La isla de los corsarios
1952 

6.2
1,074
4 de enero de 2007
4 de enero de 2007
34 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
El actor por excelencia del cine de aventuras, en su época de capa caída, pero en el tiempo de máximo apogeo de las películas de aventuras; tuvo ocasión de brindarnos dos muestras de lo que hubiese sido su segunda 'juventud' en el género de aventuras. La isla de los corsarios no le llega ni a la suela de los zapatos a los verdaderos películones que Flynn protagonizó durante la segunda mitad de la década de los 30, en que era una superstrella del firmamento cinematográfico. Sin embargo de las pelis que podemos rescatar de este tiempo ésta es una de ellas, un sucedáneo de sus andazas con Olivia de Havilland años atrás, pero una buena muestra, acompañado de la maravillosa Maureen O'Hara y del mítico Anthony Quinn, una vez más, como espléndido secundario. Por lo que respecta al film, es una buena película de aventuras del corte más clásico, pero de mucho menos presupuesto que las de los 30 (Flynn ya había perdido su credibilidad). Totalmente recomendable, solo con ese matiz: que ya no hay tanta pasta, ni Flynn es aquél joven que desprendía energía por todos los lados.
20 de septiembre de 2018
20 de septiembre de 2018
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Prototípica película "de piratas" del viejo Hollywood de los grandes estudios. Y, como no, con un reparto encabezado por un trío mítico: Flynn-O'Hara-Quinn. Retomando la historia real de la mítica república pirata de Libertalia, fundada por el capitán Misson en Madagascar y cuyos restos jamás se han localizado (asi que posiblemente serian cabañas y poco más), los guionistas recrean una especie de Caribe africano o de isal de la Tortuga con un hermoso y blindado puerto al que es imposible entrar, salvo que se introduzca algún espía, y ahí tenemos al intrépido Flynn. Película de aventuras, en ocasiones en tono de comedia y equívocos con las interpretes femeninas, bien dirigida por un artesano como Sherman, el film nos lleva a aquellos tiempos de la "Primera sesión" de la TVE. Un gustazo.
22 de junio de 2019
22 de junio de 2019
12 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
103/13(19/06/19) Intrascendente nadería hecha a mayor gloria de Errol Flynn, queriendo emular sus pretéritos clásicos de aventuras, pero notándose su decadencia física producida por las adicciones (drogas y alcohol), y eso que solo tenía 43 años. También tiene presencia y reclamo comercial la gran Maureen O’Hara y el electrizante Anthony Quinn. Insustancial film de piratas que parece hecho con desgana, con un guión y desarrollo muy pobre, donde las situaciones avanzan por imperativo de libreto, donde los diálogos y sucesos resultan un atropello a la razón, con unos personajes acartonados. Dirige el inane George Sherman con un guión de Joseph Hoffman (“El capitán pirata”), bajo una historia de Aeneas MacKenzie (“Los 10 Mandamientos”), donde lo mejor es que su corta duración (80 minutos) hace que el aburrimiento apenas haga acto de presencia, esto adornado por un sentido del humor apolillado, donde las escenas de acción resultan sin atractivo alguno, provocándote añoranza de los clásicos del género piratil, un producto infantil, donde encima proliferan los vicios de la peor pedagogía del cine, como son el machismo y el racismo. Esto enmarcado en una puesta en escena que va de lo naif a lo kitsch.
Brian Hawke (Errol Flynn), un oficial de la Marina que está recibiendo algunos azotes cuando nos reunimos con él para darle autenticidad a la afirmación de que ha sido expulsado de la Armada. Para hacer una banda de piratas pretende infiltrarse. Existe este tipo de hermandad de piratas que se refugian en una isla custodiada por flancos de cañones posicionados estratégicamente cuando no están saqueando la alta mar, y es trabajo de Hawkes desarmar los cañones para que los barcos de la Armada Británica puedan navegar hacia el puerto. A pesar de las marcas en la espalda, el ganso de Hawke se ve cocinado gracias a las sospechas del malvado pirata Capitán Roc Brasiliano (Anthony Quinn), pirata Spitfire Stevens (O'Hara).
