Una caricaturizada interpretación del siempre genial Johny Depp, una banda sonora en la que se basa toda la película y...mucho rock and roll. Un paseo por los cincuenta de la mano de un director sin un atisbo de romanticismo nostálgico, sino más bien una visión salada de la realidad de la América de la brillantina. Como único pero a esta rival de Grease, caída en desgracia por su linea no hollywoodiense, es que los actores no son los verdaderos cantantes. Habría sido digno de valorar una o dos canciones interpretadas por el joven par de incipientes estrellas Johny y Amy Locane.

Interesante trabajo de un director de teleseries, dejando su huella en la proyección de la parte "real" de los personajes de esta animada serie de misiones imposibles. Cabe destacar que esta tercera parte es, si cabe, menos imposible que las otras dos que la preceden, y acerca más a los super agentes al público menos imaginativo, ya que se da luz a una parte de sus vidas más real: sus relaciones personales, en detrimento de caídas imposibles, motos de imposible equilibrio, peleas imposibles de terminar o soportar. Quizás la actual situación personal de Tom (recién casado y con una hija nueva) ha dejado que le influya al hora de buscar un director más "paternal" para su tercera (pero no última, ya anunció que trabaja en la cuarta misión) entrega. Seguramente la próxima película volverá a limitar la acción hasta hacer que la mente de los más avispados se doble y sientan el vértigo dentro de su propia cabeza. Estaremo atentos a las nuevas aventurnas del agente imposible preferido por el público general.