Mañana, cuando la guerra empiece

Adaptación de una serie de novelas escritas por John Marsden allá por 1993, al parecer muy populares en Australia entre el público adolescente, opera prima como director de Stuart Beattie (guionista con experiencia en Hollywood de varios taquilleros blockbuster de diferente calidad), e interpretada por un grupo de jóvenes actores que al menos para mí resultan unos perfectos desconocidos, estamos ante una entretenida actualización para el publico actual de "Amanecer rojo 1984", aquella psicotronica y vacilona película con la que el vacilón y duro maestro John Milius sacudió el avispero antiamericano de la época Reagan (y a fe que lo consiguió, para deleite de, entre muchos otros, el que esto escribe), contándonos como un grupo de jóvenes plantaban cara a una invasión ruso/cubana; pero en este caso el hecho de que esa buenrollista indefinición (por ser suave con el calificativo) sobre la procedencia y motivaciones de la fuerza invasora (risible en esa mentada de pasada coalición se supone asiática, cuasi punible en cómo pretende que el espectador de por buena tal omisión con la frase puesta en boca de uno de los chavales, "que mas da quien sea el invasor, la cuestión es que estamos siendo invadidos", o algo así), la resta fuerza e interés para el público adulto, y si bien cumple con el objetivo de hacer pasar un rato más o menos entretenido (supongo que los que conozcan los libros la verán de otra manera dependiendo de lo satisfechos que queden con la adaptación y la opinión que tengan de lo leído) dependiendo de lo adolescente que sea o se sienta uno.

Buena en todos los apartados técnicos, primera de una futura trilogía, con resultonas escenas de acción al más puro estilo blockbuster hollywoodiense (en cuanto a ángulos de cámara y demás, no así en cuanto a espectacularidad ya que el presupuesto es más bien cortito) salpicando la madurez que a la fuerza van asumiendo los hasta entonces más o menos despreocupados adolescentes, y una trama y desarrollo que obviando el tema del origen de la invasión anteriormente expuesto, y lo acostumbradamente memo e inverosímil del proceder militar de los invasores (si, ya se, en "Amanecer rojo 1984" tampoco es que fueran unos lumbreras, pero al menos teníamos malos, malísimos identificados que se dejaban ver), cumple con el objetivo de entretener, y además si no la has visto te pone sobre la pista de esa vacilada (con el plus a día de hoy de su indudable interés mitómano por lo atractivo de su reparto) de John Milius, y si la has visto te deja más que predispuesto a enchufártela de nuevo.

Lo que digo de la reflexion entorno a la colonización: cuando van a ver al chino que está en la cocina del restaurante siendo atendido por el médico del pueblo, al salir, la chica se queda quieta un momento observando un mural donde se ve a los colonizadores británicos llegando a la isla donde hay los aborigenas australianos. Ahí pensé que habría alguna reflexión moral tipo: los que ahora nos invaden no son peores que nuestros antepasados.

Pero nada, ninguna referencia más a esto. Te dejan que tu mismo llegues a esta reflexión, pero dado que la pelicula va dirigida a un público mayormente adolescente dudo que sirva de nada. Lástima.