Tempestad sobre el Nilo
1955 

6.0
317
Aventuras. Bélico. Drama
En 1865, el Regimiento Royal North Harvey se dispone a partir para Egipto para sofocar la rebelión de los derviches. Al mismo tiempo, el oficial Harry Faversham ha decidido abandonar el ejército, decisión que no comparten ni sus familiares ni sus amigos. Nuevo remake de "Las cuatro plumas", dirigida también por Korda. En este caso incluso usó el mismo guión y parte del rodaje de la versión anterior. (FILMAFFINITY)
17 de mayo de 2019
17 de mayo de 2019
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bajo el gobierno del carismático líder musulmán, Muhammad Ahmad, conocido como El Mahdi, Sudán decidió, mediante una yihad, acabar con la larga ocupación otomana y egipcia… y durante el asedio a Khartoum, derrotó y eliminó al general inglés, Charles George Gordon, su principal opositor… pero, tras algunas victorias adicionales, apenas 6 meses habían pasado desde la toma de Khartoum, cuando, El Mahdi, falleció a causa del tifus. Aprovechando la disminuida fuerza de los rebeldes (derviches) de Sudán, Lord Kitchener de Inglaterra, preparó una ofensiva que aniquilaría a los seguidores del líder religioso, durante la batalla de Omdurmán, en 1898.
Debido a que, Zoltan Korda, era un hombre consecuente y enemigo del colonialismo, no fue el hecho histórico lo que lo animó a hacer esta película -producida por London Films, empresa regentada por su hermano, Alexander-, sino la especial relación que se produce entre 5 cinco seres humanos que ven la vida, las tradiciones y el valor, de diferentes maneras… y es bien probable que, su concepción de ciertos valores cambie para siempre. En cualquier otra guerra, creo que el eje argumental funcionaría casi igual.
Se partió de la novela, “The Four Feathers” (1902) del inglés, A.E.W. (Alfred Edward Woodley) Mason, y de su adaptación se ocupó, R.C. (Robert Cedric) Sherriff (con la colaboración de, Lajos Biró y Arthur Wimperis), quien pudo haber incluido algunas de sus experiencias como soldado en la I Guerra Mundial.
Siempre obsesionado con la fidelidad a los hechos históricos, locaciones, vestuarios, etc., Korda se esmeró tanto que rodó exactamente en los sitios del desierto de Sudán donde se dieron las batallas; y con este material, fue que hizo, “The Four Feathers” (1939), película que obtuvo un gran éxito internacional. Recordando este triunfo, el director se animó a volver a explotar el filón, dieciséis años después, pues, sus últimos títulos, “A Woman’s Vengeance” y “Cry the Beloved Country”, no obstante ser dos magníficas películas, no marcharon muy bien en las taquillas.
Surge, entonces, <<TEMPESTAD SOBRE EL NILO>>, un remake casi calcado que dirigió, Terence Young, incluyendo diversas escenas y numerosos planos de lo rodado por, Korda, para su éxito anterior. En especial, se recuperan las complejas escenas de batalla... y se abona que, las nuevas actuaciones, resultan también afortunadas. El diseño de producción, la composición de imágenes... y la banda sonora, también enriquecen un filme que se ha propuesto exaltar el valor de un hombre que, únicamente necesitaba a alguien que creyera firmemente en él, para animarse a demostrar que no es tan cobarde, ¡ni tan mudo!, como algunos imaginaron.
El personaje protagónico es, Harry Faversham, un joven perteneciente a una familia de “héroes militares” generación tras generación, a quien su padre siempre visionó como un cobarde, y quizás, esto lo convenció de que, en realidad lo era. Pero, tras renunciar al ejército que parte para Sudán, recibe cuatro plumas blancas (significando: ¡Cobarde!) de sus mejores amigos y de la mujer que ama… y esto lo sacudirá desde el fondo de su alma.
Anthony Steel (Harry), Laurence Harvey (John Durrance) y Mary Ure (Mary Burroughs), son los protagonistas de una película que no luce ahora original, pero, cuya historia, no obstante, fue escrita para trascender, pues, consigue demostrar que, el valor es cualidad de todos los hombres, solo que algunos necesitan ciertas presiones para demostrarlo… y entonces ¡témanles!
Título para Latinoamérica: EL NILO EN LLAMAS
Debido a que, Zoltan Korda, era un hombre consecuente y enemigo del colonialismo, no fue el hecho histórico lo que lo animó a hacer esta película -producida por London Films, empresa regentada por su hermano, Alexander-, sino la especial relación que se produce entre 5 cinco seres humanos que ven la vida, las tradiciones y el valor, de diferentes maneras… y es bien probable que, su concepción de ciertos valores cambie para siempre. En cualquier otra guerra, creo que el eje argumental funcionaría casi igual.
