Nuestro último baile

Germain, un jubilado recién viudo a los 75 años, se encuentra atrapado en una rutina impuesta por su familia. Sin embargo, honrando una promesa hecha a su difunta esposa, se embarca en la creación de danza contemporánea. La película explora temas de pérdida, redención y la búsqueda de significado en la vida cotidiana.

El guion logra entretener y conmover al espectador al presentar la historia de Germain de una manera auténtica y sincera. Aunque sigue una estructura convencional, la trama ofrece momentos emotivos y reflexivos que invitan a la audiencia a reflexionar sobre el propósito y la importancia de seguir adelante después de la pérdida.

La dirección de Delphine Lehericey no destaca especialmente, pero cumple su función al guiar la historia de manera efectiva. Si bien no hay grandes innovaciones en términos de estilo visual o narrativo, la directora logra mantener el ritmo y el tono adecuados para la historia que se cuenta.

Las actuaciones son básicas y cumplen su propósito en la narrativa. Si bien no hay interpretaciones especialmente destacadas, el elenco logra transmitir las emociones y los conflictos de los personajes de manera convincente.

El aspecto técnico de la película es básico y cumple con los estándares esperados para este tipo de producción. La cinematografía y la banda sonora son funcionales, pero no destacan especialmente. La película se enfoca más en la historia y los personajes que en aspectos visuales o técnicos.

Es una película que ofrece una reflexión sincera sobre la pérdida, la redención y la búsqueda de significado en la vida cotidiana. Con un guion que entretiene y conmueve, una dirección efectiva y actuaciones adecuadas, la película logra conectar con el espectador y ofrecer una experiencia satisfactoria. Aunque no destaca por su originalidad o innovación, es una película que vale la pena ver para aquellos que buscan una historia emotiva y conmovedora.

Hace dos años, "Nuestro último baile" ganó el premio del público en el Festival de Locarno y se entiende, pues es una de esas obras que enternecen. En ella, "Delphine Lehericey" no innova en cuanto a narrativa –la historia que relata ya ha sido mostrada mil veces–, pero encuentra el equilibrio justo entre comedia y drama, lo que facilita cierta frescura.

Al final, tras las relaciones familiares que se esparcen a lo largo de la película y cuyos roces refuerzan un humor irónico, estamos ante la contemplación de un duelo. Germain, interpretado con el carisma de "François Berléand", lidia con la muerte de su mujer. Mientras tanto se ve impulsado a honrar la vida de ella y cumplir el juramento que se hicieron mutuamente: terminar el proyecto en el que el otro estuviera inmerso. De ahí que el protagonista se sienta empujado a colaborar en una obra de danza contemporánea.

Los cuerpos llenan el escenario y la cámara acompaña a los bailarines en movimientos lentos que la convierten en uno más del grupo. A través de la libertad de improvisar, las palabras de Germain, susurradas en voz en off a su mujer, se hacen reales: “Tu presencia la siento cuando bailo”. Guiado por el personaje interpretado por "La Ribot", el viudo encuentra el espacio y el ritmo para un último adiós antes de seguir disfrutando del sentido de la vida.

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Fui a ver "Last Dance" con la única noción de una breve sinopsis (muy breve) y a sabiendas de su paso por Locarno.
Fui pensando encontrar un drama, cotidiano, que me hablase sobre la muerte y el amor, un drama cálido quizás.
Cual ha sido mi sorpresa al encontrar una comedia con la cual reír a carcajadas a cada momento.

Que gusto tiene Lehericey y que talento cómico tiene Berléand.

Quiero que veáis la película libres de prejuicios, en un buen día y dispuestos a pasar un rato divertido, pues la multitud de situaciones por las que pasa este hombre para sortear a sus hijos es a cada cual mas cómica que la anterior.

Los momentos dramáticos están super bien insertados y pegan justo cuando tienen que pegar cual Mike Tyson cinematográfico.

Puede que no sea una película enorme, ni una revelación, pero es una obra sencilla, cortita y al pie si me permiten el argot futbolístico.
Un caramelo entre el almuerzo y la cena.

Vayan a verla y disfruten de un rato agradable porque además, solo dura 80 minutos, y ¿Cuánto hace que tu y yo no vemos películas en cartelera de 80 minutos?

Voy al cine con ganas de ver la última película de Delphine Lehericey, el 2019 vi su anterior trabajo, " El horizonte" y me causo una gran sensación. Ahora la directora suiza nos presenta su nuevo proyecto "Nuestro último baile". A Delphine la sensibilidad por las tablas le viene de origen, ya que antes de dedicarse al audiovisual para narrar historias, fue actriz y directora de teatro. El cine francófono redunda en el mundo de los coreógrafos de danza contemporánea. En esta ocasión la directora se ha unido con la española La Ribot, donde nuestra Premio Nacional de Danza firma las coreografías y debuta como actriz con un papel hecho a medida. La cinta obtuvo el premio del público, en el Festival de Cine de Locarno.

La historia está protagonizada por un jubilado de 75 años (François Berléand) que afronta el duelo por la pérdida de su esposa, ambos se prometieron que cuando falleciera uno de ellos, el otro seguiría con los proyectos que estuvieran llevando en ese momento. Germain se involucrará de lleno en un espectáculo de danza comunitaria. Durante los ensayos conocerá a sus nuevos compañeros y formará parte del elenco, cuyo repertorio está formado por momentos que oscilan entre el absurdo y la seriedad.

Los momentos más divertidos de la película surgen cuando los dos hijos de Germain, demasiado protectores con su padre, entran en acción. Germain tendrá que buscarse mil historias, para que nos descubran lo que está haciendo. La cinta es muy agradable de ver, estamos ante una comedia seria y ligera, cuyo objetivo principal es sentir que estamos vivos. Mezcla muy bien los momentos dramáticos con los de humor. Cuestiona el papel que tienen hoy en día los hijos con sus padres ya mayores. Pero claramente lo mejor de cinta es la interpretación de François Berléans y la presencia de la Ribot en la pantalla

Lo Mejor: El mensaje que transmite y las interpretaciones
Lo Peor: Se olvida rápidamente

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net