Todo resulta tan endeble que analizarlo es darle entidad por encima de lo que se merece, donde todos los manidos clichés se dan cita de modo ingenuo en una cinta rancia. Y es que su rezumante machismo es propio de casposos incurables, pues se supone que una mujer capitán pirata, Spitfire Stevens, puede ser algo de loar como ejemplo de empoderamiento femenino, pero el modo de delinear el personaje resulta ridículo, no te crees que esa mujer imponga respeto alguno, ya desde la primera escena que sin venir a cuento le da un morreo a un prisionero (Bryan Hawke encarnado por Errol Flynn), donde luego vemos que sus inquietudes son propias de quinceañeras superficiales, o sea ponerse vestidos pomposos, colocarse lunares e insinuarse cada dos por tres al mencionado personaje. Pero el colmo de la desfachatez es el personaje de la Princesa Patma (Alice Kelley), ataviada cual idealización de Sabrina (la bruja), aquí se combinan el racismo de que una mujer que debería tener apariencia de Medio oriente es blanca como la leche, pero la vergüenza ajena viene con su carácter idiotesco, una idiota que en medio de un barco ardiendo le da un beso un desconocido y queda prendada y extasiada, y luego no para de pedirle besos al susodicho. Por cierto, el mismo que el de la capitana, que no puede ser otro que Errol Flynn, con un rol en el que todas las mujeres bellas caen rendidas cual rayo a sus pies. Para sentido del humor fresco (ataque de cinismo) queda Molvina MacGregor (Mildred Natwick), la asistenta de la princesa, que cuando oye que van a vender a varias mujeres, y a ella no, protesta por no poder ser adjudicada (eso se llama humor inteligente y sin machismo alguno, puaj).
La puesta en escena es propia de una máquina de hacer churros sin entidad propia alguna, casi todo rodado en interiores con decorados al fondo que cantan la traviata, la filmación se realizó en un escenario en los Universal Studios en Los Ángeles con algunas imágenes de la ubicación en Palos Verdes (California-USA). Con peleas a espadas insulsas, donde por supuesto (por mor del nefasto Código Hays) no hay sangre tras estocadas, con soluciones de continuidad estúpidas (spoiler). Con unos atuendos que parecen sacados de una tienda de disfraces, ejemplo los coloridos de Maureen O’Hara, adornados con esas infinitas botas altas, donde el realismo ni está ni se le espera, todo cuasi-caricaturesco.
Errol Flynn hace de Errol Flynn, sin dilemas morales, sin dudas, invencible, soportando al principio una tunda de latigazos como el que toma té, tiene carisma, peor este al igual que su físico se veían arrugados. Interesantes anécdota sobre esta película es que el director George Sherman intentó prohibir el alcohol en el set, y para saltarse esto, Flynn hundiría naranjas en alcohol y las comería en el set. Flynn ejerció un grado de autoridad en el set, los cambios en su contrato significaron que tenía derecho a un porcentaje de las ganancias de la película y ordenó que los días de filmación terminaran a las 4:00 pm, momento en que se emborracharía. Fue su última película en Hollywood, haría tres más antes de su muerte en 1960, pero en Europa; Maureen O’Hara ofrece otro día más en la oficina, luciendo esplendor de belleza, pero con rol penoso; Anthony Quinn es el único que parece tomarse en serio la película, haciendo un correcto villano, pero lastrado por todo alrededor conspirando para hacer un bodrio.
Brian Hawke (Errol Flynn), un oficial de la Marina que está recibiendo algunos azotes cuando nos reunimos con él para darle autenticidad a la afirmación de que ha sido expulsado de la Armada. Para hacer una banda de piratas pretende infiltrarse. Existe este tipo de hermandad de piratas que se refugian en una isla custodiada por flancos de cañones posicionados estratégicamente cuando no están saqueando la alta mar, y es trabajo de Hawkes desarmar los cañones para que los barcos de la Armada Británica puedan navegar hacia el puerto. A pesar de las marcas en la espalda, el ganso de Hawke se ve cocinado gracias a las sospechas del malvado pirata Capitán Roc Brasiliano (Anthony Quinn), pirata Spitfire Stevens (O'Hara).
Todo resulta tan endeble que analizarlo es darle entidad por encima de lo que se merece, donde todos los manidos clichés se dan cita de modo ingenuo en una cinta rancia. Y es que su rezumante machismo es propio de casposos incurables, pues se supone que una mujer capitán pirata, Spitfire Stevens, puede ser algo de loar como ejemplo de empoderamiento femenino, pero el modo de delinear el personaje resulta ridículo, no te crees que esa mujer imponga respeto alguno, ya desde la primera escena que sin venir a cuento le da un morreo a un prisionero (Bryan Hawke encarnado por Errol Flynn), donde luego vemos que sus inquietudes son propias de quinceañeras superficiales, o sea ponerse vestidos pomposos, colocarse lunares e insinuarse cada dos por tres al mencionado personaje. Pero el colmo de la desfachatez es el personaje de la Princesa Patma (Alice Kelley), ataviada cual idealización de Sabrina (la bruja), aquí se combinan el racismo de que una mujer que debería tener apariencia de Medio oriente es blanca como la leche, pero la vergüenza ajena viene con su carácter idiotesco, una idiota que en medio de un barco ardiendo le da un beso un desconocido y queda prendada y extasiada, y luego no para de pedirle besos al susodicho. Por cierto, el mismo que el de la capitana, que no puede ser otro que Errol Flynn, con un rol en el que todas las mujeres bellas caen rendidas cual rayo a sus pies. Para sentido del humor fresco (ataque de cinismo) queda Molvina MacGregor (Mildred Natwick), la asistenta de la princesa, que cuando oye que van a vender a varias mujeres, y a ella no, protesta por no poder ser adjudicada (eso se llama humor inteligente y sin machismo alguno, puaj).
