El mismo día llegan a las pantallas de cine dos película españolas remakes de películas francesas y comedia costumbrista sin ninguna gracia y menos interés. Las dos con generosas subvenciones del Ministerio de Cultura y producidas por las dos principales empresas del sector audiovisual español. Las dos malas de solemnidad y totalmente prescindibles que deberían llevar al ICAA a revisar la normativa para la concesión de dinero público. Financiar películas como La Infiltrada, El 47, La Virgen Roja, Marco o As Bestas es justo y necesario, pero no así todas estas pseudo comedias con origen extranjero resulta un ejercicio de corrupción inaceptable.
Al Otro Barrio es absurda, racista, falsa y sin gracia. Tan llena de tópicos como de estulticia.
Pez fuera del agua sería el género al que se puede relacionar esta película pero el problema es que estos peces son besugos y caen en un desierto de talento y de gracia.
Nada se puede salvar en esta película y tendrán que pagar muchos sobornos para obtener críticas positivas. Acabamos el año con las dos grandes productoras audiovisuales españolas proclamando a los cuatro vientos que no tienen ningún talento y que atracan las arcas públicas para realizar proyectos totalmente dañinos para la industria. ¿Quién es quién? es mala y esta es MUY MALA.

¿Recordáis Malviviendo? Esa Web Serie desarrollada con cuatro duros por unos chavales de Sevilla y dirigida por un todavía desconocido David Sainz?. Trataba de la dura vida del barrio en un tono satírico muy fresco y rebosante de autenticidad. Vale, pues es exactamente al revés.
Los guionistas parecen no haber cruzado al sur de la M-30 ni para comprar en Isla Azul...
Repleta de clichés y estereotipos, trata de abordar temas controvertidos, como la inmigración o la precariedad laboral, de manera superficial y forzada, en un tono cómico que funciona poco y mal, ofendiendo a las dos Españas (y porque no hay tres). Por cierto, consejo para la próxima: en los barrios de periferia se puede ser Español sin ser gitano.

Me encontré con una película mucho más entretenida de lo que esperaba. Mar Olid su directora, no participó del chiste fácil, la historia trillada. Aquí los personajes tienen entidad, y más que una comedia al uso, nos encontramos con un diversificado de situaciones narradas con buen ritmo, donde se conjugan diversos elementos muy bien combinados, dando como resultado una historia fluida y versátil.

Quim Gutiérrez defiende su personaje con solvencia, aportando ese tono que tan hábilmente mezcla: la ternura, asociada a un comportamiento desvalido, de un tipo majete que podría ser tu vecino de rellano. El resto de actores interpretan sus papeles con efectividad.

El título de mi comentario está sacado de un diálogo de la propia película. Tal vez un 6 le venga grande, pero es la nota que creo se merece entre las dos posibles. 5,7 sería mi valoración.

Comedia pasable y disfrutable, si no vas con las expectativas demasiado subidas (de los productores de Cual y Pascual y demás). A este nivel los guiones con algunas coincidencias en plan serendipia son tan inevitables como la señora de risita irritante que sentó detrás de mi butaca (yo diría que las ponen adrede). Un suspiro y paciencia.

Bueno, sí, a veces es un poco sentimentaloide, diseño gran público con reminiscencias del cine americano, consabidos clichés y tal. Bueno, sí, a veces, sus chistes son un poco clasistas y previsibles en lo referente a las culturas foráneas/propias (los acentos un poco forzados y evidentes), más clichés, etc. Y bueno, sí, un poco de discurso progresista, rollo integración guay (ese tufillo a buenismo woke), que hará a más de un conservador taparse la nariz y mirar hacia otro lado, en fin, igual muy a veces un poco de izquierdas y eso. Pero también hay un guiño al capitalismo cool, tan creativo pero desprovisto de escrúpulos, ese emprendedor que lleva su negocio (su idea, su sueño, es decir, la vida como un todo) al triunfo con su ingenio intempestivo y a prueba de bombas. La conclusión final no es explícita, no hay un juicio moral sobre lo de estafar a Hacienda (a los ciudadanos), pero se intuye que el protagonista emprendedor igual se pasó un pelín. Bueno, vaya, una sonrisa y pa'lante, al fin y al cabo, la picaresca está en nuestro ADN.

O sea, que si vamos a criticar esta película, podríamos acribillarla a balazos desde diferentes flancos. Pero, mi querida gente, ¡de algo nos tendremos que reír! Que haya paz. Id al cine y soltaos un poco, que buena falta nos hace a todos.

Este film igual te arranca una que otra sonrisa. Sin más.

Este remake de Bienvenidos al barrio cumple con su cometido de entretener. Y poco más hay que decir sobre una película de tópicos raciales, humor asequible, interpretaciones correctas y una trama predecible.

La debutante Mar Olid reúne a un elenco (liderado por Quim Gutiérrez) comprometido con el proyecto que otorga cierta naturalidad a los diálogos y a los personajes estereotipados. Todos ellos consiguen que el espectador pase un rato ameno y quizá le dedique un momento a reflexionar sobre los prejuicios sociales. En resumen, queda una propuesta divertida y amable.

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