¡Saludos amigos de la nave del misterio! Un digno caso de Friker Jiménez se abre ante nosotros:

Tras ver Funny Games U.S. uno se queda con ganas de compartir su experiencia con otros cinéfilos y especies afines con el fin de intercambiar impresiones y pareceres. Es en este momento de la escena cuando entro en la sección de críticas de Filmaffinity buscando una puntuación espectacular (un 7 o un 8 entiéndanme) al más puro estilo La naranja mecánica (8,2), La chaqueta metálica (8,2) o El resplandor (un 8,2 también .... al ver esto sospecho de la existencia de una secta de fanáticos de Stanley Kubrick que están pendientes las 24 horas del día de las puntuaciones para evitar el fin del mundo como en Lost pero con Rita Barberá). Y es que lo me encontré aquí es digno del Apocalipsis. Un 6. Sí amigos, este delicioso vómito salido de las entrañas de Haneke sólo se ha llevado un 6 que en lenguaje filmaffinitero se queda en en un mero “Pelicula interesante” (no llega nia buena jaja) ... ¡A donde hemos llegado! Tal vil puntuación sólo es propia de malvados críticos de cine que repanchigados en sus sofás de oro y aderezados con sus palomitas de marfil se regodean perversamente dando puntuaciones de risa a maravillas como éstas. ¡Ah infames! ¿Cómo pudiste? Le pregunta sollozando el director. ERA UN REMAKE ... La eterna respuesta. Primer mandamiento del crítico de cine: Odiarás y vapulearás a todo remake bajo pena de muerte. Como si no se puede explicar tal aberración. Y es que no me lo podéis negar amigos. Un 7,2 el original y un 6 el remake (idénticos planos y director). ¡Pero que más da! Es un remake. Le pedirás más argumentos al ser llamado crítico, le exigirás que acepte las excepcionales interpretaciones (por no decir las mejores de sus carreras: la de Naomi Watts en Mulholland Drive se queda en nada), le recordarás su cuidado guión. Nada. El espécimen, ya acorralado entre sollozos dirá con voz trémula ... ¡¡¡¡Pero si es un remake!!!

Sí amigos y amigas, el poder argumental de un crítico no tiene precio. Lamento profundamente esta parrafada inmensa y casi, para algunos, autoerótica. No voy a criticar ni negativa ni positivamente. Mi único objetivo es levantar una lanza en favor del ya maltratado y humillado remake que a pesar de ser posiblemente repetitivo nos permite ver con una perspectiva diferente, fresca y más actual una historia que nos apasiona ya sea por su trama, por sus diálogos o por las sensaciones que nos mete en el cuerpo y que es tan necesaria para algunos como el que aquí escribe como el propio oxígeno o el agua. Me despido deseándoles lo mejor y aportando un dato que quizás a algunos les parezca interesante y a otros ni eso y es que la gran obra maestra denominada El cabo del miedo (interpretada por Robert de Niro) constituye un remake de la ya anterior El cabo del terror (con Gregory Peck). Gran pérdida habría tenido el cine de no ser por el remake. Me voy al fin no sin antes gritar: ¡¡¡¡¡QUÉ VIVA EL CINE!!!!!