-Una charla de Viggo Mortensen con su hija
-Charla de Viggo con un hombre que disfruta del onanismo en una charca.
-Charla con diversos hombres de temas que no se van a desarrollar incluyendo una recomendación a su hija que se marche a dormir.
-Hija huye con un chico
-Viggo se desvela en mitad de la noche
-Viggo no encuentra a su hija
-Viggo se viste y decide que es mejor esperar a la mañana para buscar a su hija desaparecida, no vaya a ser que salir de madrugada afecte a los biorritmos del caballo.
-Viggo cabalga
-Sigue cabalgando
-Y cabalga...
(20 minutos después)
- Llega a una zona en la que están construyendo una zanja, pregunta al capataz si ha visto a su hija, ante la negativa, le pregunta si le puede dar agua. Le indica que en la tienda de la izquierda encontrará lo que busca.
-Vemos como Viggo bebe agua
-El caballo también bebe agua
-Recuperan las fuerzas suficientes para seguir cabalgando.
-Cabalgan
-Viggo encuentra un boñigo de caballo, lo retuerce para ver si está fresco, decide continuar su marcha una vez se ha sentido realizado.
-Escena de la hija dandose el lote con el chico con el que huyó.
-Viggo sigue en su empeño cabalgando
-Se encuentra un muerto, o casi, que no es capaz ni de hablar al cual interroga sin probabilidad de exito, tras lo que pone fin a su sufrimiento. Sin embargo, Viggo maldiciendo su suerte (es un decir, cuando habla es para cantar en danés) sale del plano y se va de paseo dejando sus pertenencias al lado del cuerpo inerte. Una mano traviesa se las arrabata y le roba el caballo. A partir de este trágico y azaroso suceso, prosigue la pelicula con Viggo andando hacia el infinito otra buena parte del metraje. Hasta que al director le pareció suficiente 90 minutos de paseo y en los ultimos 15 minutos nos hace creer que toda la pelicula ha sido un sueño (ojalá hubiese sido yo el que caía en los brazos de Morfeo) y trata, con éxito dispar, de darle algún sentido a lo que acabamos de presenciar. Debo reconocer que en mi caso, lo único que despertó la película fue hastío desde un momento tan temprano que resulta sonrojante.