Es un documental que aborda la obsolescencia programada, es decir, la reducción deliberada de la vida de un producto para incrementar su consumo, y sus consecuencias en la sociedad contemporánea. A mí personalmente no me ha llamado la atención aunque a otras personas a lo mejor les gusta más.

Empecé a ver esta película con mi madre, que nos había salido en la sección de "comedia" en Netflix. La película empezó muy bien pero poco a poco nos fuimos dando cuenta de que era un aburrimiento y no hacían nada más que hablar, hablar y hablar en el salón. Y lo peor de todo, esa película no tenía nada de comedia. Es más bien una charla de 1 hora y media entre colegas de su amigo muerto antes que una película. Ni si quiera la hemos podido terminar de ver por lo aburrida, lo lenta que iba y el poco sentido que tenía. Tenía mucha fe en ella, ya que salían actores conocidos y era de comedia, pero nada, otra película decepcionante para la colección.