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Yo no soy Madame Bovary

Comedia. Drama Li Xuelian monta un falso divorcio para obtener un segundo apartamento, pero su marido se vuelve a casar inesperadamente. Después de recurrir al juzgado sin éxito, Li emprende un absurdo periplo de diez años. (FILMAFFINITY)
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5
11 de marzo de 2017
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Yo no soy Madame Bovary”, de Fen Xiaogang fue la película china que consiguió, además del premio a la mejor actriz para Fan Bingbing, llevarse la Concha de Oro a la mejor película en San Sebastián, concretamente en su 64 edición. No sé si la decisión fue justa (también consiguió en Toronto el Premio Fipresci) pero era necesario que se le premiara ya que su exhibición, no me refiero ya a España sino a su explotación mundial, será bastante difícil que llegue a tener resonancia. Por ejemplo, ayer se estrenaba en nuestro país sin promoción y ningún tipo de información. Curiosamente la cartelera no aparecía entre los estrenos de FilmAffinity como es habitual, y en el mismo cine, una de las taquilleras, bastante lerda por cierto, aseguraba con aire de estúpida autosuficiencia que no se estaba proyectando ya que todavía ni se había estrenado. Su paso por San Sebastián, a pesar de su aparente triunfo, de poco le ha servido.

Y es que “Yo no soy Madame Bovary” no es un film de fácil asimilación. A pesar de sus indudables dosis estéticas, de entrada, su formato circular, para los que tengan ciertos problemas de visión como Fernando Trueba, les resultará bastante incómoda la proyección. Tres cuartos de su metraje se desarrollan en este extraño formato circular. Se agradece cuando su formato se alarga en varias de sus secuencias (un formato parecido al utilizado por Xavier Dolan en “Mommy”) para concluir varios minutos en Panavision. A veces sus composiciones plásticas son inusuales y preciosas mientras que en otras ocasiones son meramente preciosistas. Aún así, su fotografía y su buena banda sonora, para mí, creo que es lo más destacable. En cuanto a la elección del formato, lo siento, me ha sonado más a snobismo que a otra cosa, ya que ni su guión ni su dirección, por ejemplo, no acompañan en ningún momento el supuesto vanguardismo visual.

No termino por compartir el haberle otorgado el premio a la mejor actriz. El que el reparto cumpla tampoco significa que su protagonista resalte en ningún momento. Es más, su guión, que creo que es donde residen la mayoría de los obstáculos que el film posee, no logra interesar lo suficiente, al irse perdiendo entre tanta escena centrada en la aburrida burocracia y donde su posible humor se difumina. Posiblemente su final es cuando, al dejar aclarada la historia por completo, me deja un poso de cierta decepción. No nos habla de lo que en principio creíamos, de una mujer con honor, luchadora y reivindicativa que deja en evidencia la inútil y aburrida burocracia. Finalmente nos ha dado la sensación que se nos ha mostrado a una mujer obsesiva, de vida hueca y dependiente, que despide, más que ciertos valores tradicionales, machistas, quizás impuestos por la censura, que dicho sea de paso, eliminó más de diez minutos de su metraje.

Por todo ello me ha resultado una película descompensada tanto en sus valores como en su resultado, curiosa en algunos aspectos, aunque insuficiente en su conjunto como para considerarla interesante. Pasable, con el aliciente de ser exótica. Pero poco más.
6
25 de septiembre de 2016
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
I Am Not Madame Bovary del director chino Xiaogang Feng se alzó con la codiciada Concha de Oro en la 64 edición del Festival de cine de San Sebastián, mientras la estrella de cine, Fan Bingbing lograba la Concha de Plata a la mejor actriz.

La propuesta en un tono poético nos relata la lucha de Li Xuelian que organiza un falso divorcio para optar a un segundo apartamento. A los seis meses, su marido se casa con otra y ella denuncia el falso divorcio. Ahí empieza la lucha de esta mujer por hacer valer sus derechos. La protagonista, en un tono que roza en ocasiones la sátira, muestra cómo está dispuesta a todo para que se le reconozcan sus demandas, abordar a los jueces en las calles, lanzarse a sí misma frente a sus coche, exigiendo una y otra vez en la nulidad de su estado.

Formalmente se utiliza la técnica del encuadre que enmarcada en un círculo, para narrarnos parte del film. Según el director quería rodar con la pantalla en redondo porque es una película muy china y los diversos avatares que atraviesa la protagonista no podrían ocurrir en otro lugar del mundo. La técnica contrasta la tradición y el retrato de Li Xuelian, con un enmarque convencional, subrayando los convencionalismos, la rigidez y la burocracia del sistema de justicia de Beijing. Allí la cámara pasa al encuadre completo.

Pasan los años, y continúa la lucha de Xuelian hasta demandar al Estado por no reconocer sus demandas. En un tono sarcástico se constata lo absurdo de la lucha con la burocracia de un país, que se muestra sorda a las inquietudes que plantean sus ciudadanos, que no resulta resolutiva, y alarga en lugar de resolver el conflicto. El dilema moral en el que se ve sumergida consume todos los planos de su vida. Su vida se paraliza, se suspende en espera de una resolución que parece no llegar nunca. No es capaz de continuar. La burocracia y la espera de una resolución acaba dominando todas las esferas de su vida.

