo chocante que la protagonista, que se supone que le tiene un gran apego a un bebé que no es suyo, deje que su verdadera madre, su novia además, se lo lleve así sin más, sin oposición de ninguna clase. Eso no cabe en cabeza humana. En una de las últimas secuencias, cuando están todos en la fosa, esa madre (o quizá ex madre) apenas mira al bebé por el que renunció a su propia hija biológica, como si ya nada tuviera que ver con él. Y quizá lo más contradictorio sea que esa, en principio, amorosa madre no demuestra verdadero dolor al saber que su hija biológica ha fallecido. Muestra mucho más pesar por la muerte de sus antepasados que por el de su propia hija, de la que no conoce, ni pregunta, ni le interesa saber dónde está enterrada.
La relación lésbica se antoja impostada, artificial. La meten de sopetón, como si se le acabara de ocurrir durante el rodaje. Es fría, sin romanticismo, sin sutilezas, desprovista de sensualidad. La ruptura ni se molestan en explicarla.
Ideológicamente resulta capciosa. El personaje masculino, a diferencia de otros del universo Almodóvar, es un dechado de virtudes. Para empezar tiene más instinto materno que la propia madre: "no siento que sea mi hija, afirma". Además de dedicarse a tratar de encontrar la tumba de los desaparecidos en la guerra civil, cuida de su mujer enferma de cáncer. Y por pura honestidad le confiesa, en cuanto se cura, que la ha engañado. El resto de personajes masculinos, que ni siquiera aparecen en pantalla, son unos criminales: el padre de la chica es un desalmado que hizo todo lo posible por perjudicar su esposa (estupenda Aitana Sánchez-Gijón), que no se preocupaba de su hija, que la echó de casa en cuanto se enteró de que estaba embarazada. Y para colmo no denunció la violación que sufrió. También hay tres violadores en nuestros días, en contraste con la bondad que anidaban los que murieron en la guerra civil.
Al final se nos cuenta una historia de esa guerra, la de uno que una noche cavó su propia tumba a punta de pistola, pero al que dejaron marchar y aún así no se escapó al día siguiente siendo consciente de que lo asesinarían al caer la tarde (los psicópatas que finalmente lo mataron le dieron un día para que escapara, como es lógico), "por dignidad, por orgullo, por no dejar a su mujer y a sus hijos, según nos cuentan". Qué diferencia entre las víctimas del alzamiento y los hombres del presente, salvo los que tienen memoria histórica, que esos son de otra pasta.
Del mismo modo, no se explica que conozcamos tan poco del pasado reciente de la protagonista, más allá de que murieron sus padres y de que es fotógrafa, que casi sepamos más de sus abuelos que de ella misma. Es como si en consonancia con la facción ideológica que Almodóvar defiende, estos últimos 40 años de democracia no signifiquen nada, como si el presente le hubiera robado vida, su sitio, al pasado. La guerra no se ha acabado, se afirma en un momento dado, no terminará hasta que se encuentren a todos los desaparecidos. Ese parece el sentir del director, lo que quiere dejar claro, que al menos él sigue en guerra. En ese sentido, la cinta parece un panfleto ideológico que bebe de un rencor que acaba menoscabando el talento cinematográfico de su autor. Y no me refiero a la memoria histórica, al hecho totalmente comprensible de que todavía haya personas que sufren porque no saben donde están enterrados sus antepasados, sino a la utilización política que el director perpetra con esta torcitera cinta: un pastiche ideológico meta progresista.
14 de octubre de 2021
14 de octubre de 2021
141 de 190 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente le doy vueltas a cómo las (tele)series están dominando el lenguaje audiovisual, imponiéndose claramente a las películas convencionales. "Madres paralelas" ejemplifica para mí este hecho, que me parece indudable.
Las series disponen de tiempo (no ilimitado, pero sí muy amplio) para introducir y desarrollar tramas paralelas, y ya depende del talento de guionistas y directores que logren confluir para que el conjunto sea compacto, interrelacionen y no se disperse.
