La película, más allá de lo bien hecha que está, transmite un mensaje del camino que acaba encontrando un tiburón (al igual que muchos que pululan en todos los sectores económicos donde el dinero manda) a raíz de una toma de conciencia que un día tiene sobre lo que está haciendo con su vida, sobre el auténtico cinismo y deshumanización en la que se desarrolla su existencia.

Es un mensaje valiente. Ir contracorriente no es nada fácil, pero el camino de la conciencia se va haciendo cada vez más palpable en la vida del protagonista. Y, pese a todo el sufrimiento que le genera el ver cómo se desmorona lo que le daba seguridad y sentido en su vida anterior, una forma de vivir más humana y consciente se va abriendo hueco poco a poco.

Deshacerse de los paradigmas que dominan a la sociedad, del supuesto poder que acaparamos, de las relaciones y bienes materiales a los que nos apegamos es algo tremendamente difícil de hacer si seguimos tan programados como los demás.

Pero si tomamos conciencia real de lo infelices que somos cuando vivimos en mundo de relaciones lubricadas sólo por el interés y el dinero, y donde nuestros miedos nos aferran a falsas seguridades como la aceptación de los demás y el supuesto éxito conseguido, si somos realmente honestos y conscientes sabremos que somos auténticamente infelices.

El camino del protagonista va desde esta toma de conciencia hasta que encuentra un nuevo camino de conexión interna consigo mismo y con los demás. Fácil contarlo en una película, nada sencilla llevarlo a la práctica.

Recuerdo que vi esta película en el cine allá por el 2011. Había algo dentro de mí que resonaba con lo que estaba percibiendo.
Si bien estaba saliendo con una chica con (visto desde la experiencia) un apego muy ofuscador a la carne. Esto me ayudó a no percibir más de lo que esta obra me quería decir en aquel entonces, seguramente influenciado porque esta chica (por cierto lo dejamos a los pocos meses dada nuestra incompatibilidad, en gran parte por su desmesurado enganche al sexo) me hacía poner mi atención en la terrenal pasión pasajera. Entonces la valoré con un 5.

Casi 10 años después, tras un largo e intenso proceso de trabajo interior que me ha llevado a una re-humanización que anhelaba y que ha permitido que la espiritualidad entre mi vida (quién lo diría viéndolo en etapas previas que viví!) esta película ha entrado de lleno en mi conciencia y he comprendido de verdad su mensaje.

Sencillamente estaba preparado para recibirla. Ahora la valoro con "sólo" un 8, quizás porque lo que me dice ya no es nuevo para mi comprensión de la vida. Quizás porque conecto con lo que creo que transmite y mi vibración interior está en armonía con lo que atraigo en mi vida. Será que la he visto porque "sabía" que la primera vez que la vi no le di la atención que me hubiera gustado proporcionarle.

Gracias universo por permitirme sentir que he recobrado la humanidad y espiritualidad que durante demasiados años creía haber perdido.

Gracias a todos los maestros que aparecieron en el único momento que podían hacerlo; cuando yo podía comprender su mensaje.

A l@s que la valoráis muy bajo y decís que no la entendéis os diría: quizás cuando estéis preparados para recibir el mensaje, os sentiréis agradecidos. No la tachéis de la lista de películas que veréis de nuevo en el futuro.

Como he leído en alguna crítica, esta película la he saboreado y comprendido mucho más profundamente que hace años. Creo que la experiencia vital unida a la reflexión permiten tomar conciencia de muchas cosas, y las relaciones de pareja y matrimoniales son al menos para mí las más complejas, difíciles y volátiles.

El amor hacia un hermano, un hijo, unos padres e incluso por los amigos de verdad creo que tiene un componente perenne y profundo, más desinteresado que el llamado"amor" de pareja.

Instinto, subconsciente, sexo, anhelos, estructuras mentales, personalidades... todo ello constituyen fuerzas de una insondable profundidad que no somos capaces de ver en las relaciones de pareja, que encorsetamos en reglas sociales, aceptación familiar, miedos, programaciones mentales heredadas, etc

Maridos y mujeres refleja como pocas veces he visto el auténtico lío de las relaciones hombre-mujer. Aquí nadie es bueno ni malo, pero también se diseccionan los interminables vaivenes en las relaciones de una parte de la sociedad neoyorkina en la que en nuestro país nos hemos metido muchos en los últimos tiempos. Será que la libertad que nos da el dinero, más educación, y unas estructuras sociales y relaciones flexibles nos lo permite.

Para mí esta película refleja lo que han sido las relaciones hombre-mujer que he vivido; un auténtico sinsentido, un lío, un quebradero de cabeza imposible de organizar y racionalizar. Así es la vida que conocemos; un montón de células ahí fuera con sentimientos, pensamientos, heridas, esperanzas, placeres, disgustos, expectativas, conexiones y desconexiones.

Buscamos la luz por medio de los demás, especialmente en las relaciones llamadas de "amor", pero me da que son sólo espejismos. La única luz verdadera puede que esté dentro de uno mismo.

Amén.

Siento que estoy ante una película que toca temas muy profundos, que a la inmensa mayoría nos costaría mucho llegar a ello sin ayuda externa y un trabajo interno de calidad.

Poco importa que no sea muy creíble la excepcionalidad de los talentos del protagonista, o que la historia de amor de la película acabe en una relación que se tuerza y nos quedemos con el final feliz que tanto nos dulcifica la opinión.

Lo que me llevo es el proceso de sanación de un joven con una infancia dura y dolorosa en una clase social desfavorecida. Proceso en el que sólo gracias a la ayuda recibida puede llegar a sanar, a integrar lo sucedido.

Traspasar el dolor es un paso imprescindible para poder llegar a lo más íntimo de nosotros y poder entregarnos a la vida desde el amor. Amor por mí, amor por una pareja, amor por el conocimiento, por la ciencia,... amor por poder desarrollarme y crecer en ellos. Esta película transmite un mensaje no siempre fácil de darse en la vida real, pero resueno con su base humanista y su realismo con lo que muchos hemos vivido y visto.

Somos amor.

Historia que, por desgracia, he visto muy de cerca en muchas personas. El problema del sistema financiero es que se rige por el mismo principio de la inmensa mayoría de empresas, del sector e industria que sea: maximizar el beneficio.

Pero lo que hace que realmente sea un problema que atrapa y destruye parte de las sociedades desarrolladas, es que la banca mueve la materia prima más preciada por todos: el dinero. Y que llega a todos los recovecos de la sociedad y su actividad económica. De ahí el daño que ha hecho, y seguirá haciendo.

Desde mi punto de vista, hasta que el sistema no evolucione a un nivel de cooperación en vez de competición, de ver más allá que el puro egoísmo de consumir y tener,... hasta llegar a planteamientos alternativos que surgen hoy dia como la economía "del bien común" y otras,.... seguiremos en las mismas. Ganadores y perdedores económicos, lo que por desgracia afecta a ser ganador o perdedor en la vida a todos los niveles.

Hasta que todos podamos evolucionar en ese sentido, al común de los mortales no nos queda otra que adaptarnos para no ser víctimas colaterales del sistema. Sea trabajando en banca, o lavando pescado.

Buena y necesaria película, pena que "no vende". Si así fuera y se despertaran conciencias mayoritarias, avanzaríamos hacia una sociedad más justa y menos explotada.