Aprendí catalán para disfrutar de su teatro y sus películas, la televisión me quedaba más a trasmano. Por tanto mi interés por las series en catalán es muy reciente. Conocía la existencia de "Plats bruts" pero llegué gracias a descubrir a la actriz Montse Pérez, y casi al instante se ha convertido en la comedia más divertida que me he podido echar a la cara.
Su secreto es que los intérpretes protagonistas controlan la producción. Esta serie no es una serie de productor ni de guionista clásico, son actores multiterreno que consiguen plegarse a las condiciones de una serie de televisión de ventipocos minutos y logran un producto clásico y novedoso a la vez.
SE le puede tachar de ombliguista por tratar el tema de la lucha de los actores, pero no me importa. Muchos de los capítulos son pequeñas joyas que me han divertido, llenas de inteligencia y verdadero humor.
Todos los actores y en especial Anna María Barbany brillan sin necesitar filtros.
Para un amante de la comedia como yo, "Plats bruts" es un regalo.

Bruckheimer es uno de los genios de la televisión americana: los C.S.I. o Sin rastro. Sin embargo "Caso abierto" es un procedimental con un rasgo particular: son casos que han sido cerrados en el pasado y que el equipo reabre por una nueva pista. Lo que encierra cada capítulo es por qué un crimen no se resuelve. Las respuestas son claras: por cobardía, por abuso de poder, por protección a un ser querido.. Esa pérdida no es sólo la de los muerto o muertos, sino toda la debilidad que reposa en el ser humano. Al final, la detectective Rush y su equipo resuelve el caso. Cada uno de los miembros arrastra su propia historia, con momentos felices y otros amargos. El regusto que queda, es el de una inconfundible mezcla de esperanza y melancolía.

Comprendo que algunos no soporten ciertos elementos de la película, en especial el contrapunto cómico de la pareja de cámara y presentador; aún así, creo que esa intromisión dentro del drama que se narra en primer plano no afecta sino que incluso aligera una historia que podría resultar pesada.

Todo funciona bien: la historia, la animación, el modo de contar. Contraponer la vida con el cine, desdibujar sus límites, y con la emoción a flor de piel.

Un consejo: disfrútenla.

Mischief Theatre es una franquicia que comenzó con espectáculos de impro y terminó por tomar un género tan británico como el whodonit (¿quién es el asesino?) para colocar patinazos, disparates, excesos y muchos tropiezos –perfectamente ejecutados. Esa obra que terminaba siendo fatal se llama "The Play that goes wrong".
Este grupo lo forman actores treintañeros que tuvieron un éxito inmediato al salir de su escuela (LAMBDA) y funcionan como una máquina bien engrasada. Su transición a lo audiovisual fue natural, ya que se han convertido en unos de los niños mimados de la BBC. Aunque hay una terna de ellos que actúan como autores, en realidad la implicación de todos los miembros es enorme, y eso se nota.
La serie "The Show goes wrong" muestra una asombrosa hibridación del hecho teatral y de la forma en que se transmite en una cámara. Van más allá del teatro filmado para jugar con la realización de un programa de televisión. Son siempre correctos, nunca verán nada obsceno, eso no quiere decir que bajo toda su parafernalia clown –ya que esa es su visión– consigue poner el dedo en la llaga de numerosas cuestiones molestas. Parece un programa muy pulcro, divertido, insustancial en alguna ocasión. No se engañen.
En el último trimestre de 2022 presentaron su segunda temporada en horario de máxima audiencia y arrasaron. Yo me busqué la vida para poder disfrutarlos inmediatamente, tal era mi ansiedad por verlo. No me defraudaron.

En un principio, no parecía pintar buenas perspectivas pero cierta intuición me hizo darle una oportunidad y acerté. Es una comedia sencilla, sin pretensiones, con un historia bien contada y unos actores extraordinarios. ME divertí y me convenció. No sé qué más puedo decir para que la vean. Téa Leoni es una actriz desaprovechada y aquí se luce. Todo funciona, el humor negro y lahistoria dramática.