A la película en formato clásico, en cambio, a menudo no le da tiempo a abrir todo lo que quiere plantear, y cerrar la trama de manera coherente. En ocasiones no importa demasiado; otras veces (esta) la sucesión de peripecias vitales de los personajes saturan, agobian, y terminan por desconectar: no puede caer una bomba atómica cada cuarto de hora, y dejar al espectador preparado para la siguiente, como si cada vez fuera nueva. El resultado en esta película es que los temas propuestos, más o menos interesantes, no terminan de ligar en una salsa al punto.
Llegados a este punto, hay que hablar de las tramas, y para estar tranquilo me mudo a la zona spoiler.
Las series disponen de tiempo (no ilimitado, pero sí muy amplio) para introducir y desarrollar tramas paralelas, y ya depende del talento de guionistas y directores que logren confluir para que el conjunto sea compacto, interrelacionen y no se disperse.
A la película en formato clásico, en cambio, a menudo no le da tiempo a abrir todo lo que quiere plantear, y cerrar la trama de manera coherente. En ocasiones no importa demasiado; otras veces (esta) la sucesión de peripecias vitales de los personajes saturan, agobian, y terminan por desconectar: no puede caer una bomba atómica cada cuarto de hora, y dejar al espectador preparado para la siguiente, como si cada vez fuera nueva. El resultado en esta película es que los temas propuestos, más o menos interesantes, no terminan de ligar en una salsa al punto.
Llegados a este punto, hay que hablar de las tramas, y para estar tranquilo me mudo a la zona spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En el melodrama de las cuatro mujeres (dos madres, dos hijas), se mete con calzador la asignatura no resuelta de las fosas de ciudadanos asesinados y enterrados como basura en el contexto de nuestra Guerra Civil. El gesto queda un poco torcido porque son dos temas que no terminan de casar...
Lo mismo ocurre con el origen del embarazo de Ana-Milena. Violación grupal, indefensión de la víctima, sistema judicial que no llega. Da la impresión de que al Almodóvar guionista le interesó este tema, y aquí lo metió como lo podía haber metido en cualquier otra película.
De la saturación de problemas en torno a la salud y el infortunio ya había dado muestras en obras anteriores ("Dolor y gloria", sobre todo "Julieta"), la muerte súbita de Anita, el cáncer de la esposa de Israel Elejalde. Acaba por cansar.
¿Metemos también con calzador un personaje trans? Venga, va. Total, ya puestos.
La historia de Aitana-Teresa es patética. E irritante. Pedro, mira, verás, en España hay ley de divorcio desde 1981. Toda vez que Ana-Milena nació en 2000 (año arriba, año abajo) la mención que hace Teresa al Tribunal de la Rota es, más que una inexactitud, una estupidez, y con mala leche además: el cine de Almodóvar se ve en el mundo, y no será que mi país tenga todos los problemas resueltos, pero de ahí a que España, entrado el nuevo milenio, sea un estado teocrático en el que el clero tenga decisión sobre relaciones personales y su legalidad... Así se construyen las leyendas negras, luego no nos quejemos.
Israel Elejalde no sale bien parado, le cuesta imprimir intensidad a su personaje, y termina siendo un pegote. Milena Smit tampoco se hace con el suyo. Despliega bien, pero en el momento de la verdad (la confesión de Penélope-Janis) se desploma cuando el director la hace víctima de una reacción a lo Tele5, y ya no remonta. Rossy de Palma y Julieta Serrano no pintan nada en esta película.
Por último, el final. Atolondrado y apresurado, resta mucho. Ese colegueo, ese buenismo (elijo conscientemente tan manido término), no cuadra para nada, remata mal el despliegue de intensidad con que nos ha obsequiado la película.
... ¿Y sin embargo, un 6? Pasen y vean. Vean a Penélope Cruz comiéndose la pantalla. A una actriz excelsa, en madurez y plenitud. Sobrevolando todas las disfunciones del guión, que sólo su mirada sostiene. Yo vería a esta actriz incluso leyendo el BOE.
Lo mismo ocurre con el origen del embarazo de Ana-Milena. Violación grupal, indefensión de la víctima, sistema judicial que no llega. Da la impresión de que al Almodóvar guionista le interesó este tema, y aquí lo metió como lo podía haber metido en cualquier otra película.
De la saturación de problemas en torno a la salud y el infortunio ya había dado muestras en obras anteriores ("Dolor y gloria", sobre todo "Julieta"), la muerte súbita de Anita, el cáncer de la esposa de Israel Elejalde. Acaba por cansar.