La historia, casi simbólica, puede verse como un espejo de la sociedad China actual, y de la incapacidad de acercarse a las necesidades de los ciudadanos; pero también en otro nivel, como una reflexión más personal sobre cómo hay cuestiones que pueden condicionar y suspender toda una vida.
6
21 de julio de 2017 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película a la que tal vez lo único que se le puede reprochar es su excesivo metraje. Algo mas de dos horas se hacen difíciles para cualquier espectador y mas cuando la trama en si parece no avanzar y quedarse estancada.
Pero es que esa es la historia de Lian, un circulo vicioso que parece no poder acabar nunca. Desde que fingió un divorcio con su marido para obtener un piso y este aprovecho el pretexto para engañarla y humillarla públicamente no cesara en su empeño de denunciar la situación y pedir un divorcio pero esta vez verdadero.
Nadie parece comprender el periplo que vive esta mujer durante mas de diez años, intentando hacer que su caso tome la importancia que merece y acosada constantemente por funcionarios públicos de la burocracia china que se preocupan mas por mantener su estatus y su puesto de trabajo que por los problemas de sus ciudadanos.
El punto culminante de la película es cuando el ex marido de Lian la llama Pan Jinlian, nombre que se le da a las mujeres adulteras y promiscuas. He leído en varios sitios que al principio la película se iba a llamar ''No soy Pan Jinlian'' por una leyenda china que viene narrada en el inicio de la cinta, en la que una mujer casada engaña a su marido. Y es que Lian no es la que engaña, es la engañada.
Engañada por su marido, por sus seres queridos y por toda una serie de funcionarios que jugaran con su destino para proteger sus propios intereses.
El director nos hace comprender la tensión y claustrofobia que vive nuestra protagonista con un circulo al que se ve reducida la pantalla durante casi toda la película y que solo se abre en ciertas ocasiones cuando Lian cree que va a poder escapar de ese destino cruel que se le depara.
Y es que ese circulo que nos obligan a mirar es el circulo vicioso que tiene que recorrer ella durante toda su vida. Un circulo que parece no tener fin.
Un recurso muy interesante que me hace recordar a Xavier Dolan en ''Mommy'', aunque esta me haya despertado menos sentimientos que la citada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final Lian confiesa. No se trataba de su orgullo o su dignidad. Tampoco guarda rencor por esos diez años siendo engañada y acosada para no hacer una denuncia.
Es el hijo que no nació. El aborto que tuvo al ser engañada por su marido. Ese hijo para el que necesitaban un divorcio falso. El hijo que nacería en aquel piso.
7
19 de marzo de 2017 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Feng Xiaogang consiguió la Concha de oro en la última edición del Fesival de cine de San Sebastián con esta cinta, la actriz protagonista ganó a su vez la Concha de oro a la mejor actriz.

La historia que nos presenta es muy poética y esta muy bien desarrollada , el director utiliza varios formatos durante todo el metraje, el formato de la pantalla circurlar es el más utilizado y el que mejor caracteriza todos los aspectos de la trama, tambíen ultiliza el formato cuadrado y el rectangular.

La actriz protagonista hará cualquier cosa para que le anulen un divorcio que según ella fue falso, para conseguir una segunda vivienda. A partir de ese momento cambiará su vida y la película nos muestra todo que esta mujer luchó durante mas de diez años para que le hicierán caso. Demandó a todos los miembros del estado chino.
Se representa muy bien como funciona burocráticamente esta sociedad China, dónde los ciudadanos son completamente ignorados y no les importán en absoluto.

Tiene una de las mejores fotografías vistas en los últimos tiempos
Todo la historia tiene sentido cuando descubres el final, que es magnífico.

Lo mejor: Las imágenes
Lo peor: Es demasiado larga
6
28 de septiembre de 2016 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo dentro de la Sección oficial, a las 12:00 en la sala 1 de los Cines Trueba, el debutante realizador chino Xiaogang Fen ofreció a la estrella Fan BingBing un vehículo de lucimiento en la interesante Wo bushi Pan Jinlian (No soy Madame Bovary), una película de árida premisa pero cautivador dispositivo formal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Li Xuelian descubre que el faslo divorcio que organizó con su marido Qin para poder optar a otro apartamento ha sido verdadero, y él va a casarse de nuevo. Decide recurrir a la justicia con una demanda, pero la inoperancia de la burocracia y la mala fama que ella recibe por haber sido mancillada previa al matrimonio la conducen al fracaso. Testaruda y determinada, Li mantendrá durante los próximos diez años de su vida una constante lucha de pleitos y visitas a los tribunales pequineses, pese a los intentos de la policía y conocidos por disuadirla u apresarla. Una premisa atípica y poco apasionante, que sorprende por su propuesta visual. La película juega con los formatos de imagen, presentando las escenas desarrolladas en el pueblo de ella en un original formato circular, y las escenas de Pekín en 1/1, entre otros. Su hermosa fotografía cuidadosamente encuadrada y su hermosa música elevan la calidad de un filme de argumento vano pero humor acertado.
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