La puesta en escena es propia de una máquina de hacer churros sin entidad propia alguna, casi todo rodado en interiores con decorados al fondo que cantan la traviata, la filmación se realizó en un escenario en los Universal Studios en Los Ángeles con algunas imágenes de la ubicación en Palos Verdes (California-USA). Con peleas a espadas insulsas, donde por supuesto (por mor del nefasto Código Hays) no hay sangre tras estocadas, con soluciones de continuidad estúpidas (spoiler). Con unos atuendos que parecen sacados de una tienda de disfraces, ejemplo los coloridos de Maureen O’Hara, adornados con esas infinitas botas altas, donde el realismo ni está ni se le espera, todo cuasi-caricaturesco.
Errol Flynn hace de Errol Flynn, sin dilemas morales, sin dudas, invencible, soportando al principio una tunda de latigazos como el que toma té, tiene carisma, peor este al igual que su físico se veían arrugados. Interesantes anécdota sobre esta película es que el director George Sherman intentó prohibir el alcohol en el set, y para saltarse esto, Flynn hundiría naranjas en alcohol y las comería en el set. Flynn ejerció un grado de autoridad en el set, los cambios en su contrato significaron que tenía derecho a un porcentaje de las ganancias de la película y ordenó que los días de filmación terminaran a las 4:00 pm, momento en que se emborracharía. Fue su última película en Hollywood, haría tres más antes de su muerte en 1960, pero en Europa; Maureen O’Hara ofrece otro día más en la oficina, luciendo esplendor de belleza, pero con rol penoso; Anthony Quinn es el único que parece tomarse en serio la película, haciendo un correcto villano, pero lastrado por todo alrededor conspirando para hacer un bodrio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El tramo donde amarran los piratas a tres prisioneros en la playa para que se los coman los cangrejos, y por “misericordia” Spitfire decide “apuñalar” a uno de ellos para que no sufra, a los otros dos que les den por saco, además que todo era una treta de la para engañar al pérfido Capitán Roc Brasiliano (Anthony Quinn), y liberar en realidad a Bryan Hawke, lo cual hace proyectar la inteligencia cándida de Brasiliano, para colmo Bryan se suelta mientras aún están cerca Brasilaino &Co, pero qué más da, para que van estos zoquetes a darse la vuelta y mirar; El modo en que tres tipos se meten en el barco pirata y terminan tomándolo es propia de la inteligencia del hermano tonto de Forrest Gump: Tres contra toda una tripulación armada y no pueden ni rozarlos (puaj!); Hay mucho más pero le estoy dedicando espacio de más.
Film escrito originalmente por Aeneas MacKenzie y el director Richard Wallace como vehículo para Douglas Fairbanks, Jr , quien acababa de convertir a Sinbad the Sailor con Wallace, la película no se produjo y Aeneas MacKenzie vendió su guión original a Universal en julio de 1950. Alexis Smith e Yvonne De Carlo se mencionaron como posibles protagonistas femeninas y se asignó a Jack Gross como productor. William Goetz, jefe de producción, puso el proyecto en el estante hasta que pudo encontrar la estrella adecuada. En agosto de 1951, Errol Flynn firmó un contrato de una sola película con el estudio para hacer la película. Bajo su contacto con Warner Bros, a Flynn se le permitió hacer una película al año para un estudio externo. Su contrato con Universal significaba que Flynn tenía derecho a porcentaje de las ganancias. El guión reescrito por Joseph Hoffman y Anthony Quinn firmó desde el principio como el villano. Finalmente, Howard Christie se convirtió en productor, el director de George Sherman y Maureen O'Hara en la coprotagonista. Flynn se rompió el tobillo durante la filmación en febrero, lo que retrasó los últimos días de filmación durante dos meses. La nave que había sido utilizada en la película se había transformado para la película Yankee Buccaneer y tuvo que volver a convertirse. En abril, Flynn volvió a filmar las secuencias restantes durante dos días. Como el director George Sherman estaba trabajando en Willie y Joe Back at the Front para entonces, las escenas fueron filmadas por Douglas Sirk.