¿Metemos también con calzador un personaje trans? Venga, va. Total, ya puestos.
La historia de Aitana-Teresa es patética. E irritante. Pedro, mira, verás, en España hay ley de divorcio desde 1981. Toda vez que Ana-Milena nació en 2000 (año arriba, año abajo) la mención que hace Teresa al Tribunal de la Rota es, más que una inexactitud, una estupidez, y con mala leche además: el cine de Almodóvar se ve en el mundo, y no será que mi país tenga todos los problemas resueltos, pero de ahí a que España, entrado el nuevo milenio, sea un estado teocrático en el que el clero tenga decisión sobre relaciones personales y su legalidad... Así se construyen las leyendas negras, luego no nos quejemos.
Israel Elejalde no sale bien parado, le cuesta imprimir intensidad a su personaje, y termina siendo un pegote. Milena Smit tampoco se hace con el suyo. Despliega bien, pero en el momento de la verdad (la confesión de Penélope-Janis) se desploma cuando el director la hace víctima de una reacción a lo Tele5, y ya no remonta. Rossy de Palma y Julieta Serrano no pintan nada en esta película.
Por último, el final. Atolondrado y apresurado, resta mucho. Ese colegueo, ese buenismo (elijo conscientemente tan manido término), no cuadra para nada, remata mal el despliegue de intensidad con que nos ha obsequiado la película.
... ¿Y sin embargo, un 6? Pasen y vean. Vean a Penélope Cruz comiéndose la pantalla. A una actriz excelsa, en madurez y plenitud. Sobrevolando todas las disfunciones del guión, que sólo su mirada sostiene. Yo vería a esta actriz incluso leyendo el BOE.
14 de octubre de 2021
14 de octubre de 2021
116 de 157 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me da especial coraje puntuar tan bajo el trabajo de un director al que admiro y valoro y que nos ha regalado maravillosas historias y experiencias, pero sinceramente creo que está película se desmorona cuando más tenía que brillar...(continúo en Spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Creo que la película está bastante bien: correcta y emotiva actuación de Penélope, una muy imponente Aitana Sánchez-Gijón, una trama dura y con muchos matices, conversaciones perspicaces y sin filtros, uso del color, banda sonora, cameos, en la línea del estilo de Almodóvar...y todo funciona...
...hasta la escena del TEMAZO de Janis Joplin (en mayúsculas porque no puede ser más genial y, junto a la versión de Miles Davis de Autumn Leaves dos grandes joyas de la BSO). A partir de ahí creo que Almodóvar se complica la vida en varias ocasiones:
- Liando a las protagonistas y creando una relación amorosa entre ellas que solo parece renacer de la culpa de una y del desarraigo de otra, para al final no resolver esa parte y hacer como si no hubiera pasado nada.
- Derivado del punto anterior, surgen escenas muy frías y poco creíbles, como la escena en la que Ana se lleva a la niña (no sé, muy frívolo y sinceramente poco humano para lo que han pasado ambas). Me permito volver a defender la actuación de Penélope en detrimento de Milena Smit, que ni me emociona ni me convence.
- La subtrama de la memoria histórica, que parecía algo “paralelo” a la trama principal acaba apoderándose de la película y no creo que esté mal el mensaje, estoy de acuerdo en que no podemos olvidar el pasado y todo lo demás, pero creo que ambas tramas no funcionan bien juntas, no se unen y que deberían haber sido tratadas de forma separada. A este punto podría añadir las "puñitas" ideológicas, que normalmente no me molestan, pero en esta película sí que me han sacado de la historia y las he visto forzadas y fuera de lugar.
En fin, me deja un mal sabor de boca porque realmente me estaba gustando el arranque y su evolución inicial. Me consuela saber que tendrá buena acogida y que podremos seguir disfrutando, en mayor o en menor medida, de su particular cine.
...hasta la escena del TEMAZO de Janis Joplin (en mayúsculas porque no puede ser más genial y, junto a la versión de Miles Davis de Autumn Leaves dos grandes joyas de la BSO). A partir de ahí creo que Almodóvar se complica la vida en varias ocasiones:
- Liando a las protagonistas y creando una relación amorosa entre ellas que solo parece renacer de la culpa de una y del desarraigo de otra, para al final no resolver esa parte y hacer como si no hubiera pasado nada.
