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Secretos oscuros

Drama. Thriller. Romance Una mujer afligida, que vive en una comunidad aislada en la isla de Jersey, está atrapada entre el control de su opresiva familia y la atracción que siente por un misterioso forastero, sospechoso de haber llevado a cabo en la zona una serie de brutales asesinatos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 26
Críticas ordenadas por utilidad
2 de septiembre de 2018
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Pearce el director nacido en Jersey estuvo siempre impresionado por la historia de la "bestia de Jersey", un temido violador de niños que vivió en la isla durante diez años en la década de 1960. Pearce quiso contar una historia adoptando el punto de vista de una mujer que podría estar íntimamente relacionada con el monstruo. Para ello escribió un guión ficticio que más tarde pudo dirigir.

El título de "Beast" (Bestia) curiosamente no viene por el asesino en cuestión, sino por la mujer protagonista que con algunos problemas psicológicos acuchilló brutalmente de niña a una alumna, hechos que lleva arrastrando toda su vida. Dominada también por una férrea madre conoce casualmente a un extraño joven de la cual se enamora, pero la policía sospecha que él está detrás de los asesinatos en la isla...

Un drama psicológico bastante bien llevado que va aumentando la tensión y que te hace cuestionar y dudar cómo va a terminar. Los dos protagonistas tienen buena química, John Flynn como Pascal y sobre todo Jessie Buckley que hace un personaje bastante complejo.

Un guión inteligente e inquietante que resuelve bien el director en su primer largo en esta película inglesa independiente.
Destino Arrakis.com
videorecord
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1 de noviembre de 2018
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un film de pocas palabras pero llena de emociones encabezada por Jessie Buckley en el papel de Moll, todo un descubrimiento, una de las mejores interpretaciones femeninas del año con diferencia, simplemente magnifica, se tenía que decir. Beast, cuenta como aliados con las interpretaciones, situaciones complicadas y frases afinadas de rabia contenida como sus mejores armas para vender esta obra, además de un pulso narrativo e interpretativo en una de sus escenas final digno de presenciar, en su contra, el ritmo poco costumbrista que el público menos afín a los trabajos que se cuecen a ritmo lento quizás achaque como lento. Para mí punto de vista, un ritmo adecuado para la historia que se quiere contar.

Moll, es una afligida chica a causa de su estricta familia, obediente, sumisa y responsable verá la oportunidad perfecta para dar un giro a su vida al conocer a un misterioso joven llamado Pascal. Todo parece ir por buen camino hasta que empiezan a aparecer chicas asesinadas en la isla de Jersey, inevitablemente todo parece indicar que el joven es uno de los sospechosos con más números para ser el responsable de tan temibles sucesos.

El director Michael Pearce dirige su opera prima, con solvencia, dejando que sean los actores quién den lo mejor de si, además de muchos planos de paisajes, naturaleza y el entorno de la isla rodeada por el océano, única vía, éstas, las aguas para huir de la isla en cuyo lugar parece estar atrapada la perturbada protagonista. Desequilibrio mental y emocional en los personajes palpable fácilmente gracias a la dirección del que además ha escrito el guion, de una historia descrita y envuelta en misterio por un autor que pone en manos de la pelirroja protagonista el peso de la historia, dando y llenando a su vez de excepción unos colores poco estridentes que se ven salpicados por el tono rojizo de su pelo, así como de la brillante interpretación que nos regala en esta obra.

La historia nos brinda momentos de tensión e intriga que recuerda por momentos a la tensión vivida en la película referencia de 2012 The Hunt de Thomas Vinterberg con Mads Mikkelsen como protagonista, y que al igual que en aquella ocasión, sufrimos por el protagonista, pero en éste caso de diferente manera, un historia sencilla, pero llena de emociones que llega a empatizar con el espectador, pero en este caso, y haciendo mención a la anterior es más dada a la exhibición que a la sutileza.

Sin lugar a dudas las interpretaciones son lo mejor de la historia, no solo la de la mencionada con anterioridad en ésta review Jessie Buckley como protagonista absoluta sino también la de su compañero Johnny Flynn quién no se vale de muchas palabras para definir a un personaje en el punto de mira continuo, pero que tiene el corazón dividido al espectador. Ambos, mantienen uno de los cara a cara en una escena final más tensos y significativos de los que he podido ver este año, esto si que es rematar un film en una sola secuencia. También considerable la interpretación secundaría de Geraldine James como madre estricta y malhumorada de la protagonista, papel fundamental que hace entender rápidamente el carácter de la protagonista.

