Como en otras críticas, debo avisar de que no soy crítico de cine como para intervenir en medio de los que suelen ser más entendidos y lo mejor de todo: LO SÉ.
La razón de aportar mi comentario es hacer una alabanza de esta película, que tras décadas de sequía vuelve a poner de actualidad el género musical con ¡ATENCIÓN! una música que hacía mucho que no aparecía, por su calidad, extraña en un mundillo cinematográfico donde a cualquier tarareo infame le llaman banda sonora y se hace popular para mi sorpresa.
Por supuesto que no es "Cantando bajo la lluvia" ni podría serlo en los tiempos que vivimos, pero para mí ha sido una sorpresa muy agradable contemplar un musical hecho por actores que no son del género y que, a pesar de todo, consiguen un resultado de categoría.
Por supuesto, detrás de todo está la calidad de otros tiempos de Bob Fosse, un auténtico genio de la coreografía y unos compositores para mí desconocidos pero sorprendentemente buenos en el género, aunque Cole Porter hace mucho que desapareció y se nota.
Han pasado 18 años desde el estreno y está claro que no hay continuación del género que, para mi desgracia, está extinguido porque el público actual no está interesado (ni puede) en la buena música y el espectáculo musical si no hay al menos 5.000 watios de por medio.

Ni soy crítico ni pretendo serlo, simplemente soy un entusiasta de los musicales y me preguntaba qué tal habría resultado este intento. No conocía nada de Christina Aguilera y a Cher solamente de mi juventud (ahora soy jubilado) cuando cantaba con Sonny y de cierta película con el actor unigestual Nicolas Cage.

Lo que me empuja a escribir esto es salir en defensa de la MÚSICA. En el caso de esta película es un espanto y confirma lo que opino de que hace más de 50 años que murió el último compositor de música ligera, lo que se hace después, con la excepción de Chicago, no son más que ruidos y bailes que en realidad son convulsiones semicontenidas. Hay canciones como por ejemplo "Last of me" en las que tuve que quitar el sonido para evitar el sufrimiento.

Dice un crítico que va en la estela de "Melodías de Broadway"; más quisiera... yo diría que está más en la estela de algo de Paquita Rico.

Hace años leí la novela original, posiblemente un par de veces. La película la acogí con cierta prevención por aquello de la multicoproducción. Debería haberme desmayado antes de ver ese bodrio y al director y al guionista detenerlos por atentado y por robo de tiempo a la gente inocente. Vi la "película" con mi mujer y ahora ella casi no quiere dirigirme la palabra por someterla a esa tortura y tontuna.

Mi valoración de los escandinavos ha sido siempre muy baja pese a la admiración que le profesan buena parte de los españoles. Han sido siempre campesinos incultos y cierta riqueza reciente no los ha cambiado en exceso.
El entorno de la película viene a ser una especie de romería del Rocío pero en sueco y con sangre. Por lo demás, una película de duración desorbitada y escenas y rituales que me hacen pensar que el guionista había tomado de esas setas alucinógenas que muestran en la película. Puede que guste mucho a algunos, pero yo lamento el elevado tiempo que he desperdiciado viendo esta joya de la estulticia nórdica, tiempo que nunca recuperaré ni me ha servido para hacer o ver nada que merezca ninguna atención.
De verdad que no entiendo la elevada puntuación que ha recibido de otros espectadores.

Parece que se ha perdido el interés en que los ambientes reflejen fielmente la época de la película. El colmo ha sido ver que se escuchaba una radio Philips de teclas, que no aparecieron hasta mediados-finales de los años 50, recuerdo que se llamaban "serie Bi-Ampli". En mi casa hubo una de esas Philips y mi abuela tenía una de verdad de la época de la guerra, en la que el indicador de sintonización parecía la aguja de un barómetro.
No es el único anacronismo, pero es que lo de la radio me parece de traca.