- Derivado del punto anterior, surgen escenas muy frías y poco creíbles, como la escena en la que Ana se lleva a la niña (no sé, muy frívolo y sinceramente poco humano para lo que han pasado ambas). Me permito volver a defender la actuación de Penélope en detrimento de Milena Smit, que ni me emociona ni me convence.
- La subtrama de la memoria histórica, que parecía algo “paralelo” a la trama principal acaba apoderándose de la película y no creo que esté mal el mensaje, estoy de acuerdo en que no podemos olvidar el pasado y todo lo demás, pero creo que ambas tramas no funcionan bien juntas, no se unen y que deberían haber sido tratadas de forma separada. A este punto podría añadir las "puñitas" ideológicas, que normalmente no me molestan, pero en esta película sí que me han sacado de la historia y las he visto forzadas y fuera de lugar.
En fin, me deja un mal sabor de boca porque realmente me estaba gustando el arranque y su evolución inicial. Me consuela saber que tendrá buena acogida y que podremos seguir disfrutando, en mayor o en menor medida, de su particular cine.
22 de octubre de 2021
22 de octubre de 2021
163 de 258 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de malgastar dos horas de mi vida y 6 euros en ver este truño almodovariano. Los 6 euros los perdono, pero las dos horas se las voy a pasar a cuenta al manchego hasta el día en que me muera, reprochándole que podría haber disfrutado mi vida dos horas más.
Porque estas han sido dos horas sufridas. Dos horas de un director que ya no tiene nada que contar y que se dedica a darnos cansinas lecciones de historia manierista sobre la guerra civil y las fosas comunes. Sí, parece que a priori la peli no va de eso, pero es que al final no va de nada en realidad. Se limita a cruzar tramas inconexas, a las que no saca ningún jugo, mientras recorre el inventario progre: el feminismo mal entendido, la maternidad uniparental, la sexualidad ambivalente, la equiparación de pijos y falangistas, la simplona división de buenos y malos. Una ensalada que ha salido incoherente, de ritmo irregular, sin tensión dramática, y ya en la recta final, tediosa y tendenciosa.
Tomates manchegos para Pedro.
Porque estas han sido dos horas sufridas. Dos horas de un director que ya no tiene nada que contar y que se dedica a darnos cansinas lecciones de historia manierista sobre la guerra civil y las fosas comunes. Sí, parece que a priori la peli no va de eso, pero es que al final no va de nada en realidad. Se limita a cruzar tramas inconexas, a las que no saca ningún jugo, mientras recorre el inventario progre: el feminismo mal entendido, la maternidad uniparental, la sexualidad ambivalente, la equiparación de pijos y falangistas, la simplona división de buenos y malos. Una ensalada que ha salido incoherente, de ritmo irregular, sin tensión dramática, y ya en la recta final, tediosa y tendenciosa.
Tomates manchegos para Pedro.
18 de octubre de 2021
18 de octubre de 2021
93 de 142 usuarios han encontrado esta crítica útil
Respeto y me gusta bastante el cine de Almodóvar, pero esta película me ha dejado muy frío. Una primera hora lenta donde parece presentarnos una trama que nunca llega (en el resto del film) a cuadrar. Una entrada en política del director manchego sin fuerza donde, en lugar de removernos las entrañas, nos llegan cuatro panfletos muy encorsetados y sin alma. Me ha chocado especialmente después de ver la maravilla que para mí es Dolor y Gloria. Tengo la sensación de que Almodóvar se muestra servil con el discurso oficialista y agradece los favores recibidos porque si no, no entiendo nada. ¡Y Pensar que siempre ha sido una persona rebelde! Algunos detalles del colorido de su cine, la interpretación de Aitana y... poco más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Después de una hora primera hora lenta, por fin parece que puede engancharnos con la relación de las dos actrices protagonistas y de buenas a primeras pega un hachazo y lo cierra sin una última conversación entre ellas (que se presentaba como fundamental). Esta parte la veo mal cuadrada. A continuación se mete durante los 20 minutos finales con la trama de las exhumaciones con las que nunca llega a conmover.
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