En conjunto me queda un producto muy olvidable, de obligado reseteo en el cerebro para ocuparlo este espacio por algo mçinimanmente importante, aunque sea dos monos espulgándose uno a otro. Fuerza y honor!!!
Film escrito originalmente por Aeneas MacKenzie y el director Richard Wallace como vehículo para Douglas Fairbanks, Jr , quien acababa de convertir a Sinbad the Sailor con Wallace, la película no se produjo y Aeneas MacKenzie vendió su guión original a Universal en julio de 1950. Alexis Smith e Yvonne De Carlo se mencionaron como posibles protagonistas femeninas y se asignó a Jack Gross como productor. William Goetz, jefe de producción, puso el proyecto en el estante hasta que pudo encontrar la estrella adecuada. En agosto de 1951, Errol Flynn firmó un contrato de una sola película con el estudio para hacer la película. Bajo su contacto con Warner Bros, a Flynn se le permitió hacer una película al año para un estudio externo. Su contrato con Universal significaba que Flynn tenía derecho a porcentaje de las ganancias. El guión reescrito por Joseph Hoffman y Anthony Quinn firmó desde el principio como el villano. Finalmente, Howard Christie se convirtió en productor, el director de George Sherman y Maureen O'Hara en la coprotagonista. Flynn se rompió el tobillo durante la filmación en febrero, lo que retrasó los últimos días de filmación durante dos meses. La nave que había sido utilizada en la película se había transformado para la película Yankee Buccaneer y tuvo que volver a convertirse. En abril, Flynn volvió a filmar las secuencias restantes durante dos días. Como el director George Sherman estaba trabajando en Willie y Joe Back at the Front para entonces, las escenas fueron filmadas por Douglas Sirk.
En conjunto me queda un producto muy olvidable, de obligado reseteo en el cerebro para ocuparlo este espacio por algo mçinimanmente importante, aunque sea dos monos espulgándose uno a otro. Fuerza y honor!!!
6 de octubre de 2012
6 de octubre de 2012
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta cinta contiene los elementos básicos del Cine de Aventuras. Peleas de capa y espada, bellas mujeres, piratas, los buenos y los malos. En fin, las película entretiene, y su duración es adecuada para desarrollar la historia. Errol Flynn ya estaba en la cincuentena, pero aun así, su papel es convincente. La bella Maureen O'Hara es la bella, enérgica y de mucho carácter, "polvorilla" Stevens y el excelente Anthony Quinn, como el malévolo capitán Roc Brasiliano. Lo que si tiene en contra esta cinta, es que hay partes donde el decorado del mar es evidente. Sin embargo, me gustó a pesar de ese detalle. Buena, recomiendo verla.
1 de abril de 2025
1 de abril de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejamos en esta ocasión la isla de Tortuga para irnos a la de Libertaria (Madagascar), con lo que los piratas trasladan sus hazañas del mar Caribe al océano Índico.
Nunca han faltado corsarios en todas partes del mundo desde los tiempos homéricos en el Mediterráneo. "Navegar contra todas las banderas".
Fuera del cambio de escenarios, la cinta es típica del género con veloces veleros, capitanes intrépidos y los correspondientes malvados. Echamos en falta alguna que otra pata de palo, parche en el ojo o los consabidos barriles de ron.
Aventuras, duelos a espada, acciones inverosímiles, romances ... pero todo muy plano, muy estereotipado, poco original.
Técnicamente floja, con telones de fondo demasiado cutres, vestuario de todo a cien y colorido demasiado cantarín.
Buen elenco en el que destaca por su personalidad Polvorilla Prudencia Stevens (O'Hara) en una vibrante interpretación de la pelirroja. Bien Quinn y Flynn mantiene todavía el tipo.
Otra de piratas. Interesante.
Nunca han faltado corsarios en todas partes del mundo desde los tiempos homéricos en el Mediterráneo. "Navegar contra todas las banderas".
Fuera del cambio de escenarios, la cinta es típica del género con veloces veleros, capitanes intrépidos y los correspondientes malvados. Echamos en falta alguna que otra pata de palo, parche en el ojo o los consabidos barriles de ron.
Aventuras, duelos a espada, acciones inverosímiles, romances ... pero todo muy plano, muy estereotipado, poco original.
Técnicamente floja, con telones de fondo demasiado cutres, vestuario de todo a cien y colorido demasiado cantarín.
Buen elenco en el que destaca por su personalidad Polvorilla Prudencia Stevens (O'Hara) en una vibrante interpretación de la pelirroja. Bien Quinn y Flynn mantiene todavía el tipo.
Otra de piratas. Interesante.
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