Extraña cuanto menos, no es ni tan buena ni tan mala. El mundo creado por Terry Gilliam en Brazil es prácticamente un calco del de 1984 de Orwell pero con un toque mucho más fantástico e infantil. Realmente ésto es lo bueno de la película, la parte de ciencia ficción así como la fotografía y los efectos especiales donde se nota mucho la mano del ex Monty Python. Lo malo es la historia que peca de simple e insulsa; realmente llega a aburrir. Acabas perdiendo el interés por lo que está ocurriendo, a cambio de introducirte en el mundo que nos propone Brazil.

Sobre todas las cosas es una película divertida, con una historia plana pero directa, ágil y muy entretenida. Te acabas sintiendo identificado con los Warriors en su huída hacia su refugio en Coney Island, huyes y luchas junto a ellos. Todos los personajes principales y las bandas callejeras gozan de una gran personalidad gracias a la que rápidamente acabas identificando a todos, sintiéndote familiarizado. Si bien podrían haberse rodado más escenas de peleas, es una más que recomendable película de acción de esas que ya no se hacen y se echan de menos.

Ante todo, no es una película en sí. Doy por hecho que el que la va a ver conoce de antemano el programa Jackass; pues bien, esto es más de lo mismo sólo que más largo y mejor escogidos. Más de una hora de escenas de caídas, golpes, cortes y "bromas" en público al más puro estilo de una cámara oculta pero a lo bestia.

Si te gusta la serie, vela; si la odias, huye. Si no la conoces... atente a las consecuencias.

Cámaras a pulso, bastos primeros planos, montaje en ocasiones ridículo como las aceleraciones de escenas estilo "Benny Hill", interpretaciones que rozan lo absurdo... pero esta película se merece estar en el podio de las mejores películas de bajo presupuesto junto con Clerks y Mal Gusto.

Mucho esfuerzo y ganas en la realización y una historia interesante con muchos puntos fuertes hacen de esta una película especial. A fin de cuentas es una película de acción muy entretenida, un prometedor comienzo para Robert Rodríguez que aprovecha bien los escasos recursos de los que disponía y deja ver al espectador lo bien que se lo pudieron pasar rodándola, lo cual la hace más divertida aún.

Un punto negativo para el protagonista y su voz en off, menos creible ni a posta.

El principal atractivo de Alguien a quien amar son los actores con pequeños papeles o cameos como el de Tarantino. Por lo demás, no pasa de ser una película del montón. Tiene algunos momentos de brillantez, pero no hacen que merezca la pena entre tanta mediocridad. No es que sea mala, pero la historia (vista ya un millón de veces) que avanza torpemente no logra atrapar, haciéndose aburrida por momentos.