"Get Carter" de Mike Hodges es una de esas películas que resulta perfecta para disfrutar con un grupo reducido de amigos que sean auténticos gourmets del cine británico de los 70, y que con toda seguridad, no les va a decepcionar.
Siguiendo la trama de la novela de Ted Lewis, nos sumergimos desde el primer segundo en un mundo tan sórdido y mortecino como sus personajes, dentro de un contexto oscuro donde la base de la trama se sostiene en averiguar quien o quiénes han cometido el grave error de matar al hermano de la persona equivocada.
Esta es una de esas historias duras, grises, bien ambientadas en su contexto, donde el guión trata de destacar la ambigüedad y la hipocresía de un grupo de personajes ubicados a distintos niveles sociales, y la forma en la que Jack Carter actúa como catalizador, sacando a relucir la verdadera cara de aquellos a quienes se va encontrando en su camino y pretenden negarle la verdad, y con quienes resulta implacable, según la vara de medir del propio Jack.

Resulta importante ser conscientes de que Jack Carter no es tan distinto al resto de personajes, y es que tras su aparente imagen de matón elegante y de buena educación, se esconde un sádico asesino de sangre fría, que llega a satisfacerse en determinados momentos de situaciones duras o desagradables, pudiendo escandalizar a cualquiera que hasta ese momento había encontrado una afinidad especial con el personaje.

Esta película marca una época de ese cine negro británico de los 60-70, y a pesar de no estar bien realizada, no solo se salva, sino que además destaca gracias a la magnífica interpretación de Michael Caine y a la banda sonora de Roy Budd que eleva claramente la calidad de la película.
Por contra, se llega a hacer innecesariamente lenta en multitud de escenas. Sin duda, el factor negativo podría deberse a la falta de experiencia del director en una película que implicaría claramente una realización mucho mas elaborada que la llevada a cabo por Mike Hodges.