Esta es de las pocas películas que puedo ver y volver a ver y siempre me emociona como la primera vez. Es el cine que me atrapa y no me suelta; para mí, ponerse en contacto con el cine (y con el arte en general), es un acto personalísimo y siempre mejor si es en solitario. Nos toca fibras que involucran a nuestra historia y a nuestros conceptos o creencias. Por ejemplo mi concepto de "amor" es justamente el que trata esta película, y algo que siempre me atraen son los relatos dramáticos contados sin hacer grandes aspavientos, esa manera sencilla y a la vez profunda con la que Haneke nos muestra el diario vivir de la pareja, la convierte en una película inolvidable y también que pueda volver a ella.

Tengo particular debilidad por las películas nórdicas, ya sea por el tono de su oscuridad, por sus personajes o por sus historias raras e inolvidables (en mi lista de las mejores 5 está "Låt den rätte komma in").
En este caso (es cuestión de tiempo saber de qué manera va a envejecer esta peli en mí), me gustó todo, la historia me resultó atrapante, con ese salpicado de temas pero con un centro que es el amor, la música me hizo volver a mis años de adolescente, los personajes todos encajan muy bien (hasta el pesado de la guitarra se agradece), el paisaje invernal maravilloso, en definitiva y para mí, es una película muy disfrutable (no quería que terminara) porque ha tocado mi fibra personal de la nostalgia sin ser un bajón deprimente, sino todo lo contrario.
Sigo pensando que el cine es una experiencia única y personal, donde inevitablemente se involucra nuestra propia historia.

Siempre me repito, llegar, quedarse e irse de una película es algo muy personal. Esta en particular me ha gustado, tal vez mucho ha tenido que ver su protagonista, no olvidaré fácilmente los ojitos del pequeño Juan, en una de las escenas, llegando al final, pude sentir esa mirada del pequeño, que no es otra cosa que la mirada que todos los que hemos tenido una adolescencia un tanto quebrada, hemos tenido, Esta película me ha llegado así, como una historia que nos habla del quiebre que supuestamente significa dejar la niñez.
No he logrado captar la historia paralela de la niña abandonada, demasiado conceptual tal vez para mí, una persona simple que le gustan las miradas expresivas.

Me gustan las películas donde se cuentan historias de personas de a pie, historias de personas sencillas, esas personas de las que no cambiarán al mundo pero lo hacen un lugar más habitable y compasivo.
Imagino que esta peli caerá en el mayor de los olvidos, tal vez y ojalá me equivoque.
Es una historia que, a mi parecer, por medio de la ternura se nos habla del sacrificio.
Siempre escribo lo mismo, el cine es una experiencia única y ante todo personal, donde inevitablemente nuestra historia interfiere en la percepción de lo que el director nos a querido contar.