Se partió de la novela, “The Four Feathers” (1902) del inglés, A.E.W. (Alfred Edward Woodley) Mason, y de su adaptación se ocupó, R.C. (Robert Cedric) Sherriff (con la colaboración de, Lajos Biró y Arthur Wimperis), quien pudo haber incluido algunas de sus experiencias como soldado en la I Guerra Mundial.
Siempre obsesionado con la fidelidad a los hechos históricos, locaciones, vestuarios, etc., Korda se esmeró tanto que rodó exactamente en los sitios del desierto de Sudán donde se dieron las batallas; y con este material, fue que hizo, “The Four Feathers” (1939), película que obtuvo un gran éxito internacional. Recordando este triunfo, el director se animó a volver a explotar el filón, dieciséis años después, pues, sus últimos títulos, “A Woman’s Vengeance” y “Cry the Beloved Country”, no obstante ser dos magníficas películas, no marcharon muy bien en las taquillas.
Surge, entonces, <<TEMPESTAD SOBRE EL NILO>>, un remake casi calcado que dirigió, Terence Young, incluyendo diversas escenas y numerosos planos de lo rodado por, Korda, para su éxito anterior. En especial, se recuperan las complejas escenas de batalla... y se abona que, las nuevas actuaciones, resultan también afortunadas. El diseño de producción, la composición de imágenes... y la banda sonora, también enriquecen un filme que se ha propuesto exaltar el valor de un hombre que, únicamente necesitaba a alguien que creyera firmemente en él, para animarse a demostrar que no es tan cobarde, ¡ni tan mudo!, como algunos imaginaron.
El personaje protagónico es, Harry Faversham, un joven perteneciente a una familia de “héroes militares” generación tras generación, a quien su padre siempre visionó como un cobarde, y quizás, esto lo convenció de que, en realidad lo era. Pero, tras renunciar al ejército que parte para Sudán, recibe cuatro plumas blancas (significando: ¡Cobarde!) de sus mejores amigos y de la mujer que ama… y esto lo sacudirá desde el fondo de su alma.
Anthony Steel (Harry), Laurence Harvey (John Durrance) y Mary Ure (Mary Burroughs), son los protagonistas de una película que no luce ahora original, pero, cuya historia, no obstante, fue escrita para trascender, pues, consigue demostrar que, el valor es cualidad de todos los hombres, solo que algunos necesitan ciertas presiones para demostrarlo… y entonces ¡témanles!
Título para Latinoamérica: EL NILO EN LLAMAS
1 de junio de 2022
1 de junio de 2022
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante propuesta. No he visto "Las cuatro plumas", que es la original sobre la que se edificó este remake.
Es una de las primeras películas de Laurence Harvey, que tiene est punto teatral tan apreciado en los actores ingleses. Sobrio, elegante, varonil sin ser empalagoso.
La cinta es una mezcla de película de guerra / aventuras, y amor, reflexiones sobre la vida y el amor, sobre la cobardía y el valor, sobre la hombría. Y, sobre todo, de la redención y el perdón en la realización de actos heroicos que no han sido solicitados, ni siquiera por las mentes más calenturientas. Es, se mire como se mire, una forma muy extraña de rendir honor a sí mismo, y que tampoco creo que tenga demasiado sentido para la sociedad o para las personas que supuestamente has agraviado. El honor del Siglo XIX, clasista y ritual, fuera de la lógica actual en todo caso.
Tiene esa perspectiva clásica, de grandes obras, de gran perspectiva, con un guión estupendo, y, sobre todo, con unos diálogos verdaderamente estupendos.
Es una de las primeras películas de Laurence Harvey, que tiene est punto teatral tan apreciado en los actores ingleses. Sobrio, elegante, varonil sin ser empalagoso.
La cinta es una mezcla de película de guerra / aventuras, y amor, reflexiones sobre la vida y el amor, sobre la cobardía y el valor, sobre la hombría. Y, sobre todo, de la redención y el perdón en la realización de actos heroicos que no han sido solicitados, ni siquiera por las mentes más calenturientas. Es, se mire como se mire, una forma muy extraña de rendir honor a sí mismo, y que tampoco creo que tenga demasiado sentido para la sociedad o para las personas que supuestamente has agraviado. El honor del Siglo XIX, clasista y ritual, fuera de la lógica actual en todo caso.
Tiene esa perspectiva clásica, de grandes obras, de gran perspectiva, con un guión estupendo, y, sobre todo, con unos diálogos verdaderamente estupendos.
22 de marzo de 2017
22 de marzo de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título de este film no debe llevarnos a engaño ya que se trata de un remake del clásico "Las cuatro plumas" (1939) de Zoltan Korda, basado en el mismo guión de R.C. Sherriff (Novela de A.E.W. Mason) y dirigido de nuevo por Korda, esta vez con la ayuda de Terence Young. Incluso se llegaron utilizar escenas de batallas de la versión de 1939. Estamos pues, ante un remake inferior al original y que no aporta nada nuevo pero que entretiene y se ve con agrado.