Un thriller oscuro y psicológico en el que dejarse llevar para descubrir una de las películas más recomendables de este año.

http://www.terrorweekend.com/2018/11/beast-review.html
TerrorWeekend
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3 de febrero de 2019
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Manos blancas entre la tierra

No es la primera vez, sea un texto de ficción o basado en la más pura realidad, que el asesinato se utiliza como signo del morbo humano. No es el tema que trata la película en cuestión, ni todas esas obras —o hechos— sobre asesinos en serie, pero sí es la aproximación que, como espectadores, hacemos hacia la obra. Tanto es así, que dicho tema ha sido tratado en una multitud abrumadora de películas, series, textos literarios y cualquier expresión artística a la que uno quiera acercarse.

El asesino en serie, por tanto, es un tema que interesa, aunque paradójicamente también perturba. Si limitamos las obras basadas en asesinos en serie a las centradas en una pequeña localidad, un pueblo, una isla, tampoco cercaríamos demasiado el marco, pues también podemos encontrar un numeroso grupo de obras con estos dos elementos. Beast no es diferente, pero lo es al mismo tiempo; resulta chocante que de una aproximación tan tópica del tema, tan cargada de símbolos que podemos reconocer en otras películas, podamos hablar de que Beast es una película que ofrece cosas nuevas al texto en cuestión.

Michael Pearce, el director y guionista de la cinta, no es, todavía, un director consagrado; pero no necesita tener un nombre reconocible para crear una película que, aunque no rebosa, sí suelta un aroma de personalidad propia. La dirección es fabulosa, con algún muy puntual punto oscuro —y hablo de tomas particulares, apenas tres o cuatro planos que me repatean, enterremos esa lección en las escuelas de cine que obliga a causar la incomodidad con la cámara en mano, por favor—; y el guion, uno de los puntos fuertes de la cinta, también pide halagos por su cuidada estructura y sus ágiles diálogos.

Paranoica pura

Transitar por una poblada zona y hacerlo de manera diferente al resto es algo complicado, Beast lo consigue. Lo logra a través de una narración que ni en sus primeros quince minutos desvela hacia qué dirección caminará, pero que siempre te mantiene interesado —o en tensión— por lo sucedido. El manejo de un nuevo tipo de suspense, algo que podríamos acuñar como tregua inestable, no deja ni un resquicio para la confianza, como si la eterna frase de todas esas obras: ¿quién será el asesino? se reprodujese o mutase en cinco preguntas más de las que queremos, de una maldita vez, obtener respuesta.

La interpretación de la protagonista Jessie Buckley es de las que abren las puertas de Hollywood y de todos aquellos directores de casting que quieran añadir un nuevo talento a sus plantillas, soberbia. Johnny Flynn hace un buen papel, pero queda absolutamente eclipsado por el planeta anillado de Buckley. Además, creo que es de recibo mencionar las interpretaciones de Geraldine James, que interpreta a la madre de la protagonista, otorgando al personaje escrito por Pearce de una personalidad que va más allá del efecto de realidad; y la breve aparición de Olwen Fouéré, que crea un instante de tensión absolutamente maravilloso.

Soplaré y soplaré

Ya sea por la apariencia de la protagonista, su vestuario y peinado, o del matiz en el color de todo el filme, de sus casas saturadas o de sus bosques verdes y azulados, resulta inevitable establecer una conexión entre esta historia de muerte con aquellas pérdidas en los cuentos de los hermanos Grimm, esas muertes crueles pero inocentes, esa desconfianza total en el entorno y en uno mismo. Es curioso que en esta película de asesino en serie apenas haya giros de guion, pues la narración avanza con tanto mimo que escuchamos el cuento de Pearce mientras nos tapamos con la manta hasta nuestras naricillas, mientras la trama fluye de manera lógica sin que nuestros párpados pierdan sus horizontes.

No es, aviso, una película perfecta, redonda; no es esa obra que recordaremos dentro de cinco años como esa gran película que necesitamos volver a ver. Pero es una película interesante que sí revisitaremos cuando Michael Pearce dé el pelotazo que Beast está anunciando, o el éxito irrevocable que va a alcanzar a Jessie Buckley más pronto que tarde. Entonces todos volveremos a Beast para asentir y afirmar: por supuesto, todo estaba escrito, y lo estaba, con letra escarlata y una tipografía gótica.

Conclusión

En conclusión, Beast es, en su imperfección, una película con la que deleitarse en el cine; no decepcionará al que pague con su tiempo. En su trama ya vista volveremos a asombrarnos, y retornaremos a disfrutar por el signo del morbo, de la vida que se desvanece en apenas dos líneas y dos lecturas de una voz cascada y grave; como cuando temimos por Caperucita, como cuando nos saciamos en las versiones más honorables de la historia de Ricitos de Oro. Esa frase, esa comprensión del suspense, o de la tregua inestable, queremos verlo, queremos las fauces, y el mal, el significante que hemos estado buscando. Asoma la patita.

