Me pregunto si puede un vampiro amar...
El punto de inflexión; la piedra angular del filme -si se quiere- está en lo que el 'falso padre' y verdadero amante de Eli dice a ésta, a saber: 'prométeme una cosa: no quedarás con ese niño' (más o menos). Me pregunto cuántos niños amantes-jóvenes amantes-'padres amantes' habrían formado parte del decurso existencial de la pequeña vampira Eli...
La crudeza de la historia nos remite una y otra vez a la pulsión de muerte y supervivencia (que no de placer, esta vez si cabe) de un ser oculto y de suyo satánico que necesita pasar, la mar de las veces, desapercibido -aunque en circunstancias de fuerza, de hambre, actúe a 'cara descubierta'-. La oscuridad no puede desear la luz; no obstante, contrastarla para así definirse más plena y totalmente.
El amor de Oscar es, quizá, auténtico ya que lo único que hace es (a pesar de que el piense lo contrario durante todo el tiempo) dar; el 'amor' de Eli no existe, es mera manipulación interesada. Un ser que no recuerda, que no sabe del frío, del calor, de la sangre que le brota de las entrañas,..., que sólo ve al fin lo susceptible de la inocencia humana en su propio provecho; un ser así jamás podrá amar.

La peli...una Obra Maestra

The I

Lo manido del tema lo único que hace es saturar la ineptitud de unos actores venidos a menos. Se entiende, o por lo menos de eso se trata, que si no dominas el tema en cuestión de nada sirve que lo ornes con elementos de misterio (gratuito), el final siempre será el mismo: la mediocridad. Lo siento, pero el 'film' no es ni siquiera susceptible de la sobremesa de un aburrido domingo cualquiera.


The I

Vamos a ver: la peli, llana y francamente hablando, es soporífera (vamos ni las que echan los domingos después del telediario y que compiten con los documentales de la dos a efectos 'siesteriles'); las interpretaciones son meros postureos nada creíbles, manidos y cogidos con pinzas (véase, v.gr., a Donald Sutherland rellenando el tópico anímico-paternal); la gratuidad, sin venir a colación, de algunas escenas son un insulto a la inteligencia (por no hablar del asesoramiento físico-matemático-cosmográfico que han utilizado en la 'hilvanación' de este mamotreto pseudocientífico); y, al margen de todo lo anterior, el decurso de este ¿drama? es artificioso e iterativo hasta decir basta.
Por cierto, el Brad y el Tommy de aquí a 'na' anunciando casas de juego...Patéticos y patética película.

La película tiene algunos atisbos prolépticos y analépticos, de suyo, 'decentes' y 'logrados' (si aguantas hasta la mitad más o menos). La falta de expresión en la interpretación de Cillian no se salva ni con el impostado maquillaje e interpretación del resto del elenco (a Einstein le falta jugar a la petanca). Mas lo más irritante, si cabe, es el manido y hodierno relato post-moderno y mass-mediático del mensaje progresista y demagógico que quiere transmitir. La peli se hace, por momentos, infumable y lenta hasta bostezar. Típicamente tópica y consabida al final. Muermazo.

Es una simpleza, a estas alturas, apelar a lo políticamente adecuado. No entiendo el porqué (o sí) de toda esta edulcoración manida, a lo burgués, que intenta hasta el paroxismo inculcar unas expectativas de futuro en la juventud de pesebre puesto que sólo pone en duda una supuesta animadversión hacia lo que es, de suyo, una anormalidad. La película mera sacarina. Obviable.