Un titulo atrevido para una película atrevida. Quienes se deleiten encontrando contrariedades en la religión, disfrutarán esta historia que ocurre entre la realidad y la ficción. Basada en la novela de Donna Woolfolk Cross, “La pontífice” nos relata la historia de Johanna, hija de un sacerdote y una pagana. Desde niña, Johanna tiene deseos de tener mas conocimiento, a pesar que la religión impide a las mujeres aprender a leer y escribir. Aun sabiendo lo que su padre podía hacerle, su hermano Matthias decide enseñarle. Cuando un profesor griego descubre el potencial que tiene, consigue un lugar para ella en la escuela, donde los abusos que recibe la hacen tomar la decisión de vestirse como hombre.
Un error de este crítico fue no leer el libro, pues no podré dar una crítica certera. Sin embargo, puedo asegurar que nos encontramos ante una historia bien narrada. Johanna desde un principio se muestra desafiante ante el dominio de los hombres, y lo demuestra en una escena donde soporta los golpes de su padre por no obedecerlo. La mujer encargada de darle vida al personaje, Johanna Wokalek, ofrece una actitud entre tranquilidad y agresividad, mostrando una sonrisa que contrasta un acertado comentario que hace callar a cualquiera que la desafía.
Junto a Johanna, se destacan los papeles de David Wenham y John Goodman. El primero desempeña el papel del conde Gerold, con una apariencia y actitud similar a la que presentó en su papel de Faramir, en la trilogía de “El señor de los anillos”. Gerold muestra una actitud protectora hacía Johanna desde el momento en que la conoce, lo que le permite conocerla mejor y lleva a ambos a enamorarse. Esto, para la protagonista, culmina en un constante conflicto de intereses por lo que quiere para el resto de su vida, conflicto que resulta clave para el desenlace de la historia.
Por otro lado, el carismático John Goodman representa al Papa Sergio, quien ofrece su apoyo incondicional a Johanna por haberle salvado de la enfermedad que le acosaba. Para la protagonista, el representa una pieza importantísima para que tome el lugar de líder de la Iglesia, premisa que nos maneja la historia desde un inicio. Asimismo representa el punto clave de la trama, la cual se desenvuelve con mayor rapidez durante la segunda mitad de la película.
Ciertos fallos pueden ser encontrados, como la falta de atención que se prestó a su estancia en la escuela, punto indispensable en su decisión de hacerse pasar por un hombre. También arrebata cierto interés en el espectador por el contexto histórico, al explicar las acciones que Johanna desempeño como Papa y el desenlace que tuvo, puntos que encontré sobrantes para la historia. Sin embargo, si quieren alejarse de las comedias o las películas de acción que apagan su cerebro, esta es una buena opción.