Escrito por Daniel González Fernández
https://cinemagavia.es/beast-pelicula-critica/
Cinemagavia
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13 de octubre de 2018
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin demasiadas referencias me acerco a ver esta película donde seguro me voy a encontrar muchos pastos verdes, gente bebiendo, dramón y patrocinio de The National Lottery como en todas las pelis irlandesas. Y efectivamente ahí está todo eso. Y una intrigante historia bien simple: ¿es o no es una bestia el protagonista?
Pero además tenemos un guión y unas imágenes que transmiten muy bien la asfíxia social, un par de giros bien trabajados y unos personajes muy interesantes. Mención especial para Jessie Buckley que está de premio, pero también los secundarios.
Cierto que hay un momento que parece que no sabe cómo acabar la peli pero creo que la pirueta final está bastante bien.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
antuán
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18 de junio de 2019
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Beast es una de esas películas cuyo visionado una vez visualizado no puede dejar indiferente a nadie. Michael Pearce nos muestra un escenario que ya conocíamos previamente. Una chica aparentemente frágil y vulnerable que vive en un mundo de cristal en el que cada arista deja una cicatriz inconfesable, conoce a un atractivo y misterioso lobo de esos que habitan en las pesadillas destrozando todo lo que es cálido, acogedor y tierno. Pero el que debía haber sido terror inicial se convierte más tarde en una atracción poderosa e inevitable que acaba uniendo a dos caras de una misma moneda que llevaban mucho tiempo buscándose sin lograr encontrarse…


Con una fotografía sobresaliente y una naturaleza desbordante, la historia nos mantiene atentos a la pantalla. Expectantes ante cualquier mínimo giro argumental. Y es que no todo es lo que parece o no todo es lo que nos han contado en los cuentos que leíamos con avidez en nuestra infancia. Molly, nuestra protagonista, vive enclaustrada en la casa familiar, obligada a cuidar a su padre enfermo y a contentar a una madre neurótica y obsesiva para la que nunca nada es suficiente. Atrapada sin remedio en una monotonía asfixiante lleva años escondiendo su verdadera naturaleza. Y es que esa chica que de niña dio lugar a un incidente violento esconde mucho más de lo que muestra a simple vista. En ella subyace algo primario, algo que no se puede ver con un solo vistazo. Una fuerza brutal y desgarradora. Un depredador letal que aún no sabe que está acechando a su presa.


Sin embargo, el estudio de las emociones que se hace en la cinta tiene su punto álgido cuando Molly se encuentra con Pascal. Un misterioso y rudo joven al que los vecinos apuntan como sospechoso de una serie de asesinatos y violaciones de adolescentes. El encuentro que se inicia como una bonita historia de amor será fatal para ambos. Ya que aprenderán a reconocer en el otro esa parte oscura y tenebre de sí mismos que se negaban a aceptar.


Beast nos habla de los límites del amor y la comprensión. De lo que estaríamos dispuestos a hacer por nuestra alma gemela. No obstante, tras su sencilla premisa subyacen muchos temas más como la libertad de ser quienes queramos ser pese al rechazo ajeno, la dualidad entre el bien y el mal y de un modo algo disimulado pero latente el racismo ante todo lo que emerge como extraño y diferente de nosotros mismos.


A pesar de que no estamos ante una película que sea un prodigio, su visionado es bastante notable y sin altas expectativas consigue lo que andaba buscando desde su planteamiento inicial. Mención especial a la sorprendente actuación de Jessie Buckley, que se encarga de sostener toda la película. Creo que sin una actriz como ella, Beast no sería una película tan digna. Aunque ya la vi en Chernobyl y me impacto su actuación, en esta película consigue traspasar la pantalla con un personaje complejísimo, lleno de matices y profundamente atormentado. La manera que tiene de abordar esos últimos minutos finales, las emociones que refleja y los sentimientos que despierta en el espectador son sencillamente algo de otro mundo. Geraldine James también hace una actuación brillante en su interpretación de esa madre obsesiva, cruel y controladora que nos estremece a todos.


Beast es esa pesadilla retorcida que un día fue un cuento de hadas y que seguimos escuchando encantados desde la comodidad de nuestra casa.. Temerosos de abrirle la puerta al lobo que vive escondido dentro de nosotros mismos…
Nadja
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