La película pierde interés gradualmente porque imita demasiado al original. Para quienes no conocen el clásico de 1939, la película, con su ritmo lento, se asemeja a las aventuras bélicas exóticas de los años 50. Si conoces la primera película, el efecto es aún más doloroso, ya que Alexander Korda reutiliza escenas enteras de la original, lo que genera una ruptura en la experiencia visual, a pesar de que parte del rodaje se realizó en Sudán. En resumen, este "Four White Feathers" es un remake que habría sido mejor si se hubiera distanciado de la versión anterior para ser más convincente. El estilo nervioso de Terence Young apenas se nota, y es a través de las diferencias con la original que surge su principal interés.
En cuanto al reparto destaca la interpretación de Laurence Harvey y de los secundarios Michael Hordern, Ferdy Mayne y Christopher Lee.
Durante el rodaje en Sudán, para tener suficientes hombres blancos para interpretar a las tropas británicas, se utilizaron soldados británicos reales estacionados en el país como extras.
La película pierde interés gradualmente porque imita demasiado al original. Para quienes no conocen el clásico de 1939, la película, con su ritmo lento, se asemeja a las aventuras bélicas exóticas de los años 50. Si conoces la primera película, el efecto es aún más doloroso, ya que Alexander Korda reutiliza escenas enteras de la original, lo que genera una ruptura en la experiencia visual, a pesar de que parte del rodaje se realizó en Sudán. En resumen, este "Four White Feathers" es un remake que habría sido mejor si se hubiera distanciado de la versión anterior para ser más convincente. El estilo nervioso de Terence Young apenas se nota, y es a través de las diferencias con la original que surge su principal interés.
En cuanto al reparto destaca la interpretación de Laurence Harvey y de los secundarios Michael Hordern, Ferdy Mayne y Christopher Lee.
Durante el rodaje en Sudán, para tener suficientes hombres blancos para interpretar a las tropas británicas, se utilizaron soldados británicos reales estacionados en el país como extras.
5 de octubre de 2024
5 de octubre de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin el encanto y frescura de la versión de 1939, pese a estar casi milimétricamente calcada secuencia a secuencia y sin siquiera rodar de nuevo algunas secuencias de masas como la de la batalla final. Esto último es algo que, al menos en la copia que yo vi, al tener que adaptar el formato de 4:3 a uno más panorámico, repercute muy negativamente en la cinta.
Aunque el nuevo reparto no lo haga mal del todo, alguno de sus miembros, como James Robertson Justice, es claramente inferior a su predecesor C. Aubrey Smith, cuya interpretación del viejo general que escenifica una y otra vez una batalla de la guerra de Crimea, y para indicar donde estaba él blande una piña, era uno de los emblemas de aquella película.
Curiosamente, se mantuvo también algún fragmento del original estrenado 15 años antes en secuencias que no son de masas, y es el caso de John Laurie en el papel de Califa.
Por lo demás, la película no añade ni suma nada de interés a su predecesora, al margen de detallles colaterales como el interés que para ciertos mitómanos y frikis pueda tener la presecia de Cristopher Lee en un breve papel secundario de los muchos que desempeñó antes de centrarse en el terror de la Hammer.
Aunque el nuevo reparto no lo haga mal del todo, alguno de sus miembros, como James Robertson Justice, es claramente inferior a su predecesor C. Aubrey Smith, cuya interpretación del viejo general que escenifica una y otra vez una batalla de la guerra de Crimea, y para indicar donde estaba él blande una piña, era uno de los emblemas de aquella película.
Curiosamente, se mantuvo también algún fragmento del original estrenado 15 años antes en secuencias que no son de masas, y es el caso de John Laurie en el papel de Califa.
Por lo demás, la película no añade ni suma nada de interés a su predecesora, al margen de detallles colaterales como el interés que para ciertos mitómanos y frikis pueda tener la presecia de Cristopher Lee en un breve papel secundario de los muchos que desempeñó antes de centrarse en el terror de la Hammer.
18 de abril de 2023
18 de abril de 2023
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Ante todo, la novela 'Las cuatro plumas' es la apoteosis del cine colonial, británico y aventurero, pero nunca ha tenido mucho sentido. ¿Un joven se niega a ir a la guerra junto con sus amigos pero, al día siguiente, decide ir por libre, disfrazarse y, oh, casualidad, salvarles a los tres? Pues eso, pero una mala novela nunca ha sido inconveniente para una buena película... y todas las adaptaciones de 'Las cuatro plumas' merecen la pena, incluyendo esta, que es un poco refrito de la versión en solitario de Zoltan Korda de los años treinta. Revisada hoy, solo destaca por la presencia del imponente Laurence Harvey, al que cualquier uniforme le sentaba muy rebién. El resto, más bien aburrido.
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