Oscurantista y de trama lenta, refleja su carácter local. Pero no por esto se ciñe necesariamente a la realidad de Málaga. Y ello no es un elemento negativo puesto que se trata de una serie de ficción. A la hora de hacer crítica de productos españoles, no entendemos a veces que la ficción es eso: ficción. Por tanto no exijamos rigor, ni a la hora de reflejar ciudad que nos muestra la serie, ni al realismo de los personajes que, según algunos, no se sostienen.
Si la serie fuese americana tragaríamos con todo sin pestañear.
Se trata de una opción valiente que no va a romper los índices de audiencia, pero que hará las delicias de quienes no se conformen con la simplicidad de otros productos patrios que no pasan de vender superficialidad y un humor de un nivel intelectual más que dudoso. De cualquier forma no olvidemos que la calidad no tiene como destinatarios a las grandes masas sino a personas y colectivos un tanto más selectos.
Todo está por desarrollarse, pero los primeros episodios apuntan maneras, acompañados de interpretaciones sobresalientes (Salva Reina) y otras menos destacadas pero brillantes (Maggie Civantos).
Démosle una oportunidad a algo diferente en la televisión pública.